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¡Oh, la Omega! por Cristina Berbari.
Fijando Vértigos, Buenos Aires, 2004. 48 págs. Creo
que "¡Oh, la Omega!" es una etapa más en el camino- siempre
ascendente- de su poesía.
Hay una órbita -la suya- que late permanentemente en la variedad de los
temas. Pero la unidad no tarda en llegar por la sed de absoluto que dejan
traslucir sus versos. Esa sed, elaboración de la infinitud, en el vaivén
de lo cotidiano, es la que la hemana a Rimbaud, como antes y quiza todavía,
a Donne. Celebro este oficio creciente y su ritmo secreto que se patentiza
en los primeros versos de "Consagrada a Baldur". A. C. Blasetti.
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