GUIA DE FILOSOFÍA
El siguiente es el texto base de preparación para la prueba de Nivel de Filosofía del Segundo Semestre. Ha sido publicado hoy, Jueves 25 de Octubre, a las 21:30 hrs
VISION SINTÉTICA DE LA TEORÍA FREUDIANA DE LA PERSONALIDAD
LA CONCEPCIÓN FREUDIANA DE LA PERSONALIDAD PASA POR DOS ETAPAS
1ª. Al principio Freud distingue dos ámbitos o estructuras (instancias, en la terminología de
Freud): el preconsciente y el inconsciente, entre los que se sitúa una función de censura.
El preconsciente está compuesto por recuerdos y aprendizajes que no son conscientes pero
pueden llegar a serlo fácilmente: está disponible y se rige por el principio de realidad. La satisfacción
del placer no se hace por el camino más corto, sino mediante rodeos o aplazamientos en función
de condiciones exteriores. Este principio de realidad es el fundamento del orden social.
El inconsciente no es consciente ni puede serlo, ya que está reprimido y se compone de
pulsiones innatas, deseos y recuerdos reprimidos que pugnan por encontrar satisfacción (se
rigen por el principio del placer); por ello el inconsciente es dinámico.
Por fin, entre el preconsciente y el inconsciente Freud sitúa la censura, es decir, la función
de represión. En este momento de su teoría, Freud no tiene todavía una idea clara acerca
de la represión. Pero compara la censura con un guardián vigilante que no permite pasar a la
consciencia lo que se encuentra en el inconsciente. Durante el sueño la vigilancia de la censura
se relaja un tanto, y entonces los deseos reprimidos pueden aflorar, aunque “disfrazados” bajo
formas simbólicas: de ahí la necesidad de interpretar los sueños.
2ª. A partir de 1920, Freud descubre nuevos hechos importantes: la represión es también
inconsciente; la angustia significa el miedo del yo ante la amenaza de la censura (que es llamada
entonces “superyo”); por eso el yo reacciona mediante mecanismos de defensa. Freud concluye
entonces que el yo se angustia no tanto por los deseos reprimidos como por la amenaza
del superyo; que es el yo el que se defiende y reprime; que esa represión la realiza inconscientemente;
y que, por lo tanto, ya no se puede identificar (como había hecho hasta entonces) el
inconsciente y lo reprimido: también en el yo hay elementos inconscientes. De ahí que Freud
proponga una nueva estructura de la personalidad:
El YO. Se compone de elementos conscientes (percepción externa del mundo, percepción interna,
procesos intelectuales), preconscientes (recuerdos no reprimidos, aprendizajes) e inconscientes
(mecanismos de defensa).
El ELLO. Se compone de todas las pulsiones innatas (agresivas y sexuales reprimidas y, además,
de todo lo que ha ido siendo reprimido (deseos, recuerdos); el ello es la parte más primitiva
del aparato psíquico y, además, tiene un carácter dinámico.
El SUPERYO. Es el heredero del complejo de Edipo y equivale a una especie de moral arcaica
que resulta de la interiorización de las prohibiciones familiares: el niño, que primitivamente
es amoral (no posee más que el ello no reprimido todavía), empieza a percibir las prohibiciones
familiares, que terminan por interiorizarse, hacerse inconscientes y convertirse en una
instancia de vigilia y amenaza del yo.
EL DESARROLLO DE LA IDENTIDAD PERSONAL SEGÚN E.ERIKSON
E. Erikson transforma profundamente las fases del desarrollo propuestas por Freud. En primer
lugar, afirma que el desarrollo no se detiene hacia los 20 años, sino que dura toda la vida.
En cada etapa, el individuos se enfrenta con una tarea específica, siendo el resultado un logro
o un fracaso. Fracasar en una tarea compromete todas las demás. En segundo lugar, las tareas
se realizan dentro del medio social, favorecidas o dificultadas por éste.
Edad
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Éxito
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Fracaso
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8ª. Etapa
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Integridad
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Desesperación
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Madurez
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Acepta la propia existencia como algo valioso. Satisfacción de haber vivido.
