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 UTILIDADES

Las Comunidades Neocatecumenales

El Neocatecumenado
Presentaci�n por Kiko y Carmen
Las Comunidades Neocatecumenales
Nace entre los pobres
Documento de los p�rrocos y responsables de las primeras parroquias de Roma. (1972)
Un camino para redescubrir el Bautismo
Encuentro del Papa con los Movimientos Eclesiales y las Nuevas Comunidades
Parroquias para el III Milenio San Bartolom� in Tuto
Parroquias para el III Milenio San Leone Vescovo
Kiko en el s�nodo de Obispos de Europa
Comentario sobre el S�nodo europeo por Kiko Arg�ello
Meeting por la amistad entre los pueblos
Carta de Kiko Arg�ello a Juan Pablo II
Los inicios del Camino en Italia
El icono de la Sagrada Familia de Nazaret

Seminarios Redemptoris Mater
Seminarios Diocesanos Misioneros "Redemptoris Mater"
Seminario Redemptoris Mater de Castell�n - Espa�a I
Decreto de erecci�n can�nica Redemptoris Mater de Castell�n

Misi�n Familias
Convicencia en Porto San Giorgio
Plegaria de envio de las Familias
Puebla (Mexico)
Caracas (Venezuela)
Jap�n
Per�
Uruguay

La Eucarist�a
Nota de la Congregaci�n del Culto Divino

Domus Galilaeae
Centro Internacional Monte de las Bienaventuranzas

Convivencia de Obispos en Nueva York
Carta de Invitaci�n
Introducci�n de Kiko
Telegrama del Santo Padre
la teologia de la belleza
Homilia del Cardena O�connor
Carta de los Obispos al Santo Padre
Fotos

Experiencias
Testimonio de Kiko Arg�ello
Testimonio de Carmen Hern�ndez
Desde Hong Kong
Un sacerdote entrega su vida
Un Cardenal
Testimonio de un preso

 

 

 

El Camino Neocatecumenal es una de la realidades apost�licas m�s f�rtiles de la Iglesia. Desde su "puesta en marcha" all� por el a�o 1964, se ha extendido r�pidamente  por todo el mundo, impulsado por el Esp�ritu. Este hecho ha sido reconocido por la iglesia, con una carta de Juan Pablo II, en la que entre otras cosas dice: "...reconozco el Camino Neocatecumenal como un itinerario de formaci�n cat�lica, v�lida para la sociedad y para los tiempos de hoy."

    Eran los a�os de la primavera de Juan XXIII, y Pablo VI, del aire fresco en la Iglesia, de la eclosi�n del concilio Vaticano II, del cambio del agiornamento y la ilusi�n. No puede olvidarse esta coyuntura en el nacimiento de las primeras Comunidades Neocatecumenales, que surgieron en le suburbio madrile�o de Palomeras Altas, entre los m�s pobres, gitanos y "quincalleros".

Kiko con los primeros compañeros de Palomeras Altas, Domingo y Manolo

Kiko Arg�ello, era un joven pintor, en alg�n momento, arrollado tambi�n por el ate�smo y el existencialismo, despu�s profesor de la Escuela de Cursillos de Cristiandad, tambi�n busc� su futuro en el monasterio jer�nimo del Parral, en Segovia, alumno luego del Instituto de pastoral, donde hac�a su experiencia en el seguimiento de Jes�s.
     En una barraca de latas y cartones como aquellos "quinquis", con la Biblia y la guitarra, empezaba su "aventura".Enseguida le llamaban "el disc�pulo de Jes�s", acud�an a conversar, discutir, consultar sus tremendos problemas humanos y, con sorpresa del mismo Kiko, a dejarse interpelar por la Palabra de Dios, lo �nico que pod�a ofrecerles, juntamente con su experiencia del encuentro vivencial con Dios. As� fue el comienzo, de los m�s extra�o y sencillo a la vez.

