Etimológicamente el término icono proviene de la palabra griega Eikon-Eikonos,
que expresa la idea de una imagen o representación. Sería durante el Imperio de
Bizancio cuando adquirió el significado mas definido de imagen cristiana
sagrada.
El monte Athos, se encuentra situado
en uno de los tres brazos de la peninsula Calcídica, bañada por el mar Egeo, en
la zona nororiental de Grecia. Desde sus cimas se divisan las costas de
Macedonia, Tracia y Asia Menor. En este promontorio, lleno de peñas y poblado
de bosques de pinos, robles y castaños, se establecieron , desde finales del
siglo X, una serie de monasterios y ermitas, a los que se llegaba por estrechos
senderos y donde buscaban refugio numerosos cenobitas y eremitas. El primer
monasterio fue fundado por san Anastasio en el año 963 en una zona donde ya
existía un gran número de eremitorios. Ahí fue donde se desarrolló una intensa
vida religiosa con fuerte impacto en la Iglesia Ortodoxa, ya que en sus
cenobios se formaba el alto clero que más tarde ocuparía las más elevadas
dignidades de la Iglesia Cristiana Oriental. Estos monjes del Monte Athos han
sido no sólo los pilares de la Iglesia Ortodoxa sino también los mantenedores
de sus tradiciones artísticas.
La elaboración de un icono según la técnica tradicional es
una labor muy compleja. Para su
realización se usaban elementos naturales, madera (acacia, castaño, ciprés,
tilo, pino) tela de lino, cola animal, cera, pigmentos y colorantes naturales,
clara de huevo, aceite de linaza, vinagre, etc.
Elegida la madera se confeccionaba la tabla y se le aplicaba una pasta fina de color
blanco llamada el leukos (leucas) mezcla de cola de pescado y aceite de linaza,
vinagre y polvo blanco de yeso o alabastro y posteriormente se pulía suavemente
con piedra pomez. Seguidamente se procedia a efectuar sobre él el dibujo,
utilizando calcos o mediante estarcido, es decir superponiendo sobre la
superficie un dibujo, cuyas lineas habian sido previamente perforadas con una
serie de orificios y rociando sobre ellos un polvo de carbón. A continuación se trazaban las lineas de los
contornos. Realizado el dibujo se procedia a la aplicación de los colores. Los
colores utilizados en los iconos suelen ser escasos, sobre todo en los
ejemplares mas antiguos, y no suelen utilizarse mas de ocho o diez pigmentos de
origen vegetal o animal. Los mas empleados fueron: ocre, rojo cinabrio, verde,
azul, púrpura, escarlata, blanco y oro. Generalmente se utilizaban al temple,
usando como aglutinante, huevo con alrededor de un 30% de cola fina. Los
colores no se mezclaban en la paleta sino en el curso de la pintura. Una
vez efectuada la pintura, se cubria la
superficie con una capa de barníz, hecho a base de aceites y resinas, llamadas
Olifa. Esta capa tenia dos finalidades: proteger la pintura de la humedad, y
dar fulgor y solidez a los colores, pero estaba expuesta a un invonceniente: el
oscurecimiento progresivo que producía en los colores, debido al polvo y al
humo de las velas que absorbia, lo que provocaba que fuera necesario realizar
limpiezas periódicas. Este oscurecimiento de los iconos es lo que les ha dado
fama de obras tristes; sin embargo tambien esto provoca que les haga aparentar
mas antigüedad de la que tienen.
Colecciones
de iconos:
Museo de iconos de la Casa Grande de
Torrejon de Ardoz (Madrid) :Colección Otzoup-Onieva. Es, sin duda una de las
mayores colecciones de iconos orientales existentes fuera de Rusia y de los
restantes paises en que tuvieron su origen estas obras de arte. Cuenta con mas
de 1200 ejemplares. En ella pueden verse piezas del siglo X, y de epocas
posteriores hasta nuestros días. Provienen, sobre todo de Rusia, pero tambien
de paises tan distintos como Grecia, Turquía, Bulgaria, Italia, Siria, Iran o
España, con ejemplares de las escuelas de Kiev, Novgorod, Moscú, Monte Athos, etc.