Anexos

 

ANEXO 1

La detección por radar en Francia

La detección por radar en Francia se realiza a través de dos redes de estaciones de radar, una militar equipada a la vez de radares primarios y secundarios, y la otra civil equipada casi en su totalidad de radares secundarios. El radar primario permite detectar y visualizar en una pantalla (o visor) la posición geográfica y la altitud (radar tridimensional) de todos los móviles por el reflejo de ondas de radar sobre el cuerpo del móvil.

Por el contrario, el radar secundario no permite detectar ni visualizar sobre la pantalla los móviles equipados de un "contestador" capaz de responder las señales codificadas que emita. Así todo móvil provisto del "contestador" no podrá ser detectado por un radar secundario. Este detalle es extremadamente importante, dado el caso que nos preocupa, porque sólo los radares primarios, equipando los Centros de Detección y Control (CDC) militares y los aviones de detección por radar, los Awaks del Ejército del Aire y pronto los Hawkeye de la Marina, son susceptibles de descubrir un OVNI, a condición de que éste no sea furtivo.

Es necesario saber finalmente que todas las informaciones de radar detectadas por el conjunto de estaciones de radar del territorio, los aviones de detección aérea y las estaciones de radar de países vecinos son recolectadas y tratadas en la red STRIDA (Sistema de Tratamiento de Informaciones de la Defensa Aérea), permitiendo así tener una cobertura de detección cubriendo un cuadrado de más de 4,500 km de lado.

 

ANEXO 2

Observaciones de astrónomos
por Jean-Claude Ribes

A menudo nos oponemos a los testimonios sobre los OVNIS con el argumento siguiente: los astrónomos, que deberían ser los primeros en saberlo, no hablan de tales avistamientos.

Una primera respuesta es que en realidad el astrónomo profesional se concentra en un muy pequeño campo del cielo, observado a través de un instrumento en una cúpula; tiene por tanto menos oportunidades que un "turista" de observar un fenómeno luminoso relativamente raro. Los astrónomos aficionados, que sin embargo pasan mucho más tiempo mirando el cielo, generalmente a cielo abierto, están mejor colocados para observar un fenómeno inusual, sin confundirlo con un objeto astronómico; pero uno puede esperar de su parte una fuerte reticencia a relatar tal observación, por miedo al ridículo, porque los aficionados generalmente están muy ansiosos de ser reconocidos como "profesionales". En todo caso, ninguna investigación específica se ha manejado, en mi conocimiento, sobre esta población en particular.

Los resultados de dos estudios independientes, hechos por astrónomos profesionales entre sus colegas, son bastante diferentes: Hynek, en los años 50, interrogó informalmente a una cuarentena de astrónomos, donde más del 10% había efectivamente observado algún fenómeno inexplicado. Entre éstos últimos, Joseph Allen Hynek menciona al profesor Lincoln La Paz, director del Instituto de Meteorismo de la Universidad de Nuevo México, y a Clyde Tombaugh, el descubridor del planeta Plutón, fallecido en 1997. En los años 70, Peter A. Sturrock envió un cuestionario detallado a los 2,611 miembros de la Asociación Astronómica Americana, garantizándoles el anonimato; la mitad le respondió, y encontró unas sesenta observaciones.

Ningún estudio sistemático de este tipo se maneja en Francia, pero citemos una observación de los astrónomos marselleses Georges Courtès y Maurice Viton. Uno de mis colegas me relató así un avistamiento que hizo en su juventud de un objeto de diámetro parecido a la Luna (esta última era visible por otra parte), desplazándose lentamente en dirección Norte-Sur: él no era aún profesional en esa época, pero iluminó al aficionado, y no ve ninguna explicación a su observación, que nunca hizo pública.

Parece por tanto que el porcentaje de observaciones por astrónomos es comparable al notado en la población global, al igual que una cierta reticencia en una gran mayoría a hablar sin estar seguros del anonimato. Por otra parte, la opinión general de los astrónomos sobre el tema es mucho menos negativa de lo que a veces se dice, y al menos podemos decir que (aunque) no vemos un consenso, muchos desean un estudio objetivo del fenómeno, sin ideas preconcebidas. Las conversaciones privadas que yo he podido tener con colegas franceses confirman esta conclusión de Sturrock.. Sin embargo muchos se niegan a tratar el tema con un periodista, pero cuando yo les hablo de un estudio científico serio, ellos se declaran acordes.

 

ANEXO 3

La vida en el universo

La cuestión de la vida extraterrestre salió, apenas hace algunas décadas, del campo de la creencia para entrar en el de la investigación científica, y los progresos en este campo son muy rápidos desde hace algunos años. A excepción de la Tierra, el sistema solar actualmente se muestra inadecuado a la vida, aunque las sondas "Viking" han demostrado que el planeta Marte habría debido ofrecer, hace unos tres mil millones y medio de años, condiciones mucho más favorables que las actuales, con la notable existencia de agua líquida. No es por tanto descartable que una forma de vida elemental (bacterias) pudo haber existido allí, como era en ese momento el caso de la Tierra; el descubrimiento de fósiles en un meteorito originario de Marte, anunciado por la NASA, es aún objeto de debate en la comunidad científica; pero la existencia misma de ese debate refuerza el interés de partir a investigar en el lugar.

