El 10 de agosto de 1809 se proclamó en Quito la independencia
por parte de una Junta encabezada por Juan Pío Montúfar.
Otras ciudades siguieron su ejemplo, pero Guayaquil y Cuenca se
negaron a hacerlo. La ciudad de Pasto (Nueva Granada), caracterizada
por su acérrimo realismo, lanzó su ejército
contra la Juntta quiteña, que se vio obligada a pactar su
rencición ante el presidente de la Real Audiencia, Ruiz de
Castilla, quien dictó una amnistía general que cubría
a todos los comprometidos en el alzamiento. Pero cuando el coronel
realista Manuel Arredondo, entró triunfante en Quito, desconoció
la amnistía e inició la pesecución de los comprometidos.
Fianalmente en octubre de 1810 se proclamó la indpendencia.
Pero en 1812, el territorio ecuatoriano cayó nuevamente en
poder de los realistas y así permaneció hasta que
las tropas de Bolívar y Sucre le dieron la libertad definitiva
e n1822.
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