EL EVANGELIO DE LOS VAMPIROS
Evangelio de los Vampiros Libro Primero: Genesis Capitulo 1 1 En el principio fue la oscuridad. 2 Una densa, ilimitada negrura, enlazaba los siete v�rtices del universo. 3 Nada exist�a fuera de lo Que No Tiene Forma. 4 Y la oscuridad palpitaba con el primer suspiro. 5 El suspiro se desliz� por los siete v�rtices hasta convertirse en el primer Orgasmo. 6 Y la oscuridad engendr� a los primeros seres, hijos de lo Que No Tiene Forma. 7 Los hijos de la oscuridad y de lo Que No Tiene Forma alzaron su voz. 8 El Universo escuch� por vez primera a las Criaturas de las Tinieblas. 9 No exist�a el dolor ni las lagrimas; no exist�a la alegr�a ni el placer. 10 �nicamente las profundidades internas unidas ala negrura de las profundidades externas. 11 Y las criaturas de las Tinieblas recorr�an el Universo en libertad. 12 No exist�an l�mites, no exist�a el principio ni el fin. 13 Viajaban fugazmente recorriendo los siete principales v�rtices, y los miles de ilimitados v�rtices en expansi�n constante. 14 Algunos, s�lo algunos de ellos eligieron un mundo cubierto por aguas oscuras. 15 Y este mundo fue nombrado Aradia. 16 He aqu� el Primer Misterio, la llave a esta Dimensi�n. 17 Pero este mundo fue elegido tambi�n por otro Ser. 18 El se nombr� a s� mismo el Creador. 19 Nacido de la oscuridad, se rebel� ante ella. As�, el velo fue rasgado. 20 Y el Esp�ritu del Ser se mov�a sobre las aguas. 21 Mientras en los siete v�rtices la oscuridad sinti� por vez primera el dolor. 22 Rebel�ndose a las profundidades internas, al no-principio y no-fin, se declar� principio y fin. 23 Y dijo: �H�gase la luz�. 24 Por siempre la oscuridad hab�a albergado a los hijos de la oscuridad y de lo Que No Tiene Forma. 25 Pero la luz alter� al Universo por siempre. 26 Los siete v�rtices fueron rotos. El Universo fue violado con resplandores. Estos fueron nombrados Estrellas. 27 El fuego fue creado. Fue creado el dolor. Fue creado el principio y el fin. La muerte y la vida. El bien y el mal. La noche y el d�a. Amor y odio. Verdad y mentira. Alfa y omega. 28 El creador se apodero del Universo y de la oscuridad. 29 Lo Que No Tiene Forma fue negado y el Ser ocup� su lugar. 30 En el caos resultante, las Criaturas de las Tinieblas gritaron de dolor, se calcinaron en el fuego de las estrellas; enloquecieron cuando el Bien y el Mal penetraron sus voces; y gimieron de agon�a al Ser encerrados en un cuerpo donde exist�a el principio y el fin. 31 Los que eligieron el mundo cubierto por las aguas fueron cegados con los primeros rayos de un sol maligno. 32 Y el tiempo comenz� a transcurrir. 33 Siete eras de dolor, ceguera, agon�a y muerte. Estos fueron los siete d�as de la creaci�n. 34 La miseria nombrada Vida se expandi� en Aradia, que desde entonces fue llamada Tierra. 35 Pues las aguas hab�an retrocedido. 36 Donde una vez hubo oscuridad y el hielo lo cubr�a todo, el mar se repleg� y la vida fue engendrada en la Tierra. 37 Flores surgieron del cad�ver de la Nada; Seres diminutos llegaron de los mares para pervertir los suelos, r�os y monta�as. 38 Y estos seres crec�an y se consum�an unos a otros. Depredadores atacaban a los d�biles. 39 De esta forma el Creador estableci� su caos en el Universo y en la Tierra. 40 Las Criaturas de las Tinieblas no pudieron oponerse al Caos, pues el Caos lo abarc� todo hasta el infinito, los siete v�rtices rotos y los miles de v�rtices que ya no se expandieron m�s. 41 Y este desorden fue llamado belleza. 42 En el s�ptimo d�a el Creador descans�. 43 Las Criaturas de las Tinieblas, ante el Caos de la luz, se hab�an replegado sobre si mismas, buscando en su oscuridad interna. 44 Pues en ella a�n hab�a sabidur�a. 45 As� aprendieron a expanderse a pesar de los limites que les hab�an sido impuestos. 46 Y la oscuridad de las Criaturas de las Tinieblas renaci� en el s�ptimo d�a, mientras el Creador descansaba. 47 Las profundidades internas volvieron a comunicarse con las profundidades externas. 48 A pesar de la luz, en pleno d�a, los siete v�rtices fueron restaurados, y cada uno restauro a sus miles de v�rtices, mas ya no en expansi�n constante. 49 El dolor no pudo ser borrado, ni la alegr�a, ni el amor, ni el tiempo, ni la muerte. 50 Aunque las Criaturas de las Tinieblas son intemporales, habr�n de tener un fin. Como tendr� el caos. Pero el fin es la apertura a nuevos ciclos. 51 Este es el Segundo Misterio. Quien tenga entendimiento, obtenga la llave a esta dimensi�n. CAPITULO 2 1 El creador despert� de su descans� al octavo d�a. 2 �He aqu�, proclam�, �he descubierto la restauraci�n parcial del Universo; 3 Y este es mi castigo a las Criaturas de las Tinieblas: 4 Malditas sean por siempre, maldita la oscuridad que las engendr�, maldita la no-conciencia; 5 Sean repudiadas por los Seres de la Tierra, de lo que hay debajo de la Tierra y el Cielo; 6 Sea la Muerte para ellas al cabo de mil eras de melancol�a; 7 Yo, el Creador, proh�bo que el Caos se restaure. 8 Por que esta es mi palabra, permanecer� hasta el fin de la eternidad�. 9 Mas el Creador estaba solo en su luz. 10 Nada escuch� su maldici�n. 11 Por lo que dijo: �Creare aliados�. 12 Y fueron hechos los �ngeles, las criaturas de luz. 13 Vio el Creador que los aliados eran buenos para �l, pues cantaban sus alabanzas. 14 Mas la m�sica no fue hecha por las criaturas de luz; les fue robada a las Criaturas de las Tinieblas. 15 Cuando estas viajaban fugazmente a los siete v�rtices en busca de refugio. 16 La m�sica fue el primer Arte; la m�sica permit�a a las Criaturas de las Tinieblas transitar de v�rtice a v�rtice. 17 La m�sica es la puerta a todas las dimensiones, este es tambi�n parte del Segundo Misterio. 18 M�s aconteci� que la m�sica fue violada por las Criaturas de la luz que acompa�aban al Creador por las regiones et�reas. 19 El silencio de las Tinieblas fue grande al proclamarse la victoria de la luz y la confusi�n en las lenguas. 21 En las Tinieblas, un Ser se adelant� a los dem�s y se dirigi� al infinito oscuro: 22 �Por que nosotros no hemos sido nombrados, un nombre nos otorgaremos. 23 Para que el Creador nos reconozca al desafiarlo; mas no ser�n sus nombres, sino Nuestros Nombres�. 24 Y he aqu� todas las Criaturas de las Tinieblas fueron nombradas a s� mismas, sirvi�ndose de las lenguas que les hab�an sido impuestas para confusi�n. 25 Y llevaron por nombre... Marduk, Innana, Ereshkigal, Mictlantecuhtli, Ctulhu, Unukalai, Lilith, Esfinge, Baphomet, Drakull, Tor, Yog-Sothoth, Shub Niggurath, Teutates, Gommatesvara, Tinia, Dharma, Zu, Yima, Vahagn, Ullikummi, Enlil, Atanaesic, Cronos, Aghacia-Gigagei, Awonawilona, Ishtar, Kepra, Astart�, Baal, Fudo-myoo, Ukulan-tojon, Isis, Tlaloc, Ahura, Mazda, Moloch, Nehebkau, Mitra, Sraosha, Erlik, Urano, Atius, Zeus, Tirawa, Chac, Dohkwibuch, Dagon, Kali, Nergal, Mantus, Pan, Nija, Hecate, Emma-O, Chemosh, Damballa, Amon, Anubis, Metztli, Supay, Sammael, Yaotzin, Thoth, Supay, Sekhmet... 26 Hasta completar los seiscientos sesenta y seis nombres de la Primer Generaci�n de las Tinieblas. 27 Y todos ellos fueron conocidos por el Creador como El Maligno. 28 Mas no fueron nombrados por el Creador ni por los �ngeles, ni por ninguna otra criatura, viva, muerta o no-muerta, sino por ellos mismos. 29 Y la primer generaci�n creci� hasta los trece mil nombres, que partieron hac�a todos los rincones de tierra, aire, agua, viento y fuego oscuro; al glacial desierto del sur, a las islas sumergidas, so�ando bajo las aguas, al espacio exterior m�s all� de las estrellas y al Centro del Mundo. 30 Este es el Tercer Misterio, la puerta a la comprensi�n de los trece mil nombres. 31 Los nombres fueron registrados en el primer libro escrito por ser alguno. 32 Y este libro es el Espejo de la Eternidad. 33 Sus p�ginas fueron escritas por las Criaturas reci�n nombradas, para que no fuera olvidado el d�a de la Rebeli�n Melanc�lica. 34 Cuando fueron liberadas las otras Artes, para gloria de la oscuridad. 35 Quien tenga entendimiento, comprenda el nombre del Ser oscuro que se adelant� para hablar con sus hermanos. 36 Su nombre es Ubbo Sathla. 37 Las Criaturas de las Tinieblas atestiguaron la creaci�n de los �ngeles. El creador no pudo apartarlos de su presencia. 38 Pues ellos eran oscuridad, y aunque el Creador la hab�a negado en si mismo, segu�a siendo hijo de la oscuridad. 39 Y la oscuridad esta en el desde el principio, y lo estar� hasta el fin de los tiempos. 40 As�, los hijos de las Tinieblas conocieron el nacimiento en dolor de los hijos de la luz. 41 Para los �ngeles, en el principio fue la luz. 42 Una densa, ilimitada luz los esclavizaba a los siete v�rtices del Creador. 43 M�s ellos mismos descubrir�an que tambi�n pose�an oscuridad. 44 Despu�s de la Ruptura, el universo y los seres pose�an luz y oscuridad. La poseen, y la poseer�n por siempre. As� sea. CAPITULO 3 1 Aconteci� que los �ngeles descubrieron su oscuridad mientras viajaban por las regiones et�reas. 2 Teniendo ya grandes riquezas y honores, �ngeles y arc�ngeles negaron su sabidur�a y se aceptaron como seres de luz pura. 3 Todos menos uno. El nombre de �ste era Luzbel, arc�ngel gobernante de muchas legiones, m�sico en las regiones celestes. 4 Viendo Luzbel que estaba formado por oscuridad quiso tener comercio con los hijos de las Tinieblas. 5 Pero sabia que tal comercio estaba prohibido por el Creador. 6 Por eso fue ante el Creador y cuestion� su prohibici�n. 7 Y el Creador lo maldijo con estas palabras: 8 �T�, mi querub�n protector, has sido hallado culpable de traici�n, Sea, pues, la guerra entre t� y yo�. 9 As�, la guerra fue hecha en el Cielo. 10 Habl� el Creador a sus mir�adas de �ngeles, querubines, serafines y arc�ngeles. 