"ATAQUE AL AMANECER"
Relato de combate de un piloto peruano de AT-27 "Tucano"
Por: Fernando Rospigliosi El siguiente es un excepcional testimonio de un joven oficial de la Fuerza A�rea del Per�, el entonces teniente FAP "Acero", Carlos Figueroa, que narra una misi�n de bombardeo sobre las fuerzas ecuatorianas infiltradas en la Cordillera del C�ndor peruano. El bombardeo lo efectu� una escuadrilla de aviones Tucano, nave monomotor a h�lice que por su baja velocidad es adecuada para operar en esa agreste zona. Los hechos acaecieron en Febrero de 1995 y el relato corresponde a la Revista "Caretas" en su edici�n n�mero 1352. He decidido trascribirla para todos aquellos que no han tenido a�n la oportunidad de leerla. Foto: Avi�n Tucano de la FAP, fabricado por la empresa brasile�a Embraer. Su velocidad de crucero es de 448 km/hora, su radio de acci�n es de 796 km. Hasta entonces se utilizaba para entrenamiento en el Grupo A�reo n�mero 51 con base en "Las Palmas" de Lima y misiones antinarc�ticos; fueron movilizados a la zona de combate; el nombre de la base peruana utilizada ha sido censurada por motivos obvios. Observese el identificativo n� 51 de su unidad de combate sobre la cola. "A la medianoche del s�bado 4 de febrero de 1995, el avionero que montaba guardia en los dormitorios de los pilotos de alerta, toc� la puerta de mi habitaci�n. Me llamaban para una misi�n de ataque a�reo nocturno. De inmediato me puse el traje de vuelos y mientras ajustaba los pasadores de las botas, repasaba mentalmente la ruta hacia el r�o Cenepa, y trataba de imaginarme el objetivo que deber�a atacar, un blanco muy pr�ximo a Base Sur. Las fotograf�as a�reas tomadas por nuestros aviones y helic�pteros no mostraban la ubicaci�n de la artiller�a antia�rea y �sta ya hab�a logrado derribar un helic�ptero del Ej�rcito y otro de la FAP. Ten�amos tambi�n informaci�n que hab�an ingresado a territorio peruano tres helic�pteros ecuatorianos, presumiblemente a dejar personal de comandos, posiblemente francotiradores, con el objetivo de derribarnos en pleno despegue. A la 1.30 de la madrugada est�bamos listos en la sala de conferencias para recibir la informaci�n e instrucciones de �ltimo minuto. Ingres� el comandante del Escuadr�n. Su rostro denotaba tensi�n, pero su mirada dura inspiraba confianza. Nos dijo que despu�s del ataque nocturno deb�amos replegarnos a la base *** , para evitar un posible contraataque de parte de los ecuatorianos. Eso implicaba navegar por la selva inh�spita por m�s de *** horas. El comandante ley� el �ltimo reportaje meteorol�gico: tormenta el�ctrica en desplazamiento cerca de la Cordillera del C�ndor, grandes formaciones de nubes intermedias en la ruta y una capa total de nubosidad que cubr�a el cielo a partir de los 4 mil metros de altura, en toda el �rea y hasta el objetivo. Adem�s durante la primera semana del mes de febrero la luna no era visible. Esto era significativo, porque como deb�amos emplear el visor nocturno, necesit�bamos un poco de iluminaci�n de la luz de las estrellas para que permita el mejor funcionamiento del visor. A menor luz de luna o de estrellas no se ve con claridad y puede producir una falsa imagen o sensaci�n extra�a, ocasionando una situaci�n extremadamente peligrosa. Al salir de la sala de conferencias encontramos a los mec�nicos de los aviones formados en fila, cada uno nos estrechaba la mano y nos deseaba la mejor de las suertes. Por primera vez sent� una sensaci�n que pod�a identificar entre angustia y satisfacci�n. Sub� al avi�n con mi peque�a linterna e ilumin� los cientos de instrumentos esparcidos en la cabina, todo estaba OK. Arranque el motor, deb�a mantener la radio muda para no alertar al enemigo, mov� en circulos la linterna indicando que mi avi�n estaba listo, a lo largo de toda la pista de vuelos estaba distribuido personal con armamento a fin de cubrir nuestro despegue. Recib� la se�al y con toda la potencia del motor, sin ninguna luz que alumbre la pista, inici� el despegue, empleando el visor nocturno. Al mirar a trav�s del visor s�lo se aprecia el color verde en diferentes tonalidades. Es como mirar a trav�s de unos binoculares, es decir, s�lo se ve un peque�o espacio dentro de un c�rculo. De all� la incomodidad del vuelo. La experiencia de los pilotos es muy importante para su empleo eficaz. Durante la ruta al objetivos navegamos 200 metros sobre la copa de los �rboles para evitar ser detectados. En la selva se forma generalmente neblina en la madrugada, que reduce la visibilidad horizontal. Pens� en las tropas caminando abajo, en una zona terrible. Mi copiloto, como si me leyera el pensamiento, coment� la importancia de nuestra misi�n para que nuestras tropas avancen. El vuelo hasta el r�o C�nepa demoraba ***. Ya hab�an transcurrido *** y apreci�bamos cada vez m�s cerca la tormenta. Aprovech�bamos cada rel�mpago para ganarle a la noche y visualizar un poco m�s