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La revolución del MP3
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Primero fue el cilindro de carbón, luego el disco de vinilo y la aguja del tornamesa. Claro, el que tenga más de treinta recordará el insoportable sonido de fondo que provocaba la aguja en contacto con el disco y, lo peor, la repetitiva y desesperante reiteración del "disco rayado". Está demás recordar acá la corta vida del cassette. Todo cambió a finales de los 80; el láser reemplazó a la aguja con la enorme ventaja de no "tocar" directamente el disco, desaparece así el ruido indeseado. Por otro lado, el menor tamaño, la mayor capacidad de almacenamiento y la relativa ausencia de ralladuras y saltos en la reproducción hicieron que algunos melómanos dieran por cerrado el avance en el almacenamiento y reproducción del sonido de alta calidad. Pero la historia nunca acaba. La masificación del chip y el consiguiente boom de la informática posibilitan que la tecnología digital llegue a una gran cantidad de usuarios. Es así como a mediados de los 90 aparece el formato de compresión de audio MP3 o Mpeg Layer III asociado por cierto a la acelerada e infinita expansión de la Internet. El formato MP3 no graba, ni copia ni nada parecido el sonido digital sino que lo codifica directamente. La primera ventaja de esto es como su nombre lo indica la posibilidad de almacenar gran cantidad de información en muy poco espacio. La capacidad de compresión del formato MP3 es de 1:11 sin pérdida de calidad apreciable. Esto quiere decir que un CD-ROM puede almacenar unos 11 CD-AUDIO (150 a 200 canciones tipo) si consideramos que una tema de audio normal dura al rededor de 3 min. 21 seg. con un peso en formato MP3 de 3.06 Mb. De esta manera podemos almacenar una larga pista de sonido en un solo CD-R y ayudado por tu PC y un grabador de CD (que en el mercado tiene un costo aproximado de 130.000 pesos chilenos) organizar tus propias copias. Extrayendo las pistas de tus CD-AUDIO, comprimiéndolas a MP3 y mezclándolas a tu gusto. Claro que la reproducción el CD-Room tiene que ser a través de tu computados, ojalá conectado a un sistema de sonido con buena salida. Las ventajas no terminan acá, como la información digital del MP3 puede ser transmitida vía MODEM o cable, Internet nos ofrece un infinito espectro para buscar, seleccionar, bajar, reproducir, subir e incluso almacenar sonido en la red. Ahora bien, como este formato es relativamente reciente no está exento de problemas. La principal dificultad está en compatibilizar con este sistema los derechos de autor que los artistas y las compañías disqueras reclaman. De hecho en la mayoría de los países del mundo es ilegal copiar o reproducir música que no tenga expresa autorización del que posea, en esos momentos, los derechos de autor. De esta manera en la mayoría de los sitios web que ofrecen la posibilidad de bajar música en formato MP3 o cobran por este servicio -claro que considerablemente menos que la compra directa de un CD Audio- o bien distribuyen gratuitamente música experimental o promocional que cuenta con la venia de los autores. No obstante lo anterior, hasta ahora no se ha sabido de algún caso de sanción legal a quien ponga MP3 en sus páginas personales o a quien los baje. Vamos ahora a lo que directamente nos interesa. El sistema mínimo que necesitas para almacenar archivos MP3 es un 486 DX2-100MHz o superior ojalá un Pentium y, evidentemente, los programas para almacenarlos y reproducirlos. Estos programas pueden ser bajados de la red ya sea en forma gratuita o como shareware (programas de prueba que funcionan sólo por un tiempo determinado).
