REPORTAJES
"El Pelotero" On Line
Reportaje especial:

BENDITA CUBA

Dr. jaime Cervantes P.

Un hombre que no se debe pasar por alto en Cuba lo es Fidel Castro; seguía a los jugadores cubanos y americanos cuando era un niño y era cosa de rutina para toda la gente. Le gustaba mucho el Béisbol y asistía a los juegos de la Liga Cubana de Invierno. En alguna ocasión fue admitido para que catchara en la práctica antes del juego. Era pitcher y cuando tomó el poder, aseguró que el "Habana Sugar King" entraría en la Liga Internacional y que no sería expropiado. Sin embargo Eisenhower, al ver el rumbo que Castro y su dichoso comunismo tomaban, no tuvo ninguna otra alternativa que sacar el béisbol deCuba. 

Fidel Castro ha sido el más grande obstáculo para Cuba y su béisbol; ha sido la bestia que arrodilló ante sus pies al ciudadano cubano; que lo exprimió y lo condenó a vivir bajo sus reglas, pero está marcado para desaparecer por
la buena o por la mala, por su voluntad o sin ella. Así como Estados Unidos destruyó al odiado comunismo, así también desaparecerá Fidel Castro y de nuevo tendremos al Marianao, al Habana, al Cienfuegos y al Almendárez en sus juegos de invierno con lo más grande de Estados Unidos. Y volverá a ser Cuba feliz con su Béisbol; pensamos que solamente estuvo metido en su caja, pero que volverá a tener la libertad perdida y florecerá, porque el béisbol de Cuba es bendito para Latinoamérica.

No podemos olvidarnos de un Napoleón Reyes, de un Gamo Pagés, de un Silvio García, del Cocaína García, de Rafael Pedroso, de Carlos Colas, de Orestes Miñoso, de Pedro Formental, de Sagua Hernández, de Sandalio Consuegra. 

Ojalá cuando se publique este libro ya haya caído Fidel Castro, bendito momento que celebraremos muy dentro con gozo inaudito.

A la derecha, Mickey Owen cuando fue la brillante espera del Béisbol Mexicano; a la izquierda Adolfo Luque y; en el centro Alberto "Sagua" Hernández, jugador cubano.

Todos en Cuba recuerdan los accidentes de la vida del pelotero negro de Estados Unidos.

En una ocasión Willie Wells y John Dunlop - jugador blanco que pertenecía a los "Boston Braves" y que se había hecho su amigo, fueron a las carreras de caballos. Ahí encontraron a Early Wynn, jugador blanco del "Habana", y
Willie le dijo:

- ¡Earl, ven para acá, échate una cerveza con nosotros¡

- Early le echó una mirada a Willie Wells - que era negro- y le contestó: 

- ¡Yo no tomo con negros!

Dunlop y Willie sintieron que les habían dado una bofetada. A ambos se les subió la sangre a la cabeza. Dunlop se paró y fue a donde estaba Early para decirle con coraje:

- ¿Qué dices?

- ¡Que yo no tomo con negros! - Contestó Early.

Dunlop, resuelto y lleno de coraje, le aventó una trompada a la mandíbula.

Toda la gente rodeó a Early mientras caía pesadamente al piso. Lo ayudaron a levantarse y fue de inmediato a ver al médico, pues le dolía demasiado. El diagnóstico basado en la radiografía fue de fractura en la mandíbula. Early Wynn no volvió a pitchar en ese invierno: se regresó a Estados Unidos.

Hubo personajes que no deben olvidarse pues merecen que se mencione que hicieron cosas más allá de lo común por su amor al béisbol, y que el jugador negro y público, vivieron con tanta intensidad. 

En los periódicos se dio la noticia de que Ray Dandridge, después de discutir con Jorge Pasquel por un aumento de salario, había abandonado al Club México. Dandridge era muy querido por Pasquel, pues había demostrado ser un jugadorzazo y como hombre un caballero. Había sido el brazo derecho en las contrataciones de jugadores negros en Estados Unidos y como lo confesó después Pasquel, Dandridge era un hombre que no debía dejarse ir.

Al no conseguir el aumento, Dandridge hizo maletas y se fue en tren para Laredo, Texas. Jorge Pasquel al saberlo se puso inmediatamente en contacto con las fuerzas militares de Monterrey. Cuando el tren llegó a Monterrey, grande fue la sorpresa de Dandridge y casi le da un ataque cuando entró el ejército buscándolo y después de identificarlo le comunicaron que Pasquel había cambiado de idea y que le aumentaría el salario. Dandridge aceptó y se regresó a México.

