Es una incognita el definir el momento exacto en que aparece la
canción rembética como género musical, aunque ya esta constatada su existencia
en el S. XIX en la ciudades de Ermúpoli, Nafplio, la antigua Atenas, Esmirna,
Constantinopla , Alejandría y Tesalónica. Igualmente oscuro es el origen del
término “rembética”, cuya raíz más
probable es “rembet”, un viejo vocablo turco que significa “del arroyo, de la
calle”.
Efectivamente, la primera noticia que tenemos de los rembetes remonta a
las postrimerías de la revolución de 1821, cuando Grecia dejó de ser una mera provincia
del Imperio Otomano. Pocos datos aportan las obras de los escritores griegos
acerca del asunto, pues tanto era el temor que suscitaban los feroces rembetes
que apenas osaron glosar sus hazañas
El
rembético como género supone una peculiar simbiosis de las canciones de
taberna, romances populares, salmos bizantinos y melodías balcánicas, muchas de
las cuales no han sobrevivido hasta nuestros días.
LOS
REMBETES. Pero sobre todo el
rembético es la canción de los “rembetes” o “mangues” –términos que presentan
diferencias de matiz difícilmente definibles. En general se trataba de hombres
que vivían según sus propias normas, ajenos a los usos y costumbres de la
sociedad de su época. El “rembetis” no contraía matrimonio ni se comprometía de
modo alguno con su pareja, odiaba a la policía, holgazaneaba en el trabajo,
fumaba hachís, cocaína y la cárcel era un lugar familiar. En fin, todo un
ejemplo a seguir. Los mangues vestían conforme a su particular estilo de vida:
siempre sin paraguas y con su andar ladeado, lucían pantalón estrecho, zapatos
puntiagudos de tacón alto, navaja siempre colgada en el cinturón, la chaqueta
enfundada solamente en la manga izquierda y la derecha colgando, con el brazo
al aire. A este respecto existe una anécdota de la época del general Ioannis
Metaxas, que ordenó a la policía local que a todo aquel que fuera sorprendido
de tal guisa se le cortaria la chaqueta por la mitad. Aparte de su enorme capacidad gestual – propia, por otro lado, de
los pueblos mediterráneos – los “rembetes” hacían gala de una jerga propia,
relativamente rica en vocablos, que tiene un claro reflejo en sus
composiciones, en las que aparecen versos con expresiones ajenas a la lengua
popular o a las de la jerga suburbial.
Desde un punto de vista temático la canción
rembética se clasifica en diferentes categorías: amorosa, melancólica, de
cárcel, de la madre, del hachís de la taberna, de la emigración, de la muerte,
etc., aunque naturalmente estos elementos tienden a entremezclarse. De todas
formas en más de la mitad de las canciones es el amoroso el asunto
predominante.
Es el baile parte indispensable del género:
a todas las canciones rembéticas les corresponde o bien el “seimbékiko” o bien
el “jasápiko”. El primero lo baila un solo “mangas” con un estilo totalmente
personal. Es normal, sin embargo, que se dance con la mirada fija en el suelo y
rostro sonriente, casi burlón. Cuando la orquesta interpreta un “seimbékiko”,
en la pista baila un solo hombre; el resto, en círculo a su alrededor y rodilla
en tierra, bate palmas al ritmo de la danza.
Si en ese
momento se levanta algún otro “mangas” para bailar, comete una gravísima ofensa
que se ha de saldar en feroz riña a navajazos. Una mujer que osara danzar este
ritmo levantaría un gran escándalo. El “jasápiko”, en cambio, requiere la
colaboración de dos “mangues” vinculados por una estrecha amistad, pues es
danza que precisa de gran sincronización en todos sus movimientos. El jasápiko
rápido, también conocido como “jasaposérbikos”, es un baile galopante y alegre,
permitido también a las mujeres.
Sólo durante treinta años mantuvo el género
todo su vigor, el período que abarca desde 1922 a 1952 y que podemos subdividir en tres etapas claramente
diferenciadas:
-Período
“esmirneiko” (1921-1931) marcado por el intercambio de poblaciónes que tuvo
lugar tras la gran catástrofe de 1922: más de millón y medio de refugiados de
las ciudades de Asia Menor acabaron asentándose en los barrios de las grandes
ciudades griegas; la conmoción social que crea este fenómeno propicia la
formación de un estilo propio dentro de la canción rembética, caracterizado por
la influencia de la música árabe y anatólica.Durante esta época circulan discos
interpretados por artistas como Dalgás, Marika Polítissa, Rita Ampatsi, Rosa
Eskenazi Papazoglou o Dimitris Semsís, con música de santuri, violín y uti.
-Durante la
etapa clásica (de 1932 a 1940) el rembétiko sufre la crisis que
supone la sustitución del uti y del santuri por el busuki y el baglamás.
Predominan las cantantes esmirneikas de los Café Amánn y los cantantes de los
tekedes turcos que habían llegado de Anatolia. Gente que al mismo tiempo era
excelente compositora de música de busuki. La influencia de los refugiados
asienta el rembético en la periferia de las ciudades: es entonces cuando el
estilo clásico se ve inmerso en los bajos fondos suburbiales. En esta época
destacan Markos Bambakaris, gran cantante popular, compositor y músico,
Tountas, Bagianteras, Batis, Anestis Delias, Stratos Pagiountsis (El vago),
Morfeas, Jatsijristos, Peristeris Robertaki o Perpiniadis.
-La etapa
“popular” abarca el período 1940-1952. Es la época del hambre, de la
ocupación nazi, de los bombardeos, del miedo; todo ello lo absorbió la canción
rembética. A pesar de ello el género no se alejó de sus raíces iniciales. A
finales de los años cuarenta y, especialmente, en la época de la guerra civil
(1946-1949) se pueden escuchar canciones populares plagadas de quejas, dolor,
amor y amargura, canciones melancólicas que acompañaban la vida de la gente
sencilla. Pocos discos se grabaron en esta época de penurias.
Después de la 2ª Guerra Mundial las compañías discográficas intentan recuperar este tipo de música y el rembético clásico resurge con la incorporación de nuevos valores. Pero ya es tarde, y muchas de aquellas canciones han desaparecido. Destacan intérpretes y músicos de la talla de Tsitsanis, Jiotis, Papaioanu, Sotiría Belu o Marika Niku. Cuando aparecen en Grecia los primeros discos de larga duración, la canción rembética conoce un nuevo resurgir y, al mismo tiempo, una rápida difusión. La orquesta se enriquece con nuevos instrumentos, lo que desvirtúa el espíritu del género. Las letras se vuelven sensibleras. La música, desfigurada, resulta irreconocible. Los garitos donde se tocaba rembética se transforman en locales de lujo. En general la era de la dictadura de Metazas y el final de la guerra suponen la desaparición de la auténtica tradición rembética. Irónicamente la dictadura de los coroneles intentó rescatar el género del olvido y, hacia finales de 1974, hubo una gran profusión de discos.
Actualmente
existen formaciones musicales dedicadas a esta música habiendose reeditado
numerosas composiciones de los viejos maestros y con relativa facilidad podemos
encontrar locales por toda grecia donde se interpreta esta música.