Biografía

Ladislao Biro es sin lugar a dudas el inventor argentino más importante de nuestra historia, el paradigma del "inventor profesional" comprometido con su rol social a favor del progreso de la humanidad.

Ladislao Biro fue un explorador de lo desconocido, con la curiosidad insaciable de un niño, la visión de un artista, el juicio crítico de un buen juez, y la voluntad de un guerrero

Entre sus múltiples y variados inventos sobresale, sin lugar a duda, la tradicional "birome". Un producto totalmente palpable, de uso diario y masivo a nivel mundial. También por el hecho de haber sido su patentamiento y lanzamiento comercial desde la Argentina, como prueba que en este país se pueden realizar emprendimientos innovativos.

Otra razón muy importante es el carácter y las diferentes virtudes que muestra este hombre, características fundamentales para este tipo de logros tales como la humildad, la constancia y la idea de que las cosas deben compartirse.

"El no aceptaba los problemas como una fatalidad. Decía 'si hay un problema, debe haber una solución', y la buscaba desde un punto cero", esta frase mencionada por su hija, Mariana, describe la personalidad de quien en vida fue su padre.

Es de resaltar también que en muchos de sus inventos ni siquiera era especialista, simplemente miraba las posibilidades desde un marco más amplio y guiado muchas veces por el sentido común.

En ultima instancia es de destacar lo polifacético que ha resultado este inventor, ya que en total ha logrado 32 invenciones, en los más variados rubros, quizás como reflejo de las múltiples actividades que realizó en vida, tales como periodista, hipnotizador, corredor de autos, agente de bolsa, escultor etc.

Es por ello, que el día de su nacimiento, el 29 de Septiembre, se festeja en la Argentina, el "Día del Inventor", en homenaje a su talento y a su amor por su país de adopción.

La existencia de una fundación que lleva su nombre, dedicada a la invención y de una escuela dirigida por su hija Mariana de educación primaria y secundaria con énfasis en la capacidad de inventiva del ser humano, terminó por decidirnos por este emblemático y carismático personaje.

El 29 de septiembre de 1899, en el seno de una familia de clase media conformada por su padre Matías su madre y su hermano Jorge, nace Ladislao José Biro (o Biró, según la grafía húngara, aunque no se pronuncia acentuado).

El médico que lo trajo al mundo en Budapest, Hungría, dijo a su madre (cuyo nombre era Juana Ullmann) que sus posibilidades de vida no eran muchas dado su escasísimo peso de poco más de 1 kilogramo.

Sin embargo, ella se dispuso a darle batalla a la adversidad: puso a su hijo bajo una lámpara pensando que el calor podría completar artificialmente su desarrollo. No sólo resultó eficaz, sino que anticipó la aparición de la incubadora.

En forma simultánea, por esos misteriosos vínculos entre madre e hijo, la mujer imprimió al suyo la tendencia a "buscar y hallar algo", que es la definición etimológica del verbo inventar.

Su niñes la vivió junto a su hermano Jorge, quien era dos años mayor que él, hasta que a mediados de 1914, con tan solo 16 años de edad, participa como soldado en la primera guerra mundial.

Su formación fue en la escuela primaria y después el gimnasio, que es como aquí la escuela secundaria, con una orientación hacia las ciencias biológicas, la filosofía y el latín; esto era común en Europa. Una vez concluido el gimnasio realizó el primer año en la carrera de medicina, pero luego abandonó debido a un accidente. Ese accidente provocó que Ladislao fuese el primero que empezó, en Hungría, a ocuparse de todo lo relacionado con el hipnotismo. Trabajó con hipnotismo en una clínica de Budapest, y dicto varias conferencias dedicadas a los médicos. A partir de entonces fue muy solicitado por los médicos para que colaborara con las técnicas de hipnotismo, para lograr efectos analgésicos. En esa época ganaba tanto dinero con el hipnotismo, que francamente perdió todo interés por seguir estudiando anatomía humana, y decidió abandonar sus estudios. Sus ingresos eran tan considerables que hasta tenía un coche con caballos para dirigirse a todas partes.

Ese fue el fin de sus estudios formales, y desde ese momento comenzó a ocuparme de diferentes cosas, como la grafología y el hipnotismo en la medicina. Fue despachante de aduana, vendedor y corredor de automóviles, agente de bolsa e inventor. Por ese entonces, el 2 de Noviembre de 1930, contrajo matrimonio con Elsa Isabel Schick. Ese mismo año inventó una máquina para lavar ropa, que pudo ser fabricada en serie, y por la cuál recibió las regalías correspondientes. Pero su primer invento fue una lapicera a fuente, que debía llenarse con agua, y que cubría a una composición sólida de anilinas, que se van disolviendo parcialmente a medida que corre el agua. Este invento lo había realizado algunos años antes (en 1928) inspirado en los trabajos que había realizado su padre, sin mayor éxito, con un instrumento para escribir a mitad de camino entre las lapiceras convencionales y lo que, con el correr de los años, llegaría a ser el bolígrafo.

El 16 de Abril de 1932 nace su única hija, a quien llamarían Mariana.

