PIERO DE VICARI

  

 

 

 

del libro “POEMAS DEL CABALLO AZUL” (1989)

 

 

Cabalgar el vientre de la noche:

infinitesimal tristeza del navío.

 

Antípodas que son de la memoria,

rastros de un dolor terrestre, único.

 

Abrirse a la tierra para confundir la raíz.

Abrirse al sexo para ser la luz.

Abrirse al poema

como una forma más

de aventajar a la muerte.

 

 

***

 

 

Piedra angular:

sobre tu cintura,

sobre tu espalda con rostro a arena,

sobre este mundo de ovulación y resabio,

sobre mis dedos

y la infinita forma de tu cara:

 

la noche se extiende

como un pezón encendido.

 

 

***

 

La madera de tu cuerpo

resiste mapas y dilaciones.

La madera de tu cuerpo.

 

Enciendo lámparas,

nazco del fuego,

voy de tu ceja a ceja.

 

Nadie alimenta la negritud de la hora.

Arde la poesía al roce de tus manos.

 

Casa inmune,

la madera de tu cuerpo.

 

 

 

***

 

 

 

Sólo. Furioso.

Aleteo de cardumen en la noche.

 

Una muchacha sin senos me reclama

y yo, edípico sostén del universo

corro hacia sus brazos

a enarbolar la espuma.

 

 

 

***

 

 

 

Cara de pez.

Alma de pez.

Boca de pez.

Cuerpo de pez.

 

¡Agua, agua!

 

 

 

***

 

 

A la poesía que indaga:

-soy un fauno elíptico

del corazón y sus tumbas.

 

 

 

 

Del libro “GATO DE PIEL LUNAR” (1996)

 

 

 

(LAS DICTADURAS DE LOS UNICORNIOS)

 

Pasan.

Oscuras.

Nocturnas como tu labio caído.

 

Pasan a recaudo de los montes.

Crujen su negritud de estrellas, de laberinto único,

crujen como huesos resistiéndose al polvo.

Beben sobre el río

sobre su negra cabeza y sobre sus negros ojos.

Beben del corazón y el fuego

y descansan:

todo poema erige sus perturbaciones diurnas.

 

Pasan sus manos y sus lenguas.

Peces recónditos anidan en su ingle.

Peces recónditos como el mar.

Peces recónditos como el ano febril de las centollas.

 

Pero pasan.

Oscuras.

Nocturnas como tu labio caído.

 

Pasan lamiendo las orejas de los muertos.

Lamen a toda hora,

bicicletas y falos nauseabundos,

sábanas de raso y extensas orugas sifilíticas.

Lamen como una caricia de buey

o como un chorro de orín en los acantilados.

Lamen mi boca y pasan.

 

Entre senos de estatuas y turbios algodones.

Describiendo sus contornos de hembras difamadas,

describiendo mi pie, el árbol amarillo,

describiendo un inventario de pulpos y estiletes,

describen y pasan.

 

Y vuelven a pasar.

Oscuras.

Nocturnas.

Paleolíticas e inmóviles.

 

Enumerando íconos, inviernos repetidos.

Pasan de la mano de los santos,

pasan de grandes nupcias a grandes desencuentros,

del orgasmo inguinal a la gran sabiduría,

y de la vid y de los vinos

a las nalgas insidiosas que defecan opulencias.

 

Opíparas pasan.

Y Vuelven a pasar.

Oscuras.

Nocturnas

Como tu labio caído.

 

 

(ETÉREA. GENITAL)

 

Etérea.

Genital.

Brújula que ignoras el sur y la ingle.

Vienes con los pómulos,

Con la faz y las alturas.

Ave minuciosa.

Elevadísima.

 

Migraciones cósmicas dibujan tu enagua,

aquí

en Buenos Aires

donde el telgopor alienta la costilla

de los pobres,

donde alguna vez retuvimos los puñales

desnudos,

sin una gota de sal.