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Considera que ha perdido el tiempo y que la vida se termina. Temor a la muerte.
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7ª. Etapa
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Generatividad
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Estancamiento
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Edad adulta
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Productivo y creativo. Proyección al futuro.
Colaboración con las nuevas generaciones.
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Empobrecimiento temprano. Egocentrismo.
Improductividad
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6ª. Etapa
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Intimidad
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Aislamiento
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Juventud adulta
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Capacidad de amar y entregarse.
Sexualidad enriquecedora. Vínculos sociales carácter.
estables y abiertos.
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Dificultades para relacionarse. Problemas de
carácter. Relaciones inauténticas.
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5ª. Etapa
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Identidad
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Confusión
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Adolescencia pubertad
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Sabe quién es él y qué quiere en la vida.
pubertad Seguridad. Independencia. Se es capaz de
aprender mucho. Sexualidad integrada.
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Inseguridad. No sabe lo que quiere. No sabe
pubertad situarse frente al trabajo, la sociedad y la
sexualidad.
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4ª. Etapa
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Laboriosidad
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Inferioridad
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6-11 años
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Trabajador. Previsor. Emprendedor. Le gusta
hacer cosas y jugar. Competitivo.
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Pereza, falta de iniciativa, evitación de la
competición. Se cree inferior y mediocre.
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3ª. Etapa
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Iniciativa
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Culpabilidad
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4-5 años
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Imaginación, viveza, actividad.
Orgullo por las propias capacidades.
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Falta de espontaneidad. Inhibición. Se siente
culpable (malo).
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2ª. Etapa
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Autonomía
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Vergüenza y duda
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1-3 años
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Se ve como “independiente”, se atreve a
hacer cosas y desarrollar sus capacidades.
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Demasiado controlado por los padres, no se atreve,
duda, aprende tarde todo.
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1ª. Etapa
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Confianza
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Desconfianza
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12 primeros meses
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Se siente protegido y seguro: desarrolla el
sentimiento básico de confianza ante la vida.
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Reñido, desprotegido o abandonado, teme y
aprende a desconfiar del mundo.
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TAREAS DE LA ADOLESCENCIA
“Los conceptos de adolescencia y juventud engloban un período transicional con importantes
cambios globales (biopsicosociales) en la persona. Dichas cambios han sido esquematizados
dentro del concepto de “tareas de desarrollo”, que han sido definidas por Havighurst de la
siguiente manera: Surgen en cierto período de la vida del individuo cuya debida realización lo
conduce a la felicidad y al éxito de tareas posteriores, y cuyo fracaso conduce a la infelicidad del
individuo, a la desaprobación de la sociedad, y a dificultades en el logro de tareas posteriores.
La tarea central de la adolescencia ha sido definida por Erikson como la búsqueda de la
identidad. Ella se relaciona con el sentirse a sí mismo como estable a lo largo del tiempo, con
la adopción de una identidad psicosexual definitiva, expresada a través de papeles sexuales
socialmente aceptados, y con la posibilidad de una conducta sexual activa. Muy ligado a lo
anterior está el sentirse preparado para la elección de pareja y su estabilización, generalmente
a través del matrimonio. Dicha tarea tiene diferentes pasos de “relaciones de práctica” (pololeos),
con grados progresivos de acercamiento físico, que se consolida al final del período con la
capacidad de estabilizar la relación de pareja, y de casarse.
Una segunda tarea del desarrollo adolescente es la separación de la familia de origen para
posibilitar la individuación de la persona. Esta necesidad del adolescente por definirse a sí
mismo (contestando su típica pregunta de, ¿quién soy yo?) implica un grado de conflicto,
incluso, de rebeldía en la relación con los padres, a veces necesaria para lograr un nivel suficiente
de autonomía personal. La independencia psicológica es un paso necesario, a veces previo,
otras paralelo, al logro de la independencia social y económica. Esta separación/individuación
se logra en forma importante a través del desarrollo de lazos amistosos y emocionales
con adolescentes de la misma edad: el centro de gravedad emocional pasa desde la familia y los
padres hacia el grupo de pares. Dicha transición es importante y especialmente frágil: numerosos
problemas surgen cuando las dos generaciones en juego no permiten que se atraviese en
forma fluida.
