La Esquina Caliente
Frank Maridueña

Bonifacio y Olmedo, ejemplos de dedicación y disciplina

En esta oportunidad  vamos a referirnos a dos pelotero ecuatorianos ejemplo de juventudes.

Uno es el caso de Bonifacio Morán Yela "Bony"; vino desde muy joven a la gran ciudad a estudiar, sin saber que el destino le tenía reservado un puesto entre los grandes del béisbol ecuatoriano. Campeón Sudamericano en 1966 jugado en el Yeyo Uraga, con estadio repleto "hasta la bandera". Múltiple campeón con Barcelona, el último equipo de sus amores.

Con un título profesional bajo el brazo, regresó a su Vinces querido, pero no se olvido de su deporte. Muchos pensaron que la responsabilidad de administrar sus tierras, provocaría el fin de su carrera deportiva.

Más pudo su amor al deporte y su función de capitán del equipo "Torero" y de las selecciones nacionales, que la tranquilidad de la familia. Al final de cada tarde cuando es normal quedarse en casa, hacía el viaje hasta Guayaquil para concurrir a los entrenamientos y juegos.

Su gran disciplina adquirida al fragor de la práctica deportiva, le decía que tenía que ser ejemplo ante las nuevas generaciones de jóvenes peloteros que llegaban desde la Liga Miraflores. Viajando desde muy lejos a la ciudad, estaba en el estadio temprano y más puntual que muchos jóvenes que sin mayor explicaciones aparecían tarde o sencillamente no llegaban.

Hubo un periodo en el que entrenó y dirigió al equipo juvenil de Cardenales, completamente gratis y los condujo hasta la primera división.

Otro caso de ejemplo de disciplina y dedicación fue la carrera beisbolera del doctor Olmedo Arroba Centeno.

Desde muy joven soñó con ser un buen pelotero y famoso cirujano. Y lo consiguió.

Olmedo casi nunca falto a un entrenamiento y menos a un partido, pese a que, para estudiar medicina hay que dedicarles muchas horas de clases y bastante más para estudiar. Se daba forma y manera para practicar deporte sin dejar de ser un buen estudiante.

Fue también campeón sudamericano en el 66. Recién graduado de médico logra beca para un pos grado en el exterior, a su regreso volvió a jugar béisbol con Cardenales con quien ganó algunos torneos. Se convirtió, junto a su hermano Enrique, en excelente deportista y capacitado cirujano.

Bonifacio Morán y Olmedo Arroba, por su disciplina, dedicación y perseverancia son paradigmas del béisbol y del deporte ecuatoriano.