Carmen Hern�ndez se preparaba para marchar a pa�ses del Tercer Mundo, con su congregaci�n religiosa, pero al conocer la actividad de Kiko en las barracas descubri� su camino. Dej� su profesi�n de qu�mica, su familia m�s que acomodada, su vida religiosa en las seguridad y escogi� la vida de los m�s pobres. As� pues, Kiko y Carmen, fueron llamados por el Se�or a vivir su cristianismo en medio de los pobres, compartiendo existencialmente la vida de aquellos que, en su miseria, soportan las consecuencias del pecado de nuestra sociedad. y de este modo se encontraron requeridos por las mismas personas con las que conviv�an, para que les anunciasen el Evangelio de nuestro Se�or Jesucristo.

Exterior y detalle del interior de la barraca de Kiko Argüello.

     Algunos de aquellos comenzaban tambi�n a cambiar su forma de ser y pod�a reunirse el primer grupo en la barraca del pintor y luego tambi�n en la Iglesia, para celebrar la Eucarist�a sin la presencia de los feligreses habituales, los cuales ni aceptaban a los "quinquis" ni entend�an nada de lo que estaba pasando. Entre aquellas gentes se produc�a la comuni�n: comenzaba a entenderse, a quererse, a vivir el cristianismo. La palabra, que nac�a en precariedad, comenz� a concretarse en una "catequesis", es decir un "kerigma" que en la medida en que descend�a sobre aquellas gentes, realizaba el nacimiento de una nueva realidad: la "koinon�a".

Mons. Morcillo en la barraca de Kiko cantando Laudes. No sin oposici�n al principio y consciente luego de la realidad, monse�or Morcillo, arzobispo de Madrid, visitaba aquella comunidad infundiendo aliento. Desde las chabolas al elegante barrio de Arg�elles, de all� a Zamora, en la parroquia de San Frontis, despu�s Barcelona, Roma, toda Italia, Par�s, Hispanoam�rica, Norteam�rica, Europa, tambi�n en el Este, China, Jap�n, y bastantes pa�ses de Africa. En todos los sitios la misma constante, hombres, mujeres, j�venes, ancianos, que se abren a la acci�n salvadora de Jesucristo resucitado, cre�ndose entre ellos la comuni�n, permaneciendo unidos.

     Y todo lo que hemos comentado, �c�mo puede darse?, muy simple, el Esp�ritu del Se�or se ha derramado abundantemente sobre su Iglesia.

     Las tres etapas fundamentales de la vida cristiana se corresponden con las tres fases que comprende el Camino neocatecumenal: humildad (precatecumenado), simplicidad (catecumenado postbautismal) y alabanza (elecci�n y renovaci�n de las promesas bautismales).

     La primera finalidad del neocatecumenado es la formaci�n de la comunidad, y �sta nace en el seno de la parroquia, despu�s de un tiempo de catequesis, en las que se anuncia el "Kerigma". una vez formada la comunidad, esta comienza a caminar en la segunda fase: el precatecumenado. Este es un periodo de "Kenosis" en el cual los hermanos verifican su fe caminando junto a otras personas. Durante este tiempo la comunidad experimenta la potencia de Cristo, que les lleva a ponerlo como centro de su vida.

Mons. Casimiro Morcillo, Carmen y Kiko, visitando las barracas de Palomeras Altas. Pasado un tiempo, los catequistas preparan el escrutinio que dar� paso definitivo al Catecumenado. Despu�s los catec�menos son iniciados por los catequistas en la oraci�n individual y cotidiana con los salmos.

     Luego, mediante la "traditio" y la "redditio symboly" descubren que el bautismo que un d�a se  les dio en la iglesia, los convierte en enviados, dando testimonio de su fe en su ambiente cotidiano, anunciando el Evangelio por las casas, trabajando en la pastoral de la parroquia, etc. En este momento del Camino las familias se hacen responsables de transmitir la fe a sus hijos, mediante celebraciones dom�sticas.

     La tercera fase es la elecci�n y la renovaci�n de las promesas bautismales.

     La familia de Nazaret es la imagen de las Comunidades Neocatecumenales. La comunidad en la cual Cristo se hace presente, vive en humildad, sencillez y alabanza, como la Sagrada Familia de Nazaret.   

