RESÚMENES - III Ciclo de Conferencias Científico - Marinas


FITOPLÁNCTON EN EL MEDITERRÁNEO

Marta Estrada Miyares

Institut de Ciències del Mar. CSIC.

P. Joan de Borbó, s/n, 08039 Barcelona


El Mediterráneo puede ser considerado globalmente como un mar oligotrófico. Desde hace tiempo se conocen los grandes rasgos del ciclo estacional en el Mediterráneo, con alternancia de períodos de mezcla y estabilización y proliferaciones de fitoplancton en invierno-primavera, cuando comienza a estabilizarse la columna de agua, y en otoño, cuando se rompe la termoclina. Estudios en gran parte recientes han puesto de manifiesto, por un lado, la gran variabilidad interanual de la circulación marina mediterránea y, por otro, la importancia de episodios de fertilización, a escalas de tiempo muy inferiores a la estacional, que producen inyecciones localizadas de nutrientes en la zona fótica. Estos enriquecimientos pueden deberse a mecanismos como inestabilidades en zonas frontales, rotura de ondas internas a nivel de la termoclina, deposición atmosférica y descargas fluviales intermitentes. Los aportes episódicos de nutrientes puede contribuir a explicar una de las aparentes paradojas del Mediterráneo, el mantenimiento de una producción primaria generalmente aceptados.

La diversidad de mecanismos de fertilización puede tener como efecto el mantenimiento de valores relativamente estables de producción primaria, a pesar de la variabilidad espacio-temporal de las condiciones ambientales. Un ejemplo de este tipo de relaciones entre el ambiente físico y la respuesta biológica del ecosistema planctónico puede hallarse en el Mar Catalano-Balear que ha sido objeto, en los últimos años, de una serie de estudios multidisciplinarios a cargo de investigadores del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona y de otras instituciones.

El Mar Catalano-Balear puede caracterizarse hidrográficamente por la presencia de dos frentes de talud permanentes. Uno de ellos, el frente Catalán, sigue el talud continental en el lado peninsular, mientras que el Frente Balear se encuentra en el lado de las Islas Baleares. Entre ambos frentes se halla una zona de elevación de las isolíneas de densidad que puede interpretarse como una divergencia entre la corriente que fluye hacia el sudeste en el lado peninsular y la que va hacia el nordeste junto a las islas. Estas estructuras del Mar Catalano-Balear se continúan con otras similares en el mar Ligur, entre la costa continental y las islas de Córcega y Cerdeña. La existencia de meandros y torbellinos ciclónicos en las zonas frontales puede producir efectos locales de fertilización. Por otra parte, la elevación del agua profunda en la zona central facilita la llegada de nutrientes a la zona fótica.

Las estructuras frontales y la divergencia central ejercen una gran influencia en la estructura y dinámica de las comunidades fitoplanctónicas y de todo el ecosistema pelágico del Mar Catalano-Balear. Observaciones realizadas durante la proliferación de invierno-primavera han indicado un efecto de frontera del Frente Catalán, que separaba comunidades dominadas por diatomeas, en la zona costera, de comunidades dominadas por cocolitoforales o flagelados (a veces con importantes concentraciones de Phaeocystis) aguas afuera. Durante el período de estratificación, la distribución espacial del fitoplancton viene condicionada por la interacción entre el efecto de las zonas frontales y el establecimiento de un máximo profundo de clorofila (MPC), a profundidades entre 40 y 60 m. El MPC se debe a un aumento de la densidad de población de fitoplancton acompañado de un importante incremento de la concentración celular de clorofila, debido a fotoaclimatación a las bajas intensidades luminosas. Dentro del MPC, la distribución de biomasa fitoplanctónica es heterogénea; es frecuente la presencia de manchas discontinuas de elevada concentración de clorofila, presumiblemente originadas como respuesta a fenómenos localizados de fertilización. Estas manchas, formadas principalmente por diatomeas, indican que el MPC es una zona de elevada productividad biológica, lo que tiene importantes implicaciones para otros niveles tróficos. Otros componentes del fitoplancton, como dinoflagelados y flagelados, dominan en las capas superiores de la zona fótica, mientras que los cocolitoforales pueden ser abundantes aguas afuera del frente, en otoño e invierno.

El estudio de las comunidades fitoplanctónicas mediante métodos multivariados sugiere la existencia de pautas persistentes en la composición taxonómica de las comunidades de fitoplancton de la región.





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Página elaborada por Victor Alcalá. Marzo de 1998

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