Elementos Jurídicos Relevantes para el Debate Capital Natural
vs. Petróleo.
En
ausencia de una legislación suficiente, la incongruencia entre
las políticas públicas se observa claramente en la región
Amazónica, zona caracterizada por extrema fragilidad y enorme
riqueza de biodiversidad. Aquí se desarrollan actividades de
extracción de recursos naturales no renovables (como el
petróleo, los minerales metálicos y no metálicos) autorizadas
por la Dirección Nacional de Protección Ambiental (DINAPA) en
lugar del Ministerio del Ambiente (MAE).
Esta
superposición de competencias se desató a partir de la
expedición del Reglamento Sustitutivo del Reglamento Ambiental
para las Operaciones Hidrocarburíferas (2001). Con este
reglamento, evidentemente se ha socavado la capacidad de la MAE
de ejercer control sobre el patrimonio natural.
Otro
ejemplo de incoherencia jurídica e institucional se evidencia en
la proliferación de actividades petroleras y mineras al interior
de las áreas protegidas del Patrimonio Nacional de Áreas
Protegidas (comúnmente conocido como Sistema Nacional de Áreas
Protegidas- SNAP). A pesar que la Constitución de la República
establece “que el país tendrá un sistema nacional de áreas
naturales protegidas que garantice la conservación de la
biodiversidad y el mantenimiento de los servicios ecológicos” (ENCB:
2001: 32), hoy en día de las 33 áreas que conforman el Sistema,
5 áreas tienen bloques petroleros en su interior y en otras 6 el
sistema de transportación de crudo (i.e. SOTE y OCP) generan
impactos recurrentes.
A pesar de
la debilidad jurídico-institucional existente, existen una serie
de oportunidades singulares para llevar adelante una propuesta
coherente de conservación y manejo sustentable de los recursos
naturales en el país. Estas oportunidades parten por el hecho
que varios documentos estratégicos nacionales recuperan cada vez
con más fuerza las temáticas ambientales. En la Estrategia
Nacional de Reducción de la Pobreza y Plan Plurianual, la
biodiversidad constituye un eje y elemento relevante.
Como hemos
reiterado anteriormente, en el contexto internacional destacan
como oportunidades la disponibilidad de recursos para apoyar
asuntos relacionados con biodiversidad y el fortalecimiento de
las capacidades necesarias para asumir su conservación y manejo
sustentable, así como de nichos de mercado cada vez más
inclinados a productos naturales.
HACIA
EL USO SUSTENTABLE DE LA BIODIVERSIDAD A GRAN ESCALA
1.
Introducción
Si
observamos la actual distribución de las áreas de bosque en el
país que permiten una conservación efectiva de la biodiversidad,
vemos como el país tiene un alto grado de fragmentación
ecosistémica. Las grandes superficies de bosque continuo, fuera
de aquel que se encuentra en el interior del Sistema Nacional de
Áreas Protegidas – SNAP, se concentran en el norte occidente de
la costa (provincia de Esmeraldas principalmente) y en la
Amazonía, especialmente hacia el centro-sur.
Es desde
esta perspectiva, que la siguiente propuesta apunta a consolidar
posiblemente el último esfuerzo de conservación y manejo
sustentable de la biodiversidad de gran escala en el país, fuera
del SNAP.
¿El
Centro-Sur de la Amazonía como límite de la Frontera Petrolera?
Los
bosques húmedos tropicales del centro sur de la Amazonía
(provincias de Pastaza y Morona Santiago) son quizá el único
territorio ecuatoriano de gran escala que actualmente ofrece la
posibilidad de implementar mecanismos de desarrollo limpio en el
marco del Protocolo de Kyoto.
Dichos
territorios mantienen por sobre el 80% de su cobertura vegetal
original. En contraposición a este capital natural, es conocido
que para dicho territorio la política ambiental no ha apuntalado
esfuerzos hacia un manejo de dichos bosques remanentes
propiciando su conectividad con otros ecosistemas y propiciando
la restauración de estos últimos o su rehabilitación ecológica
(a través de reforestación y enriquecimiento).
