MISIONEROS DE GUADALUPE
EN HONG KONG

El primer grupo de cinco misioneros llegó el 1º. De octubre de 1975 marcando el principio de la presencia de los Misioneros de Guadalupe en Hong Kong.

El primer paso fue el estudio de la lengua local por dos años. El primer año lo vivieron en comunidad en la Villa de Baguio en Aberdeen, el segundo año fueron recibidos en tres parroquias diferentes para terminar el estudio de la lengua y al mismo tiempo practicar el cantonés en la comunidad parroquial; este ha sido el proceso de integración de las nuevos sacerdotes que llegan a la misión.

La práctica de enviar estudiantes a terminar su formación sacerdotal en el seminario local fue introducida en agosto de 1982 con la llegada el primer seminarista mexicano a HONG KONG. Esto ha sido seguido por otras experiencias, hasta ahora nueve seminaristas han estudiado en el seminario del Espíritu Santo, seis de ellos ya han sido ordenados sacerdotes, uno diácono y dos entraron al seminario este año.

Desde la llegada del primer grupo hace 25 años, los Misioneros de Guadalupe han enviado 20 sacerdotes a trabajar en la diócesis de HONG KONG, seis de ellos llegaron como seminaristas.

Ellos han cooperado principalmente en el trabajo pastoral parroquial, pero también han participado como directores o supervisores en algunas escuelas y algunos otros ministerios como el cuidado pastoral de los enfermos, de las prisiones, de los minusválidos, estudiantes, etc.

Hoy día 8 sacerdotes y 2 seminaristas forman la comunidad de los Misioneros de Guadalupe en HONG KONG. Los sacerdotes actualmente cooperan en las parroquias de:
-Nuestra Señora de los Angeles (Shun Lee)
-Nuestra Señora del Monte Carmelo (Wanchai)
-Parroquia de San Judas (North Point)
-Parroquia de san Jerónimo (Tin Shui Wai)
-Parroquia del santo Redentor (Tsen Wan)
-Parroquia de los Santos Cosma y Damian
-Parroquia de Estrella del Mar (Chaiwan)

La residencia oficial de Misioneros de Guadalupe se encuentra en "Ping Yeoung Tsuen, Fanling". El superior, los seminaristas y los padres que se encuentran aprendiendo la lengua residen allí.

La cooperación de los Misioneros de Guadalupe no habría sido posible sin la generosa e incondicional ayuda de la Iglesia local, el clero de HONG KONG y los demás fieles además de otras comunidades religiosas y misioneras.

Durante 50 años de existencia, los Misioneros de Guadalupe han dado la bienvenida a cientos de aspirantes a la vocación misionera de todos los rincones de México. Muchos de ellos ahora trabajan en Africa, Asia y América Latina.

Ellos son una respuesta a aquellos que trajeron la fe cristiana a México hace 500 años. Ellos seguirían desarrollando el espíritu misionero y representando a la comunidad católica del mundo.

PIONEROS...

P. José Navarro González

Llegué a Hong Kong el 30 de septiembre de 1975 (oficialmente el 1º. De octubre de 1975). En cuanto llegué empecé a estudiar el Chino Cantonés en la Universidad "New Asia-Yale_in_China" (al mismo tiempo que estudiaba inglés porque no tuve la oportunidad de aprenderlo antes). Después continué estudiando el chino en el departamento de lenguas del Colegio Bautista.
Durante mi segundo año como estudiante me cambié a la Iglesia de San Lorenzo en Lei Chen Uk. Mi primer nombramiento fue a la Iglesia de San Pedro en Aberdeen de 1977 a 1980.
Le estoy profundamente agradecido al P. Agustín Leung (descance en paz) por su paciencia enseñándome el conocimiento básico de la pastoral en Hong Kong. También trabajé en la Iglesia de los Santos Cosme y Damián en Tsuen Wan de 1981 a 1985. Estoy muy agracecido a los padres Gabriel Liu, entonces señor cura y al P. Chan Chi Yang.
También quiero agradecer al P. Bosco Yu, cuya amistad y experiencia me ayudó mucho en mi sacerdocio y como vicario asistente en la Iglesia de San Pablo en Yaumati de 1981 a 1990, esos fueron mis años más felices en Hong Kong. Trabajé allí hasta que partí a Taiwan el 6 de mayo de 1990.
En 1983 el P. Navarro escribió "Recientemente he tenido la enorme satisfacción y honor de bautizar a cuatro miembros de la familia Choi…"