Fuera del sistema solar, los astrónomos pensaron durante largo tiempo, que las estrellas deberían estar muy probablemente rodeadas de sistemas planetarios, pero es en los años pasados que la experiencia está viniendo a confirmar esta tesis: conocemos ahora una media docena de estrellas acompañadas por lo menos de un planeta cada una. Los biólogos, por su parte, avanzan rápidamente en la comprensión de los procesos químicos que originan la vida, y esto aparece, cada vez más, como una necesidad más que como una eventualidad.

La experiencia de los últimos veinte años demostró que, desde Siberia hasta las profundidades oceánicas, la vida se acopla bien a las fuertes variaciones de temperatura o a las temperaturas extremas, ahí donde uno lo juzgaba antes imposible.

Desde hace 35 años, los radioastrónomos conducen diferentes programas para la detección de una señal de radio inteligente venida del espacio (SETI: Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre). Aún ninguna señal ha sido percibida, lo que no es sorprendente en vista de la inmensidad del campo espacial y de las frecuencias a explorar. Un gran programa de la NASA, cancelado por el Congreso americano, se ha iniciado (con el auspicio de) fondos privados, y debe mejorar la sensibilidad de la investigación en varios grados de desarrollo. El radiotelescopio francés de Nancy, donde varias investigaciones de SETI han tenido lugar, será posiblemente asociado a este programa.

 

ANEXO 4

La colonización del espacio

La segunda mitad del siglo XX habrá de ser la de la exploración del sistema solar: el hombre en la Luna, sondas puestas en Marte y Venus, otras en un futuro próximo en otros planetas (excepto Plutón), en cometas y en asteroides. El siglo XXI podría ser el de la colonización de nuestro sistema, con implantaciones humanas permanentes y la preparación de viajes hacia otros sistemas planetarios.

Los próximos años verán la puesta en marcha de la estación orbital permanente Alpha, continuación internacional del programa ruso Mir. Después, los americanos prevén, en principio, instalar una base permanente en la Luna; una estación pequeña tipo base antártica. Para ir más lejos es necesario reconstituir un ecosistema, o bien un lugar con el mínimo necesario en materias primas (incluyendo aire, agua y alimento) para ser extraídas o recicladas; en efecto, no es posible aplicar el método actual a gran escala, o casi total, de transportar (los recursos) desde la Tierra con costos estratosféricos.

Tales ecosistemas han sido estudiados por los cosmonautas rusos (la primera experiencia data de 1961) y por los americanos, notablemente con Biósfera 2: ésta se trata de una estrecha superficie de 1.3 hectáreas, ideada para mantener en un ciclo cerrado (con la aportación de energía exterior), un conjunto vegetal y animal, incluyéndose la presencia de ocho personas. Esta experiencia, realizada al principio con fondos privados, ha sido injustamente criticada por la prensa y por un sector de la comunidad científica. En efecto, a pesar de ciertas comparaciones "aficionadas", la experiencia ha dejado ya aportaciones: en el curso de un primer experimento de dos años, de 1991 a 1993, cuatro hombres y cuatro mujeres vivieron en autonomía casi completa, demostrando la validez de este principio. El reciclaje de agua fue integral, el del aire imperfecto (falla añadida del aire tras quince meses de aislamiento total) y la producción de alimento fue un poco insuficiente (los "biosferanos" salieron adelgazados al haber menguado las reservas).

Después de otra experiencia de seis meses, la estructura ha sido reproducida por la Universidad de Columbia, la cual parece más interesada en el aspecto ambiental que en la aplicación espacial. Por tanto, este descendiente de Biósfera 2 podría representar la futura base lunar autónoma del próximo medio siglo. La implantación humana sobre la Luna es considerada una necesidad científica, particularmente entre los astrónomos. Además de un trampolín espacial, en la Luna se pueden encontrar prácticamente todos los materiales necesarios para la construcción de estaciones o de naves espaciales. Asimismo, tanto la explotación de estos recursos sería más económica que en la Tierra, así como la reducida gravedad y la ausencia de atmósfera de nuestro satélite permitirían una puesta en órbita más fácil y segura.

Las expediciones humanas, que seguirían necesariamente a las misiones robotizadas hacia Marte, no serían sólo para verificar la existencia de rastros de vida pasada. El desarrollo de colonias marcianas permanentes es de considerarse. Incluso se puede imaginar la siguiente etapa: la creación de planetas artificiales. La idea es del físico americano O�Neill, quien ha estudiado en detalle las estructuras cilíndricas de 30 km de largo y 6 km de diámetro en rotación para recrear una gravedad artificial, pudiendo albergar a millones de personas en una biósfera de tipo terrestre.

 Estos planetas artificiales podrían ser construidos en el cinturón de asteroides, entre las órbitas de Marte y Júpiter, encontrándose abundantes materiales fáciles de explotar, los cuales podrían procesarse con numerosos elementos químicos, incluyendo oxígeno y agua.

A largo plazo, y cuando se domine el proceso industrial de fabricación, almacenamiento y utilización de la antimateria, modelos más pequeños de estas naves podrían abandonar el Sistema Solar. Podrían alcanzar la vecindad de otra estrella, tras un viaje de muchos siglos durante los cuales las generaciones se sucederán en esta "nave - mundo" (a menos que hayamos dominado la hibernación humana).

