Venganza

Ante la implacable sed de venganza, me rindo hoy ante ti,
mis deseos y mis anhelos se han reducido al mínimo,
y no he podido trascender a otro plano que no sea el tuyo.

Dejaré que tu ojo por ojo nos lleve más allá de lo que antes fue,
aunque tal equilibrio termine por carcomer y destruirme.
Sin más remedio tomaré el veneno que desvirtuará mi ser.

Será un acto de purificación vana, insensible e incierta.
Me regocijaré al sentir tus tumefactas manos alrededor
de mi cuello que rematarán lo poco que queda ti.

Cuidaré que mi devoción sea más que un juego de azar
en el que podrás perder un poco más que la piel y
y en el que veré de nuevo tus intenciones escondidas.

Musitaré sólo una vez tu nombre para que el destino
te alcance y te lleve a recorrer el siempre camino
cruel en el que te has empeñado a condenarme.

Recorrerás de nuevo las vías herradas de tu sendero y
podrás saborear al final la hiel que con tanta exactitud
planeaste y que con tanto desdén y frialdad destilaste.

Pero nunca sabrás si fue una búsqueda sin encuentros
y no podrás vislumbrar la verdadera razón de tu
implacable venganza consumada en este mundo imperfecto.

David G G (Agosto 07, 2007)


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