EL OPUS DEI:
SU VERDADERA FAZ
Juan Morales

   III. LA LIBERTAD,
ESCRIVÁ DE BALAGUER y EL OPUS DEI.

   "Yo daría mi vida cien veces por defender la libertad de tu conciencia.

   Los cooperadores no católicos incluso los judíos, forman parte inseparable del Opus según el mismo Escrivá reconoce, completándose así la "familia espiritual". De nuevo es Berglar quien lo verifica a con tinuación:

   "Soy amigo de la libertad -proclamaba Mons. Escrivá de Balaguer- porque es un don de Dios, porque es un derecho de la persona humana, porque, con libertad personal y responsabilidad personal, se hubieran evita do la mayor parte de los crímenes del mundo".

   En "Tiempo de Caminar" también Ana Sastre recoge las palabras de Escrivá (pág. 252). 

   "En uno de los pasillos encontré un gran letrero escrito por alguno no conformista, donde se leía: "cada caminante siga su camino". Quisieron quitarlo, pero yo les detuve:  "Dejadlo -les dije-, me gusta(... )" Desde entonces, esas palabras me han servido muchas veces de motivo de predicación. Libertad: cada caminante siga su camino  

   Escrivá, como " paladín de la libertad", tuvo sus dificultades. Él mismo lo reconocería con las siguientes afirmaciones recogidas por Bernal en su libro (págs. 208-209): 

   "( ...) la Obra. Cuando apenas había nacido, encontró ya la oposición de los enemigos de la libertad in dividua1 y de personas tan aferradas a las ideas tradicionales que no podían entender la vida de los socios del Opus Dei: ciudadanos corrientes, que se esfuerzan por vivir plenamente su vocación cristiana sin dejar el mundo. 

   (ibidem, pág. 272): "Así hay que amar la libertad: con responsabilidad personal. (...) Pienso que soy -les decía bromean do- el último romántico, porque amo la libertad personal de todos -la de los no católicos también- (...). Amo la libertad de los demás, la vuestra, la del que pasa ahora mismo por la calle, porque si no la amara, no podría defender la mía.  

   El citado autor continúa (pág.299) :

   "Lo asombroso -quiero subrayarlo- fue la fidelidad del Fundador a ese espíritu en los años treinta y cuarenta, cuando hablar de libertad y de pluralismo entre los católicos ordinariamente resultaba contracorriente.

   (pág.310/):    "El Fundador del Opus Dei vivió el amor a la li bertad hasta extremos heroicos.

   También Ana Sastre lo declara en "Tiempo de Caminar" (pág. 615):

   "Llevaba el amor a la libertad en la más honda raíz de su ser humano y cristiano" .

   Los extremos "heroicos" con que Escrivá defiende la libertad parecen no ser otros que el pluralismo. Su amor por ésta, le llevó a convertir las casas del Opus en residencias interconfesionales, pues, en ellas, como se nos dice claramente en "Conversaciones con Mons.  Escrivá de Ba1aguer" (pág. 126):

   "(. ..) viven estudiantes de todas las religiones y de todas las ideologías"

   Si volvemos al libro de Salvador Berna1, encontramos (pág.311): 

   "La afirmación del pluralismo entre los cató1i cos fue en los primeros años del Opus Dei novedad ininteligible para muchos, porque habían sido formados en una línea justamente contraria (...). 

   Por lo tanto, y como resultado de su patente amor y fidelidad para con la libertad, se hizo firme y tenaz portavoz del pluralismo; en "Conversaciones con Mos. Escrivá de Ba1aguer" es el mismo Fundador quien nos da la prueba fehaciente, pues declara: 

   "Soy muy amigo de la libertad y de que cada uno siga su camino (...) pág. 70

   "El pluralismo no es temido sino amado como legítima consecuencia de la libertad personal. pág. 190

   Continuando con la Obra de Berna1 ("Mons. Escrivá de Balaguer") , llegaremos a la conc1usión de que, la libertad fue una de las pasiones del Fundador del Opus Dei pág. 284):

   "El 27 de junio de 1975, en "La Vanguardia Espa ñola" de Barcelona, Alfonso Balcells Gorina, testigo de excepción de las dificultades en aquella ciudad, redactó a vuelapluma: "Cuando al principio de los años cuarenta hubo en Barcelona incomprensiones y calumnias, nos enseñó el amor a la libertad y el respeto a la libertad de todos.