P. Gabriel Altamirano

Recuerdo claramente mi llegada a Hong Kong, eran casi las 8 de la noche el 30 de septiembre de 1975. Nosotros veniamos de Corea del sur en donde estabamos esperando nuestras visas de entrada. Llegamos primero tres de nosotros a Hong Kong, el P. José Mena Gutiérrez, el P. José Navarro González y yo. El P. Benjamín Bravo y Juan Esteban Reyes llegaron unos días después. En el aeropuerto nos esperaba el P. Daulphin Bede OFM que nos llevó a la casa franciscana de Kowloon Tong.
Estudié cantonés en la Universidad China por dos años. Al año de mi llegada, en 1976 fui enviado a la parroquía de Cristo Rey en Cheung Sha Wan, allí viví durante un año.
Allí estaban el P. Francis Wong como párroco y con él los padres Luis Ho de Macau, Paul Wan de Malasia y el P. Peter Choi que ayudaba como diácono.
El P. Luis Ho tenía conocimientos de español asi que me fue de gran ayuda en el estudio del cantonés.
Después de un año fui enviado como asistente a esa misma parroquia en donde trabajé junto con el P. Luke Tsui y el P. Joseph Yim, entonces diácono. En 1980 fui nombrado párroco del lugar y trabaje con el padre Joseph y David Lau. Después de 5 años de trabajo fui enviado a la parroquia de San Eduardo en Lam Tim en donde trabajé con el P. Salvador espinoza MG.
Regresé a México en enero de 1985 en donde estoy esperando mi regreso a Hong Kong, claro, no como turista sino como misionero.

  P. José Serafín Anaya

El hecho de haber trabajado en dos partes diferentes en China me hizo entender que la situación del país no es tan simple y uniforme como yo pensaba.
Primero trabajé en una pequeña ciudad en la proviencia de Sinchuan, cerca de una ciudad que está experimentando un gran y dinámico desarrollo, Chung Ching; después en Beijing (Peking). Es cierto que en cualquier país hay una gran diferencia entre la clase de vida y recursos entre la provincia y la capital, China no es la excepción. Pero quedé grandemente sorprendido por la gran diferencia entre estas dos ciudades, la provincia y la capital. Es algo que influye en todos los aspectos de la vida de los individuos.
Este no es el lugar y ocasión para hablar de las diferencias con respecto al aspecto económico, tecnológico, lo mismo que acerca de la calidad y posibilidad de educación, especialmente, universitaria, más bien me gustaría compartir algo concerniente a las prácticas y a la educación religiosa.
En la pequeña ciudad en donde viví cerca de un año, la asistencia a misa es casi de pura gente anciana. La celebración empieza con una hora de catecismo dada por un catequista, esta instrucción religiosa remplaza la homilia de la misa. La celebración eucaristica es una mezcla de liturgia tridentina y post conciliar, con algunas partes en chino y otras en latín.
Hay otra serie de detalles que me tomarían largo tiempo describir y me harían regresar a los años 40. En la ciudad de Chung Ching, las misas eran en Latín o en Chino y un poco más cercanas a la liturgia actual, pero aún faltando más participación de los fieles, con algunas partes pre vaticanas.
Con respecto a Beijing, la liturgia es completamente igual a la que conocemos en el mundo occidental. La participación es completa con grupos bien preparados de lectores, acolitos, coros, etc. Y la homilia no es sólo en chino sino también en inglés y francés.
En “Nam Tang”, Beijing, hay una pequeña librería en donde la gente puede comprar libros religiosos, incluyendo la biblia y artículos religiosos. Casi todos los libros que están allí en venta son de la clase de literatura que se usaba hace 50 años que refleja la clase de teología de ese tiempo. Es innecesario decir que no hay otra parte en la ciudad en donde se vendan libros religiosos.
También me sorprendió la manera en que la Iglesia “subterránea” es presentada y la relación que guarda con la “Iglesia patriótica”. La Iglesia subterránea era casi inexistente o poco visible en esa pequeña ciudad en donde pase mi primer año. En Chung Ching, el anciano obispo de la Iglesia subterránea vivía en la catedral pero en una especie de confinamiento, totalmente separado de los demás sacerdotes y de cualquier celebración litúrgica.
En Beijing la Iglesia subterránea es muy activa pero no hay comunicación con la “oficial”, al contrario hay una especie de lucha entre ellas ya que en ambas hay elementos que son muy radicales.
Afortunadamente tuve la oportunidad de visitar el norte del país y encontrarme con un obispo de aquella región. En esa ciudad, ambos grupos no sólo se respetan uno a otro sino que comparten un edificio para la litúrgia, así que en un mismo lugar se tiene la misa para los miembrtos de la Iglesia Oficial y la Iglesia subterránea.
Esta variedad de circunstancias y condiciones me hizo darme cuenta que cuando hablamos de un problema o situación acerca de China no es posible pensar que esas circunstancias concretas son las mismas por todo el país. Igualmente, las diferencias en el proceso de acuerdo al que la Iglesia de China trata de emparejarse con la Iglesia Universal varian de acuerdo al lugar.
Si llega el tiempo, en un futuro cercano, de libertad y ayuda exterior a la Iglesia subterránea, creo que ignorar esas diferencias en el proceso de actualización va a traer más problemas que soluciones. Hay el peligro de empujar a toda la Iglesia de China a brincar en un periódo de tiempo muy pequeño, a algo que a la Iglesia universal le ha llevado casi la mitad de un siglo.