Una tercera tarea de la adolescencia es la definición de la identidad en el plano de la
elección vocacional y laboral. Esta consolidación es quizá la más influenciada por el entorno
sociocultural, geográfico y económico del joven. El adecuado equilibrio entre capacidades,
expectativas, logros académicos y oportunidades laborales determinará, en buena parte, la calidad
de vida y satisfacción personal posteriores del sujeto.
Erikson ha descrito cómo el desenlace de estas tareas, o “crisis normativa” de la adolescencia,
puede ser la consolidación de la identidad, avanzando, el adolescente, entonces, a la
etapa siguiente (la del adulto joven) o, bien, quedando en el así denominado “síndrome de la
difusión de identidad”. En éste el sujeto, a lo largo de su vida adulta, vuelve una y otra vez a
tratar de definir sus áreas de interés o elecciones vocacionales o de pareja.
Un seguidor de Erikson, Marcia, ha descrito cuatro diferentes etapas de la identidad
adolescente: identidad lograda, cuando se ha vivido un período de toma de decisiones y se
están persiguiendo las propias elecciones y metas; identidad hipotecada, en que el compromiso
con la ocupación y posición existen, pero no se ha logrado personalmente, sino por el influjo
de otros; identidad difusa, en la que no se han definido diversas opciones, independientemente
de haber atravesado por un período de toma de decisiones personales y, finalmente, la así
denominada por el mismo Erikson moratoria de identidad, en la cual se posterga y se prolonga
el período de definiciones hacia la etapa adulta de la vida”.
CONCEPTO DE IDENTIDAD PERSONAL
El desarrollo de la identidad es un proceso complejo que se realiza en la interacción con otros.
Como señala Erikson:
“La formación de la identidad emplea un proceso de reflexión y observación simultáneas que
tiene lugar en todos los niveles del funcionamiento mental. Según este proceso, el individuo se
juzga a sí mismo a la luz de lo que percibe como la manera en que los otros lo juzgan a él
comparándolo con ellos y en los términos de una tipología significativa para estos últimos, por
otra parte, juzga la manera en que los otros lo juzgan a él, a la luz del modo en que se percibe
en comparación con los otros y en relación con tipos que han llegado a ser importantes para él.
Por suerte este proceso es, en su mayor parte, inconsciente...”
La identidad representa:
• “La percepción de la mismidad y continuidad de la propia existencia en el tiempo y en el
espacio, y la percepción del hecho que otros reconocen esa mismidad”.
Cinco puntos importantes a considerar sobre la identidad:
• La identidad se construye en la interacción con otros.
• La identidad es una definición socialmente construida del ser.
• En la definición son centrales: la mismidad o sentido del ser, la continuidad espacio-temporal
y reconocimiento por otros de la existencia.
• La identidad es un fenómeno eminentemente subjetivo que contiene un fuerte componente
emocional.
• La formación de la identidad implica un proceso de reconocimiento y valoración de la
propia individualidad, por lo que se asocia muy estrechamente a la autoestima.
LA IDENTIDAD DESDE UN PUNTO DE VISTA SOCIAL
Desde un punto de vista social la identidad puede definirse como: el sistema unitario de representaciones
de sí elaboradas a lo largo de la vida de las personas a través de las cuales se
reconocen a sí mismas y son reconocidas por los demás, como individuos particulares y como
miembros de categorías sociales distintivas. La identidad es el principio a través del cual el
sujeto define lo que es y lo que es para otros.
Una de las dimensiones clasificatorias principales de la identidad es el género. Muy temprano
en el desarrollo de la identidad personal los sujetos se piensan en tanto mujeres y hombres.
