Jorge Andrés Paita

                                           
  
                                                                           (foto: Daniel Grad)


AD PROFUNDUM


Ante el día por verse,
papel en blanco, silencios,
el vaivén de palabras vanas
ante los ojos,
y uno piensa, uno piensa.
Toda alianza quebrada ya con la altura,
tampoco señales, voces
para el hombre guarde tal vez
el otro reino, el sombrío,
que pisaron plantas mortales
-osados descensos, lujos
desdeñados hoy día por la costumbre.

No soy digno,
perdón, callados señores:
yo quise saber siquiera
si un gran delta sembrado allá 
de miembros y rostros yertos,
bajo el frío andar de la luna,
para Sus Tenebrosas Majestades es como nieve
que desde el suelo filtra a estos negros ríos,
si el estrépito del caer
de una Edad con sus viejas torres
aquí sólo es oído como otra hoja
que da al viento un otoño.
 

de “Cuatro puertos”






EL GENERAL PAZ EN LA ADUANA DE SANTA FE



A Borges por su “Poema Conjetural”,
modelo en el arte de imaginar los
hechos para hacerlos reales.


El temperado y pulcro
militar que, jinete en montura inglesa,
de chaquetón, sin poncho,
lo corrió de Córdoba al gran mandón de los Llanos,
le barrió a los cuatro horizontes,
como un viento que arrambla briznas
a sus gauchos (que en la borrasca de tierra y fuego
de la batalla, dicen, se vuelven pumas),
está preso de un López,
está quieto hace años entre paredes.

Entretiene sus tedios
y aflicciones haciendo jaulas
para pájaros, ya leídos los pocos libros
que le dieron, pendiente siempre
de la orden que le pondrá la cuchilla al cuello
o en el pecho unitario los cuatro plomos. Van con
       paciencia,
y alegría de olvido a veces,
trabajando sus dedos finos y cavilosos
en el arte que un carcelero de bien le explica.

Un buen día le trae el mozo
del monte los coloridos,
aturdidores, trémulos camaradas
de prisión. En la celda entra
con ellos el esplendor del cielo y el campo.
Y el general, mirando los pajaritos, viéndose él,
entreviendo de súbito -allá en el Fuerte de Buenos Aires-
al Brigadier de eterno chaleco rojo,
siente que una ironía
como un lento día de invierno se abre en sus labios.
 
 
de “Eros en Amazonia”

Estos poemas fueron extraídos de “25 Poetas Argentinos Contemporáneos” (Ediciones Papiro Fundación Sales, Buenos Aires, 2005) cuya selección estuvo a cargo del poeta Osvaldo Svanascini.


J
orge Andrés Paita. Nació en Buenos Aires en 1931. Cursó estudios de Filosofía y Letras. En 1952 se inició como escritor en “Sur” y “La Nación”, donde siguió publicando poesía, crítica y ensayo durante cerca de dos décadas. Colaboró asimismo en otras publicaciones literarias de Buenos Aires, el interior y el exterior. Fundador, en 1976, de la revista de poesía “Escritura”. Subdirector del suplemento literario de “La Prensa” (1977-1984). Funcionario en las áreas de cultura y prensa de la Embajada argentina en el Uruguay (1986-1994). Profesor coordinador de cursos de redacción en la Universidad del Salvador (1998-2002).
Publicó: Cuatro Puertos (1976), Señales del segundo milenio (1983), Eros en Amazonia (1998) y prepara, entre otros, Despliegues. Recibió la Pluma de Plata del Pen Club, el Premio de Poesía “La Nación”, el del Fondo de la Artes y el Municipal.




 

 

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