 

 

(COMUNIÓN DE PLEXOS)

 

 

 

 

VI

 

Poemavientre.

Poemaobtuso de ensoñación y naufragios.

Poemacópula.

Poemanexo de manos, lenguas y uñas.

Poemahuida:

es un himen furtivo el que fecunda mis versos.

 

 

 

(VERANO)

 

 

A río revuelto

tus entrañas de puma y de luciérnaga.

 

 

 

(EL POEMA)

 

Se escapa de las manos

como una fábula imprecisa.

Baja por los nudillos febriles de la luna

y es un palomar absorto que decae

y cae

   cae

   cae

   cae

   cae

   cae

   cae

   cae

   cae

 

 

 

(MONICA)

 

I

 

Ángel de amordazada boca.

Inconclusa merienda de un dios amanecido.

Ríos de ciruelas.

Encarnación lunar.

Muslos pariendo la poesía a carcajadas.

 

Voces.

Sumatoria de tiempos y plusvalías.

Un recorte de espacios y triángulos.

La obstinación de la manzana.

La manzana.

 

II

 

Decía Cummings, mi amor,

“el muerto mundo vibra como una cuerda herida”

y yo le creo.

Ala hora del ocaso, le creo.

Ala hora de palpar la nuez y los tributos,

le creo.

¿Quién ofrece el pan desde tu luz?

¿Quién detiene el vientre de la boca innúmera?

Sabemos que el poema alimenta

pero ¿cuánto, mi amor, demorará el vino?

 

III

Hacia las frías campanas.

Hacia el tambor que retoña

Hacia la palabra final:

tu cuerpo exhausto, endeble, húmedo.

 

 

 

(ESPEJOS)

 

Decir por ejemplo:

Pedro no es Pedro sino este poema iracundo.

Suspender la mordedura del frío

Acunar la máscara real, pavorosa.

Desandar la aguja y la madeja.

Puro.

Útil.

Invadido.

Reconocer las cerraduras.

El áspero presagio del metal.

La vida, vasija fragmentaria,

cáscara filosa,

incompleta.

 

Poner los puntos sobre las íes.

Soldado adúltero. Rueda perimida.

Esperar tu ausencia.

Enclavar sobre el maíz la lengua que deshace.

Ser un trozo de la historia.

Gota fluvial.

Inabarcable.

 

Y sostener el puñal en lo alto.

Y sostener la herencia imperpetua.

Y sostener el mediodía, el jardín extenso,

la noche de la envidia meritoria.

 

Sólo la palabra sobrevive.

 

 

 

Del Libro “ VICIO DE MANOS” (1999)

 

 

7

 

muerdo los ojos del címbalo y cae una furia de espermas, una delgada furia de espermas encadenados y tristes, tan tristes como la piedra enamorada de la sombra o tan encadenados como un sexo que niega su plusvalía de flujos y oscilaciones, de semillas indultando un número, lluvioso, exacto y monocorde, es decir: un número que representa ese cuchillo que clavamos todos, cuando la noche es un cerrojo de aceitunas (tímidamente asesinada) sobre el corazón del mar

 

 

11

 

la viejas paredes y los viejos cuadros, así como las viejas ventanas y los viejos muebles perecen en un latido, minúsculo e impar, como el alimento de los pájaros

 

 

26

 

dejo mi lengua sobre tu pubis y salen palomas de tu sexo, salen pequeños corales, pequeñas adivinanzas, salen voces y letras escondidas, salen muelles y pañuelos afiebrados y una copa y el color verde y todos los santos, todos los olores, todas las mareas y todos los hombres que he sido hasta mi lengua sobre tu pubis

 

 

30

 

tus piernas son un circo de elefantes exiliados de Bombay, pero un circo de elefantes perezosos y frívolos, algo parecido a mi cara después de la cerveza o simplemente el agrio culo de la muerte, descomunal y transitorio… tus piernas son un circo de elefantes exiliados de Bombay, ¡pobres animales: extraviaron el camino!