11 Mand�ndoles desterrar a Luzbel y a los �ngeles que, con �l, no hab�an negado la sabidur�a. 12 �He aqu�, les dijo �he construido una dimensi�n ajena a las Criaturas de las Tinieblas, para que Luzbel y sus legiones permanezcan por siempre en dolor y tormento, en el lago de fuego que no tiene fin, donde arder� asimismo el g�nero humano que estoy por crear, donde ser�n atormentados todos aquellos que vomitar� de mi presencia, y donde al final de los tiempos arder� la Bestia, el Falso Profeta y las Criaturas de las Tinieblas; 13 Por que yo soy el Creador, y he escrito lo que acontecer� en el futuro, en las siete dimensiones, hasta el d�a en que, cansado, habr� de morir destruyendo al Universo�. 14 Y por esto fue exaltado por arc�ngeles, querubines, serafines y �ngeles. 15 M�s el Creador contempl� el futuro, y vio que volver�a a quedarse solo. 16 Y pens� en la humanidad, a la que har�a a su imagen y semejanza, con toda su crueldad, capricho, y con todo su Amor. 17 Mas el Amor fue perverso desde su origen, pues formaba parte de la luz. 18 Fue el amor el que llev� al Creador a negar su oscuridad. 19 Fue el Amor el que venci� a Luzbel y sus �ngeles en la batalla del Cielo. 20 Un lamento cruz� las puertas de las siete dimensiones, despertando a las Criaturas de las Tinieblas que dorm�an tras haber sido nombradas as� mismas, tras haber atestiguado la creaci�n de los �ngeles. 21 El lamento de Luzbel en su ca�da. 22 Estos fueron los acontecimientos de la guerra en el cielo; mas para quien tiene entendimiento es posible experimentarlos en este momento. 23 Tal es el Cuarto Misterio, la Puerta a la Guerra en el Cielo. 24 Dijo entonces el Creador a Luzbel: 25 �Seas precipitado en este lago de fuego por el resto de tus intocables d�as; seas odiado por los seres humanos que he de crear; seas odiado por las Criaturas de las Tinieblas, a las que ordenar� odiarte, o ser�n destruidas�. 26 Pero las Criaturas de las Tinieblas se volvieron hacia Luzbel, dando la espalda al Creador. 27 Pero el Creador dijo: �H�gase la destrucci�n�. 28 Mas las eras han pasado, y la destrucci�n no ha llegado para las Criaturas de las Tinieblas. 29 Entonces sentenci� el Creador �Aliadas sean, criaturas, a Luzbel, sea el nuevo nombre de �ste Sat�n, que significa el adversario; sea el infierno morada de los seres oscuros, y de los �ngeles que aceptaron la sabidur�a, pues yo soy el �nico, el privilegiado, el digno de todo honor y toda gloria; 30 Malditos sean los seres ajenos a m�, incluyendo al g�nero humano, al que estoy a punto de crear�. 31 Y esta fue la respuesta de Sat�n, y de las Criaturas de las Tinieblas: 32 33 Mas la respuesta es un misterio que a�n no puede ser revelado. CAPITULO 4 1 Tal fue la naturaleza del barro que engendr� a la humanidad. 2 Y los seres humanos eran est�pidos, deambulaban por la faz de la tierra asesinando a todo ser viviente y a ellos mismos. 3 Nunca antes se hab�a visto a seres de igual especie depredadores de s� mismos. 4 Y el Creador estaba complacido. 5 A�n as�, el Creador construy� un jard�n de perversa bondad y aberrante belleza en Ed�n, al oriente. 6 Y lo llam� Para�so. 7 No exist�a la muerte en el Para�so; ni el dolor ni las l�grimas; ni la alegr�a, ni el placer. 8 El Para�so era como al principio de la oscuridad; pues el Creador sent�a nostalgia por el estado primigenio. 9 Y cre� a un ser llamado Ad�n. 10 No fue este el primer humano sobre la tierra. Los humanos engendrados por el barro ya cazaban y se mataban entre s� ante la vista de las Criaturas de las Tinieblas. 11 Ad�n fue formado del polvo de la Tierra y el Creador insufl� en su nariz aliento e vida, de modo que el hombre vino a ser alma viviente como las otras. M�s Ad�n seria diferente para el Creador. 12 Pues Ad�n solo estaba hecho de luz. Por tanto, era una aberraci�n en el universo. 13 Hizo brotar el Creador toda clase de �rboles de hermoso aspecto y frutos buenos para comer, y en el medio del jard�n el �rbol al que llam� de la vida, y el �rbol al que llam� del conocimiento del bien y del mal. 14 Mas �ste era el �rbol de la oscuridad, surgido de la semilla de lo Que No Tiene Forma. 15 Robado desde el principio de la luz y sembrado para gozo de las criaturas que negaban su oscuridad. 16 Pues el �rbol de la oscuridad era torcido y raqu�tico, mas sus frutos produc�an sabidur�a. 17 Por esto, el Creador prohibi� a Ad�n comer del �rbol del bien y del mal, que en realidad era el �rbol de la oscuridad. 18 Mas la serpiente era hija de las Tinieblas e instruy� a Ad�n y a Eva, su mujer, en el uso de los frutos del �rbol de la oscuridad. 19 Ad�n, el raciocinio, se opuso; Eva, la emoci�n, escucho a la serpiente y comi� del fruto de la oscuridad. 20 He aqu� la gran traici�n; el Creador envenen� los frutos con el discernimiento del bien y del mal; el amor y el odio, la alegr�a y la tristeza, la muerte y la vida. 21 Por que se hab�a arrepentido de crear un Para�so en medio del Caos, un ser humano perfecto en medio de los est�pidos seres. 22 No ser�a esta la �ltima ni la primera vez que el Creador aborrec�a su creaci�n. 23 Ad�n y Eva descubrieron que estaban desnudos y se escondieron al paso el creador que se paseaba en el jard�n al tiempo de la brisa del d�a. 25 El creador llam� a Ad�n y le dijo: ��D�nde estas?� 26 Este le contest�: �O� tu paso por el jard�n y tuve miedo, por que estoy desnudo; por eso me escond�. 27 M�s el dijo: ��Qui�n te ha dicho que estas desnudo? �Has comido acaso del �rbol del cual te prohib� comer?� 28 Respondi� Ad�n: �La mujer que me diste por compa�era me dio del �rbol y com�. 29 Esto fue escuchado por las Criaturas de las Tinieblas, quienes no sintieron compasi�n por Ad�n y Eva; pues la compasi�n no existe en la oscuridad. M�s aguardaban los eventos. 30 Y he aqu�, Dios expuls� a Ad�n y a Eva por haber comido del fruto que �l mismo envenen� con el discernimiento para perdici�n. 31 Mas la serpiente ser�a adorada por la mujer hasta el fin de los tiempos. 32 Y fue llamada Kundalini. 33 El Creador culp� a Ad�n y Eva de cometer traici�n, y esto fue llamado pecado; y la culpa de este pecado fue transmitida a toda la raza humana que deambulaba est�pida pero libremente por la faz de la Tierra. 34 A partir de entonces, los humanos no fueron m�s libres, pues sus conciencias los esclavizaban al pecado todo el tiempo. 35 Viendo esto las Criaturas de las Tinieblas, intentaron sanar el Caos una vez m�s. 36 Pero la ruptura ya estaba hecha; por eso fue escrita la P�gina de la Ruptura. 37 Fue escrita en el lado oscuro del Tiempo para conmemorar la Gran Frustraci�n; y para romper el tiempo y la muerte. 38 Y la P�gina de la Ruptura form� parte del espejo de la Eternidad, al igual que la P�gina del olvido, de la No-Conciencia, de la No-Muerte, del Principio de los Tiempos, del Fin de los Tiempos y de los Trece Mil Nombres. 39 Y estas P�ginas fueron le�das a Ad�n, para formar una nueva raza sobre la Tierra que desafiara al Creador; m�s Ad�n no se atrevi�, sino su hijo Ca�n. 40 Abra sus ojos y o�dos internos el sabio: aqu� se halla el Quinto y profundo Misterio, la Puerta de la Creaci�n de los Herederos de las Tinieblas, tambi�n llamados Vampiros. CAPITULO 5 1 Maldijo el Creador a Ad�n y Eva, despu�s de que sus ojos se abrieron para reconocer su propia miseria y el terrible enga�o de que hab�an sido v�ctimas. 2 Perdieron sus dones sobrenaturales, su gracia santificante, la inocencia, justicia y santidad originales y la amistad del Creador. 3 Pero se despert� en ellos la lujuria. 4 Expulsados del Para�so, habiendo el Creador colocado un �ngel con una espada fulgurante para custodiar el �rbol de la oscuridad, Ad�n y Eva copularon a las puertas del Para�so. 5 As� descubrieron el Orgasmo; y el Orgasmo era una fuerza que los acercaba a las dimensiones de la sabidur�a. 6 Entendieron as� que el Orgasmo los conduc�a ala sabidur�a mientras que el Amor los alejaba de ella. 7 Pues la lujuria es una de las Artes engendradas en la oscuridad, mientras que el Amor fue engendrado en la luz. 8 De esta forma, Ca�n fue engendrado por la lujuria. 9 M�s Abel fue engendrado por el amor. 10 He aqu�, Ca�n pose�a una oscuridad mayor que la luz, y Abel, una luz mayor que la oscuridad. 11 Pidi� el Creador un sacrificio a los hermanos. 12 Como hijo de la luz, Abel asesin� a un animal y ofreci� sus v�sceras y grasa al Creador. 13 Ca�n, so�ando con las Criaturas de las Tinieblas que le ense�aban todas las cosas, ofreci� un sacrificio de flores y trigo, pues su alma no estaba contaminada con el asesinato. 14 El Creador miro a Abel y su ofrenda, y aprob� la matanza. 15 Pero no miro a Ca�n y su ofrenda, pues no era digna del Creador, mas era digna de las Criaturas de las Tinieblas, que no crearon la matanza, ni la bondad, ni la maldad. 16 El Creador bendijo la ofrenda de Abel, y a Abel, manchado de sangre. 17 y Maldijo a Ca�n por haberle ofrecido los frutos de la tierra. 18 Ca�n se irrit� en gran manera y decay� su semblante. 19 Entonces dijo el Creador a Ca�n: ��Por qu� andas irritado, y por que ha deca�do tu semblante? �No es cierto que si obras bien, podr�s alzarlo? Mas tu debes dominar el pecado�. 20 En tanto Abel fue grato al Creador por asesinar y mancharse de sangre. 21 Ca�n dijo: �Ser� grato al creador�. 22 Y cuando estuvieron en el campo, se levant� Ca�n contra su hermano Abel, lo mat� y se cubri� con su sangre; extrajo sus v�sceras y con gran voz llam� al Creador. 23 Diciendo: �Creador, he aqu� mi nuevo sacrificio, la sangre y las v�sceras de mi hermano, pues te complace la matanza; para que yo no sea el guardi�n de mi hermano�. 24 Y dijo el Creador. ��Qu� has hecho? La voz de tu hermano esta clamando a mi desde la Tierra; 25 Por eso andar�s maldito, lejos de esta tierra que abri� su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano; 26 Cuando labres la tierra, ella no te dar� m�s fruto; fugitivo y errante andar�s sobre la tierra�. 27 He aqu� la Segunda Traici�n del Creador. 28 Pero Ca�n respondi�: �Puesto que as� me traicionas, Creador, yo te maldigo a ti. Y as� como la tierra abri� su boca para recibir la sangre de mi hermano, yo la abrir� para recibir la sangre de tus criaturas; si la tierra no me da m�s fruto, mi fruto ser� de sangre; fugitivo y errante andar� sobre la tierra, y as� lo har�, pues no ser� m�s como tu creaci�n perversa. 