La agricultura africana es nómada.
Ghana, fue la primera nación africana de que se tuvo noticia
en Europa debido a la fama de su riqueza aurífera. Fue poblada
primero por los Beréberes (de raza blanca), hasta que Kaya
Magna (de raza negra), destronó al rey blanco y tomó
el nombre de Tunkara, fundando una dinastía que gobernó
durante tres siglos, alcanzando el país su máximo
apogeo.
Malí fue un reino negro desde un principio; se originó
en la región de los mandingas (África occidental).
Con Sundidata o Mari Dajata, el país logró su máximo
desarrollo.
En el siglo XIV Malí fue gobernada por Kankan Muza, llamado
también Mansa Muza, considerado el más importante
gobernante de su raza, tanto por su inteligencia, personalidad y
actividad, como por el lujo exagerado de su corte. El territorio
del Imperio Malí abarcaba desde el desierto hasta la selva
tropical, de norte a sur; y desde el Atlántico hasta el Níger
por el oriente.
En Malí reinaba el orden y la justicia. Al morir Solimán,
uno de los sucesores de Kankan Muza, comenzó la decadencia
del reino.
La mayoría del territorio africano es poco
apto para los europeos debido a sus climas extremos.
El suelo africano es pobre en capa vegetal, dando lugar a una intensa
erosión.
Debido a la gran extensión territorial y
a la escasa población, la posesión del suelo no tiene
en Africa el mismo valor que en Europa.
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