En 1947, Bill Veeck del "Cleveland Indians" le ofreció contrato a Dandridge y éste respondió:

- ¡No me puedo ir!, le debo lealtad a Pasquel; ha sido un gran tipo para mí-

Y cuando finalmente se regresó a Estados Unidos, Pasquel le compró a Dandridge una casa en Newark, como muestra del gran cariño que sentía por él.

Dandridge aprendió español y cuando hablaba de México siempre lo hacía con amor. Siempre recordó sus grandes días aquí, y nosotros también recordamos con gran nostalgia al gran Mamerto.

El béisbol en Latinoamérica fue capaz de crear pasión, y por eso creció y por eso se amó. Provocó tempestades. Los negros emigraron a otros países: en Puerto Rico se quedó Dick Seay, que era segunda base. Casi todos ellos
aprendieron el español.

Pete Zorrilla, de Puerto Rico, promocionó mucho el béisbol. Estaba dispuesto a pagar mil dólares a Satchel Paige por una sola aparición en 1940; a través de Seay le envió el dinero y Satchel se fue a Puerto Rico.

En Panamá las autoridades del Canal emplearon a Bill Yancey, shortstop, para que ayudara a preparar al equipo que iría a jugar a Berlín en 1936. Empezó con juegos de exhibición y puso la semilla del béisbol ahí, para que
surgieran después algunos grandes. Chet Brewer quiso tanto a Panamá que se quedó ahí.

En Venezuela las compañías petroleras fueron las que llevaron a los grandes. En 1945, un equipo con Jackie Robinson, Campanella, Quincey Trouppe, Buck Leonard y otros, les dio puras sobas a los venezolanos; estos pedían a los negros que los dejaran ganar algunos juegos, pero estos obviamente no aceptaron. El shortstop Luis Aparicio Sr., era de lo mejor en esos tiempos; después su hijo llegaría a las Ligas Mayores.

En la República Dominicana, las compañías americanas del azúcar eran las que promovían el béisbol. Pero había un hombre muy especial que se debe recordar, y ese fue Rafael Trujillo que había rebautizado a Santo Domingo como Ciudad Trujillo. Jugaban en ese entonces el "Santiago", "San Pedro de Macorit" y el "Ciudad Trujillo". A Trujillo le gustaban los negros.

En 1937, tratando de imponer respeto políticamente, hizo que su equipo ganara el campeonato llevando para ello gente muy bien pagada. Entre los que llegaron estaba Satchel Paige, quien se hizo acompañar de otros 8 negros del "Crawfords", entre ellos el pitcher Spoon Cárter, al que le dio 775 dólares por dos meses con todo pagado junto con su esposa. Este salario era muy alto y los dueños de equipos reclamaban a Federico Gina, enviado de Trujillo, que fuera a buscar jugadores blancos en las Ligas Mayores en lugar de los negros.

Los otros equipos de República Dominicana también se armaron muy fuertes.

Una tarde Chet Brewer, que jugaba con "Santiago", fue a buscar a Satchel, quien jugaba por "Ciudad Trujillo", para invitarlo a tomar una cerveza. Como no lo encontró, le preguntó a un niño donde estaba y éste le dijo:

- ¡En la cárcel!

Y es que Trujillo lo había puesto en custodia protectiva antes de jugar para que Satchel no se fuera de juerga. La real fuerza que estaba contra Trujillo era la American Sugar Company; había bastante agitación contra él.

En otra ocasión, hasta el comisionado de la Liga Dominicana "forfeited" (castigó) algunos juegos a Trujillo, echando la culpa a sus fanáticos, siendo que la causa real era la agitación contra éste.

Otra vez que "Ciudad Trujillo" perdió una serie con "Santiago", sus jugadores regresaban al hotel y aquí ya los estaba esperando un escuadrón de soldados muy enojados, que empuñando sus rifles y disparando al aire gritaban:

-¡El Presidente nunca pierde juegos, y ustedes saben que están jugando para el Presidente!

Y volvían a disparar los rifles.

Cool Papa Bell y otros negros del Ciudad Trujillo estaban atemorizados y en la siguiente serie barrieron a los de Santiago.

Cuando el equipo de Trujillo ganó el campeonato, el dictador hizo una fiesta echando todo por la ventana. Una fiesta latina para los jugadores americanos, con acompañamiento de balazos en la comida. 