   (pág.287): "Una de las cosas que más me han emocionado al conversar con Mons. Escrivá de Balaguer, aparte de su calor humano, de su entusiasmo y su sentido sobrenatural, es su amor a la libertad", afirmó en "La Libre Belgique", Mons. Onclin, pocos días después del fallecimiento del Fundador del Opus Dei.

   (pág.296): "Mons. Escrivá de Balaguer trató con lealtad a las almas. Defendió la libertad de sus conciencias (...). 

   El mismo autor recoge en su libro lo que le dijo el Fundador de la Obra a una metodista (pág. 297):

   "Yo daría mi vida cien veces por defender la 1ibertad de tu conciencia".  

   IV. LA "LIBERTAD IGUALDAD 
y FRATERNIDAD"
EMBLEMA DEL OPUS DEI.

   Al igual que la Revolución Francesa y el Concilio Vaticano II, Escrivá y el Opus se hacen los portavoces de "La Libertad, la Igualdad y la fraternidad.

LIBERTAD

   "En el Opus Dei el pluralismo es querido y amado"

   En el libro "tiempo de Caminar", de Ana Sastre (Editorial Rialp), podemos encontrar (pág. 610):

   "La Obra era así la primera asociación de la Iglesia que abría fraternalmente sus brazos a todos los hombres, sin distinción de credo ó confesión

   "Este respeto a la libertad de las conciencias es algo que Monseñor Escrivá de Balaguer ha gritado en todos los idiomas del mundo. Ha dicho, repetidamente, que daría la vida por defender la libertad de la conciencia de una sola persona. ¡Libérrimos!... repite constante mente a sus hijos. 

   Pero, antes de continuar con lo que Ana Sastre nos comenta en su obra, hagamos un paréntesis para remitirnos una vez más a "Conversaciones con Mons. Escrivá de Ba1aguer", donde encontramos que ( pág.127): 

   "Como consecuencia del fin exclusivamente divino de la Obra, su espíritu es un espíritu de libertad, de amor a la libertad personal de todos los hombres. Y como ese amor a la libertad es sincero y no un mero enunciado teórico, nosotros amamos la necesaria consecuencia de la libertad: es decir, el pluralismo. En el Opus Dei el pluralismo es querido y amado, no sencillamente tolerado y en modo alguno dificultado.

   "El cristiano debe amar a los demás, y por tanto respetar las opiniones contrarias a las suyas, y convivir con plena fraternidad con quienes piensan de otro modo. (pág. 128)

   Volviendo pues, a Ana Sastre en "Tiempo de Caminar", podremos leer (pág. 610): 

   "La Obra pregona a los cuatro vientos, que por encima de toda ideología y creencia, mantiene el profundo do respeto a la persona y a su libertad 

   En la "defensa de la libertad", el Opus hace la mejor garantía de su misión "sobrenatural"... En "Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer" se nos afirma (pág.129): 

   "Es este un punto en el que nadie en el Opus Dei  podrá permitir jamás la menor desviación, porque debe defender no sólo su libertad personal, sino la naturaleza sobrenatural de la labor a la que se ha entrega do. Pienso, por eso, que la libertad y la responsabilidad personales, son la mejor garantía de la finalidad sobrenatural de la Obra de Dios.

   La libertad de Escrivá y del Opus culmina, como es de prever, en la libertad religiosa de la cual es su "paladín insólito", pues, téngase en cuenta que se trataba del año 1928 cuando fundó la Obra.