Imaginemos que una expedición humana se instala en el cinturón de asteroides de un sistema donde exista una civilización con un estadio de evolución técnica muy probablemente inferior a la nuestra (en caso contrario, es probable que el contacto tendría lugar por telecomunicación, o bien que (civilizaciones) más avanzadas hayan efectuado el viaje antes que nosotros); por ética, pero más aún por el interés de un estudio científico serio, estaría fuera de discusión intervenir en ese gran día, sin el riesgo de provocar un choque cultural fatal. El estudio deberá ser discreto, con la utilización de naves rápidas y silenciosas para desplazarse en la atmósfera del planeta (la propulsión MHD ofrece perspectivas interesantes en este campo), y de armas no letales para evitar las consecuencias de un encuentro inoportuno (el efecto paralizante de las microondas emitidas está en estudio en varios países).

Cuando la civilización visitada haya alcanzado el estadio de viajero espacial, será necesario hacerle conocer la existencia de extranjeros. Una manera de hacerlo, sin traumatismo, será cometer "indiscreciones calculadas", que habituarían a la población, poco a poco, a la idea que bien podrían tener visitas extraplanetarias.

 

ANEXO 5

El caso Roswell - La desinformación

1) Roswell: los hechos indiscutibles
Nota : el paréntesis (video) indica que los testimonios están disponibles en video
Verano de 1947 - La base de Roswell (Nuevo México) resguarda los únicos bombarderos atómicos del mundo. Los bombarderos son aún de hélices.

Junio 24 - Avistamiento de nueve OVNIS por el americano Kenneth Arnold. La noticia es difundida al mundo entero.

Julio 8 (mañana), Roswell - La base comunica a las radios locales una información que da la vuelta al mundo: un disco volante se estrelló en un rancho y los militares de la base recuperaron los restos (video).

Julio 8 (tarde), Fort Worth (Texas) - El general Ramey, comandante del 8o. Batallón aéreo y responsable de la base, anuncia a los periodistas que tras examinar los fragmentos recogidos, éstos resultaron ser de un globo meteorológico. Les presenta los restos a los periodistas, quienes los fotografían. El caso es enterrado por más de treinta años.

1978 - El teniente-coronel Marcel (ER), "oficial de inteligencia" de la base, y que en 1947 recuperó los restos, declara a la televisión que éstos eran seguramente de origen extraterrestre (video). Los pedazos que el general Ramey mostró a los periodistas no son aquéllos que Marcel llevó a Roswell.

Los ufólogos americanos emprenden numerosas investigaciones y recolectan declaraciones juradas (declaraciones escritas bajo juramento y ante notario) y testimonios grabados. Muchos testigos declaran que militares, en julio de 1947, los amenazaron de muerte si hablaban (video). Según algunos testimonios, a poca distancia del campo en que se hallaron los restos, el ejército habría encontrado el armazón de un tipo de nave espacial y cadáveres de pequeños humanoides (video).

1991 - El general du Bose (CR), jefe del Estado Mayor del general Ramey en 1947, confirma en declaración jurada que este último sustituyó los restos llevados a la base de Roswell con los de un globo meteorológico, los que mostró a los periodistas.

Inicio 1994 - El diputado Schiff (Nuevo México) solicitó al Departamento de Defensa (DoD) esclarecer el asunto. Al no conseguirlo, solicitó a la Oficina de Contaduría General (GAO) una investigación sobre la forma en que se han manejado, a través de la Fuerza Aérea principalmente, los documentos relativos al choque de Roswell.

Septiembre 1994 - La secretaría de Estado de la Fuerza Aérea publica un informe sobre Roswell: los restos encontrados en el rancho no pudieron ser de un avión o un proyectil; probablemente, son de un conjunto de globos del proyecto secreto Mogul. El general Ramey, para proteger el secreto, hizo creer que era un globo meteorológico, cuyos materiales (envoltorios y reflectores de radar esencialmente) son los mismos. El informe no menciona las declaraciones juradas de ciertos testigos, en donde los restos extraños que ellos describen parecían restos del globo Mogul. No menciona al armazón y califica los "testimonios de buena fe" relativos a los humanoides como "resacas del tiempo".

Julio 1995 - El informe del GAO cita la nueva versión de la Fuerza Aérea, y declara:
- página 1, "El debate sobre lo que realmente cayó en Roswell continúa", - página 2, "Todos los documentos administrativos de la base del período de marzo de 1945 a diciembre de 1949 han sido destruidos, y todos los radiomensajes enviados por la base de octubre de 1946 a febrero de 1949 han sido destruidos. El certificado de destrucción no menciona cuándo, por quién, y por orden de quién esta destrucción ha sido efectuada".

La investigación de la GAO no aportó prácticamente documentos interesantes acerca del incidente de Roswell, a pesar de demandarlo a numerosas instituciones (CIA, FBI, DoD, DoE, NSC...).

Verano y otoño 1995 - Una película sobre la autopsia de un supuesto "cadáver humanoide en Roswell", en 1947, se proyectó por casi treinta televisoras en el mundo. Su autenticidad es dudosa, pero sobre todo, nada prueba en la película que el cadáver tiene la menor relación con el incidente de Roswell. La mezcla es realizada en gran parte por la prensa escrita y televisiva, ridiculizando el caso de Roswell. Las conclusiones del GAO y los videos de los testigos principales, presentados por TF1, pasaron desapercibidos, opacados por la película de la autopsia.

 1996 - La película El Día de la Independencia y la serie X-files mencionan fuertemente Roswell.