Experiencia de Kiko Arg�ello

Ante esta situaci�n viv� una gran sorpresa. �Sab�is lo vi all�, en aquella gente? No vi lo que dice Nietzsche, que Dios puede o no puede, yo vi en ellos a Cristo Crucificado. Vi a Cristo en Berta, en aquella otra mujer que ten�a el Parkinson, en aquel otro. Vi un misterio: el misterio de la Cruz de Cristo.

Juan Pablo II y KiKo
Juan Pablo II y Kiko Arg�ello

Charles de Foucauld me dio la formula: vivir en silencia al igual que Jes�s en Nazaret; en contemplaci�n, a los pies de Jesucristo crucificado entre aquella gente. Conoc� a un asistente social y me ense�� una zona de Palomeras Altas donde hab�a quedado libre una barraca de tablas, que serv�a de refugio de perros, y me dijo: "m�tete all� y no te preocupes". Y all� ha nacido pues, un poco todo.(Extracto de la experiencia de Kiko en la Convivencia de Nueva York).

Poco a poco se acercaban y preguntaban: �qui�n es ese que est� ah� con la barba y la guitarra? Para unos era uno que hab�a hecho una promesa, para otros era una especie de protestante, porque iba siempre con la Biblia. Los gitanos ven�an por la guitarra... No sab�an quien era y esto les interrogaba a todos.

En las barracas de Palomeras conoc�a entonces a Carmen Hern�ndez, doctora en Qu�micas y licenciada en Teolog�a que, gracias al liturgista Pedro Farn�s Scherer, estaba en contacto con el coraz�n de la renovaci�n lit�rgica del Concilio Vaticano II y la centralidad del misterio pascual....

...Forzados por el ambiente de los pobres, el Se�or nos hizo encontrar una forma de predicaci�n, una s�ntesis kerigm�tica que fue acogida por aquellos hermanos y que cre� una "koinon�a", una comunidad cristiana. As� naci� la primera comunidad entre los pobres (gitanos, analfabetos, mendigos, quinquis, hombres que hab�an estado en la c�rcel, prostitutas, etc.). Esta comunidad, donde se visibilizaba el amor de Cristo crucificado, lleg� a ser un signo y gracias al entonces Arzobispo de Madrid, Mons. Casimiro Morcillo, se pudo llevar a las parroquias de Madrid, a Roma y a otras naciones. En las barracas descubrimos el tr�pode sobre el que m�s tarde se basar�a el Camino Neocatecumenal: Palabra, Liturgia y Comunidad. (Extracto de la experiencia de Kiko en la Convivencia de Nueva York)

Carmen Hernández

Experiencia de Carmen Hern�ndez

...Lo que quer�a decir es que Kiko, el Siervo de Yahveh lo ten�a muy enraizado, pero all� lo que ya loe llev� en bandeja, y no por m� -no es m�o-, fue el Concilio Vaticano II, la Pascua y la Resurrecci�n de los muertos. El primer canto que hizo en las barracas fue el "Siervo de Yahveh"; hasta que lleg� al "Resucit�" fueron dos a�os de lucha y pelea que tuvimos, hasta que entr� en el dinamismo de la Pascua. Y la Pascua ni me la he inventado yo, ni tampoco Farn�s, sino que ha sido la labor inmensa de todo el Movimiento Lit�rgico y todo el Movimiento B�blico, que ha fermentado en el Concilio y que se ha puesto en marcha en el Concilio. Yo siempre estaba con Kiko, pero no me fiaba de �l un pelo. S�lo me convenci� el d�a en que lleg� all� el arzobispo de Madrid, Mons. Morcillo, que fue otro milagro que ser�a interesante contarlo. Entonces comenc� a colaborar con Kiko fi�ndome m�s de �l cuando vi a la Iglesia. Mons. Morcillo fue un verdadero don de Dios. E�l nos mand� ir a las parroquias... (Experiencia de Carmen en la Convivencia de Nueva York)

 

3� Comunidad Neocatecumenal de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Merced (Burriana - Castell�n - Espa�a)

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