VOLVER


NUESTRO PERMANENTE HOMENAJE

Juan José Saer


(Serodino, Pcia. de Santa Fe, Argentina, 28 de junio de 1937- París, Francia, 11 de junio de 2005) 
Fue profesor de historia del cine y de crítica y estética cinematográfica en la Universidad Nacional del Litoral. En 1968 partió con una beca de seis meses a Francia, destino que se convirtió en permanente. Allí dio clases de literatura en la Universidad de Rennes. De los años 60 son los libros de cuentos En la zona (1961), Palo y hueso (1964) y Unidad de lugar (1967), y las novelas Responso (1964), La vuelta completa (1966) y Cicatrices (1969).En su vasta producción se cuentan las novelas El limonero real (1974), Nadie nada nunca (1980), El entenado (1983), Glosa (1985), La ocasión (1986), Lo imborrable (1993) La pesquisa (1994) y Las nubes (1997). También los libros de cuentos La mayor y Lugar y una serie de ensayos: Para una literatura sin atributos, El concepto de ficción, El río sin orillas y La narración-objeto. Su obra poética estaba reunida en El arte de narrar.

..




NADIE NADA NUNCA (fragmento)


“...Hasta donde su vista pudiera alcanzar, es decir, todo el horizonte visible, la superficie que lo rodeaba, en la que ya no era posible distinguir el agua de las orillas, parecía haberse pulverizado y la infinitud de partículas que se sacudían ante sus ojos no poseían entre ellas la menor cohesión... Esos puntos luminosos, no formaban ningún cuerpo, sino que eran una infinitud de cuerpos minúsculos, como un cielo estrellado, con la diferencia de que el vacío negro entre los puntos luminosos era una rayita delgadísima, apenas visible, o más bien una finísima circunferencia negra, porque la profusión de puntos luminosos que lo rodeaban transformaba el espacio negro que los envolvía en una circunferencia. De ese espacio precario emergía, tiesa e inmóvil, la cabeza del bañero, que flotaba rígida y en plano inclinado y que aparecía rodeada de esos puntos luminosos, alguno de los cuales titilaban incluso entre sus cabellos o sobre su barba de tres días. Y, de golpe, en ese amanecer de octubre, su universo conocido perdía cohesión, pulverizándose, transformándose en un torbellino de corpúsculos sin forma, y tal vez sin fondo, donde ya no era tan fácil buscar un punto en el cual hacer pie, como uno podía hacerlo cuando estaba en el agua. Sentía menos terror que extrañeza -y sobre todo repulsión, de modo que trataba de mantenerse lo más rígido posible, para evitar todo contacto con esa sustancia última y sin significado en la que el mundo se había convertido...
Ese recuerdo, en el que ya casi no pensaba, había reaparecido en fases sucesivas: primero, como en un relámpago, sin ser todavía recuerdo, sino únicamente un llamado de la memoria que le hacía saber que estaba acordándose de algo sin saber exactamente de qué; después, en una segunda ráfaga, había recordado toda una serie de elementos secundarios a los que no podía individualizar porque carecía del recuerdo principal; en seguida, después de un momento en el que había quedado otra vez como vacío, la memoria había dejado subir el recuerdo, nítido y neutro, un recuerdo entre tantos otros que sube a la conciencia sin que nada, en apariencia, lo haya llamado, como una diapositiva que se proyecta sobre una pared blanca, de un modo mecánico, y después se borra, y por último, el recuerdo se había apoderado de él, durante varios minutos, encerrándolo en sí mismo, aislándolo del mundo exterior, acaparándolo y produciendo en su cuerpo una serie de transformaciones, ya que durante el momento en que recordaba había tenido los ojos muy abiertos, los labios pegados uno contra otro y ligeramente prominentes, las manos abandonadas y blandas a los costados del cuerpo. en el suelo, con las palmas hacia arriba, medio encogidas sobre el pasto ralo y grisáceo, la cadena de la asociación interrumpida y viendo de un modo tan nítido emerger su cabeza de entre esa luz pulverizada, que durante una fracción de segundo tuvo como una impresión de desdoblamiento ya que se creyó contemplándose a sí mismo desde la borda de la lancha de control.
” 

.
.
.
.
.
.
.
.
.

.VOLVER

 
Hosted by www.Geocities.ws

1