A los 33 años ya había inventado la caja automática para automóviles, totalmente mecánica. Este invento lo pudo realizar gracias a un amigo gitano que era un excelente mecánico, y juntos llevaron a la práctica lo que Biro había concebido sobre un papel.

La patente de la caja automática pudo venderla a los representantes de la General Motors en Berlín: En esta transacción cometió algunos errores debido a su falta de experiencia en el tema. Tuvo que viajar a Berlín en una motocicleta donde estaba montada la caja automática, gracias a una invitación de las autoridades de la General Motors para realizar una demostración. Finalmente compraron los derechos con el siguiente detalle: recibiría un adelanto de U$S 500 y una mensualidad de U$S 500 durante cinco años y después una participación en la producción. Pero cuando firmaron en convenio en Berlín, le dijeron que no tenían la intención de fabricar la caja automática mecánica porque ellos ya trabajaban con una caja hidráulica desde hacía ya muchos años, y pensaban continuar con ella. Simplemente habían comprado su invento para que no lo comprara la competencia.

En el año 1938; ya había patentatentado un modelo rudimentario del bolígrafo en su país, en Francia y Suiza. Ese mismo año, ya se encontraba trabajando como reportero de un periódico húngaro, en Yugoslavia; en determinado momento escribió una nota sobre un escritorio de la entrada del hotel dónde estaba hospedado, con un primitivo modelo de bolígrafo que a veces funcionaba y otras veces no. La nota era un borrador que debía enviar a Hungría y a su lado se encontraba un hombre bajito con anteojos y acompañado por una chica muy linda. Luego de enviar el telegrama, cuando subió para ir a su habitación, lo llamó el conserje del hotel y le dijo: "ese señor que estaba a su lado es un ingeniero y lo ha visto a usted que escribe con un instrumento que el no conoce ¿Usted, tendría inconveniente en recibirlo para mantener una conversación?" . Ladislao le respondió que no tenía ningún inconveniente y convino una entrevista.

Entonces ese señor le preguntó quién era y a que se dedicaba; a lo que él le respondió que era un periodista húngaro, que estaba trabajando eventualmente en Yugoslavia y que además era inventor. Luego le preguntó: "¿Por qué no viene a trabajar a la Argentina?" .

Entonces, el misterioso hombre, le comento que había estado observando detenidamente el instrumento, para el desconocido, con el que escribió la nota y que pensaba que en Argentina no iba a tener ningún tipo de problemas si se decidía a viajar a aquel país, para trabajar en la producción de ese tipo de bolígrafo. Entonces el joven inventor le respondió que en el centro de Europa, no le otorgaban la visa para la residencia en la Argentina. Ante este planteo, el ingeniero, le entregó una tarjeta personal firmada, y le aseguro que con esta no iba a tener problemas para recibir la visa en el consulado de Argentina en Yugoslavia o en Francia. Al observar la tarjeta, Ladislao Biro, pudo leer en la misma la siguiente inscripción: "Agustín P. Justo, presidente". Por lo que guardó bien esa tarjeta por si algún día podría llegar a necesitarla.

Luego de su estadía en Yugoslavia, se dirigió a Francia; debido a que un amigo le había brindado los datos de un financista también húngaro que residía en París, y que se dedicaba a los negocios de importación y exportación. Luego de un azaroso viaje en tren, llego a París y se traslado de inmediato a la dirección que debía buscar. Así fue como conoció a Juan Jorge Meyne, con quién desarrollaría una profunda amistad, y con quién se asociaría para la producción del bolígrafo.

En París trabajó como periodista y pintor, pero posteriormente, gracias a algunos contactos importantes con el gobierno francés, el cuál ya sabía que era inventor, comenzó a trabajar en los laboratorios del servicio secreto de las fuerzas armadas. En ese laboratorio se dedico al desarrollo de productos químicos, por lo que pudo realizar grandes progresos, pese a lo accidentado y peligroso de los experimentos. Trabajó durante mucho tiempo en un producto incendiario que posteriormente desarrollarían los americanos. Desafortunadamente, debido a la caída de Francia tuvo que abandonar las investigaciones.

Cuando los alemanes invadieron Francia, en ningún momento dudó en venir a la Argentina, y buscó la tarjeta del presidente Justo. Del país solo sabía que había pampa, que estaba muy lejos, que se bailaba tango, y que había gauchos……..

Viajó; junto a Meyne, su esposa y su hija Mariana; en un barco español llamado Sevilla y luego de 21 días de viaje, llega a Buenos Aires, a mediados del mes de mayo de 1940.

Al poco tiempo, Ladislao, adoptó la ciudadanía argentina y formó la Compañía Biro-Meyne-Biro junto con su hermano y Juan Jorge Meyne.

A partir de 1941 comienza a realizar numerosos experimentos para perfeccionar el bolígrafo, ya que el mismo no tuvo gran éxito al principio por tener imperfecciones en la tinta y por estar mal fabricado.