La
prioridad por los territorios de la Amazonía Centro-Sur se da
desde un análisis de costos. La inversión en conservación (o
prevención de la deforestación) es mucho menor que el costo de
reforestación, rehabilitación y restauración. Para establecer y
mantener 1 (una) hectárea de bosque (incorporando especies
nativas y de alto valor maderable) se estima un costo de USD
2,500 por año. Considerando que el país pierde al año 200,000
hectáreas al año, solo en árboles el país estaría perdiendo
capital natural por un monto estimado en USD 500 millones de
dólares/año.
Si a esta
descapitalización se le suman las pérdidas por costos de
oportunidad desaprovechados para servicios ambientales del agua
y la biodiversidad pérdida ésta cifra fácilmente puede
multiplicarse por una o dos veces. En contraste, una
aproximación al costo estimado para el manejo y administración
básica19 de un área natural protegida podrían estar por el orden
de USD 15 a 30 dólares por hectárea/año, lo que representa entre
USD 3 a 6 millones por año.
El
apuntalar una política de conservación y manejo sustentable de
la biodiversidad en el centro sur de la amazonía ecuatoriana
tiene coherencia con los resultados del reciente “Análisis de
vacíos y prioridades de Conservación de la Biodiversidad
Terrestre en el Ecuador continental” (MAE, Ecociencia, TNC y CI,
2006 en publicación).
En este y
otros análisis se reconoce, a pesar del gran vacío de
investigación científica existente en el área, que ésta es un
área irremplazable, en extrema vulnerabilidad a los factores
socioeconómicos y por ende una prioridad crítica para la
conservación y manejo sustentable de la diversidad biológica. A
esto se debe sumar la enorme trascendencia del Centro Sur para
la supervivencia y desarrollo territorial de las nacionalidades
Shuar, Achuar, Kichwa, Shiwiar y Zápara que habitan en el área.
En otras palabras, la oportunidad de establecer una política
coherente de conservación y manejo de la biodiversidad en el
Centro Sur se plantea a la par de una política de desarrollo
equitativo para las nacionalidades amazónicas, garantía
expresada como un derecho fundamental en la Constitución de la
República.
ASPECTOS CLAVES DE LA PROPUESTA
La
posibilidad de implementar una política de conservación y manejo
sustentable de la biodiversidad en el Centro Sur de la Amazonía
sustentada en la protección de la diversidad cultural ahí
alojada enfrenta un gran desafío pues hoy en día ésta sufre una
enorme presión de la expansión de la frontera petrolera.
En la
Estrategia Nacional para la Conservación de la Biodiversidad ya
se señalaba la importancia de precautelar al Centro Sur de la
Amazonía ecuatoriana y se realizaba recomendaciones sobre la
necesidad de contar con un “Plan de Ordenamiento Territorial y
un reajuste a los proyectos petroleros (Décima Ronda Petrolera),
mineros y de apertura de vías en las provincias” (MAE, 2001:16).
Sin embargo, esta recomendación evidentemente no ha sido
acogida.
La
decisión de mantener el bosque del centro sur de la Amazonía en
su estado actual implicará necesariamente un repensar el
desarrollo económico de ésta área, y establecer un marco
legislativo pro biodiversidad, anti cambio climático y anti
desertificación, pues el bosque húmedo tropical es un ecosistema
extremadamente frágil cuyo mantenimiento no es compatible con
actividades extractivas y agrícolas de alto impacto.
Una
posibilidad que se abriría con una propuesta legislativa que se
enmarque en el espacio regulatorio provisto por las distintas
convenciones supra-legales firmadas y ratificadas por el país y
su Congreso, es ofertar a la comunidad internacional una
extensión de alrededor de 2 millones de hectáreas de bosque
húmedo tropical en excelente estado de conservación (con más del
80% de cobertura vegetal intacta) ubicado en el Centro Sur de la
Amazonía (Provincias de Pastaza y Morona Santiago) como un polo
de desarrollo sustentable y de conservación de la biodiversidad
a cambio de recursos financieros nuevos que compensen la no
extracción petrolera en esta zona.
Acceder a
recursos financieros alternativos e innovadores permitiría
generar flujos por inversiones en mecanismos de desarrollo
limpio, además de permitir implementar iniciativas innovadoras
en lo financiero que lleven hacia una reducción sustancial de la
deuda externa ecuatoriana, lo cual sería una opción financiera
para liberar recursos económicos.