Y después todos los jugadores negros abordaron un avión Panam Clipper y regresaron a Estados Unidos para hacer un recorrido como "Trujillo All Stars" sosteniendo numerosos juegos. Era indudable que estaban contentos como los había tratado Trujillo.

Para 1940, se jugaba una serie mundial del Caribe, a la cual Asistían los campeones de cada país. Chet Brewer, pitcheando por Panamá, ganó este campeonato, el único que ha ganado este país en la serie del Caribe. Los jugadores de los otros equipos se reían y burlaban de los panameños antes de la ceremonia de premiación, pues sus uniformes dejaban mucho que desear mientras los otros equipos tenían uniformes resplandecientes. Pero cuando el equipo regresó a Panamá fueron recibidos como héroes. Había toda clase de regalos y frutas para ellos, pues aún a pesar de la vestimenta se habían impuesto.

En 1941, Venezuela y República Dominicana rompieron relaciones después de la serie.

Por el año de 1920, México empezó a emplear jugadores negros; los equipos de Texas hacían viajes rápidos a México, como el "San Antonio Giants", "Austin Black Senator", "Galveston Crabs", que llegaban para jugar en Monterrey, la
Ciudad de México, Puebla, Veracruz.

Willie Wells decía:

- La primera vez que fui a México traía un bultote de pesos, pero al llegar a la frontera, los cambié y se volvió tan poco que apenas sí hacía bulto en mi bolsillo.

Los comunistas, ese cáncer de la sociología mundial, trataron de desestabilizar a Estados Unidos en todas sus áreas, una de ellas el béisbol.

Enarbolando la bandera de la integración, pues los negros no podían jugar en las Ligas Mayores, esperaban obtener simpatizantes hacia una causa justa y reconocida como necesaria por todos en los Estados Unidos, menos por los
dirigentes del Béisbol de las Ligas Mayores. En ocasiones los juegos de equipos negros tenían más público que el de los blancos; así, el "Washington Senators" contra "Red Sox" tenía sólo 5 mil espectadores, mientras esa misma
noche pitcheaba Satchel Paige contra el Homestead Grays ante un público de 29 mil gentes.

Todo esto lo sabían los comunistas y enarbolaron la noble bandera de la integración, sabiendo que así se atraerían la simpatía de la gente que seguía al béisbol negro. Pero estos extraordinarios jugadores negros, que también eran inteligentes, no se dejaron impresionar por las campañas comunistas a su favor. La única acción efectiva que encontraron para promover la integración del béisbol americano fue realizar una manifestación durante la inauguración en el Yankee Stadium en 1945. Ya se sabe que los grandes parques como éste, eran alquilados para que se jugara el béisbol negro. Los comunistas trataron de que el jugador negro formara parte de sus manifestaciones, para lo cual habían hecho bastante publicidad y así llegaron hasta los vestidores del Yankee Stadium, donde estaban los jugadores del "Homestead Grays", casi desnudos y les decían:

-¡Muchachos! ¿Acaso ustedes no creen que puedan jugar en las Ligas Mayores?

Y los jugadores contestaban: 

- ¡Claro que sí! ¡Sí lo pensamos!

¿Y por qué no protestan?- , decían los comunistas y luego agregaban:

- ¡Muchachos ustedes protesten y hagan demostraciones!

Y la contestación de Buck Leonard fue:

-¡Nosotros vamos a jugar!- Los comunistas salieron y decían: 

-¡Bueno, ustedes son parte del movimiento!

Y otros jugadores contestaban:

- ¡No, nosotros somos parte del juego!

Lo dicho anteriormente, demuestra cuánta fuerza existía en el negro y el béisbol. Bob Feller comentaba acerca de esta situación desigual e irónica y decía a los jugadores negros: 

- ¡Ustedes le han dado mucho al Béisbol, pero el béisbol no les ha dado mucho a ustedes!

Buck Leonard jugó para el Torreón en 1951, 1952 y 1953, teniendo un porcentaje total de 326. Tiraba y bateaba a la derecha y jugaba la primera base. 

Gracias a la estructura tan fuerte en la que se basa el capitalismo de Estados Unidos, pudo acabar con el comunismo. México debió caminar hombro con hombro con Estados Unidos desde siempre, pero la historia ha sido otra.

Gracias al Tratado de Libre Comercio, Estados Unidos jalará muy fuerte a México y algún día el mexicano tendrá el mismo estándar de vida que en Estados Unidos. Algún día... 

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