2) Opiniones sobre Roswell

- Entrevistas, declaraciones juradas y testimonios en video concuerdan mucho en describir el hallazgo de un material que no es posible fabricar hoy en día: una hoja delgada de apariencia metálica, de muy grande resistencia, y tan elástica que tras haber sido arrugada en bola, recupera espontáneamente su forma inicial, sin el más mínimo trazo de doblez residual.

- Parece cierto que el estrellamiento se produjo el 4 de julio, "Día de la Independencia" alrededor de las 23 h 30. La fecha y el lugar simbolizan la influencia americana, de donde la siguiente pregunta: si lo que chocó era una nave extraterrestre, haya sido un accidente o una caída deliberada, �constituye un mensaje y/o una autenticación?

3) Roswell y la desinformación

La desaparición de archivos y los torpes intentos de explicación de la Fuerza Aérea muestran que los militares americanos ocultan algo importante ocurrido en Roswell en julio de 1947, al igual que ocultaron sus experiencias sobre seres humanos expuestos a los efectos del plutonio. La hipótesis de una nave extraterrestre, que se apoya en los testimonios de calidad, no puede ser descartada.

Para proteger el secreto, los dos tipos principales de desinformación, la reductiva y la amplificativa, han sido puestas en marcha en el caso Roswell. Conviene sin embargo notar que la difusión de informaciones y de análisis contradictorios, por ejemplo por los ufólogos, puede ser un efecto provocado.

La desinformación reductiva se manifiesta en el informe de la Fuerza Aérea: los testimonios sobre los restos fueron mutilados, con el fin de acreditar la hipótesis del globo Mogul. También se encuentra, más sutilmente, en el libro Roswell en perspectiva, del "ufólogo" Kari Pflock, veterano de la CIA y el DoD; declaraciones juradas, mencionando material irrompible y no dúctil, son íntegramente mencionadas en el anexo, pero se ignoran o se citan de manera truncada en el texto.

En Francia, el sociólogo Pierre Lagrange aparece como una víctima de esta desinformación reductiva.

Después de ser obligado a ser parte del informe de la Fuerza Aérea y de las publicaciones de Karl Pflock, concluye:
"Un poco de psicología para terminar. �Por qué muchos no creen en el platillo de Roswell como otros creen en los globos Mogul o los V2? Parece que les recuerda demasiado a la ciencia - ficción popular. Como lo señala Bertrand Meheust, el tema del artefacto marciano cuya exquisita decisión de venir a embarrarse en la proximidad de una base militar, surge del imaginario tecnológico de principios de siglo, como el detalle de los materiales ultraligeros y ultraresistentes que sirvieron para su fabricación". (Revista Presencia OVNI, febrero de 1995).

Esta es en forma general la tesis reductiva sobre los OVNIS dicha por los "sociopsicólogos" franceses. Se puede refutar así: la ciencia - ficción popular describió en el inicio del siglo la existencia de rayos luminosos capaces de matar o de sanar. Los lásers militares o médicos existen actualmente.

La desinformación amplificativa se manifestó cuando se proyectó la película de la autopsia de la "criatura de Roswell". Mientras se amplificaba el caso de Roswell con esta autopsia espectacular pero dudosa, algunos tuvieron éxito desacreditándolo, y sobre todo los que ocultaron la publicación del informe del GAO y la difusión de los testimonios en video. Esto invita a creer en una manipulación bien orquestada.

4) La desinformación reductiva sobre los OVNIS

La Fuerza Aérea la practicó desde el principio, como lo reveló el astrónomo Hynek, su asesor de 1948 a 1966, quien describió de esta forma su colaboración para ridiculizar numerosos casos dándoles interpretaciones astronómicas no justificadas.

La política de desinformación ha sido reforzada a continuación con las recomendaciones de un comité "científico" reunido por la CIA en diciembre de 1952: el comité Robertson, convocado para "despojar al fenómeno OVNI de su aura de misterio". El mismo comité recomendó "vigilar" los grupos ufológicos, los cuales han sido infiltrados notablemente por la CIA.

 Algunas personalidades intentaron reducir a nada muchos casos importantes. Philip Klass, entonces editor de Aviation Week and Space Technology, se encargó entre otros autores de tres grandes casos aeronáuticos: Lakenheath en 1956, RB-47 en 1957, y Teherán en 1976, descritos en el capítulo 2. No es apenas convincente. En el caso de Teherán, por ejemplo, cita correctamente los testimonios al principio de su exposición, pero no toma en cuenta algunos aspectos cuando los discute.

La desinformación reductiva es eficaz en aquéllos que no desean admitir la posibilidad de la hipótesis extraterrestre. La desinformación amplificativa se dirige a los demás.

5) La desinformación amplificativa sobre los OVNIS

Probablemente se puso en marcha muy tempranamente; los supuestos contactos de Adamski con un venusino en 1952 son relevantes sin duda.

Ésta se ha ido ampliando considerablemente desde el resurgimiento del caso Roswell, al final de los años 70. El punto de partida es el caso Bennewicz. Este físico ufológico registró, desde un terreno de pruebas de la base aérea de Kirtland (Nuevo México), emisiones de microondas. �El las atribuyó a OVNIS ejerciendo su control en los implantes provistos a abducidos (humanos secuestrados)! Temiendo, al parecer, la publicación de sus registros, la Oficina de Investigación Especial de la Fuerza Aérea (AFOSI), y notablemente su agente especial Doty de la base aérea mencionada, así como otros organismos, le condujeron a hacer "revelaciones" fantásticas: los raptos serían numerosos, con la colocación de implantes para el control de los "abducidos". Además, la transferencia de tecnología sería practicada en bases de Nuevo México y Nevada, comúnmente entre el ejército americano y extraterrestres bautizados como EBE, Entidades Biológicas Extraterrestres.