P. Carlos Jiménez Fernández

He trabajado en Hong Kong desde 1978 en tres diferentes periódos y en seis parroquias diferentes. Durante el último periódo que empezó en 1997 he trabajado en la catedral de la Inmaculada Concepción por cerca de dos años, cuando el párroco era el padre John Baptist Tsang. El padre Tsang es muy buen predicador por lo que traté de aprender de él e incluso grababa sus sermones los domingos para oírlas más tarde de nuevo. Mucha gente viene a la catedral para confesiones por lo que mucho de mi tiempo los sábados y los domingos lo pasé dando este sacramento. Cuando estaba en la catedral, el obispo me invitó a venir a Wan Chai a trabajar en la parroquia de Nuestra Señora del Carmelo en donde he estado por cerca de dos años.
En mayo de 1997 la parroquia antigua fue demolida para poder construir una nueva, misma que será completada para el año 2001.
Debido a la construcción de la nueva iglesia muchas de las actividades están relacionadas con la preparación de bienvenida para el próximo año.
En julio de este año la iglesia cumple cincuenta años, esta vez también hay muchas cosas que se deben de preparar para su celebración. Mi prioridad, estos días, es desarrollar la comunidad parroquial con un nuevo espíritu para recibir la nueva iglesia pronto.

P. Fernando Montes Ledesma

Yo llegué a Hong Kong por primera vez en 1982. Estudié el primer año de teología en México y tres más en el Seminario del Espíritu Santo en Hong Kong. Durante mi segundo año de teología trabajé en el hospital de Nuestra Señora de Maryknoll. Visitaba a los enfermos y participaba de las reuniones de los equipos de pastoral.
En mi tercer año de teología aprendí a hacer trabajo de investigación y de consejería para matrimonios, esto fue una experiencia muy enriquecedora. Durante mi segundo año como diácono gané experiencia en predicación en cantonés y en trabajo con grupos parroquiales.

P. Salvador Sánchez Durán

Entré al seminario del Espíritu Santo en 1986. Ese mismo año empecé a hacer trabajo pastoral en la parroquia de San Eduardo, Lam Tim, en donde el padre Giorgio Pasine, PIME, era el párroco. Fui ordenado diácono el 19 de semptiembre de 1987 y nombrado a esa misma parroquia. En 1991 fui enviado como asistente al la parroquia del Sagrado Corazón en Sai Kung con el padre Nevio Vigano, también sacerdote PIME.
En 1996 fui nombrado párroco de la parroquia “Nuestra Señora Reina de los Angeles” en Shun Lee Tsuen, en 1997 fui enviado a la parroquia de “Nuestra Señora del Monte carmelo” en Wan Chai hasta que en 1998 fui nombrado superior de la comunidad de Misioneros de Guadalupe y tuve que dedicarme de tiempo completo a este trabajo.

P. Víctor Manuel Zavala Contreras

En agosto de 1988, después de estudiar 5 niveles de cantonés, entré al seminario del Espíritu Santo. Durante mi estancia de tres años en el seminario terminé mi preparación teológica y recibí preparación pastoral. El primer año, fui enviado a la parroquia de Santa Margarita para mi entrenamiento pastoral, al siguiente año me uní a un equipo lidereado por el padre Lanfranco Fedrigotti, SDV, en donde visitabamos una Institución Correcional. Ese año, durante el verano, tuve la oportunidad de contactar y servir a la gente menos afortunada de Hong Kong, la gente sin casa y los ancianos. También visitaba el asilo de ancianos “Casa de ancianos de los misioneros de la Caridad” en Sham Ahui Po.
En 1990 ayudé como diácono en la parroquia de San Francisco de Asís ne Sham Shui Po, en donde el padre Dominico Kong era el párroco. Regresé a México para mi ordenación en julio de 1991.

