REPORTAJES
"El Pelotero" On Line

LA ESQUINA CALIENTE
Frank Maridueña

El éxtasis del jonrón

Artículo ganador 2do premio del Certamen Internacional Teobol e Ing. Alejo Peralta

El béisbol, como todas las otras disciplinas deportivas, tiene una gama de emociones tanto en la tarea defensiva como en la ofensiva.

En la Serie Mundial 2003, los Marlines de la Florida ganaron sus encuentros jugando un béisbol "corto". Es decir que sus victorias se fundamentan en batazos cortos, robos de bases, toques de bolas, bateo y corridos. Forma de juegos que le valió para recuperarse de un déficit inicial, clasificar como comodín, eliminar a los Gigantes, dejar en el camino a los Cachorros y finalmente ganar el clásico de octubre derrotando a los linajudos Yankees de Nueva York.

Esta forma de jugar del equipo de la Florida contrasta con el poder ofensivo de bateadores como Babe Ruth, Roger Maris, Hank Aarón, Mark Mcgwire, y Samy Sosa, que han impuesto y siguen rompiendo records de jonrones todos los tiempos.

El jonrón es una de las más importantes jugadas ofensivas en el béisbol. Es un largo batazo que va fuera del estadio y que permite a los bateadores recorrer todas las bases, sin riesgo de ser puesto out, y anotar una carrera. También se lo denomina "cuadrangular", "vuela cerca", "bambinazo".

El jonrón no es un instante aislado. Lo antecede toda una coreografía que se inicia desde el intercambio de señas entre el lanzador y el receptor. Continúa con los movimientos sinuosos, sincronizados y rítmicos del lanzador, hasta soltar la pelota como una ráfaga que desprende de su mano como un relámpago silencioso que efectuara un Dios griego.

Lo más hermosos de esta danza es el instante en que el bateador también inicia sus movimientos de sus pies, piernas, caderas, brazos, muñecas guiados por el juicio de sus ojos cuando estiman que el lanzamiento es bueno para batear y empieza la acción para salir al encuentro con la pelota y devolverla con la misma fuerza que la del serpentinero. Es cuando se escucha el golpe muy peculiar del bate con la pelota, en el punto preciso y en el momento exacto.

Es el momento del éxtasis, es un sonido único, seco, parejo, especial e inconfundible. Es un largo batazo que produce embelesamiento que se ahoga cuando el público se levanta de sus asientos junto con el viaje de la pelota, que la acompañan con las miradas que asciende con el trayecto del balón y desciende fuera del estadio como siguiendo una trayectoria que marcan las estrellas fugases desprendidas de los campos del cielo.

...Es un enorme jonrón con toda la simpleza, pero con toda la hermosura y endiosamiento que adquiere mayor drama cuando sirve para empatar o ganar un juego en el último episodio.

En la última Serie Mundial, el "béisbol corto" fue el factor determinante para el triunfo, pero el jonrón no morirá y seguirá generando grandes emociones.

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