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Gustavo
Caso Rosendi |
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Poemas del libro "Soldados"
Las casas flamean porque partiremos Se
asoman cada noche TRINCHERA Comenzamos
cavando como si . MONTE LONGDON es como un corso es como si fuera el último febrero desde una vitrola oxidada canta castillo siga el baile una mujer con rostro de ibis pasea en el chingui-chingui llueven serpientes de papel la avenida con lamparitas de colores gualeguaychú todo nevado pero no le parece raro porque sabe que le tocaba mirar hacia el frente y ganas de tomarse una cerveza y un cabeceo y otro y otro más y ahí está buscando a la marcela entre la gente pero una estatua lo detiene le besa la frente la bufanda se le escapa como un pájaro ciego se va enganchando entre las ramas se deshilacha escocesa en el cielo y llega un frío oscuro oscuro oscuro y ya no puede enterarse de aquel filo que se le apoya en la garganta justo cuando se encienden los primeros alaridos de la noche NATURALEZA
MUERTA La
tierra se abría
A
veces mirábamos nuestra sombra TREGUA Arrodillado como si rezara (No
siempre hablando se entiende la gente) POEMA ORNITOLÓGICO Casi
todas las aves se habían ido
SANOS
Y SALVOS Podemos
llegar a suponer ------------------------------------------------------------------------------------- Malvinas
no fue un tema que Gustavo abordara en sus comienzos como poeta. En
“Bufón fúnebre”, su primer libro, sólo hace referencia a la guerra en
el poema “Abril nos traería”, el cual ha sido muy difundido:
“...sólo queríamos reír cantar bailar…”.
Probablemente, el poeta ya intuía que no se escribe con el dolor, sino con
el recuerdo del mismo. Ese dejar decantar el tema, esa distancia en el
tiempo hasta llegar a Soldados,
le permitió transformar un hecho doloroso en un hecho estético, para
decirnos que, tal vez, se escriba porque se ha perdido una experiencia
inefable, y al escribirla se realiza una experiencia del lenguaje. El
argumento de este libro es uno de los que más ha sido cantado por la
poesía de todos los tiempos: la guerra. Pero Gustavo Caso Rosendi además
comprende, a decir de Daniel Samoilovich en un artículo titulado “Poesía
y Memoria”, que “El tema no es más que un color de la paleta, un
instrumento de la orquesta.” En el mismo artículo, el autor sostiene que
“Nunca, por el contrario, la sinceridad o la potencia garantizan el logro
de una obra. La Memoria es la madre de las musas, pero como buena madre debe
dejarlas partir después de parirlas y educarlas… A veces se tira de un
hilito – una hilacha podría ser – y enormes pedazos de la propia
historia empiezan a surgir diez, quince, veinte años después.” Y a más de veinte años de la guerra de Malvinas, Gustavo comienza a tirar de la hilacha, si bien ya había participado en el libro “El viento también recuerda”, antología de escritores ex combatientes de Malvinas. Y de esta hilacha comienzan a descender poemas como estrellas desde el cielo oscuro de su memoria... ...muchos
ex combatientes repiten la idea de regresar alguna vez a las islas
argumentando que “algo profundo va a terminar de cerrar”... Si ese día llegara, sería mi deseo poder volver con el autor de este libro para interrogar al viento (si es que aún recuerda). Para recordar a nuestros compañeros con el silencio que nos debemos cada 14 de junio, fecha de la derrota y la recuperación de nuestra incómoda realidad, a decir de Carlos Gamerro. Para comprobar ante los fantasmas de la turba que jamás podremos huir del drama de la vida o del “agrio sabor de la existencia” que alguna vez bebimos en una cantimplora. Para confirmar, quizás, que nada queda de nosotros en las islas, sino lo que las islas guardaron para sí." del Prólogo al libro "Soldados" por Martín Raninqueo (músico y poeta platense) |
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