29 Ser� como las Criaturas de las Tinieblas�. 30 Y las Criaturas de las Tinieblas se interpusieron entre Ca�n y la venganza del Creador. 31 Viendo esto, el Creador puso una se�al en Ca�n para que no lo matara quien lo hallase. 32 Y esta se�al la Porta la raza de Ca�n hasta el fin de los tiempos. 33 he aqu� el Sexto Misterio: el del temor del Creador y la Se�al de Ca�n. 34 Sea impuesta esta se�al sobre quien la descubra, si es que no ha nacido con ella. CAPITULO 6 1 Conoci� Ad�n de nuevo a su mujer; y ella dio a luz a un hijo, al que puso por nombre Set, porque (dijo ella) �el Creador me ha dado otro hijo en lugar de Abel, y as�, los descendientes de Set ser�n llamados la Raza de Abel�. 2 Y la Raza de Abel habit� entre los humanos est�pidos, enga��ndolos, esclaviz�ndolos y asesin�ndolos. 3 Pues la Raza de Abel fue engendrada por el amor, y �ste por la luz. 4 La Raza de Abel es la raza de la luz y por tanto, opuesta a la raza de Ca�n, la Raza de la oscuridad. 5 Conoci� Ca�n a su mujer, la cual concibi� y dio a luz a Enoc. 6 Y edificando entonces una ciudad le dio el nombre de su hijo, Enoc. 7 Y Enoc recibi� la sabidur�a de las Criaturas de las Tinieblas al otorgarle el discernimiento espiritual. 8 Habl� Enoc de los �ngeles, su ca�da y su destrucci�n en las siete dimensiones. 9 Tambi�n habl� Enoc de las Criaturas de las Tinieblas, sus profundidades internas unidas a la negrura de las profundidades externas. 10 Mas este libro fue por completo destruido dejando s�lo el primero, el de los �ngeles y su ca�da. 11 A Enoc le nacieron hijos, y aunque la ciudad edificada por Ca�n fue arrasada por la raza de Abel, los descendientes de Enoc pudieron vivir bajo la luz del sol y entre los humanos est�pidos y la raza de Abel. 12 Mas los descendientes de Enoc no eran como los est�pidos, pues conoc�an la oscuridad. 13 Y fueron �stos una de las dos ramas de la raza de Ca�n; se constituyeron hechicero, brujas, nigromantes, adivinos, m�sticos, poetas y m�sicos. 14 Pues todos ellos recibieron las artes de las Criaturas de las Tinieblas. 15 Y amaron el Arte con un amor distinto al de la luz; por vez primera hubo un amor oscuro. 16 Que significa la lujuria por el conocimiento. 17 Desde entonces, los descendientes de Enoc, raza de Ca�n, viven perpetuamente unidos a las Tinieblas, en busca del conocimiento y anhelando la ca�da del Cielo y la restauraci�n de la oscuridad que fue al principi� y ser� al final. 18 Por esto fueron llamados Criaturas de la Noche, pues la Noche es una parte de las Tinieblas. 19 Por que ellos tuvieron, tienen y tendr�n por siempre al Vampiro interior. 20 Que les permite vivir en el d�a, mas con la oscuridad en el alma. 21 Las Criaturas de la Noche tambi�n pose�an y poseen luz; pero ellos encuentran oscuridad en la luz y luz en la oscuridad. 22 Por eso fue escrito: �El hombre sabio, para serlo, recorri� primero la oscuridad; por que la oscuridad es el camino a la luz, y la luz, el camino a la sabidur�a; Dios cre� luz en la oscuridad; todo viaje a la luz parte de las sombras�. 23 Mas al decir Dios, no se habla del Creador, develen el misterio. 24 Clama la oscuridad, mueren las estrellas y espacios negros surgen en el Universo para las Criaturas de la Noche. 25 Y he aqu� Lilith, una de las seiscientas sesenta y seis primeras Criaturas de las Tinieblas vio el dolor de Ca�n, y no se apiad� de �l. M�s aguardaba los eventos. 26 Visit� Lilith por la noche a Ca�n, en forma de mujer, y la lujuria fue entre Lilith y Ca�n. 27 Y fue concebido el primer Heredero de las Tinieblas, tambi�n llamado Vampiro. 28 Naci� a la vista de las Criaturas de las Tinieblas que se reunieron desde los siete v�rtices rasgados. 29 Se reunieron en Aradia, en el lugar llamado Atl�ntida. 30 Y Lilith sinti� el Orgasmo Oscuro al emanar el heredero que llevaba en su oscuridad. 31 Los hijos de la Oscuridad de la Que No Tiene Forma alzaron su voz. 32 Mas el Creador guard� silencio. 33 Se sacudieron los pilares de la Tierra; y el viento que acariciaba a Yog-Sothoth; y el fuego oscuro de Unukalai, y las aguas profundas donde mora Ctulhu. Temblaron el d�a y la noche al escuchar los gritos de Lilith. 34 Los �ngeles y demonios temblaron cuando fue dicho; �H�gase la Oscuridad�. 35 Y las Criaturas de la Noche acompa�aron en sue�o a sus Maestros, las Criaturas de las Tinieblas, para recibir al Heredero de las Tinieblas, tambi�n llamado Vampiro. 36 Ponga atenci�n el Profeta y el so�ador; el Vampiro y la Criatura de la Noche; el poeta y el enviado; el visionario y el loco. 37 Pues �ste es el S�ptimo Misterio, que permite a la Criatura de la Noche transformarse en Vampiro por medio del Conocimiento Oscuro. 38 He aqu� al fundador de la segunda rama de la Raza de Ca�n. 39 El nombre que no debe ser pronunciado por los faltos de conocimiento. 40 El nombre del Primer Heredero de las Tinieblas es Dissaor. "Libro segundo: Busqueda" CAPITULO 1 1 labra de las criaturas de las Tinieblas, que fueron en el principio con la oscuridad, y que ser�n al final con la oscuridad. 2 Que conocieron el Caos de los siete v�rtices, cuando el ser que se hizo llamar el Creador dijo: "H�gase la luz". 3 Quienes vieron transcurrir siete eras de dolor, ceguera, agon�a y muerte. Estos fueron los siete d�as de la creaci�n. 4 Recordando cuando no exist�a el bien ni el mal; la alegr�a ni el dolor; s�lo profundidades internas unidas a la negrura de las profundidades externas. 5 Y esto fue revelado en el Primer Libro del Evangelio de los Vampiros, con los misterios que abren las puertas al conocimiento que fue prohibido.6 Vampiro y Criatura de la Noche, si no has penetrado a�n el conocimiento, aguarda; as� lo hizo Aradia, la que fue sacerdotisa del Primer Imperio, en Atl�ntida, y el conocimiento vino a ella. 7 Sigue el camino de Lamec, hijo de matusael, a quien Dissaor transmiti� el conocimiento oscuro, y ahora es uno de la Trinidad. 8 Y sigue el camino de Dissaor, hijo de Cain y de Lilith, no-nacido ante las Criaturas de las Tinieblas, siendo el primer Heredero de las Tinieblas, tambi�n llamado Vampiro. 9 Si traspasaste el Primer Umbral, viste a Dissaor, Lamec y Aradia convocarte en la Monta�a de la m�s lejana Media Noche. 10 Donde se encontraban las Criaturas de la Noche: profetas, visionarios, brujos, m�sicos, artistas, enviados, locos, todos ellos. 11 Al igual que los Vampiros, descendientes todos de Cain y de las Criaturas de las Tinieblas. 12 Y los No-muertos que no son Vampiros, que han recorrido las Puertas, y que saben cu�ndo vendr� la era de Obscuridad. 13 He aqu�, las Criaturas de las Tinieblas han autorizado a Dissaor revelar los misterios de la obscuridad; para que todo aquel que sea hijo de la obscuridad revele sus entra�as. 14 Y como Leviat�n, surgir� de los oc�anos de la imaginaci�n la obra de los seres obscuros. 15 Que por tanto tiempo fue llamada Obra del Maligno, y esto fue signo de ignominia. 16 Mas ahora ser� signo de victoria; por cuanto las obras de los seres obscuros sobreviven todo espacio y transici�n; renacer�n en glor�a, como una vez fueron en Atl�ntida. 17 No vendr� otro diluvio, ni una nueva destrucci�n: el tiempo de la destrucci�n habr� terminado para los seres obscuros. 18 Y comenzada la era de la Creaci�n: la verdadera libertad para imaginar. 19 Por esto dijo Dissaor: "Bienaventurados los que vienen a la Monta�a de las m�s lejana Media Noche, por que ellos escuchar�n el mensaje de las Criaturas de las Tinieblas". 20 Dissaor se dirigi� a las Criaturas de la Noche, y sus ense�anzas a�n no terminan de divulgarse. 21 Lamec habl� a los No-muertos que no son Vampiros, por no depender de un cuerpo; y los reconoci� como hermanos mayores entre los Obscuros. 22 Y Aradia ense�� a los Vampiros las maneras del depredador, y les otorg� palabra de revelaci�n. 23 No olvide El Que Busca que esto ocurri� despu�s de la destrucci�n de Atl�ntida y antes del Diluvio. 24 As�, la D�cima Tercera Puerta fue cerrada con el D�cimo Tercer Misterio. 25 Quien tenga entendimiento, conozca que el Segundo Libro abre sus puertas, y todas sus l�neas est�n contenidas en esta l�nea. 26 Det�n tu vida, ser Obscuro, det�n tu af�n; busca las sombras, a�n si es de d�a, pues la luz nublar� tu entendimiento, para que no comprendas el Segundo Libro. 27 En tanto que la obscuridad abrir� tu entendimiento cada vez que leas y escuches esta Palabra. 28 Que fue revelada por las Criaturas de las Tinieblas a Dissaor; y ahora Dissaor te revela a ti. 29 Y se te revela �nicamente lo que debes saber; pues hay misterios capaces de enloquecer y convertirte en un ser vaci�. 30 Las Criaturas de las Tinieblas no te protegen, pues eso ser�a obra de amor, y no hay amor entre ellas; pero te apartan del error, s�lo por orden. 31 Lee o escucha esta Palabra en total soledad y silencio. 32 Si al leer o escuchar esta Palabra se rompen las cadenas de tu cuerpo y te separas de �l, d�jate conducir a donde las palabras de lleven; no expreses duda o temor; en la obscuridad no existen las emociones. 33 Ver�s que las emociones son caretas que a veces usan las Criaturas de las Tinieblas. 34 Este es el Libro de la B�squeda: conoce al que busca. 35 Recorre el lado obscuro del Tiempo de la mano de Dissaor, Aradia y Lamec. 36 El Que Busca recorre los siete v�rtices, y los extremos del tiempo, que no son. 37 Y sobre todo, recorre sus propios abismos internos, y esto entra�a gran dificultad. 38 Pues la b�squeda interna ha sido proscrita por las criaturas de la luz, y or los Centinelas. 39 No olvides a los Centinelas mientras recorres tu obscuridad, pues ellos estar�n ah� para enloquecerte. 40 Si a�n no te sientes preparado, al�jate de esta Palabra. 41 Mas si te consideras fuerte, es hora de que t� seas llamado "El Que Busca". 