Nada pudieron hacer en el Perú para sacudirse
el gobierno realista, ya sea porque los dirigentes criollos estaban
satisfechos con el régimen que les había permitido
acumular riquezas y ocupar destacada posición dentro del
sistema, o porque el control que ejercían las autoridades
era muy estricto.
En cuanto a centroamérica, le era muy difícil rebelarse
teniendo tan cerca los ejércitos de Méjico, Cuba y
Perto Rico.
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