Estos
recursos podrían reemplazar aquellos que se espera que a futuro
provea el petróleo de modo que no se utilice la excusa de la
inversión social para impedir la protección ambiental, y de este
modo se logre conjugar las acciones productivas, financieras,
sociales y el desarrollo sustentable.
Realizar
esta propuesta es factible en la medida en la cual se cuente con
legislación orgánica que introduzca incentivos y límites que
manden, prohíban o permitan acciones capaces, en su conjunto, de
mantener ésta área bajo un estatus de protección permanente,
permitido sólo el desarrollo de actividades económicas
sustentables, elementos que deberían ser indagados con mayor
profundidad.
Varios
estudios de valoración económica (ecológica) estiman que los
bosques tropicales aquí alojados representan unas $2600 /
hectárea-año, es decir más de $5 mil millones al año y $68 mil
millones de valor presente alternativo a un proyecto de 26 años
de explotación de crudo la puesta en marcha de esta estrategia
permitirá al país posicionar su liderazgo en el ámbito de
financiamiento de la conservación a gran escala. El acceso a
inversiones en el ámbito de la conservación (i.e. fondos
patrimoniales, canjes de deuda, condonaciones, etc.) y la
posibilidad de entrar con fuerza en la negociación de mecanismos
para el secuestro o captura de carbono de bosque en pie (i.e.
mecanismo de desarrollo limpio para el sector forestal) supondrá
una articulación con fuentes financieras frescas no atadas a
actividades extractivas petroleras.
Finalmente, en el ámbito del desarrollo económico, esta
propuesta pretende apoyar en la diversificación de la base
productiva del país, ensayando en ésta área otro tipo de
actividades: ecoturismo, manejo sustentable de bosques (tanto
para extracción de madera y de productos no maderables), entre
otras actividades de bajo impacto. Esto permitirá la generación
de empleo e ingresos para una zona que actualmente es marginal
para la economía del país.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Existe un
escenario propicio para construir una estrategia de conservación
y manejo sustentable a gran escala en el Centro Sur de la
Amazonía. Sin embargo, existe la clara necesidad de generar la
voluntad política necesaria para enmarcar jurídicamente este
desafío.
Desde lo
económico financiero, hay posibilidades de estudiar la
viabilidad de un marco regulatorio como el propuesto. Existen
ventajas de no expandir la explotación petrolera hacia el Centro
Sur y propiciar ahí otra estrategia de desarrollo, que deben ser
analizadas con mayor profundidad. Sin embargo, entre éstas se
destacan:
-
Al
conservar esta parte importante de bosque húmedo tropical, el
país y el mundo se beneficiaría por los servicios ambientales
que brinda (la fijación de carbono, el balance climático y
diversidad biológica). Experiencias previas de canje, donación y
titularización de zonas ecológicas muestran la validez del
argumento.
-
Para las
poblaciones locales queda abierta la esperanza de una propuesta
de desarrollo sustentable y participativo que mejora en todo
escenario su situación actual y la perspectiva de la explotación
del crudo al estilo del Nororiente ecuatoriano.
-
Para el
Estado Ecuatoriano se liberarían recursos que podrían ser
utilizados en tareas de legitimación y bienestar social
-
Se
evitarían graves costos sociales y ambientales (pasivos)
generados por la actividad petrolera. Sólo considerando la
contaminación y deforestación causadas por la industria
petrolera en el norte de la Amazonía, las cifras son
significativas: $600 millones para reinyectar el agua de
formación (desechos tóxicos que salen con el crudo), más de $720
en deforestación (entre 1990-97, valorizando cada hectárea en
$600), por un total de $1,320 millones.
-
Se estaría
consolidando la política impulsada por el Ministerio del
Ambiente, pues se estará priorizando una de las áreas
irremplazables para la biodiversidad del país.
-
El Ecuador
sería pionero en la puesta en marcha de una iniciativa de este
tipo, lo que le generaría beneficios en su posicionamiento a
nivel global. (Tomado de www.hexon.com.ec) |