Es el ejemplo del pensamiento renovador de la Iglesia Católica.
Fue fundada por el vasco español Iñigo o Ignacio de
Loyola (1492-1556). La nueva Orden fue aprobada por el Papa Pablo
III en 1540. La Compañía de jesús fue organizada
con rigidez militar, de acuerdo con el espíritu de su fundador.
A la cabeza estaba el general; en cada uno de los establecimientos
de la comunidad mandaba un “superior”. Gracias a esta
disciplina, se facilitaba enviar a cualquier miembro al lugar donde
más se necesitarra. El fundador rechazó el fanatismo
medieval. Dispuso que a los miembros de la orden no se les debía
“imponer nunca ayunos, azotes, caminar descalzos, hacer determindas
comidas, penitencias, llevar cilios o practicar otras mortificaciones
so pena de caer en pecado mortal”. Lo anterior explica el
porqué se encuentran jesuítas en los más diversos
frentes. Eran los confesores de los príncicpes, educadores
de la niñez y de la adolescencia en las primeras letras y
catedráticos en las universidades; cultivaorn el ate y acompañaron
a los conquistadores y colonizadores en sus empresas en el Nuevo
mundo, constituyéndose en la vanguardia del papado donde
quiera que se presentaba un peligro contra la inidad de la fe católica.
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