Encuentros
Después de 10 horas de camino
sólo queda el recuerdo y la espera.
La luz mañanera me despierta sin querer
¿Acaso será un jueves especial?
¿O tendré que luchar día con día
por la distinción de ser alguien
que pueda romper al mundo,
sin que éste decida carcomerme
o dejarme a la deriva de mis propias
interrogantes e ilusas conclusiones?
La espera sigue y no puedo dejar de pensar
en lo absurdo que puedo llegar a ser
si nadie me mira después del ocaso,
pero al amanecer existe otra motivación
que me lleva a permanecer todo el día sentado.
Aunque esa malévola sonrisa aparece
de repente y esos ojos verdes me miren
sin querer decir más allá de lo evidente,
tendré que conformarme con acariciar
de nuevo la ilusión de tenerte aquí
sólo unos momentos y así prolongaría
la satisfacción que logra invadirme.
¿Y para qué oir la inútil canción que logra
recordarme momentos pasados,
amores frustrados, visitas inesperadas,
felices etapas y melancólicos instantes?
Cómplices son el tiempo y la impaciencia
de la reencarnación de sutiles promesas
que me van guiando hacia ese estado
impositivo en contra de los principios
que parecen más que perfectos.
Con tonalidades creadas al ras
de coloridas circunstancias,
he logrado alejarme de nuevo
recorriendo caminos,
para simplemente poder
encontrarme.
David GG (Julio 13, 2000)