 

33

 

mas vale poema en mano que este destino ardiente, precipitado y triste

 

42

 

mi parentesco con la lluvia, proviene siempre de excesivos milagros

 

 

81

 

soy la parte inconclusa de un dios increado, adorador del fuego, las especies y el olvido, tanto o más por los ojos, el milagro o la palabra que una herida vaginal, trozo de piedra sin abismo, rastro y rostro acomodado al filoso puñal de mi garganta, rastro y rostro en la contingente desolación de lo que soy, rastro y rostro aún en lo distante y enamorado de tus formas: cuerpo de mujer, vicio de manos

 

 

98

 

plural de los plurales, de mote viracocha vago con mi astrolabio por las llanuras del hombre, no mido astros mido intenciones, ay de este verso destituido y ausente, ay de todos los versos que revelan el secreto de la luz y son la noche, viejas oscuridades como un seno en la boca de un anciano me resignan: los poetas que no hacen el amor con la poesía deberían estar bajo sospecha

 

 

99

 

porque la poesía es una inmensa vagina celestial, una prostituta cuida de sus dones y yo que me masturbo cuando no la veo…

 

 

105

 

tallar el hueso hasta volverlo vino, polvo, palabra florecida,

tallar el hueso hasta volverlo hueso y más hueso y más hueso y más hueso…

 

 

 

 

Del libro “PALABRA LÁZARO” (2002)

 

 

 

 

LA RESURRECCION ES POSIBLE

 

El poema cae de la mesa

cuando la migaja no sirve

y es la noche.

 

Ahí es donde vuelvo

al disparo de la sangre,

al verso que arremete la moneda transitoria,

al oído que retiene

minúsculas razones:

grillos monocordes

                              en la opacidad de los ojos.

 

El poema cae de la mesa

y caigo con él,

muerto como un muerto

en la levedad que lo sostiene.

 

 

 

 

PERROS EN LA NOCHE

 

 

No más que un sonido,

un tenue crujir de hojas

o una débil fricción de luciérnaga

para que ellos

                       (mortales del insomnio)

delaten su presencia.

 

Renovando los contratos de vigías irredentos,

establecen códigos que enlazan

                                                invisibles sombras,

rastros que acometen ecos inauditos,

olores que llegan a nosotros

cuando la noche inventa crucigramas

en pieles infinitas.

 

No son infalibles,

aún así, prefieren columpiar en el abismo

antes que caer, como ciegos, en la nada.

 

Los perros en la noche se acuestan en mi sueño

y yo también soy una oreja,

una plácida oreja

y un corazón

y un ladrido.

 

 

 

AXOLOTL

 

 

Desde hace siglos está en mi pecera.

Deambula ciego por pasillos húmedos,

deja rastros que obedecen

a milenarias formas.

Va, viene, regresa

es como un reflejo anclado

en el centro de la nada.

Camina, palpa,

modela su reducido territorio.

Sabe que el agua es un telón,

una cárcel teatral que exhibirá su máscara.

Igualmente va, viene, regresa,

indaga cacharros arrojados al abismo,

monedas que entre piedras

simulan en los ojos, tesoros extraviados.

Es un fantasma más,

un fantasma único,

inquieto e inmóvil

como un dios

en su séptimo día.

 

 

 

LA VERGÜENZA DEL MUNDO

 

 

Pienso en una mano

delineando los bordes de la dádiva.

 

Pienso en las monedas que caen

o en el trozo de pan ahuecando formas,

cicatrizando el murmullo

y el aliento,

esa frágil osamenta desteñida

numérica…humana.

 

Pienso en una mano

y es otra la que enciende los fuegos de la sangre

y otra más

y otra más

y otra más…

 

                                            (La vergüenza del mundo

                                                               golpea el corazón

                                                       y a veces duele)

 

 

 

LEYENDO A UNGARETTI

 

 

La síntesis

bien podría ser esa semilla pugnando

por volverse espiga.