P. Arturo de la Torre Guerrero

Llegué a Hong Kong en abril de 1987 y empece mi estudio del Cantonés un mes y medio después de mi llegada. A finales de agosto de 1989 fui al seminadio del Espíritu Santo. Como seminarista tuve la oportunidad de recibir entrenamiento en pastoral en 4 parroquias. Como diácono fui enviado a la parroquia de San Cosme en Tsuen Wan.
Después de mi ordenación sacerdotal fui enviado a la parroquia del Santo Redentor en Tuen Mun en donde estuve todo el tiempo de mi estancia en Hong Kong. A mi llegada a esa parroquia en 1993, el P. Benedict Lam era el párroco y el P. Louis Ho era su asistente. En 1995 el P. Gabriel Lajeune vino a trabajar con nosotros. En 1998 el P. Lam dejó el lugar y el P. John Kwan fue nombrado como nuevo párroco.
En ese tiempo empece a ayudar en la escuela católica secundaria  de Tuen Mun y después fui supervisor del colegio católico de Shung Tak. Durante mis dos últimos años de ministerio en Tuen Mun trabaje con la sociedad católica de la Universidad Lingnan.
En 1999 vine de regreso a México a trabajar en el seminario de mi sociedad en la formación de los futuros misioneros. Puedo decir que toda la experiencia que adquirí en Hong Kong  ha sido de gran utilidad para ayudar a los seminaristas a enfrentar los desafios de ser misionero hoy día. Espero regresar a Hong Kong después de un periódo de trabajo en este seminario y continuar en el trabajo de la construcción del Reino de Dios en esa esquina de China.
El P. De la Torre trabajó en Hong Kong de 1993 a 1999.

P. Salvador Rojas Vega

El 14 de junio de 1997 me despedí de la Iglesia de san Vicente en Wong Tai Sin que fue mi primer nombramiento como sacerdote en Hong Kong. De ahí me cambié a “Nuestra Señora de Lurdes el 27 de julio de ese año.
Tanto el P. Massimo Sfriso, PIME, como yo eramos nuevos en ese lugar por lo que tuvimos que empezar a hacer planeación parroquial en ese lugar. El P. Sfriso me pidió que fuera supervisor de la escuela secundaria de Yu Chun Keung. Después de que el P. Sfriso dejó el lugar me quedé trabajando solo atendiendo a todas las necesidades de la parroquia como celebrar la misa en el Centro de Wah Fu State, visitar a los enfermos del hospital de María Reyna y atendiendo a la comunidada anglo parlante de nuestra parroquia. El trabajo era muy arduo, pero gracias a los laicos de la parroquia todo salió muy bien. Afortunadamente el 27 de noviembre de 1999 el P. Edward Chau King fue enviado al lugar como párroco y yo fui enviado a trabajar en México el 15 de mayo de 2000 después de 13 años de vida en Hong Kong.

P. Luis Fernando Montaño Rodríguez

Mientras estudiaba cantonés ayude al P. Charly Dittmeier en su trabajo con sordos y aprendí el lenguaje de los signos, ahora como sacerdote continuo con ese apostolado.
Después de dos años de cantonés empece mi formación teológica en el seminario diocesano, fue un tiempo de aprendizaje de las bases de nuestra fe en la lengua local y el principio de una relación fraternal con seminaristas con los que posteriormente trabajaria siendo parte del clero local.
Durante mi tiempo en el seminario ayudé en la parroquia de San José en Kai Yip State, en ese tiempo el párroco Stephen Chan fue de gran ayuda.
En 1997 trabaje con jóvenes que estaban expuestos a la cultura de las “triadas” y corrian el peligro de volverse uno de ellos, ya como diácono fui enviado a la parroquia de San Patricio en Lok Fu con el padre Stephen Tam Kwan, allí hice mis pininos en liturgia y en predicar en Cantonés. Este año después de ser ordenado sacerdote en México regresé a Hong Kong en donde estoy trabajando.

