REPORTAJES
"El Pelotero" On Lin

Colaboración Especial

Iván, yo te aplaudo hoy más fuerte 
Moisés Porto

Con la tristeza por no ver su maestría defendiendo el home plate de nuesta causa,vemos a Iván, el Pudge que nos levantó de la contemplación pesimista a la euforia de una victoria impensable, partir sin remedio a defender otras camisetas. 

Voces de todo bando se pronuncian. Los unos,les reclaman a la gerencia-propiedad de los Marlins. Los otros, al guerrero del peto y las shinguards. 

Ya hoy los cantos de sirena se disiparon, los pavoneos del desfile triunfal de Miami y Broward ya no pasan al saludo de la multitud agradecida y los discursos llenos de promesas cayeron más alla de la línea del horizonte.

Y es que hoy parece ratificarse aquello de que "no todos los que saben de beisbol son millonarios, pero no todos los millonarios saben de beisbol" y el encanto queda en el encubramiento con sus huestes, para bajo flashes, pompas y eulogios,cruzar el arco de triunfo al frente de los protagonistas de la hombrada.

"Pudge" tuvo que salir del equipo porque desde el principio no se tuvo con él la idea de "sembrarlo" en el equipo.Iván Rodríguez fue el 40% de la victoria piscícola, la pieza clave de un pitcheo prometedor pero sin garantías,siendo la muralla confiable desde el sensacional. Dontrelle hasta el último del cuerpo de serpentineros.

Y es que la receptoría es mezcla de inteligencia y habilidades,es confianza para tirar el lanzamiento contra el suelo, dañino para el bateador en turno, a sabiendas que su compañero de batería es una pared impenetrable erigida sobre 10 columnas defensivas llamadas Guantes de Oro.

No sé por qué siempre a los buenos receptores suelo decirles: maestros. Y es que el buen receptor es guía y tutor de los noveles, con licencia expedita para ir al box sin más presencia que él y su lanzador. El Pudge fue para los Marlins un maestro... excepcional.

La dupla propietario-gerencia no apreciaron su trabajo y "jugando un mal ajedrez,sacrifican una pieza de la misma línea de defensa que la del Rey, quedando dos filas de peones intactas". Sin menoscabar a los que precedieron en su suerte y los planificados para cambios y canjes posteriores a su salida y hoy son parte del futuro de los Marlins, algunos debieron "sacrificarse" para utilizar el presupuesto empleado en el contrato del Pudge (digo emplearse en el contrato del Pudge y no en desembolsar más dinero por parte del dueño, pues cada quién emplea su dinero acorde a la salud de sus finanzas y planes).

En el mercado beisbolero de hoy esas posiciones aseguradas abundan en igual calidad (exceptuando a Mike Lowell) , pero aun con menos calidad,la importancia de la receptoría para la logística de los Marlins de hoy y mañana, es lo más importante.

El único consuelo o tal vez el despecho de moda es preponderar,tratando de darle un trono futuro a un buen receptor como Ramón Castro quién vivió a la sombra no sólo de Iván Rodríguez.

Iván Rodríguez es justo en sus reclamos y consecuente con los aun húmedos por el champagne, discursos tribunicios de la victoria.

Iván Rodríguez no es ambicioso ni avaro. Iván Rodríguez no es ingrato con los fanáticos del Sur de la Florida, de su Miami. Ese ha sido el precio de su trabajo, un precio que los mismos dueños de equipos han ido estableciendo en una espiral lujuriosa por hacer un dream-money-team en lugar de un dream-sport-team.

Iván Rodríguez tiene un resumen lleno de aúreos créditos.Cada cual adapta su modo de vida acorde con su salario, cada cual suple sus necesidades, cumple sus aspiraciones, realiza sus proyectos en la vida de acuerdo a las remuneraciones económicas que recibe. Pudge sabe muy positivamente que al final de un contrato de cuatro años, la idea del retiro más que una vaga consideración, sería una realidad inmediata a materializar, de ahí que busque garantizar su futuro y como hombre de bien: el de su familia, ahora que está en plenitud de forma deportiva y no mañana cuando próximo a la curva descendente o justo sobre ella, será imposible.Hermoso hubiera sido tu adiós con este equipo "que ayudastes a revivir".

Iván Rodríguez, yo te justifico y como fanático de ese equipo que defendistes con los dientes para llevarlo a la cúspide del mejor beisbol del mundo, te digo: GRACIAS. A donde vayas seguirás siendo el estelar receptor que puede emprender nuevas batallas, llevando al bautismo de fuego a los jóvenes guerreros del box para que en poco brilllen en el firmamento del beisbol,para que más de un juego se gane con tu batazo oportuno, para pensar y reconsiderar que la aplicación de la regla del juego salvado no debería ser exclusividad de los lanzadores.

Iván, yo te aplaudo hoy más fuerte.

Moisés Porto

 

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