Bennewicz difundió estas informaciones de los platillos americanos, las cuales mucho se desviaron, y cada día más, del sentido común. John Lear, hijo del constructor de aviones, aportó por su lado las precisiones que él tiene de amigos de la Fuerza Aérea: la base de Nevada es aquélla de Groom Lake, "el Área 51" (Groom Lake es tan secreta que la Fuerza Aérea no reconoce su existencia, no obstante se le mencione en el Jane's Defence Weekly de junio de 1996). Más tarde, un antiguo funcionario de la Marina de la 2�. Oficina Marítima, Bill Cooper, "reveló" que el Consejo para Relaciones Extranjeras (CFR) que, según él, gobierna al mundo a través de Bilderberg y de la Trilateral, y que lo haría en estrecha unión con los EBE...

La desinformación amplificativa probablemente permite proteger las investigaciones sobre el arma de microondas en Kirtland, y sobre los nuevos tipos de aeronaves en Groom Lake. Esto seguramente permite utilizar el arma del ridículo contra ciertos ufólogos crédulos.

 

ANEXO 6

Antigüedad del fenómeno OVNI - Elementos de una cronología

El fenómeno OVNI realmente conoció una difusión mundial a partir del avistamiento del piloto Kenneth Arnold el 24 de junio de 1947 en la región del Monte Rainier, al noroeste de los Estados Unidos. En realidad, los fenómenos aéreos no explicados son realmente mucho más antiguos.

Antes de ir más lejos, es interesante notar que entre mayo y julio de ese mismo año, 850 avistamientos diferentes fueron contabilizados a través de los Estados Unidos (Libro Azul) y que en enero un caza nocturno Mosquito de la RAF intentó interceptar inútilmente sobre del mar del Norte, un objeto muy rápido detectado por los radares.

En 1946, cohetes fantasmas vuelan sobre Suecia
De febrero a diciembre de 1946, muchos testigos observaron, en el cielo de Suecia, objetos generalmente de forma torneada (pareciendo de vez en cuando esferas o discos), volando a menudo horizontalmente, dejando en ciertos casos un sendero luminoso, pero también capaces de subir o descender muy bruscamente.

Llamados "cohetes fantasmas", estas apariciones (una contabilizaba cerca de mil) inquietaron considerablemente a las autoridades militares escandinavas, inglesas y americanas, quienes emprendieron investigaciones.

Ciertamente ningún fragmento pudo ser (oficialmente) encontrado, pensando durante largo tiempo que podría tratarse de pruebas soviéticas conduciendo artefactos recuperados de las fabricas alemanas. Esta hipótesis fue, después, completamente descartada.

Durante la Segunda Guerra mundial, los "foo fighters"

Desde 1940 a 1945, muchos aviadores observaron enjambres de esferas luminosas de color rojo o verde, de algunas decenas de centímetros de diámetro; es decir, grupos de pequeños discos de apariencia metálica, que seguían a los aparatos o los rodeaban dando la impresión de una conducta inteligente. No detectados a menudo por los radares de la época, no parecían de naturaleza "material". En efecto, algunos observadores los vieron tocar las alas o alerones de los aviones sin causarles daños visibles.

Llamados primero "kraut fireballs" y "foo fighters" (probablemente en referencia a una tira cómica) fueron detectados, desde el principio de la guerra, sobre todo en los escenarios de operaciones. Comenzaron a aumentar en número durante los primeros grandes bombardeos diurnos sobre Alemania. También se observaron desde tierra, y fueron objeto de muchos informes a partir de junio de 1944.

Estas observaciones causaron muchas preocupaciones a las autoridades aliadas, que pensaron en un principio que se trataba de un proceso alemán secreto Al final de la guerra, claramente parecía que no se trataba nada de eso.

Aparentemente, por su lado, los pilotos alemanes se habían persuadido que se trataba de un arma secreta americana. Una comisión de investigación habría sido creada, en Berlín, para estudiarlo. La explicación actual de los fenómenos eléctricos de tipo Fuego de San Telmo, no es convincente, pues ella no da cuenta de las diversas características observadas. Los archivos relativos a los "foo fighters" parecen estar sometidos al secreto militar al menos hasta 1949.
Numerosos otros avistamientos, referentes a objetos mucho más voluminosos con forma de cigarros, discos o esferas, han sido registrados en los dos campamentos.

De 1880 a 1900, "aeronaves" sobre los Estados Unidos y la Gran Bretaña

Durante esos años, decenas de miles de testigos observaron máquinas voladoras, semejantes a los dirigibles modernos, los cuales no saldrían de las fábricas sino (hasta) veinte años después. Se trataba, en la mayoría de los casos, de naves bastante voluminosas, torneadas, equipadas de reflectores poderosos, a menudo emitiendo fuertes ruidos de motor y parecían, en algunos casos, poseer hélices.

En los Estados Unidos, el número más grande de avistamientos se sitúa entre 1896 y 1897. Otros casos fueron detectados en particular en España, en Alemania, en Suecia y en Rusia. Una segunda ola se manifestó a principio de siglo en la Gran Bretaña.