P. Alejandro Méndez Pérez

Llegué a Hong Kong en junio 27, dos días antes de que éste volviera a la soberanía China de nuevo. Después de llegar y antes de asistir a la escuela de chino me puse a estudiar un poco de la historia y tradiciones de Hong Kong. Dos meses más tarde fui invitado por el padre Vincent Corbelli, Misionero de Maryknoll, a ayudarle en la nueva parroquia de Tin Shui Wai.
De septiembre de 1997 a agosto de 1999, hice el curso de cantonés en la Universidad China de Hong Kong.
En 1998 fui enviado a la parroquia de San Jerónimo en Tin Shui Wai a practicar Cantonés y en marzo de 2000 fui nombrado vicario asistente. El padre Corbelli me ha pedido ayudar en la asociación de acólitos y a ayudar con la pastoral juvenil en las parroquias de San Jerónimo y en Hung Shui Kiu. También colaboro en visitas a hospitales y apoyo el trabajo del padre De los Trinos en su pastoral con la comunidad de angloparlantes.

P. Sergio Arturo Chavira Alvarez

Desde hace muchos años antes de entrar al seminario, de tiempo en tiempo, sentía una fuerte atracción a oriente, quizá debido a algunos de sus valores religiosos, como son su amor al silencio y acontemplación, su simplicidad, su acercamiento no violento a la vida, su espíritu fuerte de trabajo y su disciplina, sólo por nombrar algunos.
Sin embargo, durante mi formación en el seminario, uno de los padres encargados de nuestra formación me dijo que, debido a mi edad, me iba a ser muy difícil aprender una nueva lengua y cultura, yo entendí su explicación. Sin embargo muy dentro de mi corazón seguía creyendo que aprender cualquier lengua a cuanquier edad no era en realidad un obstáculo o imposibilidad. Yo tenía gran confianza y fe en mí mismo y esperaba el apoyo contínuo de mis compañeros y amigos.
En vez de ir al Oriente a predicar la palabra de Dios, el sacerdote me sugirió ir a Africa a realizar mi trabajo misionero. En aquel tiempo, recuero haberle dicho a él, es cierto que Africa es un continente muy vasto en donde mucha gente no ha recibido la Buena Nueva de Jesús, sin embargo creo que es muy necesario que muchos misioneros sean envíados a Oriente a predicar el evangelio.
Despúes de tres meses de ordenado llegue a Hong Kong a empezar mi trabajo misionero. El Hong Kong de hoy es muy diferente al que había conocido hacía más de doce años; la sección de negocios de la Isla de Hong Kong, Tsimshatsui y Kowloon están muy llenos de gente y tráfico, tanto como en cualquier gran ciudad del mundo. Hoy día, en las áreas urbanas e incluso más allá, grandes edificios son vistos. Mi pregunta es ¿de dónde viene tanta gente a habitarlos? ¿De dónde viene el dinero para comprar o rentar estos edificios?. La vista de Hong Kong es realmente asombrosa y uno se pregunta cómo es que muy pocos sacerdotes pueden traer la Buena Nueva a tanta gente. Piensen en ello, casi 7 millones de gente vive ne este lugar.
Este es es lugar a donde he sido enviado a predicar el evangelio y a donde Dios me ha envíado a hacer mi trabajo misionero por lo que estoy confiado en que EL me ayudará también a aprender esta lengua tan difícil y a vencer las dificultades de adquirir una nueva y antigua cultura. Como dice el dicho: “en donde hay voluntad hay un camino”, yo creo que este lenguaje que estoy aprendiendo, y esta nueva cultura a la que estoy entrando, algún día serán parte de mí, así que antes de mucho tiempo no todo va a “estar en griego” para mí.

Seminaristas Jesús Arriaga Zaragoza y Fructuoso López Martín Jesús

Después de llegar a Hong Kong en junio 26 de 1998 empecé el aprendizaje del cantones en la Universidad China de Hong Kong, esto duró dos años. Durante ese tiempo hice un poco de practica pastoral en Nuestra Señora de Lourdes en Chi Fu. Ahí aprendí que la amistad no depende de hablar buen chino cantonés sino de la actitud abierta hacía los otros. En junio me cambie a la parroquia de nuestra Señora Reina en Shuen Lee Tsuen, un poco después entré al seminario diocesano para continuar mis estudios teológicos.
Fructuoso
Durante mi estudio del cantonés visité varias parroquias y comunidades de Hong Kong. Esto fue de gran ayuda para conocer a los padres y gente de la diócesis. Ultimamente estaba practicando el cantonés en la parrquia de los Santos Cosma y Damián en donde ayudaba a los padres John Yeng y P. José serafín, MG. Soy consciente que no podía brindar gran ayuda pero traté de participar lo mejor que pude en todas las actividades y reuniones de la parroquia.
Ahora, después de terminar mi curso de cantonés en la Universidad China de Hong Kong estoy continuando con mi formación sacerdotal en el seminario diócesano de Hong Kong, estoy en el segundo año de teología.

Hosted by www.Geocities.ws

1