Este
artículo sólo busca presentar una información
básica y resumida (y por lo tanto, sólo hasta
cierto punto útil) acerca de la enfermedad. Si deseas
más información, vé a la sección
"La Enfermedad" y consulta
con tu médico (si es que estás afectado por
la espondilitis). Si crees que falta algo en este artículo
no dudes en enviarme tus preguntas-respuestas a [email protected]
¿Qué
es?
La
Espondilitis Anquilosante es una enfermedad inflamatoria
crónica, en la cual se desencadenan una serie de
procesos relacionados con la inflamación de las articulaciones,
sobre todo las de la columna vertebral (esqueleto axial),
que tienden a provocar su anquilosis o fusión, en
mayor o menor medida según el paciente. En ocasiones
se afectan otras articulaciones, llamadas periféricas
(caderas, rodillas, etc.), pero sólo en ciertos casos.
Lo típico es la afectación de la columna vertebral.
¿Qué
la produce?
Todavía
no ha llegado el día en que los investigadores hayan
dado con una causa concreta de la misma. Se han apuntado
factores que participan en la espondilitis anquilosante,
pero sigue sin conocerse el factor precipitante (o factores
precipitantes. Sobre todo se habla de la participación
de un elemento externo (la bacteria Klebsiella ) y un elemento
interno (que sería un antígeno llamado HLA-B27).
¿Quiénes
pueden sufrirla?
En
principio cualquier persona. La tendencia es que afecte
en mayor medida a los varones, y generalmente su aparición
es entre los 20-30-40 años, siendo los casos que
se presentan en la adolescencia menos frecuentes pero más
severos. Probablemente es necesario detenerse a hablar del
HLA-B27 en esta pregunta. Todas las personas tienen antígenos
de histocompatibilidad HLA, sin embargo se ha visto que
en la mayoría de las personas con espondilitis aparece
el llamado HLA-B27, y por tanto los investigadores buscan
su relación con la enfermedad. Pero algo muy importante,
además del hecho de que no todos los pacientes tengan
este HLA-B27 (una gran parte lo tienen, pero existen personas
con espondilitis y que no tienen el HLA B-27, lo cual añade
complejidad a la enfermedad), es que no todas las personas
que lo tengan, van a padecer espondilitis. Es decir, dentro
de la población general, sólo el 1-2% (variable)
de los que tienen HLA-B27, padecen espondilitis. Explicar
los mecanismos de los HLA en este artículo sería
extenso y complicado, pero que sirva para dejar constancia
de su importancia que se ha visto en algunos estudios que
si somos positivos para HLA-B27 y algún familiar
de primer grado también lo es, la probabilidad de
padecer espondilitis se eleva al 10-20%. Por tanto hay mecanismos
exógenos (la Klebsiella o los que puedan ir apareciendo
a medida que se investiga) y endógenos, propios,
como el HLA-B27, que participa en los procesos inmunitarios.
¿Qué
hace la espondilitis anquilosante?
Fundamentalmente
dañar las articulaciones de la columna vertebral,
partiendo de la zona más inferior de ésta,
y que puede ascender si sigue progresando. Esta progresión
depende de factores no conocidos, pues los casos son muy
variables y la experiencia y contacto con personas con la
enfermedad hace ver que pocos son los casos iguales.
Paralelamente
en algunas personas se pueden afectar las rodillas y caderas,
inflamándose, o a nivel ocular puede presentarse
la llamada uveitis aguda anterior, que sí supone
una complicación grave por su urgencia, pero no es,
ni mucho menos, lo más habitual. La mayoría
de los enfermos padecen rigidez en su columna y no sufren
las complicaciones más graves (y afortunadamente
menos frecuentes) de la enfermedad.
¿Qué
duele?
