En éste, su tercer poemario, Lina Caffarello reitera anteriores logros: Suma y resta y Alguien tiene un talismán.
Aquí, como en toda su poética. lo cotidiano se jerarquiza y el sentir y la emoción se vuelven canto; canto de vida, la vida misma alternando alegrías y penas, porque "ya no se pueden disimular los golpes / ni recuperar el brillo de los sueños"; entonces la poeta nos propone "sólo lavar los ojos de la rosa / atizar la luz en los carbones / y arder / arder..."
Espumas: otro hito mediante el cual Caffarello nos señala su camino de luz.

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