Desde Hong Kong nos llega el poemario “Alicia en el catálogo de Ikea y La Noche de Europa” del poeta y pintor barcelonés               

                                            
  
       José Manuel Sevilla





XX

Querida Julie:

El águila se ha vuelto loca.

Ha dejado todas sus mentiras
pero en el cielo ya no hay silencio
si el águila se ha vuelto loca.

Sobre la tierra se grita más que nunca 
escándalo y cosas terribles
que lo llenan todo.

Yo espero la nieve
su cuerpo de luna que haga callar todo esto
unos cuantos días, una madrugada
al menos.

La comida se ha caído encima de la ropa
y me siento a mirar en un rincón
donde podría comenzar de nuevo todo lo que es humano        
y donde recuerdo aquella trampa que fue
la tranquila vida cotidiana,
cuando el panadero iba en coche
a los mítines patrióticos,
cuando la puta visitaba a su hermana del pueblo,
cuando en mi cuartel
se escribían cartas personales.

Pero sobre la tierra
las hermanas del pueblo se han muerto
y la carta que te escribo debería decir que lamento
no haberme comido tu cuerpo
y el mío,
habernos comido
la lengua y el corazón
y haber dejado este mundo
para las rosas.


d
e “La noche de Europa” (Basado en un sueño real)




ALICIA EN EL CATÁLOGO DE IKEA 
(Basado en un hecho real)

(fragmento)

Ahora siente cómo la brisa
se transforma los domingos especiales de fascismo
en viento Sinnlig, ideal para desplegar banderas
en los corazones -personalmente no me gusta,
lo cambié un lunes por una pelota Klippan
para niño solitario (1)-;
la pobre Alicia a lo mejor también
podría sentir cosas así si su marido
y sus hijas se lo permitieran,
al menos debería saber 
que es posible juntar una vajilla Spela
plato a plato, y alguien tiene que decírselo, 
¿lo harás tú?
Dentro de unos años la verás desde un taxi,
llevará una bolsa de plástico, mirará el semáforo y
cruzará la calle con los demás.
La verás y pensarás que
necesita calles nuevas, médicos nuevos y
un Dios nuevo.
Nadie sabe qué hacer, pensarás, y la verás entrar
en el supermercado, uno en el que ya sabe donde está todo,
los dientes de oro junto a las hogueras de libros,
las estrellas de David amarillas, los congelados de
mujeres lapidadas en Afganistán, las neveras
con toda clase de palabras, etc.;
Tú seguirás en el taxi y la última vez que la veas con vida,
la pobre Alicia empujará un carrito metálico con los ojos cerrados.
No le dirás nada,
nadie dice nada a nadie desde un taxi,
si eso pasara,
sin duda se oirían risas grabadas en toda la calle,
con la de inmigrantes que hay, hostia, eso no, joder...
Tranqui, estás donde todo funciona,
frente-pecho-hombro izquierdo-hombro derecho,
donde quizás esté yo en una tertulia
defendiendo la patria o cagándome en ella, 
pero no te aflijas,
para mí la patria es un concepto tan elevado 
como una máquina quitanieves. Por cierto,
yo, señor, soy de Segovia
y cuando le pregunté a mi corazón si tendría tiempo
para el amor o el odio a la patria, me contestó que ya se
pasaba más de 40 horas semanales detestando
el siglo XX y que lo sentía mucho.
¿Harías tú la guerra por una máquina quitanieves?,
¿la haría Miguel?
y ¿en quién pensará la pobre Alicia cuando empuje
un carrito metálico con los ojos cerrados?...



_____
(¡) Un domingo especial con viento Sinnlig
asistí con mi familia
a la beatificación de una monja española
perteneciente a una orden que cuidaba
de las presas republicanas en la cárcel de Palma
en los años 40. Aquella orden
bendita se dedicó a vender en el economato 
un número de kilos de pescado
no determinado en la misa, que la gente había
regalado a las presas y que nunca llegaron a su
destino, mientras los hijos de las presas
morían de hambre y de tifus; la flamante beata 
había desarrollado el plan de inversión,
todo un clásico hoy día en la trata de blancas
de Europa del Este. Unos días antes
de la beatificación, yo había vendido mis acciones
de la orden, nadie sabe porqué: en mi país,
nadie sabe dos cosas, uno, porqué vendí las acciones y,
dos, cuál es el nombre de la primera mujer
que llegó a ser alcaldesa en España y que,
lógicamente, los falangistas
mataron a tiros en una cuneta.


José Manuel Sevilla (Barcelona, 1959). Poeta, dramaturgo y pintor. Licenciado en Geografía e Historia. Co-fundador de la Asociación literaria “Poetas contra el SIDA” y editor de la revista del mismo nombre. Como artista plástico ha expuesto su pintura en varios museos y salas de Cataluña, tanto colectiva como individualmente (1992-1997). Actualmente reside en Hong Kong.
En Poesía ha publicado: Desde los límites del Paraíso (1991), Trayecto contiguo (Última poesía) (1993); Alicia en el catálogo de Ikea o La noche de Europa, (2004), los tres poemarios por Editorial Betania, Madrid.
Ha desarrollado otras actividades literarias y artísticas colectivas con el grupo BONOBOS. Es autor del Manual per Parelles Avorrides (Barcelona: Radio Barcelona, Cadena SER, (1994-95) y ha colaborado en revistas culturales de España, Estados Unidos y de Latinoamérica.




Julie en el País de las Maravillas, pintura de José Manuel Sevilla que ilustra la portada de su libro.



 

 

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