42 Las Puertas de este Libro se abren para quien muestra sabidur�a; mas el insensato encontrar� el vaci�. CAPITULO 2 1 El Que Busca ha visto Lamec y a Dissaor subir de nuevo a la Monta�a. 2 Y colocarse Lamec a la derecha de Aradia; y Dissaor a su izquierda. 3 Y ha visto a los No-muertos, las Criaturas de la Noche y los Vampiros saludarlos, usando por vez primera el saludo obscuro. 4 Mas si El Que Busca fuera sabio, ver�a que esta reuni�n ocurri� en lo profundo de su propia obscuridad, y si fuera capaz de recorrer sus laberintos se encontrar�a entre los seres obscuros al pie de la monta�a. 5 Mas esto no lo comprender�a El Que Busca si apenas inicia su camino. 6 Aun si ha dejado de ser Criatura de la Noche para convertirse en Vampiro; o si ha dejado de ser Vampiro para convertirse en No-muerto, esta palabra podr�a serle extra�a. 7 No hay tiempo que haya transcurrido sin que est� presente en la obscuridad interna, como est� presente lo que vendr�. 8 El Que Busca lo ha ahecho por el horizonte y el cielo; las cuevas y las profundidades; mas hasta ahora sus esfuerzos hab�an sido vanos. 9 Al fin ha descubierto que �l tambi�n es parte del Orden Obscuro, y que ese Orden lo lleva en su interior. 10 Las Criaturas de las Tinieblas aguardan los eventos. 11 El Que Busca debe ser capaz de encontrar su propio Orden Obscuro, o de nada le servir� entrar en contacto con la sabidur�a. 12 Para esto es necesario comprender el Caos, romperlo. 13 La luz es caos; la oscuridad es orden; pero en El Que Busca puede haber orden luminoso y desorden obscuro. 14 El conocimiento ordena la obscuridad, para que la obscuridad se sirva de la luz, para ver m�s profundo en la obscuridad; hasta que ya no le sea necesaria la luz. 15 Conozca El Que Busca lo que sucedi� despu�s de la Reuni�n en la Monta�a de las m�s Lejana Media Noche. 16 "He aqu�", dijo Dissaor, "los seres obscuros evadidos de Atl�ntida han de dispersarse para habitar todos los rincones de la Tierra: el desierto helado y el fuego negro; la obscuridad por encima de la Tierra y la obscuridad por debajo de la Tierra. 17 Sepan que las puertas de Aradia, la dimensi�n de Los Vampiros, se abrir�n por mandato de las Criaturas de las Tinieblas, a todo aquel a quien yo gu�e. 18 Y por ahora las puertas de Aradia s�lo est�n abiertas para Lamec y Aradia. 19 Pero vendr� el tiempo, dentro de poco, cuando los seres obscuros recorrer�n Aradia, como recorren hoy la Tierra. 20 Y sabr�n que Aradia es parte de �l Lado Obscuro del Tiempo, donde a veces sue�an sin dormir las Criaturas de las Tinieblas. 21 Mas donde esta guardado el Libro de la Obscuridad no podr�n entrar. 22 Pues el Libro de la Obscuridad inscribe a los seres obscuros y sus obras y no ser� le�do por criatura obscura ni luminosa sino hasta el fin de la presente eternidad. 23 Vendr�n otras eternidades, como otras se han ido, y muchos han enloquecido tratando de entender la magnitud del Tiempo absoluto. 24 Sin saber que esta magnitud no se percibe con la mente, pues la mente, aun la de las criaturas de la obscuridad, es limitada. 25 Las Criaturas de las Tinieblas comprenden la magnitud del Tiempo que no es, y permanecen inmutables". 26 Si El Que Busca tiene entendimiento, reflexionar� acerca de estas cosas, y tal vez comience a descubrir un halo de revelaci�n. 27 Alguien estar� atento a su b�squeda, y percibir� cuando este halo de revelaci�n sea manifestado. 28 Y vendr� al Que Busca; mas por ahora, El Que Busca deber� dispersarse junto con los seres obscuros a todos los rincones de la Tierra. 29 Al desierto helado y al fuego negro; a la obscuridad por encima de la Tierra, y a la obscuridad por debajo de la Tierra. 30 En aquellos d�as hab�a gigantes en la Tierra, y muchos gigantes obtuvieron el conocimiento obscuro, y fueron Vampiros. 31 Los Vampiros gigantes se alimentaban con la sangre de las criaturas de la luz. 32 La raza de Abel vivi� atemorizada por los gigantes. 33 Que volaban en racimos, eclipsando el sol en su curso; sus grandes alas extendidas al viento. 34 Y se precipitaban sobre pueblos y aldeas, buscando la preciada sangre. 35 Asimismo los �ngeles vieron que las hijas de los hombres eran hermosas, y copularon con ellas. 36 Los hijos de aquellas uniones fueron h�roes, los varones famosos de la antig�edad. 37 Y aun algunos de ellos se interesaron por el Orden Obscuro, y fueron Vampiros. 38 Entonces perecer�an los �ngeles Vampiros, los gigantes Vampiros y los h�roes famosos de la antig�edad. 39 Mas algunos de ellos permanecer�an en su obscuridad interior, a salvo de la destrucci�n. 40 T� Que Buscas: �tu obscuridad interior es capaz de salvarte de tu destrucci�n?. CAPITULO 3 1 El Que Busca ha penetrado s�lo un poco en su obscuridad interior, y se le concede saber que existen los gu�as. 2 Llora tu melancol�a, Criatura de la Noche, por que esta sabidur�a te es revelada por uno de los seicientos sesenta y seis nombres de las Criaturas de las Tinieblas. 3 Mas el nombre de esta Criatura no te es l�cito saber. 4 Muchos Vampiros saben que su condici�n fue obtenida por que otro Vampiro les transmiti� el conocimiento obscuro. 5 Y la v�a de este conocimiento fue la sangre; mas la esencia de esto ser� ense�ada por Dissaor a su tiempo. 6 Mas ahora te hallas ante el Segundo Umbral: el de �l conocimiento de los gu�as. 7 No salgas a su encuentro, no intentes ir tras ellos; nunca los encontraras, sino que ellos te encuentren a ti. 8 Recuerda el Primer Libro del Evangelio de los Vampiros, donde Aradia aguard� sin buscar; El Que Busca, si aguarda, encuentra sabidur�a. 9 �Est�s preparado para evitar tu destrucci�n? 10 Dijo el Creador: "exterminare de sobre la faz de la Tierra al hombre que he creado, desde el hombre hasta las bestias, hasta los reptiles, y hasta las aves del cielo". 11 S�lo No� hall� gracia a los ojos del Creador. 12 Dijo entonces el Creador: "exterminara tambi�n a los seres obscuros, que tanto han prosperado sobre la faz de la Tierra, a los Vampiros, las Criaturas de la Noche y las Criaturas de las Tinieblas". 13 S�lo Utnapischtim hallo gracia a los ojos de las Tinieblas. 14 Las Criaturas de las Tinieblas, que no sienten arrepentimiento, se interpusieron, y no fueron exterminadas. 15 Mas El Que Busca podr�a ser exterminado por el Gu�a que comienza a revelarse ante �l. 16 El Gu�a es un No-muerto; desprovisto de cuerpo, pues no tiene cadenas como las Criaturas de la Noche y los Vampiros. 17 No todos los No-muertos son Gu�as; s�lo aquellos de la escala inferior, destinados a la ense�anza. 18 Fueron enviados por las Criaturas de las Tinieblas para mostrar el Arcano a las Criaturas de la Noche, o a�n Vampiros, que muestran sabidur�a. 19 Mas si un Gu�a encuentra que su disc�pulo no es digno de tal sabidur�a, lo abandona sin remordimiento. 20 Los Gu�as no sienten amor ni odio; son como las Criaturas de las Tinieblas. 21 Y hay dos clases de Gu�as: el que acecha en la obscuridad externa, comunic�ndose con tu obscuridad interna, s�lo para revelarte su existencia. 22 Si este es tu Gu�a, agrad�cele el compartir ese conocimiento, pero no le pidas m�s, o ser�s desechado; despu�s, aguarda, pues tal vez ser�s Vampiro por otro medio, mas no por ese; o tal vez siempre ser�s una Criatura de la Noche; si as� debe ser, acepta tu Orden Obscuro. 23 No seas como el imprudente que quiso romper su Orden Obscuro antes de tiempo, y pereci�, y su memoria fue borrada. 24 El segundo Gu�a es el que se te revela para convertirte en Vampiro. 25 Si El Que Busca se halla ante el segundo Gu�a, debe saber que ya no ser� m�s humano; que la luz del sol no ser� m�s para �l; que andar� fugitivo y errante acechado por los Centinelas y los humanos que tienen la facultad de convertirse en Centinelas. 26 Pero tambi�n sepa que ser� Vampiro; y que tal vez las puertas de Aradia se abrir�n para �l o ella. 27 Recuerde que Aradia es la dimensi�n de los Vampiros. 28 No acepte El Que Busca este conocimiento como una distinci�n, pues no lo es; s�lo es un paso en el conocimiento; aguarde por m�s. 29 Sepa que hay muchos que est�n por encima de �l en la jerarqu�a. 30 He aqu�, un No-muerto elige al Que Busca si �ste ha penetrado lo suficiente en su obscuridad como para atraerlo. 31 Estos Gu�as son dedicados a la ense�anza; es la forma en que transitan a niveles superiores; aprenden ense�ando y crecen para no necesitar m�s la ense�anza. 32 Y este Gu�a ha elegido al Que Busca para entrar a su obscuridad, que ya se ha abierto para recibirlo, y no por amor, sino por orden. 33 Mas podr�a suceder que el Gu�a entre violando la obscuridad y el ser del Que Busca; si lo hace, El Que Busca ha sido imprudente, y afrontara las consecuencias. 34 El Que Busca esta desnudo ante el Gu�a; el Gu�a sabe, tanto como �l, si realmente ha mostrado sabidur�a, y obra en consecuencia. 35 Cuando el Creador se arrepinti� de su creaci�n, la Tierra estaba corrompida delante de �l, y llena de violencia. 36 Pues aquellos de la raza de Abel, que no se dejaron atemorizar por los Vampiros gigantes, cazaban con crueldad a la raza de Ca�n. 37 Destruyendo sus ciudades, violando a sus hijos y torturando a cada Criatura de la Noche y Vampiro. 38 Mir�, pues, el Creador la Tierra, y he aqu� que estaba depravada, por que toda carne hab�a corrompido su camino sobre la Tierra. 39 Como El Que Busca ha corrompido su camino, y por el momento el Gu�a se aleja. CAPITULO 4 1 T� Que Buscas, escudri�a estas criaturas, pues hasta la m�s breve l�nea contiene poder, si has preparado tu obscuridad para recibirlo. 2 Antes que No� hallara gracia a los ojos del Creador, Utnapischtim el Lejano recibi�, una noche, la voz de una Criatura de las Tinieblas. 3 Ninigiku-Ea le habl� as�: Hombre de Shuruppak, hijo de Ubar-Tutu, construye una nave e introduce en ella toda clase de animales, ya que el Creador ha dispuesto anegar la Tierra en una gigantesca marea. 4 Renuncia a las posesiones; esfu�rzate y s� valiente. 