   La posición de ésta ante la declaración del Concilio Vaticano II acerca de la libertad religiosa, se nos da a conocer, con las propias palabras del Fundador, cuando fue interrogado por un periodista, y recogidas después por Bernal en "Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer" (pág. 296):

   "En cuanto a la libertad religiosa, el Opus Dei, desde que se fundó, no ha hecho nunca discriminaciones; trabaja y convive con todos, porque ve en cada persona un alma a la que hay que respetar y amar. No son sólo palabras; nuestra Obra es la primera organización católica que, con la autorización de la Santa Sede admite como cooperadores a los no católicos cristianos ó no. He defendido siempre la libertad de las conciencias. No comprendo la violencia: no me parece apta ni para convencer; el error se supera con la oración, con la gracia de Dios, con el estudio; nunca con la fuerza, siempre con la caridad. Comprenderá que siendo ése el espíritu que desde el primer momento hemos vivido, sólo alegría pueden producirme las enseñanzas que sobre este tema ha promulgado el Concilio.

 Más adelante Bernal añade (pág 299):

   "Estaba dispuesto a dar cien vidas que tuviera para defender la libertad de las conciencias.

   Para Escrivá, la santidad deriva de la libertad y del trabajo del hombre, dada su dignidad. De aquí que se puede decir que el Opus y su Fundador tienen una mentalidad "tecnocrática" revestida de apostolado. Prestemos pues, atención a lo que se nos dice en la obra "Opus Dei" de Berglar (pág. 102):

   "El núcleo de esta renovación ha sido y será siempre el mismo: la santidad de todos los miembros de la Iglesia. No se trata de la "emancipación" de los laicos, sino de su santidad, que nace de su libertad y- la asume.

   (pág. 218: "(...) servimos -dice Escrivá- a toda la Iglesia con un servicio de carácter profesional, de ciudadanos que llevan el testimonio cristiano del ejemplo y la doctrina hasta los últimos rincones de la sociedad civil".

   (pág. 306): "(...) llega un sacerdote español, Josemaría Escrivá de Balaguer, y proclama una nueva "teología del trabajo", en la que "currelar" es un medio imprescindible de santificación para el cristiano corriente.¿No es esto una provocación? ¿o sólo se trata de una "locura" ?

   (pag 306): "La triple fórmula: santificar el trabajo, santificarse en el trabajo, santificar a los demás con el trabajo", es una de las autodefiniciones que más se citan cuando se trata de describir el Opus Dei, una fórmula que no falta nunca ni siquiera en la más escueta contestación a la pregunta sobre la esencia del Opus Dei, sobre qué es realmente y qué pretende la Obra; y, sin embargo, sabemos por experiencia que es uno de los puntos más difíciles de entender. La dificultad no es ficticia, ni tampoco consecuencia de la superficialidad o del no querer entender, sino que tiene aspectos objetivos, pues toca problemas fundamentales del hombre, sobre todo en nuestra época, con su civilización global 

   (pág. 312): "En la espiritualidad del Opus Dei -decía Escrivá en cierta ocasión- el trabajo es fundamental, porque toda la Obra se apoya, como la puerta en el quicio, en el ejercicio de un oficio ó trabajo en medio del mundo; de tal manera que cualquiera que excluya un trabajo humano honesto -importante ó humilde-, afirmando que no puede ser santificado y santificante, podemos decirle con toda seguridad que Dios no le ha llamado a la Obra". Palabras inequívocas, casi implacables, esculpidas en la primera piedra del Opus Dei. Con ellas volvía a las reflexiones que ya había expresado indénticamente en 1932. y dieciséis años más tarde escribía de nuevo: " no hay incompatibilidad entre la moral cristiana, entre la perfección cristiana, y cualquier profesión lícita, intelectual ó manual, de esas que la gente califica como importantes ó de esas que considera humildes " .

   (pág. 312): "Precisamente por ser tan categóricas estas afirmaciones de Monseñor Escrivá, es necesario explicarlas pues no se puede creer que sean tan sencillas como pueden parecer a primera vista; se refieren al núcleo más central del Opus Dei y desvelan una característica totalmente irrenunciable de la vocación a la Obra

   Es asombroso que, sin mencionar para nada la gracia, se llegue a afirmar (dentro de la misma obra que nos ocupa) que:

   (pág. 320): "La única condición (indispensable por supuesto) para que el trabajo sea labor santificante y santificadora es que sea un trabajo honesto y honrado.