La explicación que venía inmediatamente a la mente, era que verdaderamente eran dirigibles (y se piensa en primer lugar en aparatos de origen alemán). Ésta (explicación) sin embargo resiste difícilmente un examen detallado.

En efecto, en 1880 la tecnología de estos artefactos era aún incipiente. El coronel Giffard había hecho en 1852 ciertamente un primer ensayo con un globo de forma alargada equipado de un motor a vapor de muy poca potencia. Después, en 1885, Renard recorrió, por primera vez, algunos kilómetros sobrevolando París con un dirigible equipado de un motor a explosión, pero aún muy lento y poco manejable.

De hecho, las primeras aeronaves verdaderamente eficaces son posteriores a 1910; sin embargo, los propios zepelines construidos durante la Primera Guerra Mundial estaban lejos de poseer las características observadas por los testigos de estos fenómenos.

Desde la antigüedad grecolatina al principio de la era industrial

En todos los tiempos, los seres humanos observaron en el cielo fenómenos considerados, con razón o sin ella, como anormales. Es verdad que en nuestra época es natural tender a dudar de la precisión de los testimonios antiguos, y aún más mientras más se remonten en el pasado.

Durante los primeros tres cuartos del siglo XIX, los cronistas relataron varias decenas de avistamientos de esferas y de ruedas luminosas parecidas a los OVNIS actuales. El siglo XVIII ha sido marcado por un caso extraño. Goethe recuenta, en efecto, que en su juventud en 1768, durante un viaje entre Frankfurt y Leipzig vio, con dos otros testigos, una especie de gran tubo luminoso posado en el suelo, rodeado por una multitud de pequeñas flamas muy brillantes y móviles.

En los siglos XVI y XVII, los autores citan numerosos avistamientos, no solamente en Europa, sino también en América y en Japón. Entre éstos, algunos llaman la atención por su aspecto espectacular y la multitud de testigos. En el cielo de Nüremberg, en abril de 1561, un gran número de esferas, discos y cigarros muy coloridos parecían implicados en un tipo de batalla que marcó profundamente a la población y conmocionó fuertemente a las autoridades. Un espectáculo del mismo género tuvo lugar en agosto de 1566 en Basilea.

Del año mil al año 1500, los cronistas citan diversos avistamientos en el cielo de esferas, ruedas, lanzas o barras luminosas desplazándose más o menos rápidamente. El monasterio de Detchani, construido en Yugoslavia entre 1327 y 1335, está decorado con frescos que representan ángeles encerrados en tipos de naves que navegan el cielo.

Todavía más atrás en el tiempo, durante el reinado de Carlomagno, se reporta que Agobard, obispo de Lyon, solicitó salvar de la hoguera a tres hombres y una mujer que, descendidos de una barca aérea, argumentaban estar de regreso en la Tierra después de haber sido recogidos por seres celestiales que les habrían mostrado maravillas.

Por otra parte, los fenómenos celestes luminosos, similares a los modernos OVNIS, parecen haber sido relativamente frecuentes en China y en Japón, en particular en la Edad Media. Varios autores latinos, Dion Cassio, Plinio el Viejo, Tito Livio, Julius Obsequens, y el mismo Cicerón, relatan la aparición de luces en el cielo, de escudos ardientes, de lunas y soles múltiples y de esferas voladoras de color dorado.

Los testimonios reportados por los cronistas griegos son menos numerosos. Daimachos relata que un globo de fuego recorrió el cielo varias veces durante la 78�. Olimpíada. Anaxágoras declara haber visto luces celestiales del tamaño de una viga espesa. Apariciones de vigas y de escudos de fuego son descritos varias veces, entre otros, por Homero.

 

ANEXO 7

Reflexiones sobre diversos aspectos psicológicos, sociológicos y políticos del fenómeno OVNI

Nota: estas reflexiones valen sobre todo para los Estados Unidos; sin embargo algunas de ellas son válidas para otros países

Un número importante de americanos está persuadido de la realidad física de los OVNIS, su origen extraterrestre y el hecho de que el gobierno americano esconde sistemáticamente la realidad por la mentira y la desinformación.

La mayor parte de los recientes trabajos americanos dedicados a este tema, llegan a esta conclusión y todos acaban prácticamente en una demanda por levantar parcial o totalmente el supuesto secreto. La agitación de los medios alrededor del caso de Roswell (cf. anexo 5), que resurgió a finales de los años 70 tras más de treinta años de bloqueo, y que, desde hace quince años no cesa de ir de rebote en rebote, es una ilustración típica de esta corriente de opinión. Admitiendo que la hipótesis extraterrestre sea correcta, el secreto - dicen algunos - sería mantenido por miedo a movimientos de pánico que, aseguran, no tardaría en producirse, como demostró la desafortunada experiencia de la emisión radiofónica de la "Guerra de los mundos" transmitida por Orson Welles en los Estados Unidos en 1938 (solamente nueve años antes de Roswell). Esta explicación no es fácil de rechazar; sin embargo parece un poco corta. En efecto, las raíces del caso son probablemente más profundas y los motivos sociopsicológicos parecen más complejos.