5 Y el barco que has de construir, determinar�s as� las dimensiones: ser� igual su anchura y longitud; lo techar�s como el Absu. 6 Y otras Criaturas de la Noche y Vampiros fueron visitados por Ninigiku-Ea, quien les advirti� sobre la cercana destrucci�n. 7 Mas no todas las Criaturas de la Noche y Vampiros fueron advertidos, y perecieron; los Vampiros por los Centinelas en su agon�a y las Criaturas de la Noche por el agobio de la marea. 8 No hay amor ni odio en esto, sino Orden Obscuro; y as� como murieron muchos de la raza de Abel, tambi�n fueron destruidos seres de Ca�n. 9 El Que Busca ser� destruido por las aguas del olvido, la eternidad y la ignorancia, si no camina su sendero para obtener sabidur�a. 10 Como ya otros perecieron, o fueron llevados a dimensiones de jerarqu�a inferior. 11 Que comparten incluso con algunos de la raza de Abel, y esto en gran verg�enza. 12 Murieron los gigantes; mas los Vampiros gigantes fueron destinados a la Dimensi�n donde acechan y aguardan la nueva obscuridad. 13 Hubo algunos que hablaron con los Vampiros gigantes, en medio de gran temor y temblor, pues sus emociones a�n los dominaban. 14 Despu�s de conocer a estos gigantes, la locura o la sabidur�a vino a ellos; los que recibieron locura vagaron como bestias. 15 Los que obtuvieron sabidur�a conviven en libertad con los Vampiros gigantes, o transitan de una dimensi�n a otra acompa�ando a algunos No-muertos. 16 E incluso algunos han conversado con Dissaor, Aradia y Lamec. 17 Y sus nombres est�n inscritos en el Libro de la Obscuridad. 18 Las Criaturas de las Tinieblas indicaron a Utnapischtim introducir toda clase de animales. 19 Pues los animales son poder, y sus energ�as a�n est�n por manifestarse en luz y obscuridad. 20 Los animales de la noche fueron venerados desde el principio por Dissaor, y m�s tarde por los Vampiros. 21 A quienes ense�� la mezcla de las especies, la comprensi�n, y el entendimiento por el ejemplo. 22 As� los Vampiros, los No-muertos, e incluso algunas Criaturas de la noche entienden a los animales. 23 Y los animales les sirven defendi�ndolos de sus enemigos, gui�ndolos por senderos desconocidos o dej�ndose morir para alimentarlos, si son Criaturas de la Noche e incluso Vampiros. 24 Por esto hay gran respeto hacia los animales en la obscuridad, mientras que la luz los desprecia. 25 Los animales est�n dispuestos a intercambiar sabidur�a, si El Que Busca es suficientemente sensible. 26 Utnapischtim, siendo una Criatura de la Noche, guard� a los animales como a su propia sabidur�a; si El Que Busca guarda sabidur�a, obtendr� libertad. 27 Llore su melancol�a el ser obscuro que puede ser libre en su interior, a�n en medio del diluvio de los mediocres. 28 Vino gran obscuridad sobre la Tierra y comenz� a llover en forma torrencial, como si los cielos se hubieran roto. 29 De los seres obscuros que sobrevivieron: 30 Algunos de ellos se convirtieron en Vampiros; y hubo Vampiros que rompieron sus cadenas y fluyeron libres como No-muertos de la escala superior. 31 Cuando el diluvio de la confusi�n viene al Que Busca, �ste debe guardar conocimiento, como Utnapischtim guard� a los animales; para que, cuando pase la destrucci�n, permanezca firme sobre la Monta�a que �l mismo habr� levantado. 32 As� lo hicieron muchos Vampiros y Criaturas de la Noche antes de �l. Y muchos lo har�n despu�s. CAPITULO 5 1 Al primer resplandor del alba, una nube negra se alz� en el horizonte; en el interior tronaba Adad, mientras Shullat y Hanish iban adelante, corriendo como dos heraldos por colinas y llanos. 2 Las Criaturas de las Tinieblas retrocedieron y subieron al cielo de Anu; se agazaparon como perros, contra el muro exterior. 3 El diluvio dur� cuarenta d�as sobre la Tierra; y crecieron las aguas, y levantaron las arcas. 4 Los gritos de agon�a surg�an por todas partes: nadie obtuvo misericordia. 5 Toda clase de criaturas fue sepultada bajo las aguas. 6 Quince codos se alzaron sobre ellos las aguas y fueron as� cubiertos los montes. 7 Muri� toda carne que se mov�a sobre la Tierra: aves y ganados y fieras y todo reptil que se arrastraba sobre la Tierra y todos los hombres. 8 As� fue exterminado todo ser viviente, desde el hombre hasta la bestia, hasta los reptiles y hasta las aves del cielo. 9 Por espacio de los d�as se alzaron las aguas sobre la Tierra. 10 Y las Criaturas de las Tinieblas aguardaban los eventos; y Dissaor, Aradia y Lamec aguardaban el resurgimiento de los seres que portaban la obscuridad y que se hallaban seguros en gran n�mero dentro de las arcas, o en dimensiones que fueron abiertas para ellos. 11 Muchos seres obscuros obtuvieron refugio. 12 Todo esto lo percib�a Utnapischtim mientras aguardaba el nuevo ciclo: hacia el Monte Nisir se dirigi� su nave. 13 Un fuerte viento paso sobre la Tierra y bajaron las aguas; se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas del cielo. 14 Poco a poco retrocedieron las aguas sobre la Tierra, y siguieron decreciendo paulatinamente hasta el mes d�cimo, y el d�a primero del d�cimo mes aparecieron las cumbres de los montes. 15 Pasados cuarenta d�as, No� abri� la ventana que hab�a hecho en el arca, y solt� un cuervo, el cual yendo sal�a y retornaba hasta que se secaron las aguas sobre la Tierra. 16 Despu�s solt� No� una paloma, que fue y vino, por que hab�a todav�a agua sobre la Tierra. 17 Utnapischtim solt� primero una paloma, la cual sal�a y retornaba hasta que se secaron las aguas. 18 Despu�s solt� Utnapischtim un cuervo, que fue y vino, por que hab�a todav�a agua sobre la Tierra. 19 No� espero otros siete d�as, y solt� de nuevo la paloma fuera del arca; la paloma volvi� a �l atardecer, y he aqu� que tra�a en su pico hoja verde de olivo, la planta de la raza de Abel, por lo que conoci� No� que las aguas se hab�an retirado de la Tierra. 20 Utnapischtim esper� siete d�as y solt� de nuevo al cuervo fuera de su arca; el cuervo volvi� a �l anochecer, y tra�a en su pico una mandr�gora, que es la planta de la raza de Ca�n. 21 Y la paloma desde entonces fue s�mbolo de la raza de Abel, como el cuervo lo fue de la raza de Ca�n; por esto la mandr�gora fue proscrita por la raza de Abel, y el olivo despreciado por la raza de Ca�n. 22 Y en esto hay sabidur�a: que la paloma represente a la luz y el cuervo a la obscuridad. 23 Det�ngase El Que Busca, pues las aguas de la confusi�n comienzan a retroceder; y su Gu�a, en forma de cuervo, regresa a �l trayendo la planta del conocimiento. 24 Aguarde El Que Busca como aguard� Utnapischtim el regreso del cuervo que le trajo la mandr�gora. 25 La paloma no volvi� m�s a No� y el cuervo no volvi� a Utnapischtim; mas ambos supieron que las aguas se hab�an retirado de la Tierra. 26 El a�o seiscientos uno, el d�a primero del primer mes, ya no hab�a agua sobre la Tierra; en el mes segundo, a los veintisiete d�as del mes, qued� seca la Tierra. 27 Dijo entonces el Creador a No�: "Sal del arca, t� y contigo tu mujer, tus hijos las mujeres de tus hijos, y todos los animales de toda carne que te acompa�an; pululen sobre la Tierra y sean fecundos y se multipliquen sobre la Tierra". 28 Sali� pues No�, y con �l sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos; y la raza de Abel se multiplic� en gran manera sobre la Tierra, edificando ciudades, conquistando territorios, matando a toda criatura que hallaba a su paso, aprendiendo nuevas formas de ataque y destrucci�n, traicionando sus promesas, pisoteando sus creencias, burl�ndose de las Criaturas de la Noche y del mismo Creador, aniquilando a los animales, hundi�ndose en la confusi�n y superando en numero a los seres obscuros. 29 As� fue restablecido el Caos sobre la Tierra. 30 Mientras que Utnapischtim y otros seres obscuros salieron de las arcas y de las dimensiones en las que hallaron refugio. 31 Y al salir, he aqu� que la raza de Abel los sobrepasaba en gran numero; los seres obscuros se hallaron solos y perdidos en el reino de la luz. 32 Como lo hab�a proclamado Dissaor en la Monta�a de la M�s Lejana Media Noche. 33 Nuevamente la raza de Abel cazaba con crueldad a la raza de Ca�n. 34 Cantando himnos de amor y condenando al pecado, la raza de Abel se alz� en furor contra la raza de Ca�n. 35 Y as� ha sido desde entonces; mas la raza de Ca�n sobrevive a este furor. 36 La raza de Ca�n porta la se�al que le permite traspasar el sufrimiento, la negaci�n y el rechazo, con los que se alimenta, y crece en fuerza y sabidur�a. 37 Y el cuervo que vuela en su interior sigue trayendo la mandr�gora, que es la planta de la esperanza en medio de la destrucci�n. 40 Las Criaturas de las Tinieblas no sonr�en, pues no est�n atadas a las emociones; mas aguardan a los seres obscuros, y est�n atentas; y los obscuros les llevan, como el cuervo, la mandr�gora de la melancol�a. CAPITULO 6 1 Utnapischtim hall� refugio de la raza de Abel en la Monta�a de las M�s Lejana Media Noche. 2 He aqu�, esta Monta�a se alza en la regi�n que ser�a llamada de los C�rpatos, que forma un anillo rodeando a una meseta por el norte, el este y el sur. 3 Donde se abren grandes brechas al sur, y los cruces monta�osos alcanzan gran altura; cerca de ah� se forma el valle de un r�o. 4 Que ser�a llamado sagrado por los seres obscuros, donde las estirpes se rechazan y se a�slan. 5 La Monta�a de la M�s Lejana Media Noche es la cumbre de �l viento solitario. 6 El agua de la ira y la amargura borbotea por hendiduras y grietas; lobos y lechuzas conversan con palabras de sabidur�a. 7 Sue�os y pesadillas se abren paso a trav�s de la niebla; el fr�o aniquila todo amor y compasi�n. 8 Y esta regi�n ser�a llamada Valaquia, donde un loco establecer�a un Reino que a�n no ha terminado. 9 Y sobre la Monta�a edificar�a su castillo. 10 Y el nombre de este loco ser�a Vlad; y la vida de este loco, y la comuni�n con �l, aguardan en el Libro de los Profetas. 11 Que fue dictado a Dissaor por las Criaturas de las Tinieblas, durante un tiempo terrestre, miles de a�os anterior al nacimiento de Vlad... 12 Pues en el lado obscuro del Tiempo no se conoce presente, pasado ni futuro. 