alla. Por un momento el estallido de una secuencia de varios rel�mpagos me record� el flasheo de las luces de la discoteca para menores del Club de Anc�n de la FAP. All�, con mi esposa, en los primeros d�as de enero hab�amos ense�ado algunos pasos de baile a nuestros dos hijos. La turbulencia nos indicaba que est�bamos muy cerca de las grandes nubes, lo que hac�a que nos concentr�ramos totalmente en los instrumentos del avi�n. Sab�amos que por ning�n motivo deber�amos entrar a una de estas tormentas. Faltaban cinco minutos para llegar al blanco. Nos encontr�bamos a mayor altura para librar las monta�as. La neblina hab�a quedado abajo, por lo que pudimos apreciar el perfil de los cerros por donde deb�amos ingresar y descender. Por momentos me asaltaban las dudas �hab�amos realizado un buen estudio del terreno a trav�s de la foto a�rea y del mapa? Un error de apreciaci�n significaba estrellarnos con nuestras bombas en alguna monta�a. Faltaba un minuto para efectuar un pronunciado picado y soltar las bombas. A trav�s de los auriculares escuch� la respiraci�n agitada de mi copiloto y me di cuenta que yo tambi�n estaba igual o m�s. Coloqu� el switch del ox�geno para que ingrese puro. Aunque la visibilidad mejor� parcialmente, ten�amos la tormenta casi a nuestro costado. Pens� que el estruendo de la tormenta cubrir�a el sonido de nuestros motores, evitando que el enemigo nos escuche y active su artiller�a antia�rea. Ya pod�a determinar las cumbres de las monta�as a ambos lados. S�lo 15 segundos m�s, me repet� mentalmente. Estaba visualizando mi blanco tenuemente. Busqu� otras referencias alrededor y confirm� que �se era mi punto de ataque �Ahora! le grit� a mi copiloto. El sab�a que ten�a que prepararse para una maniobra brusca, debido a la topograf�a del terreno. Durante la noche es f�cil desorientarse en un avi�n, no saber en qu� posici�n se encuentra uno, confundir el cielo con la tierra, interpretar err�neamente los instrumentos. Estaba sobre el blanco. Un r�pido giro del ala de mi avi�n me permiti� colocar el �ngulo de ataque correcto. Conforme descend�a dentro de la quebrada, �sta se oscurec�a. Al coincidir la mira de mi avi�n con la velocidad y la altura en el punto de ataque, apret� el bot�n y sent� como se descolgaban las cuatro bombas, de 300 kilos cada una, de las alas. Confirm� la salida de todas las bombas a trav�s de las luces indicadoras del panel de armamento. Ahora hab�a que efectuar una r�pida subida, pues el cerro de adelante o las esquirlas de mis propias bombas pod�an impedir que retorne sano y salvo. Escuche las detonaciones. Inicialmente pens� que la artiller�a antia�rea pod�a estar disparando, por lo que el copiloto tom� los controles del avi�n mientras yo intentaba ver, a trav�s del visor nocturno, los fogonazos de los ca�ones. Pero felizmente eran las explosiones de nuestras bombas que estaban reventando en el blanco mismo. Hab�an transcurrido tres minutos desde el ataque y segu�amos volando paralelamente a la l�nea de frontera. Yo segu�a mirando a trav�s del visor, para tratar de atisbar una posible interceptaci�n a�rea de los KFIR ecuatorianos enemigos. Los dem�s pilotos tambi�n hab�an cumplido su misi�n y segu�amos todos juntos. Foto: Caza enemigo "Kfir C-2" ecuatoriano. Fabricado en Israel. Armado con misiles aire-aire Shaphir Mk-2 guiados por el visor del casco del piloto: si te ve el enemigo sus misiles tienen adquisici�n... y est�s perdido. Desde su derrota en 1981 el Ecuador se procur� de tecnolog�a de punta en todos los mercados existentes con miras a efectuar otra invasi�n que se materializ� en 1995. El Kfir es solamente una muestra, tambi�n hay que nombrar a los misiles antia�reos "Blowpipe", "Igla", "HN-5"; equipos de interferencias electr�nicas; centenares de ca�ones antia�reos, las hasta 100,000 minas sembradas en territorio del Per�...la lista es muy larga. Todo esto no puede ser casualidad y obedece a una estrategia dise�ada con alevos�a y premeditaci�n. Conforme avanz�bamos dejamos atr�s la tormenta. En el camino a *** sobrevolamos la base de donde hab�amos partido. Sab�amos que el personal de tierra estaba esperando alguna se�al, por lo que prendimos moment�neamente nuestras luces. Seguramente despu�s que contaron angustiosamente los seis aviones, brincaron de alegr�a y se metieron sonrientes en sus trincheras a esperar el amanecer. Durante las casi *** horas de traves�a, miraba la majestuosidad de la transici�n de la noche al amanecer. Muchas veces lo he visto, en pr�cticas y otras misiones, pero ese d�a ten�a un significado especial para m�. Ese d�a he hecho honor a mi Fuerza A�rea, desde ese d�a aprecio mejor las cosas y, sobre todo, agradezco a Dios por estar de este lado, narrando esta historia en honor a mis compa�eros ca�dos en combate. S�lo le pido al Se�or Todopoderoso que nos proteja en la pr�xima misi�n."
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