 

En ese orden de cosas,

la poesía enciende la palabra

cuando los labios devuelven el sonido.

 

A mi entender

la discrepancia recae en la imagen:

cuanto más incomprensible,

muere de muerte metafórica.

 

 

 

TEMPLO DE APOLO

                                       (Roy Lichtenstein, 1964)

 

 

Apenas siete columnas

en un trazo excesivamente geométrico.

La mirada

estrellándose en abismo,

meticulosa y febril

es un milagro que no llega

pero llega finalmente.

 

No es difícil imaginarse Sócrates

en medio de tanta obsecuencia de formas y mitos,

no es difícil estar allí

esperando la nave que regresa de Delos

horas antes de beber

el líquido que hiere.

 

Aún así

cuesta creer que el mundo

en esos días, era un pañuelo

y que Dios no era Dios

sino varios dioses

                 gozando humanamente de su atributos.

 

Del ocio al pensamiento,

de la especulación a la palabra sin sentido:

más de dos mil años no han borrado

la roja levedad de la ceniza.

 

(Critón, corre desesperado hacia la cárcel.

Dicen que la nave ha llegado.)

 

 

ANTES, LA PALABRA

 

 

Antes, la palabra

aparecía en mi boca

como el café en un tazón con leche.

 

Mezclada, salía a caminar por mis dientes

y era un líquido que pasa

en un oleaje de adiós interminable.

 

Presta ya, se embebía de obsesiones

de oficios impuros

de raras alegorías

hasta ceder

en la feroz intransigencia de mi lengua.

 

Entonces, el desayuno olía a pan,

a brote de uva en las narices.

 

Antes, la palabra

era el café, era el tazón, era la leche,

era mi boca

en un solo fluir de rastros,

saciada de nombres, de días encumbrados,

de dedos fornicando su augusta soledad.

 

Antes, la palabra, era …

hasta que llegó tu cuerpo

y se robó de golpe

la única lámpara

                          que encendía el idioma.

 

………………………………


Piero de Vicari. Nació en San Nicolás (provincia de Buenos Aires, Argentina) en 1963.

Es Profesor de Historia y Empleado Judicial. Fue Presidente de la Seccional San Nicolás de la Sociedad Argentina de Escritores (S.A.D.E.)  entre los años 1992/1994.

Fue Director de la Escuela Municipal de Lengua y Literatura “Andrés del Pozo dependien-

te de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de San Nicolás, entre los años 1991/2001. Desde 1994 a la actualidad es Co-director del Sello Editorial sin fines de lucro Yaguarón Ediciones. Desde 1991 a la fecha es coordinador de talleres literarios, tanto en San Nicolás, como en las ciudades bonaerenses de Ramallo y Campana.

Ha editado los siguientes libros de poemas

Poemas del caballo azul” (Premio Publicación del Fondo Editorial de San Nicolás, 1989), Gato de piel lunar” (Yaguaron Ediciones, 1996), Vicio de manos” (Mención de Honor en el Certamen Nacional de libros de poemas “Fundación Acero Manuel Nicolás Savio”, 1999), Palabra Lázaro” (Contiene los poemas que obtuvieron el Primer Premio Nacional de Poesía en el Certamen “250 años de la fundación de San Nicolás”, 2002)

Su obra, tanto poética como narrativa, ha sido recogida por diversas antologías y revistas del país y el extranjero. Sus poemas han sido parcialmente traducidos al italiano, francés, inglés, alemán, servio, croata, ruso, guarany, italiano,  catalán y portugués. Ha sido organizador de innumerables ciclos culturales, recitales poéticos, paneles debates, mesas redondas de literatura, conclaves y encuentros de escritores.

Desde marzo de 2006, edita la Hoja Virtual de literatura “POEMANIA...la manía del poema”, que se difunde en Latinoamérica, Europa y Asia.


 

fijando vértigos 2007 ® Todos los derechos reservados

 
Hosted by www.Geocities.ws

1