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Que
tiene por nombre EMMANUEL CRUZ, la misma ya esta terminada,
garantizando a los lectores su continuidad. A
diferencia de otras historias que se pueden leer en el FORO DE
WEBNOVELAS, donde los elencos virtuales parecen jugar un rol
primordial, en está nos encontramos que solamente está
conformado por sus cuatro protagonistas.
Dejando los otros
personajes, sin actores virtuales, para dar una mayor prioridad
a la historia y su narración.
Mi webnovela de mayor
éxito, fue precisamente una leyenda, estrenada en el mes de
diciembre del 2004, VALLE DE LA LUNA, en un genero, los mitos y
leyendas, en lo que mejor me encuentro para contar una historia
de amor.
Considero que, EMMANUEL
CRUZ, tiene el desafío propio como autor
de superar aquella maravillosa historia donde la leyenda de amor
entre Osiris y Artemisa, con componentes de la mitología griega
hizo que se convirtiera en éxito.
El elenco virtual de
EMMANUEL CRUZ, está compuesto por los actores argentinos PABLO
ECHARRI y CAROLINA FAL, ambos trabajaron en la novela RESISTIRÉ,
de gran éxito en la televisión ARGENTINA en el año 2003, junto a
ellos estará el actor mexicano RAFAEL AMAYA y la actriz uruguaya
BÁRBARA MORI, de gran éxito en diferentes novelas mexicanas,
como RUBÍ.
Y como un adelanto a los
weblectores de está revista les adelanto el prologo de EMMANUEL
CRUZ, deseando que lo disfruten y los espero a todos en
diciembre, falta poco, para seguir está apasionante historia de
amor.
PROLOGO
La Cruz, es un pueblo,
cuyo nombre se debe a uno de sus primeros pobladores y fundador
del lugar; Nazareno Cruz, allá lejos y hace tiempo.
Una leyenda envuelve al
pueblo, la que cuenta que Nazareno Cruz, siendo séptimo hijo
varón, al conocer el amor y con la salida de la primer luna
llena se convertía en lobo.
Pero como les cuento,
eso fue allá lejos y hace tiempo y nunca nadie pudo comprobar
nada.
Las generaciones viejas
fueron muriendo, dando lugar a las nuevas.
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De la descendencia de Nazareno Cruz,
queda en el pueblo una familia, Lautaro Cruz y su esposa,
matrimonio querido y respetado por todos.
El trabajador en el campo,
ella una buena esposa, madre y religiosa. Los hijos comenzaron a
llegar, colmando de amor a la Lautaro y a su esposa.
Con el correr de los años,
el rumor de la leyenda comenzó a correr en el pueblo nuevamente
en rumores silenciosos.
El motivo de estos rumores
fue que en la familia Cruz, los nacimientos eran todos de
varones, tenía seis hijos.
Lautaro Cruz y su
esposa, también sintieron esos rumores, las miradas y el deseo
de los demás que no tuvieran otro hijo, al menos que no sea
varón.
Pero la naturaleza y el
destino deseaban otra historia. Y fue así, después de catorce
años, como la señora Cruz esperaba a dar luz por séptima vez.
La señora Cruz y su
esposo, fueron a la iglesia y solicitaron la bendición del cura
párroco, rogando y rezando de que naciera una niña.
Al salir de la iglesia
todo el pueblo estaba afuera. Mirándolos en silencio.
Ellos caminaron a su casa
juntos a sus hijos y prepararon sus bolsos y algunas cosas más
subieron a su viejo auto, marchándose a su casa de campo a unos
tantos kilómetros del pueblo.
Los meses fueron pasando y
Lautaro Cruz y sus seis hijos, en un atardecer de viento y
tormenta, salieron a buscar el ganado para traerlo al corral.
En aquel anochecer,
la madre comenzó a tener dolores de parto, el séptimo nacimiento
se estaba anunciando, ayudada por una criada, que les tenia
piedad a la pobre familia y aceptó
ayudarlos en el campo, especialmente a la señora Cruz, la llevo
hasta su cama, mientras puso a calentar agua y oficiar de
partera.
En tanto la noche
tormentosa se abatía contra el pueblo, el señor Cruz y sus
hijos, todos montados a caballos cruzaban el río, con el ganado. |
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Amaro, el cura párroco del pueblo, que
algo de sabio y vidente tenía, bajo al sótano de la iglesia y
busco entre viejos libros, donde se anotaban las fechas de
fallecimiento, tratando de encontrar la fecha que presentía, la
fecha de muerte de Nazareno Cruz y pensó en el nacimiento del
séptimo hijo de los Cruz, que sería la séptima generación.
En la casa de los
Cruz, la señora, daba gritos de dolor que se confundían en la
noche y en el campo con los gritos de sus seis hijos y su esposo
que eran arrastrados por la aguas torrentosas del río.
La puerta de la habitación
se abrió y el cura Amaro entro, llevando un farol en su mano,
cuando la criada tenía entre sus manos al recién nacido.
-¡Padre! – exclamó la
señora Cruz, este se acerco y la tomo de las manos.
-Es macho.- dijo la
criada.
La tormenta se detuvo y entre loas nubes oscuras del
cielo, apareció la luna llena, y las velas que iluminaban la
habitación se apagaron y solo la luz de la luna entro por la
ventana que se abrió suavemente de par en par, dejando entrar un
brisa cálida de aquel mes de diciembre, fines de la primavera.
-Dios proteja a mi niño.-
entre lagrimas le dijo la madre al cura Amaro, mientras besaba
la frente del niño y acariciaba su pequeño cuerpo.
La criada se acerco a la
ventana cerrándola y mirando al cielo con las pocas estrellas
que había, vio caer una, en un bellos destello azul brillante,
desapareciendo en el oscuro horizonte y dijo en un suplicio –
“Pobre angelito, si antes de nacer ya eras malquerido por todos,
menos por tu santa madre, padre y hermanos. Dios proteja tu
almita santa e inocente” – y se secó las
lagrimas de su triste mirada, para que la madre y el cura, no se
dieran cuenta y de esa manera no traer más penas en aquella
noche.
El cura saco una cruz de
madera con un Cristo labrado en plata y con agua bendita en su
otra mano, junto a la madre y a la criada rezaron el padre
nuestro, y lo bautizo diciendo –“En el nombre del padre, del
hijo, del espíritu santo, te bautizo Emmanuel Cruz, hijo de
Dios”. |
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