Lo primero que debes hacer es extraer la información del CD-Audio para almacenarlo en tu disco duro. Para esto necesitas un Extractor de audio o CD-Rippers (ripeador) que transformaran esta información en archivos WAV. En la red podemos encontrar varios de estos programas, todos con características similares como:
Estos programas, como ya está dicho, pasan directamente la información digital a tu disco duro en un archivo de extensión WAV. En este punto nos topamos con dos problemas: primero, como las compañías fabricantes de estos programas evitan los consabidos problemas con los derechos de autor, la mayor parte de estos programas no permiten la extracción de todas las pistas del CD-Audio original. De tal manera que al introducir tu CD-Audio el programa seleccionará al azar un75% de los temas. La única y engorrosa forma de salir de este inconveniente es ingresar repetidamente el CD-Audio hasta que se selecciones la pista de tu preferencia. El segundo problema es el gran volumen que asume un archivo WAV. ( una pista de 5 min. 19 seg. puede pesar 56.4 Mb.) Sin embargo, esta dificultad puede solucionarse fácilmente adquiriendo, también en la red, un "Compresor" de WAV a MP3. Los resultados son óptimos, con estos compresores un archivo WAV de 56.4 Mb queda reducido a menos de 5 Mb aproximadamente. De los muchos que existen en la red podemos señalar como los más destacados a:
De los tres programas anteriores te recomendamos el AudioCatalyst por tres poderosas razones: primero es absolutamente gratis, claro que como explicamos más arriba es una versión de "prueba" en cuanto selecciona al azar parte del total de las pistas del CD-Audio. En segundo lugar es un Extractor y un Compresor a MP3 de tal manera que las pistas son traspasadas a archivos MP3 en forma automática. En tercer lugar es un "Reproductor" de archivos de sonido, más estable que muchos programas especializados en la reproducción y además, posibilita bajar fácilmente MP3 de la red y realizar la mezcla de las pista muy fácilmente. Ya tememos nuestros archivos MP3 en nuestro disco duro. ahora podemos mezclarlos y pasarlos a un CD-Room con la ayuda de un grabador periférico. Ahora, para escuchar los archivos de sonido necesitamos un "Reproductor". Este último programa nos ayuda también a organizar los archivos que bajamos de la red. De los reproductores más destacados podemos señalar:
Ya hemos recomendado el AudioCatalyst. Otro reproductor de mucha aceptación en la red es Winamp, este programa, aun que es a veces muy inestable facilita el archivo de pistas MP3 bajadas de la red. Además es uno de los pocos que cuenta con un ecualizador gráfico y un pequeño osciloscopio o analizador de espectro. Pero su mayor ventaja es la gran movilidad que permite su configuración tanto interna como externa (akin o piel) que permite personalizar y dar nuevos aspectos a este reproductor estrella.
Sin bien Winamp es una buena posibilidad para bajar y organizar tus MP3 debemos considerar que una de las principales dificultades de Internet es su lentitud. Más aún si con los MP3 estamos hablando de archivos que pesan 3 o 4 Megas como mínimo y de un tiempo de conexión considerable dependiendo, claro, de la velocidad del MODEM. Por esto es siempre beneficioso para nuestra salud mental, contar con un programa que solucione los eventuales cortes en la conexión de bajada de los MP3 como GetRight. (Pincha el icono para bajar GetRight):
Los sitios web para guardar mp3 varía según se mueve el mercado y la ley de derechos de autor de la que hablábamos. De hecho son sitios especialmente diseñados para los mp3 ya que los servidores más famosos no se arriesgan a un conflicto con los Derechos de Autor. Geocities, por ejemplo, no acepta la inclusión de archivos con terminación mp3. A no ser que "burlemos" su seguridad comprimiendo los mp3 en archivos con terminación Zip. Además que no sería rentable ocupar el reducido espacio que nos ofrece gratis Geocities (15 Mb) donde cabrían sólo 4 a 5 pistas. Es importante considerar que nada es tan gratis como se muestra y que, por otro lado, la paciencia y la ley del "ensayo y error" son claves para navegar en las desconocidas aguas de la Internet. Veamos algunas direcciones para empezar a investigar. Con AudioCatalyst para extraer y configurar tus propios CD y con Winamp para organizar los MP3 que bajes de la red y si cuentas con un grabador periférico, tendrás una potente herramienta para internarte en la más abstracta de las artes: la música.
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