   El trabajo es para Escrivá y su Obra lo que vincula al hombre con el mundo, esta es la clave; el trabajo como medio de unión con el mundo al que tan apasionadamente ama.

   También Ana Sastre en "Tiempo de Caminar" lo describe: 

   (pág. 598): "Un rasgo esencial del espíritu del Opus Dei es la valoración del trabajo profesional. Esa tarea que vincula al hombre con el mundo. 

   Mucho antes del Concilio Vaticano II Escrivá muestra el lazo entre santidad, trabajo y dignidad del hombre, mejor que cualquier modernista postconciliar: 

   (pág. 95): "El trabajo, todo trabajo, es testimonio de la dignidad del hombre, de su dominio sobre la creación (...). No sólo es el ámbito en el que el hombre vive, sino medio y camino de santidad, realidad santificable y santificadora

Volviendo a Bernal, su enfoque (el de Escrivá) de la santidad y del trabajo son absolutamente nuevos. Así lo manifestaría el autor:  (pág. 115): 

   "El Fundador del Opus Dei no quería resolver ningún problema inmediato. El enfoque con el que planteaba la santificación del trabajo era absolutamente nuevo, original.

   (págs. 137-138): "El propio Fundador explicó esta idea central en infinidad de ocasiones con palabras precisas y atra yentes. He aquí algunas, entresacadas de varias de sus respuestas a diversos periodistas, que fueron publicadas en un libro con el título conocido de "Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer" :

   "El Señor suscitó el Opus Dei en 1928 para ayudar a recordar a los cristianos que, como cuenta el libro del Génesis, Dios creó al hombre para trabajar...

   "Las condiciones de la sociedad contemporánea, que valora cada vez más el trabajo, facilitan evidentemente que los hombres de nuestro tiempo puedan com prender este aspecto del mensaje cristiano que el es píritu del Opus Dei ha venido a subrayar. Pero más importante aún es el influjo del Espíritu Santo, que en su acción vivificadora ha querido que nuestro tiem po sea testigo de un gran movimiento de renovación en todo el cristianismo. Leyendo los decretos del Concilio Vaticano II se ve claramente que parte importante de esa renovación ha sido precisamente la revalorización del trabajo ordinario y de la dignidad de la vocación del cristiano que vive y trabaja en el mundo.

   Podemos sacar la conclusión de que, la santidad, no implica para Escrivá, un espíritu opuesto al mundo, sino todo lo contrario. Fue por tanto una dicha para él, ver cómo el Vaticano II no rechazaba al mundo que tanto amaba. En "Opus Dei" de Peter Berglar lo comprobamos de nuevo:

   (pág.217): "Su mensaje de que el mundo puede y debe ser santificado desde dentro, por los cristianos corrientes que viven "en medio de la calle", rompía los esquemas acostumbrados que hacían creer que la lucha por la santidad exigía la retirada de este mundo ("mundo" entendido como el reino "cuyo príncipe" es el enemigo de Dios) y el paso a otro estado, al estado religioso de "almas consagradas a Dios".

Vázquez nos lo ratifica en "El Fundador del Opus Dei":

   (pág.338): "Qué dicha la de Mons. Escrivá de Balaguer, viendo que el Concilio refrendaba con solemnidad el que la Iglesia "no rechazaba el mundo en que vive, ni su progreso y desarrollo, sino que lo comprende y ama".

   La novedad es tal, que no lo pueden ocultar. Así lo expone Bernal:

   (pág.141): "y el Fundador del Opus insistía, consciente de la novedad de ese planteamiento: 

   " El auténtico sentido cris tiano -que profesa la resurrección de toda carne- se enfrentó siempre, como es lógico, con la desencarnación, sin temor a ser juzgado de materialismo. Es lícito, por tanto, hablar de un materialismo cristiano, que se opone audazmente a los materialismos cerrados al espíritu.

   "El trabajo es, pues, la materia prima que hay que santificar, el instrumento de la santificación de los demás.

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