María Paula Mones Ruiz

Hambrienta, desnuda, descalza

Hambrienta, desnuda, descalza,
alimenta, abriga y sabe…dónde aprieta tu zapato.

Mendigo Real que al alma corona 
con el pan de la palabra,
con el manto de tu sangre y un alado bálsamo 
para el paso en llagas.

Ave que anida en los vacíos de la piel
y la piel se ilumina de cosquillas celestes
y teñida de violeta, 
la sangre riega nidos de sonrisas detenidas, urgentes.

Ella… la Poesía. 

Alguien, me llamará poeta, pero Ella
es quien me bautiza cada día, 
cuando ambas nos bañamos en el agua de la Luz, 
cuando la Luz nos rescata y nos regala
¡una estrella prendida, detrás de las palabras!



Esteban Moore

“...ciegan los oros.”
24

el sol perfora un cielo abismal-------insondable
cristalino

desde su altura--ilumina los ordenados cuerpos
en formación de los pájaros----------que vuelan
enfrentando sus rayos------------¿hacia dónde?
¿hacia el sol?

produciendo efectos----------que el observador
no puede describir en palabras------------y que
con audacia---------------alguien definirá como
una luminiscencia a plena luz del día

 

Cecilia Ortiz


Suma o resta

Hay tanto dolor sin edad

    ¿qué se arrastra sin oír?

siniestras lenguas con puñales 
    (ebrias habitantes del vacío)
tejen deseos de muerte
                       con ojos de piedra

tanto dolor sin edad en el aire
parece saber el nombre
                           o conjetura
delante del pizarrón callado

-mi sangre está rabiosa-

Me tomo del brazo con la infancia
              nombro suma y resta
                 no dan las cuentas
(me salva la campana del recreo)

le confieso al viento 
    que no estudié las tablas
    que dividir y multiplicar 
    no me sirven para nada
¿son felices los números?

me responde la nada
cuando la pasión naufraga 
    contra rocas de indiferencia
la nada    sin méritos refinados
que borró tanta memoria
   y mis paso crujen confundiendo 
                                                señales
la nada
con la que no puedo traducir signos
-uno más uno no es igual a dos-
uno que mata    uno que muere
             igual a uno

Hay tanto dolor sin edad
                fuera del alfabeto
tanta respuesta increíble 
en la campana que no llama a           clase.




Hugo Mujica

I

invisible rojo de lo dicho


amanece
la palabra sobre el silencio.


 

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