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Un ecuatoriano con el alma panameña

‘Panchón’ Sánchez, beisbolista nacionalizado, narra 40 años de historia beisbolera en el país

Emilio Ruiz Ortiz

"Con el pucho de la vida, apretado entre los labios"... como lo diría el desaparecido cantante cubano Rolando La Serie, nos acaba de recibir en su hogar de Lomas de Urdesa, el mejor jonronero ecuatoriano de todos los tiempos, quien se repone de una ligera enfermedad.

Para la entrevista, Francisco "Panchón" Sánchez de León, nos esperó con el uniforme de la selección de nuestro país, al que defendió con mucho cariño y hombría de bien, como si se tratara de un ecuatoriano más, aunque su cuna de nacimiento se encuentra en su querido y lejano Panamá.

Primero busca acomodarse en un amplio sofá de la sala, que está junto a la ventana. Cruza sus largas piernas y de inmediato comienza el relato de más de cuarenta años de jugar en el Ecuador. Luego, le pide a su esposa Beatriz Viteri, que lo acompañe y la doña accede a participar de la tertulia, con la delicada postura de una mujer que lo ama desde que lo vio romper el primer cristal de una villa que desafia al tiempo frente al Yeyo Uraga.

Sánchez deja ver en su pequeña cabellera y cejas plateadas, 65 años de edad bien vividos. El mismo estilo. La voz gutural de “narrador” de Grandes Ligas. La sonrisa expontánea de toda la vida y una sinceridad para hablar, que la trasmite a flor de piel son, entre otras cosas, las características especiales de este hombre, que ha sabido ganarse el corazón y el respeto de los guayaquileños y, en especial de los aficionados a la pelota chica.

No era lanzador
“Panchón” confieza que nunca fue lanzador, porque esta posición la viene trayendo el joven desde sus inicios. "Lo que ocurrió conmigo es que siempre he tenido buen brazo y todavía lo conservo. La propuesta ecuatoriana llegó en una serie del Caribe. Yo me encontraba en la barra de un hotel donde se hospedaban los dirigentes Ricardo Chacón, Juvenal Sáenz, Vicente Maldonado y "Gallo Ronco" Ramírez. Hablaron con "Mister Chalet", que era el "scout" de los panameños y me recomendó para venir al Ecuador.

El primer club en el que jugué fue en el Reed Club. A los 30 días llegaron Roy Clark y Pedro Fuentes. Mi estadía duró seis meses y jugabamos los sábado y domingo por las tardes, porque no había luz en el estadio. Luego regresé y aquí me quedé para toda la vida".

La esposa del famoso jugador ha permanecido sonriente, como dando fe a todo lo que ha dicho su cónyugue hasta que comentó lo siguiente: "Francisco, regresó porque me conoció a mi y estabamos bien enamorados. Cuando volvió, todo cambió, porque más tarde llegó mi primer hijo y sin pedírselo se conmvirtió en el mejor compañero de mi vida", acota.

La nostalgia
Sánchez se pone nostálgico cuando repite con mucho orgullo, que jugó dos sudamericanos, tres pentagonales en Lima. Un bolivariano en Venezuela. Estuvo en Argentina, Brasil y, en Guayaquil, ganó el título de campeón continental. Pero también recuerda, que su mejor temporada en nuestro país fue el año de 1960. Y comenta.

"Todas mis actuaciones en Ecuador fueron excelentes. En mi primer campeonato metí doce cuadrangulares y cincuenta y uno durante toda mi trayectoria en este país. Mi bola preferida para pegarle en el centro era la que me llegaba a la cintura, aunque a Pedro Tunón le cogí una bola cerca de la rodilla. Era un "swing" que aprendí a los profesionales en Panamá", comenta.

Hemos dicho que, para que el béisbol vuelva a tener cabida en los aficionados, es necesario contratar peloteros extranjeros que alimenten a las novenas con nacionales. Dice que en nuestra pelota, todos los años salen buenos prospectos. Pero también comenta en que es necesario mayor dedicación a los entrenamientos.

"No puedo terminar esta entrevista sin decirte que el mejor pelotero que he visto en este país, se llamó Héctor Ballesteros. El viejo se las sabía todas. Era el hombre que terminaba los partidos que yo comenzaba. Siempre le decía, encargate de esto, que yo no tengo control, no soy pitcher. Y Ballesteros se "comía" a cualquier equipo. En la loma no tuve resultado pero, una vez que agarraba el bate el público que había llenado el escenario, comenzaba a gritar a todo pulmón: ¡Ahora Panchón! ¡Sacala a la calle!. Y la bola se iba por Capitán Nájera".

De su tiempo, fueron...
Francisco abraza a su esposa para la foto, pero por su mente van desfilando los nombres de Angel Ochoa, los hermanos Arroba, los Portalanza, su cuñado "Figurita" Viteri, de quienes dice salieron observando a los Felix Avilés, Foyaín, Eloy Guerrero, Kike Santos, José Banchón, Fermín Arcentales, entre otros valores de la época.

Sin embargo hace una pausa, y como si quisiera hacer un reclamo apunta: "Si los clubes trabajaran como lo hace Miguel Fellman, que lleva, concentra y los entrena, muchos hubieran firmado para Grandes Ligas. Pero, para que esto ocurra, tiene que haber competencia internacional. Los muchachos son buenos, tienen seis pies de estatura, pero hace falta la picardía, la salsa. Ese es el béisbol".

Finalmente le preguntamos: ¿dónde deseas quedarte al final de la vida? Y responde: "Te lo voy a decir con una canción de mi compatriota Rubén Blades, que dice: "La tierra llama".

Tomado del "Expreso"

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