En 1942 logra conseguir apoyo financiero de Luis Lang y Herry Martin, pero a fines de 1943 sucedería un hecho que pondría a prueba la fuerza de voluntad no solo de Biro sino también de todas las personas que trabajaban en la empresa; Dejemos que el propio Ladislao nos cuente esta historia:

"Treinta y una personas formaban parte de la empresa. Las llamé y les dije: "los financistas no dan más dinero, tengo que cerrar". Yo sé muy bien que ustedes viven de su sueldo, tienen obligaciones y familia y, en consecuencia no pueden trabajar solo por mis promesas de que, eventualmente tendremos éxito en el mercado en unos 4 o 5 meses, recién entonces voy a poder pagarles retroactivamente. Pero seguro no es. Quien en esas condiciones pueda seguir trabajando conmigo, anote su nombre en el papel, y quién no pueda, por razones comprensibles, no lo haga; de todas maneras quedaremos como buenos amigos. Luego de esa conversación salí de la sala de reuniones y a los pocos minutos me llamaron de la misma sala y me dijeron: Biro vuelva, todos vamos a seguir trabajando. Finalmente las 31 personas continuaron trabajando durante las cuatro semanas con total inseguridad, pero afortunadamente pude perfeccionar el sistema de producción del bolígrafo y así salimos al mercado con un gran éxito.

Ha sido una suerte para mí haberle podido pagado a esos empleados.

Perfeccionar el bolígrafo me llevó seis años de intenso trabajo, producto que ahora parece algo fácil, pero hacer la idea de un producto comercializable requirió muchos esfuerzos. Hoy se lo fabrica a un costo de unidad inferior a lo que cuesta un boleto de colectivo. Para lograr lo que hoy puede conseguirse en cualquier quiosco, debí construir máquinas especiales para poder engarzar a las bolillas de acero, en un dispositivo especial sin freno, la tinta también resultó un gran problema. Mi hermano, que era químico, trabajó mucho en la búsqueda de una solución, al igual que muchos otros profesionales, pero como no se hacían grandes progresos, debí encarar personalmente el problema hasta que pude solucionarlo."

En 1944, Biro vendió la patente norteamericana a Eversharp-Faber por dos millones de dólares, y, en Europa, a Marcel Bich (fabricante de los bolígrafos Bic).

A partir de 1946 preside varias sociedades y compañías, y además logra hacer viajar a numerosas familias desde Ungiría para que se radiquen en nuestro país.

Por otro lado obtiene un gran numero de patentes cuyo detalle se encuentra en la sección Otros Inventos.

En 1981 comienza a trabajar en lo que sería su último invento, el cual lamentablemente no pudo concluir, el enriquecimiento del uranio. Sobre este tema Biro tenía una visión muy particular; "Yo leí un artículo en el cuál se hablaba de cómo enriquecer el uranio en los EEUU y en Rusia, mediante supercentrífugas, con un rotor que está suspendido en un campo magnético y que giran a gran velocidad para provocar la separación isotópica en el gas "Hezafloruro de uranio". En estos países se dedican grandes esfuerzos para mejorar el sistema y hacerlo más económico. Cuándo leí este artículo, y es característico en todos mis inventos, yo pense "por qué hacen todo tan complicado, no comprendo para que usan centrífugas el gas ¿no puede girar sin centrífugas? Si hacemos girar el gas, en vez de los recipientes, la fuerza de la centrífuga es la misma, para el gas resulta indiferente si gira en una centrífuga o no, en cualquier lugar se gira. Así empecé a trabajar en esto y ya tenemos resultados muy adelantados. Trabajo aquí en el laboratorio de mi casa, con dos técnicos de la Comisión Nacional de Energía Atómica, y somos muy optimistas en cuanto al desarrollo futuro. Así es como nace un invento, leí un artículo y pensé ¿a esto, no se lo podría simplificar?. Sí, se lo `puede simplificar. Naturalmente cuando empecé, yo no conocía las reglas de la dinámica de los fluidos, entonces libremente empecé a pensar con simple lógica".

A los 86 años, José Ladislao Biro falleció el 24 de octubre de l985 en el Hospital Alemán de Buenos Aires.

La prensa nacional e internacional, recordó debidamente la labor de este brillante inventor, quién fuera ampliamente elogiado por las oficinas de Patentes de los EEUU y de varios países europeo. Biro había recibido también el reconocimiento de varias empresas estadounidenses por haber superado ampliamente con sus investigaciones la labor de gran número de sus científicos en temas relacionados con la química de resinas fenólicas, la micromecánica y la separación de isótopos.

Pese a ese reconocimiento y a reiteradas invitaciones para radicarse en los EEUU Ladislao José Biro permaneció fiel a su patria adoptiva.

Hasta el momento en que enfermó, seguía investigando con gran tesón, todo lo relacionado con su último invento, lamentablemente inconcluso "Una nueva tecnología para el enriquecimiento del uranio". -

En sus últimos años, en el barrio de Belgrano, acostumbraba a aconsejar a los jóvenes que circunstancialmente hablaban con él: no dejen pasar la vida a su lado, sean conscientes del mayor placer que existe; la vida misma.

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