7.1. La paradoja OVNI

A pesar de que una mayoría de americanos parece rendida a la idea de la existencia de inteligencias extraterrestres, una muy fuerte resistencia permanece en los medios científicos, entre los líderes y en la mayoría de los medios, a la idea de que estas entidades, cualesquiera que sean, pudieran visitar o continuar visitando nuestro planeta y recorrer nuestro sistema solar.

La idea es ridiculizada por la mayoría de los medios. Paralelamente a esta idea, la mayoría de los políticos, y la gran mayoría de los miembros de la inteligencia, declaran que la humanidad tiene mejores cosas que hacer que seguir tales quimeras.

7.2. �Por qué esta resistencia?

7.2.1 Del lado de los científicos

Frente a una actitud oficial de desprecio, y ante el miedo de ser asimilado por activistas de sectas "platillistas" y de "lunáticos", la gran mayoría de científicos, igual si están interesados, evidentemente dudan en atacar un problema sulfuroso y no quieren naturalmente poner en entredicho su reputación, su carrera y el financiamiento de sus investigaciones (cf. anexo 2, "Observaciones de astrónomos"). Tras el análisis, esto parece tener otras razones más profundas.

 Existe, desde casi dos siglos, una corriente de pensamiento general, que tiende a rechazar la idea de que los fenómenos terrestres pueden ser influenciados desde el exterior.

Esta era, al principio, una reacción positiva, racional y fecunda a las creencias antiguas. Con respecto a la antigüedad, la ciencia moderna, de hecho, ha avanzado en el eliminar a los dioses. Parecería molesto e incongruente hacerlos regresar bajo otras formas.

La idea que domina prácticamente todas las mentes es (la de) que el hombre es dueño de la Tierra y, por extensión, de su inmediata vecindad cósmica, que es lo mejor que pudo producir la naturaleza en esta pequeña esquina de la galaxia, y que permanece como único conductor de su destino. Varios filósofos americanos han dado a este concepto el calificativo de "humanismo antropocéntrico".

Admitir que inteligencias no solamente exteriores, sino también superiores por sus conocimientos científicos y tecnológicos, pudieron o puedan continuar interfiriendo en nuestros asuntos, nuestro dominio reservado en nuestra vecindad, es considerado por muchos como aterrador e inaceptable, porque admitirlo provocaría el derrumbe de los marcos de pensamiento convenientes al humanismo antropocéntrico.

Por otra parte, en ciertas disciplinas como la física, el riesgo que se corre es el de enfrentar una ciencia en desarrollo desde hace varios siglos, e incluso milenios.

Nuestros propios conceptos podrían parecer literalmente infantiles, desmovilizando completamente a los investigadores que los usan.

Es claro que, en la hipótesis de que se demostrara la existencia y el origen extraterrestre de los OVNIS, no sólo la posición de las autoridades intelectuales, mas simplemente la posición social de las élites científicas se arriesgaría a estar fuertemente comprometida. Eso es lo que ha pasado cada vez que grupos o naciones se han encontrado en contacto con una civilización humana más desarrollada, a excepción notable de Japón en la era Meiji, (caso) que convendría estudiar (más profundamente).

Es concebible que hacer avanzar el conocimiento del fenómeno OVNI, ante el riesgo de aprobarse, no sería forzosamente una perspectiva atrayente por numerosos científicos, que podrían entonces no sentir un gran deseo por estrechar la mano.

7.2.2 Del lado de los políticos

7.2.2.1

Salvo raras excepciones (el presidente Jimmy Carter, el senador Barry M. Goldwater), la mayoría de los políticos casi siempre muestran una actitud muy escéptica y a menudo irónica sobre el tema. Sin embargo, algunos tuvieron una actitud más abierta.

Las alusiones más conocidas de la existencia eventual de extraterrestres y de los peligros que ellos representarían, provienen del general Mac Arthur y del presidente Ronald Reagan.
A pesar de que ya había mencionado el problema en 1955, durante una conversación con el alcalde de Nápoles, Achille Lauro, el general Mac Arthur dijo en un discurso en la academia militar de West Point en 1962:

"Ustedes ahora enfrentan un nuevo mundo, un mundo de cambios. La injerencia en el espacio exterior... marca el comienzo de otra época en la larga historia de la humanidad... Ahora nos enfrentamos, no sólo con cosas de este mundo, sino con las ilimitadas distancias así como los insondables misterios del universo... del conflicto final entre una raza humana unida y la siniestra fuerza planetaria de alguna otra galaxia".

El secretario general Mikhail Gorbachov, por su lado, reveló que en una discusión privada durante la conferencia cumbre de 1985, el presidente Reagan le habría dicho que si la Tierra debiera enfrentar una invasión por extraterrestres, los Estados Unidos y la Unión Soviética unirían sus fuerzas para expulsar esta invasión.

Por otro lado, al final de un discurso ante la 42�. Asamblea General de las Naciones Unidas el 21 de septiembre de 1987, el presidente Reagan afirmó:

"En nuestra obsesión por los antagonismos del momento, nos olvidamos a menudo de todas las cosas que unen a los miembros de la humanidad. Quizás necesitamos de una eventual amenaza exterior, universal, que nos haga reconocer este lazo común. Ocasionalmente pienso en lo rápido que todas nuestras diferencias podrían desaparecer si enfrentáramos una amenaza extraterrestre desde fuera de este mundo".

7.2.2.2
Sin embargo, tanto para los dirigentes políticos como para los científicos, el interés oficial en los OVNI y en los extraterrestres es abordado con riesgo de enfrentar el ridículo ante los comentaristas y los medios, que regularmente manejan la censura y la ironía destructiva, así como la mentira.