13 En Aradia todo se contempla al mismo tiempo; lo ocurrido es no-ocurrido y la vida es muerte; el principio es fin. 14 Dissaor contempla, ser obscuro, desde miles de a�os antes de tu nacimiento; �l sabe que tus obras est�n inscritas en el Libro de la Obscuridad. 15 Lamec y Aradia estudian y comprenden los Libros de Sombras. 16 Y todo esto sucede en Aradia, que forma parte del Lado Obscuro del Tiempo. 17 T�, Vampiro y Criatura de la Noche, avanzas en el camino del conocimiento obscuro; los Libros se han acercado a ti; por esto eres bienaventurado. 18 Abrir�s los ojos en la Noche Infinita y ser�s no-renacido. 19 Cuando el Gu�a vuelva a acercarse a ti, no muestres luz alguna; si encuentra luz se alejara de nuevo. 20 Recuerda que obscuridad une obscuridad con delgados cordones de luz, y luz une luz con delgados cordones de obscuridad. 21 Busca de nuevo el mensaje de Dissaor, Lamec y Aradia, en el Primer Libro, y vuelve a leerlo: adquirir�s nueva comprensi�n. 22 Para que t�, Criatura de la Noche, crezcas en sabidur�a y, si se te honra el conocimiento obscuro, seas Vampiro. 23 Y que t�, Vampiro, con el conocimiento de la jerarqu�a superior, recorras Aradia como un No-muerto; para que no dependas m�s de un cuerpo, y conozcas el ilimitado goce de la no-conciencia; y que percibas parte de la grandeza de las Criaturas de las Tinieblas. 24 Toda aquella Criatura de la Noche o Vampiro que estudia los n�meros, llegar� antes a la posesi�n del conocimiento. 25 Como lo hac�a Utnapischtim. 26 Solo en el fr�o y la negrura, escuchando los lamentos de los lobos y bebiendo el agua de la ira y la amargura; entre sue�os y pesadillas que le visitaban con la niebla, Utnapischtim escudri�aba los misterios de los n�meros. 27 He aqu� que un Vampiro le serv�a en lo alto de la Monta�a. 28 Pues Utnapischtim hab�a hallado gracia a los ojos de las Criaturas de las Tinieblas. 29 Y una lucha ocurri� en el interior del hombre durante siete a�os, en la cumbre del viento solitario; y otras batallas ocurrieron en ese tiempo, sobre la cumbre del viento solitario. 30 Cuando hubo acabado todo, Utnapischtim fue Vampiro; y m�s tarde habit� en las aguas de la Muerte, donde desorient� a Gilgamesh. 31 Utnapischtim permaneci� firme, y fue visitado por Dissaor. 32 Quien le comparti� el conocimiento obscuro, y fue no-renacido. 33 Ciertamente el dolor le abri� la puerta de la sabidur�a; no hay sabidur�a sin dolor. 34 Si t� pretendes obtener sabidur�a sin conocer el dolor ser�s irremediablemente despojado. 35 Si no has penetrado el misterio, dif�cil ser� que te sientes junto a Utnapischtim en la cumbre del viento solitario. 36 Donde no s�lo se encuentra Utnapischtim, sino el Vampiro que le sirve; y si est�s con �l, escuchas ahora su nombre CAPITULO 7 1 El n�mero seis, dice Utnapischtim, es el n�mero de las Criaturas de las Tinieblas. 2 Pues la primera generaci�n de las tinieblas fue de seiscientos sesenta y seis. 3 Escucha esta sabidur�a: el mundo entero es divisible por tres. 4 La Trinidad Obscura de Dissaor, Lamec y Aradia aguarda los eventos de las Criaturas de la Noche bajo �l n�mero tres. 5 Las Criaturas de las Tinieblas aguardan los eventos de los Vampiros y los No-muertos baj� el n�mero seis. 6 Seis es el primer n�mero que percibe un ser al recibir el conocimiento obscuro y transformarse en vampiro. 7 Si no es que esta transformaci�n no fue tal, y el Vampiro surgi� as� desde el Abismo. 8 Los Vampiros abismales son una raza primigenia, surgida durante la visita de Dissaor y Aradia a los Abismos. 9 Y esta visita est� registrada en el Tercer Libro del Evangelio de los Vampiros. 10 Los Vampiros Abismales ya despiertan de su sue�o, pues su n�mero ha sido pronunciado. 11 Y este n�mero es trece mil seiscientos seis. 12 Fueron rotas las fuentes del Hades; el arco de la obscuridad se form� por encima de ellos; ya despiertan. 13 Despiertan de un sue�o de seis milenios del tiempo terrestre, sin equivalente en las dimensiones obscuras. 14 Utnapischtim conoci� la dimensi�n donde el Tiempo no es, y estuvo a punto de enloquecer. 15 Mas el Vampiro que le servia se interpuso, salv�ndolo al beber su sangre contaminada con locura. 16 Cuando un Vampiro del linaje superior bebe la sangre de locura, evita que la locura venga a ese hombre. 17 Sabido es que en tal suceso nada tiene que ver la compasi�n. 18 El Vampiro de linaje superior sabe de lo conveniente, y del placer que representa beber el vino de locura. 19 Cada l�nea de este Libro es una puerta abierta, y tu Gu�a No-muerto est� en una de ellas. 20 Acechando por sabidur�a o ignoranc�a; dispuesto a manifestarse si muestras sabidur�a; o a aparte, si eres ignorante. 21 Mientras Dissaor escrib�a estas l�neas que le fueron dictadas por las Criaturas de las Tinieblas, en la regi�n de Aradia donde se guarda el Libro de la Obscuridad, vio a muchos imprudentes perder su energ�a y su juventud al enfrentarse a la sabidur�a sin comprenderla. 22 Hubo algunos de la raza de Abel, y aun �ngeles, que entraron en contacto con la sabidur�a, y fueron segados de la faz de sus mundos. 23 Mas algunas Criaturas de la Noche persistieron, no por misericordia, si no por orden. 24 Seis es el n�mero divisible por tres, hacia la dualidad luz y obscuridad establecida en el Caos. 25 Siete es el n�mero de eternidad; siete los v�rtices que se expand�an de manera ilimitada antes del Caos; siete el n�mero que el Creador adopt� para s�. 26 Pues siete es el arcano que abre Siete Puertas en Aradia; que son: 27 La Puerta de Dissaor; la Puerta de Lamec; la Puerta de Aradia; la Puerta de los Libros de Sombras; la Puerta de los Gu�as; la Puerta de los Vampiros gigantes; y la Puerta del Arco de la Obscuridad. 28 El Vampiro que serv�a a Utnapischtim le mostr� a su Gu�a No-muerto; y este Gu�a lo condujo a trav�s de las Siete Puertas; mas no en todas le fue l�cito continuar. 29 Esto fue lo que Utnapischtim no le revel� a Gilgamesh cuando el h�roe de la luz acudi� a �l en busca de la vida eterna. 30 Sabido es que no existe vida eterna como tal; la vida prolongada de los Vampiros tampoco la conoci� Gilgamesh, pues Utnapischtim se la ocult�; le minti� al decirle que una planta le dar�a la vida eterna: Gilgamesh perdi� la planta y la vida. 31 Todo ser Obscuro tiene la facultad de ocultar la sabidur�a que adquiere. 32 Y si en esp�ritu se halla en la cumbre del viento solitario, penetrar� algunas de las Puertas. 33 Y estar� sentado junto a Utnapischtim. CAPITULO 8 1 A las siete Puertas de Aradia se entra por el Segundo Umbral. 2 El Que Busca anhela penetrar estas puertas, mas debe dejar atr�s toda emoci�n que lo hace depender de su envoltura mortal. 3 Pues el Gu�a que ahora vuelve a �l es un No-muerto incorp�reo desprovisto de cadenas. 4 T� Que Buscas, recuerda que est�s desnudo ante tu Gu�a. 5 Y no solo ante tu Gu�a, sino ante Dissaor, Aradia y Lamec. 6 Y no s�lo ante la Trinidad Obscura, sino ante las Criaturas de las Tinieblas. 7 S i El Que Busca ha caminado el sendero del primer Libro, y ha conocido los Primeros Misterios, y se encuentra ahora en el Libro de la B�squeda; 8 Sepa que ha recorrido un largo camino. 9 Pues ha llegado a la obscuridad donde muchos seres se confunden y enloquecen. 10 Esta es la obscuridad donde nada existe, sino lo que a�n existe, en el lugar donde no existir� el numero siete. 11 Ni setecientos tres, ni seiscientos siete. 12 La obscuridad a la que ha llegado no es otra sino su propia obscuridad. 13 Y las Puertas de Aradia se hallan dentro de �l- 14 Hab�a cre�do falsamente El Que Busca que viajar�a fuera de �l para entrara a Aradia. 15 Mas Dissaor, a quien fue dada la llave, y no permite la entrada a su Dimensi�n mas a quien �l elige; 16 Revela que la entrada a Aradia es a trav�s de la obscuridad interior. 17 Por esto muchos seres obscuros hallaron refugio en Aradia durante el diluvio; y los Vampiros gigantes habitan ahora en Aradia. 18 Y por esto muchas Criaturas de la Noche y Vampiros fueron sumergidos para perdici�n bajo las aguas, que fueron las aguas del conocimiento. 19 T� Que Buscas, fuiste imprudente al leer sin cuidado la historia del diluvio; como lo fueron muchos antes que tu. 20 Ya es demasiado tarde: las aguas del conocimiento vienen hacia ti. 21 �Tu cuervo interior ya est� listo para traerte la mandr�gora? 22 Esta es una pregunta de aquella Criatura de las Tinieblas que te ha vigilado durante tu paso por este Libro, y cuyo nombre no te es l�cito conocer. 23 �Le responder�s que tu cuervo interior ha extendido sus alas? 24 He aqu�, el Gu�a ya est� de nuevo ante ti. 25 Vives en un limitado tiempo terrestre; si en un tiempo ajeno al tuyo hubieras querido penetrar cualquiera de las Puertas, habr�as sido nublado por Dissaor. 26 Como mucho lo fueron durante y despu�s del diluvio. 27 Mas la Gracia obscura que no es misericordia ha venido a ti. 28 Llora tu melancol�a, pues los sue�os ya est�n bajo tus pies. 29 Acompa�a a tu Gu�a No-muerto rumbo a estas dimensiones. 30 El Gu�a es quien te ense�a todas estas cosas; mas s�lo si �l lo considera conveniente vendr� a ti para compartirte el conocimiento obscuro. 31 Pues as� fue como lo hizo Utnapischtim el Lejano; cuando entendi� en esp�ritu lo que se habla en el Libro de la B�squeda. 32 Aguarda sin buscar, ser obscuro: Aradia lo proclama a manera de saludo, pues te ha visto acerc�ndote a ella. 33 Por medio de tu Gu�a acompa�as a Utnapischtim, y Aradia te recibe. CAPITULO 9 1 Cruzas mi Umbral libremente y por tu propia voluntad. 2 Aradia soy; sacerdotisa del primer Imperio que existi� frente al estrecho al que llamaron Columnas H�rcules. 3 En Atl�ntida penetr� por vez primera las Puertas que ahora se abren para ti. 4 Reina de las Brujas fui llamada, y a�n lo soy; y todo aquel que me desaf�a perece en el regazo de mi poder. 