EL TREN MISTERIOSO
Misteriosa muerte del pelotero Edward James Delhanty
10 de agosto del 2001.- "La
extraña muerte de Edward James Delahanty el 2 de julio de 1903, bateador de 346 de por
vida y 16 temporadas en las Grandes Ligas, 13 de ellas con el equipo Phillies de
Philadelphia".
Ed Delahanty nació en Cleveland, Ohio. Llega a las Grandes Ligas en 1888 con los Phillies
de Philadelphia. Delahanty a través de los años se convirtió en un poderoso bateador,
sus únicas dos temporadas fuera del dinero fueron en 1888 (228) y 1891 (243), las otras
14 fue un verdadero dolor de cabeza para los lanzadores.
Sin embargo, el béisbol abanica muchas otras eventualidades las cuales tienden a marcar a
un individuo en respecto a su comportamiento. Con el mote de "Ed el Grande"
nunca llegaría a imaginarse que sus días estaban contados sobre la faz de la tierra.
Su tendencia a la bebida lo llevo demasiado de lejos en su ahnelo de ser una fígura
atrayente dentro de este deporte. El 2 de julio de 1903 Delahanty se encontraba a bordo de
un tren que que lo llevaría a algún destino. En un momento dado este individuo se
encontraba nuevamente ebrio y comenzó a molestar a las demás personas que se encontraban
a su alrededor dentro del tren.
Al instante saca una navaja y comienza a amenazar a todo el mundo, otra vez la bebida lo
ponía en aprietos y sería una diferencia en su vida. Se empezaba a formar un motín y el
conductor del tren tuvo que venir a intervenir con Delahanty el cual estaba alborotado y
decía cosas incoherentes. Todo este espectáculo se venía produciendo a través de todo
viaje.
Todo iba de mal en peor, al llegar a la Estación de Ontario, cerca de las Cataratas del
Niagara, Ed fue bajado del tren por su comportamiento. El tren continuó su viaje a
través del puente y Delahanty trató de seguirlo a pie y fue detenido por el guardia de
la estación, pero el guardia fue empujado hacia el lado bruscamente.
Ed siguió corriendo detrás del tren y esa fue la última vez que se vió con vida al
jugador de Philadelfia. El cuerpo de delahanty fue encontrado una semana después flotando
en el rió Niágara a 20 millas abajo de las catarata, su dinero y sus joyas habían
desaparecido.
Surgieron especulaciones de que fue asaltado y asesinado, sin embargo, muchas teorías no
daban con lo que verdaderamente había sucedido ese día en las Cataratas del Niagara.
En el 1887 Delahanty comenzó en las ligas menores como segunda base del equipo Mansfield
de Ohio donde castigó la pelotita blanca al son de 335. En la próxima temporada bateó
para 408 con el equipo de Wheeling (Tri-State League). Luego los Phillies compraron su
contrato y fue movido a los bosques por su habilidad de fildear.
Ese año los guardabosques eran Billy Hamilton, Sam Thompson y Delahanty, uno de los
mejores trios de guardabosques que pasaron por el circo grande. Todos ellos fueron
inducidos al Salón de la Fama de las Grandes Ligas.
En 1892 acumuló promedio de 306 siendo líder en triples (21) de la Liga Nacional. Sus
promedios de bateo fueron excepcionales y altos: 1895 (404),tercero en 1893 (368), 1894
(407) y 1896 (397). Fue líder en dobles en 1895 (49) y en 1896 (44). En junio de 1894
Delahanty bateó de 6-6 en un partido, conectó cuatro cuadrangulares en un partido
sencillo.
El equipo de Washington le ofreció aumentar su salario a 500 dolares mucho dinero en
aquel tiempo, en 1902. Aquí fue líder de bateo con 376. En resumen sus estadisticas
fueron: 2,596 "hits", 522 dobles, 185 triples, 101 cuadrangulares, 1.599
carreras anotadas 1.464 carreras impulsadas.
Fue inducido al Salon de la Fama en 1945.
Hay diferentes versiones de lo sucedido pero nada en concreto:
1) Pudo haber sido empujado por algún extraño.
2) Fue guiado al suicidio por oficiales del béisbol, pues el había tenido muchos
problemas que incluía disputas de contratos y problemas con la bebida y una conducta
desagradable en muchas ocasiones.
3) El guardia con quien Delahanty tuvo una confrontación en el puente cambió la versión
varias veces, a lo mejor el sabía algo más que estaba ocultando.
Para finalizar, usted lector haga sus propias conclusiones.
EDWIN KAKO VAZQUEZ
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