En sociedades complejas los sujetos suelen tener sentimientos de pertenencia respecto de
una diversidad de grupos o categorías sociales. Las identidades desde este punto de vista son
múltiples y pueden vincular a los sujetos con una diversidad de grupos sociales, desde los más
próximos al más inclusivo como es la humanidad.
La noción de identidad como sentido de pertenencia a un determinado grupo cultural
tiene sus orígenes en Freud. Actualmente es una noción que se utiliza en diversas ciencias
sociales, especialmente en historia, sociología y antropología.
PRINCIPALES ENFOQUES TEÓRICOS ACERCA DEL DESARROLLO MORAL
Los estudios acerca del desarrollo moral tienen un gran interés para la ética. Hacen ver, por
ejemplo, que no toda forma de moralidad es igualmente válida y que hay formas inmaduras o
infantiles (que pueden prevalecer todavía en los adultos). Especialmente, estos estudios recalcan
que una moral madura no puede reducirse a una pasiva aceptación de los códigos morales
de la sociedad: ha de ser una moral personal, es decir autónoma.
JEAN PIAGET
Según Piaget (El criterio moral en el niño, 1932), la moralidad se desarrolla paralelamente a la
inteligencia y progresa de la heteronomía a la autonomía moral. Piaget sólo considera tres
etapas de desarrollo, ya que afirma que en el período sensorio-motor no hay todavía ningún
sentimiento moral.
Etapa del desarrollo moral
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Características
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1° etapa:
Moral de obligación-heteronomía
(2-6 años): corresponde al período de
“representación pre-operativa”.
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El niño vive una actitud de respeto unilateral absoluto a los mayores:
sus órdenes son obligatorias y la obligatoriedad es absoluta.
No posee todavía la capacidad intelectual suficiente para
comprender las razones abstractas de una norma general. Moral
de obediencia. Las normas son vistas casi como “cosas”,
reales y sagradas, intocables. Es lo que llama Piaget “el realismo
de las normas”. Por otro lado, como estas normas son totalmente
exteriores al niño, esta etapa se caracteriza por la
heteronomía.
Toda forma de obediencia “ciega” -que también puede ser colectiva-
pertenece a este tipo de moral infantil o rudimentaria.
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2° etapa:
Moral de la solidaridad entre iguales (7-11
años): corresponde al período de “operaciones
concretas”.
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En este momento los niños forman parte de grupos de amigos
de la misma edad y participan en “juegos de reglas colectivos”.
Entonces el respeto unilateral a los mayores es substituido por
el respeto mutuo , que supone la reciprocidad y la noción de
igualdad entre todos. Las “reglas” de los juegos son concebidas
como convenciones producto de un acuerdo mutuo, y de este
modo desaparece el “realismo de las normas” de la etapa anterior.
Surge el sentimiento de “la honestidad” (necesario para
poder jugar) y también de la “justicia”. Las normas se respetan
por solidaridad con el grupo y para poder mantener el orden en
el grupo. Sin embargo, las reglas se aplican con gran rigidez, y
la justicia se entiende de un modo formalista e igualitario.
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3° etapa:
Moral de equidad-autonomía (a partir de los
12 años): corresponde al período de “las
operaciones formales”.
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Surge el altruismo, el interés por el otro y la compasión. Por
ello “los compañeros” ya no son “todos iguales”, como en la
etapa anterior; y las normas no se aplican rígidamente. Se es
capaz de considerar las necesidades y la situación de cada uno.
La justicia ya no se aplica, por tanto, en forma igualitaria. La
moral se convierte en autónoma, ya que el adolescente es capaz
de concebir principios morales generales, crear su propio
código de conducta (muy idealista en general) y asumir el control
de la propia conducta. El respeto a las normas colectivas
se hace, por tanto, de un modo personal.