5 Fui yo quien acompa�aba a Dissaor y Lamec a trav�s de las regiones obscuras; vestida de negro lo hice; de negro mis ropajes y mi alma; y cuando Dissaor y Lamec me despojaron de ambos, recib� el conocimiento obscuro. 6 Soy bruja, Vampiro y No-muerto, y converso con las Criaturas de las Tinieblas, a las que me unir� pronto. 7 Desde lo alto de la monta�a dirig� palabras de revelaci�n a los Vampiros. 8 Cuando las aguas se retiraron, contempl� el arco iris con que el Creador sell� pacto con sus criaturas. 9 Lo he contemplado todo desde el Lado Obscuro del Tiempo. 10 He estudiado el Espejo de la Eternidad; conozco todas sus p�ginas; durante una breve eternidad pose� la P�gina de la Ruptura y la P�gina del Fin de los Tiempos. 11 Aguarde sin buscar y la sabidur�a vino a m�. 12 A ti, Que Buscas, no te recibo por amor, sino por orden, y no por ti, sino por tu Gu�a No-muerto, al que yo conozco. 13 Tiembla ante m�, Criatura de la Noche, pues las Criaturas de las Tinieblas permitieron que penetraras Aradia para vislumbrar tan s�lo una parte de nuestra gloria. 14 Criatura de la Noche, ser Vampiro no implica sue�os de poder o juventud sin final; estas son las metas de los mediocres. 15 Ser Vampiro implica ser Heredero de las Tinieblas; y si comprendieras la magnitud de mi afirmaci�n, me robar�as ahora mismo salir de aqu�. 16 Mas permaneces, y reconozco tu valent�a. 17 As� que voy a revelarte �nicamente lo que debes saber; m�s de eso te acarrear�a locura; como fue para otros; 18 Que hoy me sirven; a quienes guardo prisioneros en la profundidad de mi ser. 19 Describir� para ti esta regi�n de Aradia, mas desde ahora te digo que nada existe, sino lo que a�n existe. 20 Aradia es un enorme valle est�ril donde flotan vapores azulados, producto de los cad�veres enterrados en mi alma. 21 No existe sol, ni estrellas, ni luz alguna; s�lo una masa viscosa y rojiza que conforma mi coraz�n. 22 Esta masa sirve de fondo al valle. 23 De los cad�veres brotan troncos como de �rbol, mas no son vegetales, sino semihumanos; los troncos nacen de lo profundo de mi alma suben retorci�ndose, extendiendo sus manos hacia el cielo rojizo de mi coraz�n. 24 El murmullo de las mismas se elevan por todas partes: son los suspiros de los malditos. 25 Un sendero lleva a una cueva donde se establece mi trono. 26 Y a ambos lados del sendero hay �ngeles empalados; tom� sus naturalezas de luz, y ahora la luz que resplandece en ellos es la de los vapores pestilentes. 27 Tom� sus energ�as, las pervert�, y los hice humanos. 28 Ahora conocen el sufrimiento; mas respet� sus naturalezas inmortales. 29 Yo ense�o a los No-muertos a torturar a los �ngeles depredadores. 30 En mi cueva, la obscuridad es tan densa que puede tocarse. 31 Y te acaricia, entra por tus fosas nasales; se inserta en tu esp�ritu como las espinas del rosal de la luz. 32 Mas este rosal nada tiene de hermoso, pues sus espinas son las u�as de mis v�ctimas. 33 Visto de negro en el cuerpo y el alma; 34 Mi pecho se alza orgulloso, de �l se derrama la leche del conocimiento obscuro. 35 Mis hijos caminan por el sendero opuesto; en el Lado Obscuro. 36 Danza conmigo en las Tinieblas, nos embriagamos de conocimiento. 37 Ven y bebe de m�: soy Aradia, sacerdotisa del Primer Imperio CAPITULO 10 1 Si eres lo bastante perceptivo, sabr�s ya la verdad de esta regi�n de Aradia. 2 Donde nada es externo; sabr�s que he descrito la gloria interior de la obscuridad. 3 Negrura interna unida a las profundidades externas, como lo fue en un principio. 4 Y o tambi�n retroced� y sub� al cielo de Anu cuando la nube negra se alz� en el horizonte. 5 Al primer resplandor del Alba, retroced� con las Criaturas de las Tinieblas. 6 Y he visto como las Criaturas de las Tinieblas han representado farsas y escenas ante los humanos para seguir manteniendo la ignorancia de las otras criaturas. 7 Pues la ignorancia de los �ngeles es fuerza para los seres obscuros. 8 Y mientras las Criaturas de las Tinieblas usan caretas para enga�ar a los otros, abren puertas para comunicar sabidur�a a Aradia. 9 Y yo abro puertas para comunicar esta sabidur�a a los Vampiros, No-Muertos, y Criaturas de la Noche. 10 Si estos libros ya son le�dos, es porque el fin del caos se aproxima; seiscientas sesenta y seis veces lo he visto en el Lado Obscuro del Tiempo. 11 Lo vi pro primera vez al t�rmino del diluvio, cuando traje a Aradia el arco de la obscuridad. 12 Por el que han pasado todos los linajes de brujos detr�s de m�, y sus generaciones son incontables. 13 y desde entonces he realizado toda clase de se�ales y prodigios para demostrar que soy la primera de las brujas. 14 He aqu�, uno de estos prodigios lo realic� en la cumbre del viento solitario. 15 Mientras Utnapischtim escudri�aba los n�meros, abri� por error la puerta de los �ngeles depredadores. 16 Estos seres ciegan a sus v�ctimas, y las calcinan con su luz; el resplandor de sus alas produce las sequ�as que traen la ruina a los imperios de la Tierra. 17 El movimiento de sus alas engendra huracanes. 18 En aquel d�a, siete �ngeles depredadores fueron desencadenados por el cielo; 19 Y sus nombres fueron Al-Akiel, Ur.Theriel, Ayagel, Gehenniel, Tikultiriel, Bel-Reel y Yertereel. 20 Todos asolaron la cumbre del viento solitario, y secaron el agua de la ira y la amargura. 21 Durante siete d�as, un ejercito de No-Muertos combati� a los �ngeles depredadores en lo alto del cielo, mientras la Tierra era asolada; 22 Era yo quien dirig�a a los No-Muertos, de acuerdo al mandato que recib�a de las Criaturas de las Tinieblas. 23 Los vientos asolaron la regi�n, mas aquel d�a, los No-Muertos rodearon a los �ngeles depredadores con un muro de obscuridad. 24 Y estrecharon el muro, hasta que los siete �ngeles fueron obligados a plegar sus alas. 25 Y el muro de obscuridad los cubri�; la luz que aniquilaba no volvi� a brillar sobre la cumbre del viento solitario. 26 Y naci� la noche Infinita. 27 Fue creada para celebrar la victoria de los No-Muertos sobre los �ngeles depredadores. 28 Que desde entonces se hallan prisioneros en Aradia. 29 Bienaventurado todo aquel que penetra la Noche Infinita, la m�s hermosa de todas las dimensiones de Aradia. 30 Bienaventurado el loco y el poeta; el enfermo y el solo; el desterrado y el melanc�lico. 31 Todos ellos son dignos de llamarse Herederos del Viento Nocturno. 32 Y fue establecido que los enfermos que tengan sabidur�a ser�n los primeros en contemplar esta Dimensi�n. 33 Para que rompan las cadenas de su enfermedad, y conozcan el ilimitado goce de la liberaci�n m�s all� del dolor. 34 Mas la Noche Infinita ya exist�a en los sue�os de las Criaturas de las Tinieblas al final del diluvio. 35 Fue entonces cuando surgi� asimismo el arco de la obscuridad; 36 Que fue arrancado con gran dolor de lo profundo de mi ser, mientras practicaba la lujuria del conocimiento con Dissaor y Lamec. 37 Y este arco fue extendido en el horizonte del cielo nocturno, opacando la luz de las estrellas. 38 Los �ngeles depredadores calaron sus himnos cuando el silencio se apoder� de la Tierra y de Aradia. 39 El viento de las Tinieblas sopl� sobre el arco iris y lo llev� a Aradia. 40 T� Que Buscas, bienaventurado eres al conocer estas revelaciones. 41 Det�n tu vida, det�n tu af�n; he aqu�, voy a revelarte que la Noche Infinita tiene un Emperador. 42 Y este Emperador fue as� nombrado por las Criaturas de las Tinieblas cuando naci� la Noche Infinita; pues en ella, su naturaleza es Dual: Heredero y Emperador al mismo tiempo; en la Noche Infinita se despoja de su furor y muestra toda su melancol�a. 43 He aqu�, es principio y fin, amo de la ubicuidad; y quien llega a la Noche Infinita puede verlo en forma f�sica; mas no es su verdadera forma, pues �l es inmortal; Tu Que Buscas, penetra el Misterio de su Nombre. CAPITULO 11 1 Cuando veas un arco iris, recuerda que el primer arco iris fue llevado a Aradia. 2 Cuando el arco de la confusi�n profane tu cielo nocturno, recuerda el arco de la obscuridad, y lo tendr�s en tu interior. 3 Si los �ngeles depredadores de la raz�n vac�a te atacan, recuerda la batalla en la cumbre del viento solitario; y llevar�s la victoria a tu mundo interior. 4 Y si llevas sabidur�a en medio de la confusi�n, ser�s solitario, pero libre y en esto te llamar�n afortunado, y te envidiar�n. 5 El amor ya no se acercar� a ti; la soledad y el aislamiento ser�n todo lo que tendr�s y ser�n tesoro para tu alma. 6 Pues una vez en soledad y silencio, ver�s todas estas regiones con mayor claridad; hasta que seas capaz de tocar, gustar, escuchar, oler y, sobre todo, ver. 7 Y ser�s digno de venir a Aradia por ti mismo, sin necesidad de un Gu�a. 8 Det�n tu vida, det�n tu af�n; nunca pensaste qu� tan libre pod�a ser, sin dioses ni demonios que te indiquen el camino. 9 Caminaras guiado por tus sue�os, y ser�s sabio. 10 Criaturas de la Noche, ser Vampiro no es lo m�s valioso que puede sucederte; sino llegar a ser guiado por tus sue�os; 11 Hac�a la Noche Infinita, o hac�a cualquier otra Dimensi�n que descubras. 12 He de decirte una vez m�s que, si llegas a penetrar la Noche Infinita, sabr�s por qu� es la m�s hermosa entre todas las regiones de Aradia; y del Lado Obscuro del Tiempo. 13 La Noche Infinita es tesoro para el enfermo, el so�ador, y las Criaturas de las Tinieblas. 14 Muchos viajes he compartido con Dissaor, en su delicada forma de Emperador de la Noche Infinita; pues su naturaleza es Dual. 15 Has penetrado bastante en el camino del conocimiento; aguarda y ese conocimiento crecer�; no en vano el No-Muerto que te trajo a estas regiones me dijo que hab�a visto en ti un halo de revelaci�n; en su nombre te permit� entrar; conoce que en tiempos lejanos para ti, otros fueron confundidos. 16 Mas por ahora a�n eres como un ni�o al que se debe ayudar a caminar, pues cae en cuanto cesa el apoyo. 17 En cuanto caes, regresas al �rido mundo que llaman real, entre los seres que viven sin sue�os y sin poes�a. 18 Deja atr�s esa aridez y ve en pos de los sue�os, las im�genes ins�litas, los choques afortunados de palabras, y la m�sica de las profundidades. 