Cristina de Berbari | ||||||||||||||||||||
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Cuidarme debo de mi oscura mitad una mano borra cuanto dice la otra frágil mi mano siniestra tiembla. * Alguna vez dije: A medianoche las mitades se reúnen A medianoche, a solas, dialogo. Hoy oigo mi soliloquio de medianoche a dos voces. * al cascanueces No partas el fruto del avellano dentro podrías encontrar un corazón latiendo. |
Disquisiciones ante una Instalación en Centro Cultural Recoleta Despojada de Ofelia de hilos invisibles cuelga sumergida en aguas una larga camisola Caricias líquidas pliegan el vaporoso lienzo candorosa asoma la puntilla sobre la abertura del pecho donde sensuales se aparean botones y ojalillos Tenue gira la vestidura acampanada se curva se comba se alabea cimbreante laxa relajada la tela con caída ondulante ondea Flota el albor Anuncia la incorpórea presencia de ausente aparecida el no ser anima la seda Bajo campana de vidrio burbujas -agua y aire-, sola la camisola danza una danza imponderable Es tiempo de partir Raptada por la imagen abandono la sala. |
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Cristina de Berbari (Buenos Aires, 18-10-43) Publicó: Penúltimo Portal (Ediciones Carrá,1983) Los lagos y la tortura (cuaderno de poesía, 1999). Los poemas transcriptos pertenecen a Doloras de la Piedra Negra (inédito). | ||||||||||||||||||||