EL TIGRE Iba y venía, delicado y fatal, cargado de infinita energía, del otro lado de los firmes barrotes y todos lo mirábamos. Era el tigre de esa mañana, en Palermo, y el tigre del Oriente y el tigre de Blake y de Hugo y Shere Khan, y los tigres que fueron y que serán y asimismo el tigre arquetipo, ya que el individuo, en su caso, es toda la especie. Pensamos que era sanguinario y hermoso. Norah, una niña, dijo: Está hecho para el amor. Jorge L. Borges
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TIGRE En la curva del salto rujo Vil cazador aún no ha nacido el rey que ha de contar mis manchas. Yo estoy dentro del bosque dentro del tiempo. Y él afuera temiéndome sentado sobre mi piel. Amelia Biagioni
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EL ORO DE LOS TIGRES Hasta la hora del ocaso amarillo Cuántas veces habré mirado Al poderoso tigre de Bengala Ir y venir por el predestinado camino Detrás de los barrotes de hierro, Sin sospechar que eran su cárcel. Después vendrían otros tigres, El tigre de fuego de Blake; Después vendrían otros oros, El metal amoroso que era Zeus, El anillo que cada nueve noches Engendra nueve anillos y éstos, nueve, Y no hay un fin. Con los años fueron dejándome Los otros hermosos colores Y ahora sólo me quedan La vaga luz, la inextricable sombra Y el oro del principio. Oh ponientes, oh tigres, oh fulgores Del mito y de la épica, Oh un oro más precioso, tu cabello Que ansían estas manos. Jorge L. Borges |
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