MIXOMATOSIS,
LA ENFERMEDAD DE LOS CONEJOS
El
conejo ha estado asociado a la historia de nuestro país desde
muy antiguo. Nadie duda sobre la
importancia que este pequeño
animal ha tenido y tiene en varios
campos, desde el económico,
puesto que desde siempre hemos sabido
aprovechar su carne y sus
pieles, hasta el ecológico, como pieza
fundamental en los
ecosistemas españoles.
Desde
hace años se habla de una enfermedad letal para ese animal:
la mixomatosis, cuya virulencia inicial
supuso un durísimo golpe
para la existencia de nuestro conejo
silvestre. Hoy en día conejos y
cazadores hemos aprendido a “vivir”
con esta enfermedad,
mientras se continúa en el desarrollo de
vacunas que la palien.
Conozcamos
algo más sobre la Mixomatosis.
¿QUÉ
ES LA MIXOMATOSIS?
No
vamos a entrar aquí en complicadas explicaciones veterinarias, que no vienen al
caso. Trataremos de
dar una explicación sencilla de esta
enfermedad.
Todo empezó en los pasados años 50 con
el trabajo de un médico de origen francés llamado Armand-
Delille, quien inoculó la mixomatosis a
un conejo de su finca, en su país; este simple “experimento”
acabó con los conejos de media Europa en
pocos meses, lo que se convirtió en esos momentos en un
auténtico logro por el que Delille fue
condecorado. Y es que ciertamente, en aquella época el conejo se
llegó a considerar como una auténtica
plaga, que causaba enormes destrozos en la agricultura europea.
Pero
lo que en principio fue un éxito acabó por convertirse en un auténtico
problema en nuestro país.
Tanto
es así que hubo zonas en las que el conejo casi llegó a extinguirse (se
calcula que terminó con el
90% de la población de conejos
silvestres españoles y, aún hoy, se trabaja para paliar las consecuencias),
lo que implicó complicaciones
importantes para otras especies. Tanto es así que se experimentó un
notable descenso en las poblaciones de
grandes rapaces, de depredadores y de numerosos carnívoros
silvestres, para quienes el conejo era
hasta entonces su principal alimento.
La
Mixomatosis se convirtió, por tanto, en una
enfermedad contra la que luchar. Pero, ¿qué
es la
mixomatosis para resultar tal letal? Pues
se trata,
sencillamente, de un virus originario
del continente
americano si bien para los conejos de
aquella zona
supone tan sólo una leve afección.
A
lo largo de los años el virus de la mixomatosis ha
ido mutando y generando otras variedades
(llamadas
cepas). Por su parte los conejos han
adquirido cierta
resistencia, de tal manera que en la
actualidad las
cepas existentes producen una mortalidad
menor
entre los conejos silvestres, que la
provocada por
aquella primera.
La
transmisión se produce principalmente a través de
los mosquitos (aunque también por otros
como las
pulgas, garrapatas, etc.); por ello,
teniendo en cuenta
la aparición estacional de estos
insectos, es normal
que la incidencia de la mixomatosis sea
mayor en los
meses calurosos y húmedos. Pero además
de esta vía
“indirecta” de contagio, existe otra
“directa”,
provocada por el contacto entre animales
enfermos y
otros que no lo están.
Por
otro lado está el tema de las repoblaciones, muchas sociedades de caza, en su
empeño por repoblar de
conejo sus zonas, ponen en libertad
conejos no autóctonos. En muchos casos, estos conejos son
portadores de la mixomatosis, aunque no
la sufren. Ni que decir tiene que la reproducción de este tipo de
conejos supone un aumento progresivo de
las zonas problemáticas, lo que conlleva que a lo largo de los
años surjan nuevos brotes de esta
enfermedad en distintas zonas.
¿CÓMO
ACTÚA SOBRE EL CONEJO?
Las
manifestaciones clínicas de la mixomatosis varían de acuerdo con la virulencia
de la cepa en concreto
y con la resistencia del animal receptor.
En
general tiene un período de incubación de 3 a 4 días, tras lo cual el animal
comenzará a presentar una
serie de signos claramente reconocibles:
-
Decaimiento.
-
Anorexia.
-
Edema de párpados.
-
Conjuntivitis.
-
Edema en la base de las orejas.
-
Secreción nasal.
-
Respiración dificultosa
Asimismo,
el animal reacciona con mucho dolor a la palpación de la región ocular.
Entre
los 5 a 6 días de detectarse los primeros síntomas aparecen bultos (también
conocidos con el
nombre de mixomas) en la cara y
genitales, que posteriormente se expanden al resto del cuerpo.
La
respiración se torna dificultosa y el animal no come ni bebe.
La
muerte se produce entre los 10 a 12 días posteriores a la infección,
normalmente a causa de alguna
enfermedad secundaria, como consecuencia
de la depresión de su sistema inmunológico.
LA
VACUNA
Los
diversos estudios realizados para paliar la Mixomatosis conllevaron el
desarrollo de una vacuna; ésta
ha demostrado ser eficaz para el control
de la enfermedad en conejos domésticos si bien la complejidad
de su administración (que debe
realizarse ejemplar a ejemplar), supone que resulte poco eficaz para las
poblaciones de conejos silvestres.
Con
el fin de solucionar este hecho, la Federación Española de Caza se dirigió al
Instituto Nacional de
Investigación y Tecnología Agraria y
Alimentaria. Ambos organismos firmaron un convenio de
colaboración para el desarrollo de una
única vacuna contra los dos tipos de enfermedades víricas
(Mixomatosis y Enfermedad Hemorrágica Vírica,
RHD) pensada y desarrollada para el conejo de monte,
respetando el medio ambiente y su
equilibrio.
Fruto
de este trabajo surgió la vacuna conocida con el nombre de Recombinante
Mixoma VP60,
conseguida a partir del virus de la
mixomatosis vivo.
Esta
vacuna no produce ningún tipo de lesión ni efectos secundarios, ni en los
animales vacunados
directamente, ni en los animales
vacunados por contacto de los primeros, tampoco en madres gestantes.
Para
probarlo se realizaron trabajos de campo en la isla del Aire (Menorca), donde se
realizó un censo de
300 conejos de campo, de los que se vacunó
con Mixoma-VP60 a 75 . Pruebas posteriores revelaron que
el cien por cien de los animales
vacunados habían conseguido la inmunidad y del 45 por ciento de los
conejos de la isla presentaban
anticuerpos de las dos enfermedades. La transmisión del virus vivo
amortiguado de la vacuna se realiza por
contacto y también por pulgas que se pusieron a los conejos
vacunados.
Terminadas
las pruebas de campo, los investigadores tuvieron la oportunidad de comprobar la
efectividad
de la vacuna ante el azote natural no
inducido de la enfermedad. Se declaró un brote de mixomatosis en la
península que pronto pasó a las Islas
Baleares, llegando también a la isla del Aire, sin producir grandes
bajas, puesto que hubo una supervivencia
del 75 por ciento de los conejos; cuando de no haber sido
vacunados con toda seguridad la
mortalidad hubiera sido del 90 por ciento.
A
pesar de ello, la vacuna no se encuentra autorizada por la Agencia Europea del
Medicamento, el motivo
es claro: esta vacuna se obtiene a partir
de un organismo vivo modificado genéticamente, es decir, se trata
de “ingeniería genética”.
Además
es de sobra conocida la presión realizada por algunos países para evitar la
comercialización de
esta vacuna (puesto que el conejo es
considerado una plaga en algunos países).
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