Sobre
todo la espalda. El dolor de la espondilitis generalmente
es insidioso. Cuanto más tiempo permanecemos en la
misma posición más nos costará movernos,
por eso por ejemplo no debemos estar demasiado tiempo sentados
en la misma posición. En muchos casos al principio
duele en la zona de las nalgas, incluso por el muslo, pues
el proceso se concentra en la región de las articulaciones
sacroilíacas. Existen otras formas de presentación,
pero con suerte gracias a los antiinflamatorios y otros
fármacos estos síntomas tan incómodos
pueden ser aliviados en cierta medida, permitiendo movilizarnos
de forma normal.
¿Es
facil de detectar?
No.
A nuestros reumatólogos no les resulta fácil
realizar el diagnóstico definitivo de espondilitis
anquilosante hasta que pasa cierto tiempo. Existen signos
que aparecen en las radiografías (sacroileítis,
afectación del sacro) pero que tardan tiempo en aparecer.
Es probablemente el momento más dificil para una
persona con espondilitis, cuando no sabe lo que tiene, pero
posteriormente, una vez confirmado el diagnóstico,
lo más aconsejable es centrar sus esfuerzos en combatir
la enfermedad con el ejercicio.
¿Nos
pasamos la vida tomando medicamentos?
Sí
y no. En espondilitis y otras patologías reumatológicas
se habla de "brotes". Un brote consiste en un
período de tiempo en el que la afectación
que sufrimos es mayor. La duración del brote es variable,
pero en muchas personas desemboca en un período de
tiempo que pueden estar sin tomar los antiinflamatorios.
¿Hay
una medicación efectiva?
La
hay, fundamentalmente sintomática. Hoy en día
existen fármacos muy variados para tratar distintos
síntomas. En nuestro caso se emplean los AINES (anti-inflamatorios
no esteroideos), pero también se hace uso de otros
fármacos en función a cómo evolucione
la persona. Tienen sus aspectos claros y otros oscuros,
pero sin duda contribuyen a que la vida de una persona con
espondilitis sea normal en casi todos los aspectos.
¿Qué
debo hacer si tengo espondilitis?
Pues
lo más importante es seguir las indicaciones del
reumatólogo/a. Te recalcarán la importancia
de que todos los días hagas tus ejercicios de estiramiento
para mantener tu columna en el mejor estado de flexibilidad
posible, y te administrarán los fármacos que
te ayudarán a mejorar tu estado. Tus dudas debes
planteárselas preferiblemente al especialista, que
cada cierto tiempo te mandará a hacer analíticas
de sangre y orina.
Tengo
espondilitis, ¿voy a terminar en una silla de ruedas?
Esto
se lo pregunta mucha gente que comienza a informarse acerca
de la enfermedad. La respuesta es NO, y más en la
actualidad, pues tenemos a nuestra disposición no
sólo medicamentos que pueden paliar nuestros síntomas,
sino algunos que prometen modificar el curso de la misma,
aunque no la curen. Lo más importante es mantener
la calma e intentar hacer los ejercicios que nos mande el
reumatólogo. Seguir sus indicaciones y no agobiarse.
Existen multitud de casos en los que lo único que
se afecta es la columna. También existen personas
que han sufrido más los avatares de esta enfermedad,
pero ello no les quita de disfrutar de la vida. Una de las
mejores terapias es hablar con gente que padezca esta enfermedad,
pues termina por relativizar los padecimientos propios.
La espondilitis no es una enfermedad mortal ni nos deja
en silla de ruedas, pero sí nos obliga a tomar una
serie de medidas que nos hagan la vida más facil,
pues los esfuerzos físicos intensos no son aconsejables.
Debemos
tener confianza en las investigaciones que se están
realizando y no descuidar ni un instante nuestro cuerpo,
cuidarlo todo lo que podamos abandonando malos hábitos
y estar preparados para cuando algún día exista
una solución y esta página no tenga ninguna
razón de ser.
Si
tienes alguna duda o pregunta, o deseas compartir tus experiencias
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