7.2.2.3
No obstante, existen otros elementos que (son dignos de ser) tomados en consideración. A pesar de que un número importante de ciudadanos americanos parece admitir la existencia de los OVNIS (como) de origen extraterrestre, ciertos dirigentes políticos parecen vacilar en solicitar los recursos para investigar el tema, por el temor de ser acusados de gastar en un asunto por demás polémico.

7.2.2.3.1
Aún más, si consideramos la hipótesis según la cual los responsables políticos del más alto nivel en los Estados Unidos están en posesión de informaciones precisas que atestiguan esta existencia, su situación sería particularmente incómoda. Las fuerzas armadas repiten oficialmente, después de cincuenta años, que este fenómeno no amenaza la seguridad del país, sin querer decir que el fenómeno existe.

Sin embargo, existen tantas observaciones inquietantes, como la de visitas sobre instalaciones secretas y de bases de misiles, de efectos electromagnéticos intensos, de persecución a aviones militares (caso del RB-47) o de simulacros de intercepción. En realidad, ante la imposibilidad de encontrar ese tipo de amenaza, las autoridades han podido continuar hasta ahora negando su existencia.

Ante la ausencia de una amenaza directa y de un verdadero ataque, la sola amenaza potencial puede parecer temible a los ojos de las autoridades (especialmente las militares).
"Ellos" vienen de las estrellas, "sus" aparatos nos vigilan y nos provocan, "ellos" parecen estar en la Tierra desde hace millones de años y nosotros no conocemos "sus" intenciones. "Su" ciencia y "su" tecnología, y por tanto "su" potencia, son incomparablemente superiores a las nuestras.

Sin estar completamente desarmados, poseyendo los recursos con que contamos en la Tierra y con nuestra evidente capacidad para aprender rápido, no debemos sentirnos inquietos ante "su" presencia.

Hasta ese día, la demanda de materiales y créditos para efectuar las investigaciones necesarias es considerado oficialmente difícil por la única superpotencia mundial.

7.2.2.3.2
Esto es mucho más cierto, si consideramos como hipótesis suplementaria aquélla que señala que las fuerzas armadas americanas tienen en sus manos las pruebas formales de esta amenaza; por ejemplo, en la forma de aparatos extraterrestres estrellados en tierra, o de investigaciones intensivas sobre tecnologías extranjeras iniciadas desde hace mucho tiempo bajo el encubrimiento al más alto nivel de secreto.

Como se verá en 7.3.3, estaría totalmente excluido divulgar este tipo de información. En efecto, descubrir demasiado rápido esta realidad, tan novedosa como inquietante, sería asumir el riesgo de conmociones sociales, acompañadas de pánico, de movilización de fuerzas, de una multiplicación de sectas milenaristas y de un éxodo masivo de poblaciones con fundamentalismos religiosos.

La pérdida de confianza hacia las autoridades puede asimismo conducir rápidamente a su caída. Ante tal problema, su reacción normal sería evidentemente ganar el mayor tiempo posible, continuando negándolo todo para preservar el trabajo en secreto y esperando que sus sucesores asuman la responsabilidad cuando esta realidad se vuelva manifiesta.

7.3 Los responsables americanos y la política de secreto

7.3.1 El ejército americano y los OVNIS

El ejército americano se enfrentó directamente al fenómeno después de la Segunda Guerra Mundial. Parece haber sido el único ejército en haber abordado el tema oficialmente con los medios.

7.3.2 Las consecuencias del estudio de los OVNIS

El ejército americano, en efecto, ha concebido aeronaves que presentan las características descritas por los testimonios mas dignos de fe. Las consecuencias son potencialmente considerables en el campo de la propulsión; de materiales y de estructuras; de maniobrabilidad y de armamentos.

7.3.3 Finalmente, �por qué el secreto?

Ignoramos actualmente el empleo que los militares americanos han dado a los conocimientos obtenidos del conjunto de estudios que han manejado sobre el tema, algunas veces a partir de avistamientos, otras a partir de informes de los materiales que han podido ser recuperados.
Como quiera que sea, es claro que el Pentágono es, y probablemente seguirá siendo, el más grande interesado en ocultar, lo más posible, todas las investigaciones que puedan con el tiempo conducir a Estados Unidos a obtener una posición de supremacía frente a sus adversarios terrestres, dotándoles totalmente de una capacidad de respuesta no despreciable contra una eventual amenaza venida del espacio.

En este marco, es para ellos imposible divulgar los orígenes de las investigaciones y los objetivos perseguidos, pues esto podría inmediatamente provocar una eventual rivalidad hacia los elementos más interesantes. El ocultamiento y la desinformación (tanto activa como pasiva) permanecerá, siempre en esta hipótesis, como una necesidad absoluta.

Así, parece natural que, dada la mentalidad de los jefes militares americanos, el secreto deba ser guardado el mayor tiempo posible.

Sólo una presión creciente de la opinión pública, sostenida eventualmente por los resultados de investigaciones independientes, por las divulgaciones más o menos calculadas, e incluso por un aumento repentino de manifestaciones OVNI, podría quizás, obligar a los gobernantes y a las autoridades americanas a modificar su actitud.

Esto parece que no va a suceder pronto.

 

 

Atras

Continua

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