25. Teo. sacramentos de la misión. Efectos y dimensión salvífica del sacramento del matrimonio.
25. Teo. sacramentos de la misión  

EFECTOS Y DIMENSIÓN SALVÍFICA DEL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO.

El principal efecto del sacramento es la recepción de la gracia necesaria para el desarrollo y creación de la vida marital. Podemos diferenciar un sacramento que se celebra y se realiza en el instante de la celebración, en el mismo consentimiento, y un sacramento que se construye en el tiempo, se hace a lo largo de los años, ratificando ese consentimiento con la vida, la fidelidad, la fecundidad o la misión concreta. El matrimonio es así sacramento que se celebra una vez en la vida, pero que se construye y se edifica constantemente.

La gracia necesaria para la vida matrimonial, tendrá que ver con la fidelidad conyugal, con el amor conyugal, con el servicio al otro, con la fecundidad y la misión. En el sacramento del Matrimonio se recibe la gracia del amor de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, para ayudar a edificar ese amor en la nueva Iglesia doméstica. Dios confiere su gracia a los esposos para que sean perseverantes en la fidelidad, para que muestren en el amor mutuo el indisoluble amor de Cristo hacia su Iglesia.

El sacramento está además abierto a los hijos. La gracia de Dios es una fuente constante de vida, de nuevas vidas que se van dando en el matrimonio, misteriosamente, como regalo de Dios y don a la humanidad. Esas nuevas criaturas, están llamadas a vivir en Cristo y en su Iglesia, Por eso, la fecundidad no se termina en el nacimiento, sino que se extiende en la educación y el cuidado de los hijos, siendo así que el matrimonio es una escuela de misión. Es una misión permanente, una Iglesia domestica en clave evangelizadora.

La dimensión salvífica del matrimonio está en el amor, realizado por Cristo en la cruz, y prolongado en su Iglesia a través de la presencia del Espíritu. El Matrimonio expresa y refleja el profundo amor de Cristo a su Iglesia. El profundo amor del Padre hacia los hombres, que como hijos los amó perdonando y siendo fiel, el Padre no abandonó a los hombres sino que les envió a su único Hijo, para que fuéramos salvos. El Espíritu Santo otorga sus dones a los cristianos, también en el matrimonio derrama su fuerza, su ciencia, su amor para que puedan realizar la misión encomendada. Ese Espíritu es fortaleza para el servicio conyugal, la atención a los hijos y la misión evangelizadora en la transformación del mundo. El Matrimonio es escuela para el amor, pero también para el sacrificio y las dificultades, la educación y la atención de los hijos lleva a muchos desvelos y sacrificios, también son los depositarios del amor de los esposos, la alegría del hogar. En este sentido, al igual que la cruz muestra la doble cara del amor y el sufrimiento.

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