El Gato Negro
Por: Mary Tenorio

El día amaneció lloviendo, pero eso ha Freddy no le molesta. El siempre lleva su paraguas por si ocurre cualquier eventualidad, estar preparado. Llega la hora de almuerzo en Ecomoda y se dirige a almorzar al Corrientazo cuando se encuentra con Jenny.

“Hola, hola,” saluda Freddy con su habitual simpatía.

”Hola, que tal, Freddy.”

”Y eso, ¿por qué suena tan triste mi bella dama?”

”Es que a mi me deprimen los días de lluvia.”

” ¿Por qué? Si en estos días uno se siente con alegría, como que más fresquitos.”

”Pues a mí no me gusta la lluvia. Me recuerda a mi guñi-guñi.”

“¿Usted me quiere decir que su guñi-guñi sufría de incontinencia urinaria?”

“No, Freddy, es que a él le gustaba mucho los días de lluvia porque decía que se sentía más romántico.”

“A ver, mi bella damisela. A ver si la entiendo. A usted los días de lluvia la deprimen y a él le gustan. O sea que ustedes no están hechos el uno para el otro.”

“Ay, Freddy, usted siempre lo enreda todo.”

“No, si lo que usted dice está de lo más claro, lo entendí todo. ¿Y será que usted querría ir a almorzar conmigo?”

“¿De veras, Freddy? Ay, gracias, por que a si tal vez se me quita la depresión. Es que no me acostumbro a que él haya vuelto con Sofía. Pero nos vamos a mojar.”

“No, mi bella joven, yo siempre ando preparado con mi paraguas. Pero eso sí, vamos en taxi porque ni modo que vayamos en la moto con el paraguas abierto.”

“Freddy, como es usted… Ya me siento mejor y eso que no hemos comido aún.”

“Bueno pues no se diga más.”

Freddy llama un taxi le pide que los lleve al Corrientaza.

“Pero, Freddy, ¿cómo vamos a ir al Corrientazo? Yo no acostumbro a ir a esos lugares donde va la gente vulgar. Sin ánimos de ofender, Freddy. A mi me gustan los sitios con más chaché como un pub o algo así donde podamos tomar unos tragos y bailar.”

“¿Bailar? ¿Tragos? Chofér mejor llévenos al Gato Negro, que hoy me voy de rumba.”

“Así me gusta, Freddy. Verá lo que nos vamos a divertir.”

“Eso espero, porque me va a salir bien caro.”

“¿Cómo dice, Freddy?”

“No, que claro, claro, nos vamos a divertir.”

Llegan al Gato Negro y ya la lluvia cesó.

“Bueno, mi bella dama, ya paró la lluvia. Espero que ahora no esté tan deprimida y pueda disfrutar su costoso almuerzo.”

“Perdone, Freddy, pero si lo encuentra muy caro podemos ir a otro lugar. Aunque con lo que a mi me gusta la comida de aquí, sería una lástima.”

“No, no, si no hay problema. Nos quedamos aquí. Espere un momentito nada más en lo que dejo mi paraguas en el mostrador.”

Freddy lleva el paraguas y le dice al encargado que se lo cuide bien. Mientras está allí se le queda mirando a Jenny y nota que lleva puesta la falda negra y blanca que simula piel de vaca y comienza a cantar:

“Tengo una vaca lechera… No es una vaca cualquiera… De zapato combinado, de faldita rajadita y tolón, tolón…”

Jenny lo mira y sonríe y le hace señas para que se acerque.

“Oiga, Freddy, creo que se nos ha hecho tarde después de correr tanto por el taxi para llegar aquí. No vamos a poder llegar a tiempo a Ecomoda.”

“No se preocupe, Jenny, que yo ya tengo eso solucionado. Cuando dejé el paraguas en el mostrador le pedí al encargado que llamara a Ecomoda y dijera que íbamos a tomar la tarde libre. Después nos encargaremos de cubrirnos los oídos ante las griterías de Don Armando.”

“Freddy usted siempre piensa en todo. ¿Y será que ahora podemos ordenar?”

“Bien, vamos a sentarnos aquí. Con su permiso, Jenny. Mesero, por favor, tráiganos una botella del mejor licor que tenga.”

El mesero les trae una botella y le dice que es lo mejor que tiene. Freddy le pregunta cuanto cuesta y el le contesta que son 90,000 pesos.

“Pero si yo lo que le pedí fue el mejor licor, no el tesoro de Alí Babá.”

“Freddy, ese es mi licor favorito. A guñi-guñi y a mí nos encantaba y cuando veníamos aquí siempre pedíamos ese,” le dice Jenny a punto de llorar.

Jenny rompe a llorar y el mesero mira a Freddy. Este decide quedarse con la botella y el mesero se retira.

“Jenny, por favor, perdóneme. Es que a veces, o casi siempre, hablo sin pensar. Venga, baile conmigo este vallenato y verá cómo se le quita la tristeza.”

“Verá, Freddy, lo que pasa es que como a guñi-guñi no le gusta el baile, llevo tanto tiempo sin practicar que ya no se bailar.”

“Venga, Jenny, que yo le enseño, eso es lo mío, el baile y la rumba.”

“Ok, Freddy, vamos.”

Cuando se dirigen a la pista, ven a alguien bailando con tres muchachas alrededor. Cuando se acercan, ven a Guñi-guñi. Jenny se le acerca furiosa y le dice:

“¡Guñi-guñi! ¿Qué haces aquí? ¿¡Y bailando si a ti no te gusta el baile!?”

“¿Jenny?” pregunta el ex de Sofía. “¿Qué haces tu aquí y con el mensajero?”

“No, dime tú primero qué haces aquí. ¿Es que me olvidaste tan pronto? ¿Y no que habías regresado con Sofía?”

“No, Jenny, lo que pasa es que me sentía tan solo porque Sofía me echó de la casa, y además tu me hacías mucha falta… Sofia de dio cuenta que a quien quiero es a ti y me echó.”

Freddy se pone nervioso al observar todo esto, pues siente que no va tener pareja para bailar, ni con quien tomarse el costoso licor, y los interrumpe.

“Con permiso, Jenny, recuerde que la botella de licor nos espera. Recuerda, la botella de 90, 000 pesos.”

“Ay, Freddy, disculpe, pero es que no puedo dejar a guñi-guñi aquí tan solito con estas arpías. Creo que mejor me voy con él y hablamos sobre cómo resolver nuestros problemas. Lo siento, Freddy.”

Jenny sale con Guñi-guñi y Freddy se queda solo. Se va a la mesa y ve la costosa botella, y se dice a sí mismo con gemidos de niña:“¿Por qué todo me sale mal? Estoy aquí solo, con una botella de licor de 90,000 pesos, y no tuve ni siquiera una pieza de baile. Creo que hoy no es mi día.”

Freddy llama al mesero y le pide la cuenta. El mesero le explica que no tiene que pagar nada, porque como no abrió la botella de licor, la puede devolver. Freddy le da las gracias, busca su paraguas y se marcha. Después de todo no estuvo tan mal su día.

“Al menos, no tengo que aguantar los gritos de Don Armando hasta mañana.”

En eso, un carro conocido se le acerca, y escucha una voz que le grita:

“¡Freddy Stewart Contreras! ¿Qué diablos hace usted aquí en el Gato Negro en vez de estar allá en Ecomoda?”

F I N

    Reto al Estilo Ecomoda #1:
  • Personajes: Freddy, Jenny
  • Objetos/Situaciones: lluvia, paraguas, licor, baile

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