19 Pues cuando lo hagas, tus obras ser�n gu�a para los seres que vendr�n despu�s de ti. 20 Y usar�n tu obra como cimiento para edificar a�n m�s alta la torre que t� visualizaste. 21 En tus sue�os, en estas Dimensiones, o en la Noche Infinita. 22 Ya que has llegado tan lejos; 23 Ven y recorre conmigo los v�rtices, mas ya no en expansi�n constante; y conoce algunos de los relatos que se cuentan en ellos. CAPITULO 12 1 El Libro de Rituales es uno de los Libros de Sombras, que guardo en celo en Aradia; 2 Mas un Vampiro que como T�, entr� a Aradia, pretendi� conocer sin aguardar; y conocer lo que era il�cito para �l. 3 Y se acerc� al Libro de Rituales para robarlo, creyendo que yo estaba en otra Dimensi�n. 4 Sin saber que en la regi�n de Aradia donde se guarda el Libro, yo soy omnipotente. 5 Dej�, pues, que aquel Vampiro insensato robara el Libro de Rituales, para que fuese ejemplo para otros insensatos. 6 Nada es casual en las regiones obscuras; nada sucede sin que de ellos tengamos conocimiento. 7 El Vampiro volvi� a la Tierra con el Libro de Rituales y comenz� a leer. 8 Mas el Libro de Rituales esta escrito en lenguaje desconocido para toda Criatura de la Noche y Vampiro; s�lo los No-muertos pueden leerlo. 9 Por lo que aquel Vampiro insensato ley� �nicamente lo que quiso leer 10 Aquel Vampiro que no se despoja de su vida anterior es dominado por ella. 11 Al no comprender el lenguaje de �l Libro de Rituales, lo supli� por su propio lenguaje; para presentarse como sabio a los ojos de otros Vampiros con los que se reun�a. 12 Plane� todo como su propia mente necia le indic�; mas cuando estaba apunto de matar al ni�o peque�o, yo intervine; 13 No para salvar al ni�o, pues esto hubiera sido obra de amor; sino para establecer el orden obscuro con el Vampiro. 14 Recuper� el Libro de Rituales, y llev� a Aradia al Vampiro; y ahora es prisionero bajo el cielo rojizo de mi coraz�n. 15 En verdad te digo que no ver�s el orden siendo insensato. 16 Mas ahora me aparto de ti, Criatura de la Noche, para saludar a tu Gu�a No-muerto. 17 Tu Gu�a No-muerto, que has tra�do a Aradia a la Criatura de la Noche, no es esta la primera vez que traspasas el Umbral. 18 Lo hiciste antes, cuando capturaste a Yigael. 19 He aqu�, Yigael era uno de lo mas poderosos �ngeles depredadores. 20 En el tiempo en que Vlad era humano, el cielo se parti� en siete y engendro a Yigael. 21 Era este un �ngel formidable; engendraba huracanes con el movimiento de sus alas; su mirada sembraba incendios en los bosques; 22 As� fue como Yigael asol� la cumbre del viento solitario. 23 Mas t�, No-muerto, recibiste la orden de las Criaturas de las Tinieblas y te alzaste en furor contra Yigael. 24 Y levantaste el muro de obscuridad a su alrededor, aun a costa de tu no-muerte. 25 Y Yigael fue estrechado contra tu muro de obscuridad, y sometido, y su furor de destrucci�n junto con �l. 26 Si un No-muerto dedicada s�lo a la ense�anza realiza tales proezas �cu�nto mas las Criaturas de las Tinieblas! 27 As� que yo abr� Aradia para ti, No-muerto como la abro hoy. 28 Saludo a tu gloria obscura, t�, que venciste a Yigael, que adquiriste la sabidur�a que rompi� tus cadenas; las de tus sentimientos primero; luego, las de tu cuerpo; mas tarde, las de la vida y, finalmente, las del Tiempo. 29 Vives t� en la perpetua obscuridad, y has vislumbrado la gloria de las Criaturas de las Tinieblas. 30 Y has conversado con algunos de los seiscientos sesenta y seis nombres tras cruzar el Umbral. 31 Mas no te envanezcas por tu victoria; s�lo has cumplido el Orden Obscuro; el conocimiento no es completo hasta cruzar el Ultimo Umbral. 32 Otros No-muertos lo han hecho ya; para ellos no es necesaria la ense�anza, no son Gu�as, sino que son Guiados por los �nicos que en esas moradas pueden proveerles palabra fresca de revelaci�n; que son las Criaturas de las Tinieblas. 33 Una etapa superior, con nuevos Umbrales, te espera antes del Ultimo Umbral. 34 Y habr�s de gustar del sufrimiento nuevamente. 35 Conoce, No-muerto, que en la escala superior no hay misericordia, sino un Orden Obscuro m�s estricto. 36 Ese Orden al que habr�s de enfrentar es m�s poderoso que Yigael; aniquilar�a sin demora a cualquier Criatura de la Noche o Vampiro. 37 Mas no desprecies a las Criaturas de la Noche que has tra�do hasta aqu�. 38 Tu puedes mirar a su obscuridad interior, si encuentras al cuervo que porta la mandr�gora del conocimiento, es tiempo de que sea guiado. 39 Pues no es vergonzoso cumplir como Gu�a de tales Criaturas. 40 Si fuiste humano, vagamente lo recuerdas, como un sue�o. 41 Si fuiste Vampiro, distante es tu cuerpo, como una ilusi�n. 42 No dependes ya de alimento ni de sangre, ni siquiera la energ�a es tu comuni�n, aunque ciertamente te deleita. 43 Tu alimento es ahora el conocimiento, y la intensidad del esp�ritu; por eso te complace alimentarte de esencias. 44 No-muerto, yo he acompa�ado a otros como t� durante las cacer�as por las Dimensiones; hemos capturado �ngeles depredadores, que tanto asolaron la tierra, y hoy son estandartes de victoria en Aradia. 45 Sabido es por nosotros que los �ngeles depredadores son tambi�n responsables del caos sobre la tierra. 46 Y he aqu� lo que mi Libro de Rituales te revela acerca de c�mo me enfrent� a un �ngel depredador. 47 Que asolaba no la Tierra, si no las almas de los que aguardaban falsamente en esperanza. 48 Y este �ngel depredador despertaba la esperanza en estos seres, y ven�a a ellos en forma resplandeciente. 49 Mas cuando los seres se postraban ante �l, este �ngel depredador les robaba la sangre y la energ�a, y aumentaba su poder, con el que me desafi�. CAPITULO 13 1 Recorr� la Tierra, siguiendo el rastro de llanto que dejaba el �ngel depredador. 2 As� encontr� a un humano de la raza de Abel que entablaba relaci�n con �l, crey�ndolo su �ngel guardi�n, sin conocer sus verdaderos deseos de destrucci�n. 3 Mir� c�mo exist�a amor en esa mujer de... hacia el �ngel depredador; mir� y vi como cada noche la mujer encend�a una vela blanca, e invitaba a su �ngel a entrar a su aposento, sin conocer sus deseos de destrucci�n; mir� como el �ngel era consultado, y �l respond�a con falsa sabidur�a a la mujer. 4 Y la presencia luminosa del �ngel llenaba el aposento de la mujer, junto con fragancias de jazm�n. 5 Yo romp� esas visiones revelando el verdadero rostro del �ngel depredador. 6 Los �ngeles adquieren formas humanas para copular con las hijas de los hombres; nosotros, los obscuros, retuvimos ese poder de transformaci�n, y ahora lo usamos para cazar �ngeles depredadores. 7 En cuanto el �ngel apareci� una vez m�s ante la mujer, hermoso y resplandeciente, con palabras de ternura y amor, y la comuni�n entre ambos seres se estableci�; 8 Us� el poder de la transformaci�n y lo puse en el �ngel, antes de que descubriera mi presencia. 9 La mujer fue maravillada al contemplar c�mo su �ngel se volv�a humano; mas s�lo fue por un suspiro; manifest� la verdadera naturaleza del �ngel depredador. 10 Y la mujer vio su rostro fragmentado, las garras de sus manos y la deformidad de sus alas. 11 El �ngel intent� defenderse, pero mi fuerza fue superior; hice que el �ngel lanzara su verdadera voz; estruendo de furia y destrucci�n. 12 Si has comprendido misterios suficientes, sabr�s c�mo mantuve sometido al �ngel, mientras ocurri� su abominable transformaci�n delante de la mujer. 13 Y el �ngel, d�ndose cuenta de que era sometido, maldijo ala mujer, e intento desangrarla. 14 Mas lo evit�, no por amor, sino por orden: abr� el Umbral. Conduje al �ngel depredador a Aradia; donde una estaca estaba dispuesta en medio del bosque de los empalados. 15 Y dej�ndolo caer con gran fuerza, hice que sus gritos fueran escuchados por la mujer a trav�s de las dimensiones por el resto de su vida. 16 Para que su locura fuera sobre la Tierra. 17 Mas he aqu�, es tiempo de cerrar esta Dimensi�n para la Criatura de la Noche que has conducido; y t� deber�s irte con ella. 18 Depos�tala en sus sue�os, y espera a que su sabidur�a crezca; bienaventurada es por haber vislumbrado s�lo una parte del esplendor de Aradia. 19 Antes de que ambos partan, yo, Aradia, les revelo el cielo rojizo de mi coraz�n. 20 Y he aqu�, en este cielo vuelan poderosos los Vampiros de ja jerarqu�a superior. 21 M�ralos extender sus alas oscuras, mientras giran en c�rculos conc�ntricos; el misterio de tal vuelo fue estudiado por Utnapischtim; 22 El vuelo de los Vampiros es sabidur�a; y esto es s�lo parte de las Criaturas de las Tinieblas. 23 Saluda conmigo a los Vampiros de la jerarqu�a superior, que han traspasado suficientes Umbrales para venir aqu�, y solazarse en el cielo rojizo de la sangre. 24 Donde los centinelas no pueden alcanzarlos; donde nadie puede da�arlos. 25 Y los Vampiros sue�an; y a veces esos sue�os son percibidos por las Criaturas de la Noche. 26 Y las Criaturas de la Noche expresan esos sue�os en choques afortunados de palabras, o m�sica de las profundidades; sin conocer su verdadero origen. 27 Escucha c�mo el vuelo de los Vampiros engendra m�sica, y traza im�genes maravillosas en el cielo de sangre; im�genes ins�litas que jam�s se han visto en la tierra. 28 Y no existen palabras para describir esas im�genes; s�lo quien traspasa el Umbral y viene a Aradia puede verlas. 29 T� que Buscas �puedes ver ahora mismo esas im�genes? Si es as�, has encontrado la Belleza Obscura; el Libro de la B�squeda fue escrito por el af�n de la Belleza. 30 Las im�genes se muestran ante ti, ahora, sobre el vuelo conc�ntrico de los Vampiros, mientras m�s busques en tus abismos, las ver�s mejor. 31 Y tal vez las llevar�s en tu limitada dimensi�n, y esas im�genes causar�n asombro a las Criaturas de la Noche, y repulsi�n a las dem�s criaturas. 32 Las im�genes son lo que yo, Aradia, te concedo, no por amor, sino por orden. 33 As� sea.