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LAWRENCE KOHLBERG
Lawrence Kohlberg se basó en los estudios de Piaget y de J. Dewey. Por ello, su interés se
centró en los aspectos cognitivos de la moralidad. Kohlberg comenzó a recoger materiales en
la década de los ’60, presentando a la gente “dilemas morales” (casos conflictivos) y clasificó el
tipo de respuestas. De este modo llegó a determinar hasta seis etapas que corresponden a tres
niveles distintos de moralidad. Según Kohlberg esta secuencia de etapas es necesaria y no
depende de las diferencias culturales (obtuvo los mimos resultados en EE.UU., México y
Taiwán). Normalmente los niños se encuentran en el primer nivel (premoral), pero sólo el
25% de los adultos llegan al tercer nivel (y únicamente el 5% alcanza el estadio 6).
Etapas del desarrollo moral
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Características
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1° Nivel Preconvencional (premoral): se respetan
las normas sociales sobre lo que es bueno
o malo, atendiendo sólo a sus consecuencias
-premio o castigo- o al poder físico de los que
las establecen.
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Estadio 1: orientación al castigo y la obediencia: lo
correcto es la obediencia literal de las normas. La razón para
hacer lo correcto es evitar el castigo: “Si no lo hago, me
castigan”.
Perspectiva social: egocentrismo.
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Estadio 2: orientación pragmática: lo correcto es atender
a las necesidades propias y de los demás, en intercambios
imparciales. La razón para hacer lo correcto es servir a
los propios intereses (reconociendo que los demás también
los tienen): “Me va bien así”, “Es lo que me conviene más”.
Perspectiva social: individualismo, intercambio instrumental
de servicios.
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2° Nivel Convencional: se vive identificado
con el grupo, y se intenta cumplir bien el propio
rol: responder a las expectativas de los demás y
mantener el orden establecido, es decir el orden
convencional.
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Estadio 3: orientación hacia la concordancia (el buen
niño): lo correcto es lo que gusta o ayuda a los demás y es
aprobado por ellos. Conformidad con “los modelos” colectivos.
La conducta se juzga en este estadio según la intención.
La razón para hacer lo correcto es la necesidad de ser
considerado “bueno” por sí mismo y por los otros. “Es lo
que esperan de mí”, “No quiero defraudarlos”.
Perspectiva social: la “regla de oro concreta”: haz a los
demás lo que quieras que hagan contigo.
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Estadio 4: orientación hacia la ley y el orden : lo correcto
consiste en que cada uno cumpla con su deber, respete
la autoridad y mantenga el orden establecido. La razón
para hacer lo correcto es mantener el orden social: “Me
basta saber que he cumplido con mi deber”, “Si no actuamos
así, será una catástrofe”.
Perspectiva social: se adopta el punto de vista social colectivo,
diferenciándolo de las relaciones e intereses individuales.
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3° Nivel Post- Convencional (autónomo y de
principios): hay un esfuerzo por definir valores
y principios de validez universal, es decir,
por encima de las convenciones sociales y de
las personas que son autoridad en los grupos.
El valor moral reside en la conformidad con esos
principios, derechos y deberes que pueden ser
universales.
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Estadio 5: orientación legalística del consenso social:
lo correcto se define de acuerdo con los derechos reconocidos
a todos después de un examen crítico y una aceptación
constitucional y democrática. Por ello se insiste en el
punto de vista de la legalidad. Actitud flexible: se admite
un cierto relativismo de las normas, libertad para cada uno
en lo no legislado, posibilidad de cambiar las normas. La
razón para hacer lo correcto es defender unos derechos y
leyes que uno ha asumido libremente: “Hay que respetar
los derechos de los demás”.
Perspectiva social: se otorga prioridad a la sociedad y a
los derechos (entendidos como producto de un contrato o
consenso). Se reconoce la dificultad de integrar el punto
de vista moral y el punto de vista legal.
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Estadio 6: orientación por principios universales éticos:
lo correcto y justo se define por la decisión de la conciencia
según principios éticos auto escogidos (justicia,
dignidad de la persona, etc.) La razón para hacer lo correcto
es que, en cuanto persona racional, uno ha visto la validez
de los principios y se ha comprometido con ellos. “Esto
es lo justo”, “Lo exige la dignidad del hombre”.
Perspectiva social: perspectiva moral. El orden social se
basa sobre principios morales, especialmente el respeto a
los demás (a quienes se considera como fines y no como
medios).
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