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* Canciones de Navidad y Villancicos


A Belén a Belén
Alegre vengo
Alegría
Al filo de la media noche
Arre borriquito
Ay, del Chiquirritín
Arbolito
Blanca Navidad
Campana sobre Campana
Cascabel
Dime Niño de quién eres
El abeto
Estrellita de Belén

Villancico y Canción de Navidad

El burrito de Belén


Con mi burrito sabanero
voy camino de Belén.

Si me ven, si me ven
voy camino de Belén

El lucerito mañanero
ilumina mi sendero.

Si me ven, si me ven,
voy camino de Belén.

Con mi cuatrito voy cantando
mi burrito va trotando.

Si me ven, si me ven,
voy camino de Belén.

Tuqui, tuqui, tuqui, tuqui
Tuqui, tuqui, tuqui, tuquitá
apúrate mi burrito
que ya vamos a llegar.

Tuqui, tuqui, tuqui, tuqui
Tuqui, tuqui, tuqui, tuquitú
apúrate mi burrito
vamos a ver a Jesús.

Con mi burrito sabanero
voy camino de Belén.

si me ven, si me ven
voy camino de Belén.



Juan Ruiz, Arcipreste de Hita

Libro de Buen Amor

El "Libro de Buen Amor" es la obra de un hombre que había pertenecido a la Iglesia, lo que en la Edad Media solía ser sinónimo de persona con cierta preparación, superior al común de la gente de su época. Por añadidura, Juan Ruiz era un hombre culto, docto en Sagrada Escritura y en Derecho Civil -como lo demuestra, por ejemplo, en el pleito del lobo y la raposa (coplas 321-371)-. El Arcipreste había tenido acceso a numerosos textos -situación que queda plasmada en la obra por la profusión de citas de textos de distinta procedencia-, y, por lo tanto, a los géneros y estilos en ellos contenidos.
En el presente trabajo, se intentará analizar estos géneros que Juan Ruiz utilizó magistralmente para la elaboración de su obra, obra que posee entidad literaria autónoma y que forma parte de lo más selecto de la literatura española.
"¡Qué lástima que un hombre de tanto
ingenio naciera en un siglo tan rudo!"
Martínez de la Rosa

"...yo, Juan Ruiz, Arcipreste de Hita..." (c. 19).
Desde el punto de vista estructural, el libro se presenta en un principio como una autobiografía. Dice Kellermann, en su "Zur Charakteristik des Libro de Buen Amor"; "...la magna obra del poeta es haber enlazado tantos materiales y géneros mediante la representación del yo..." .
Sin embargo, podría decirse que el carácter autobiográfico solo tiene el propósito de ser el hilo que une la sarta de aventuras, para agrupar en torno a él las distintas partes del libro.
Es probable que el autor haya sido influenciado por el género de las maqamat (reuniones), género biográfico o autobiográfico de origen semítico, reelaborado por los judíos de Cataluña, Languedoc y Provenza entre los siglos XII y XIV.
El uso de este género convierte al autor en un precursor, ya que la biografía o autobiografía aparecerían frecuentemente recién después del Renacimiento y sobre todo después del Romanticismo.

Genero Didáctico: Moralizador
"... las palabras sirven a la intención e non la intención a las palabras...".

En este género está inscripta la intención del autor. El Arcipreste la declara expresamente en distintos pasajes de la obra, como el prólogo (c. 64-70) , y en varios episodios (fábulas y cuentos).

Dice María Rosa Lida al respecto:
"La enseñanza moral está repartida por toda la obra y, además, concentrada en la sátira contra el clero libertino, larga y maligna, contra las mujeres, breve y risueña, en la diatriba contra los pecados capitales y contra el dinero, en el sermón de las armas alegóricas del cristiano, en la imprecación contra la Muerte..."
La intención didáctica está en estrecha relación con el Mester de Clerecía.
Para imprimir a la obra el carácter moralizador, Ruiz hace uso, entre otros recursos, de los enxiemplos, género del cual se hablará más adelante en este trabajo.
Probablemente, como dice Menéndez Pidal "...el libro de Buen Amor es la despedida burlona de la época didáctica..."

Género Documental - el realismo: Juan Ruiz, testigo de su tiempo-

A diferencia de la literatura culta anterior, esencialmente simbólica e idealista, en el libro del Arcipreste de Hita comienza a verse un detallado interés por reflejar la realidad cotidiana. Dicho interés se manifiesta en la minuciosa descripción de los elementos que rodean la actividad del hombre y en el uso de expresiones coloquiales en los diálogos.
La descripción de la realidad circundante es minuciosa. Las causas de tal auge del realismo hay que buscarlas en el ascenso social de la burguesía y en la creciente importancia de las ciudades. En esta época, la vida experimenta una nueva valoración por sí misma; ya no es sólo un camino para otra vida trascendente.
Aparece el tópico del carpe diem, "disfruta el día" (en el sentido de gozar de los placeres de la vida).
La extraordinaria capacidad de captación de la realidad por parte del Arcipreste da al libro un carácter documental sobre la sociedad de su tiempo. Por él conocemos las costumbres de la ciudad y del campo, los manjares que se degustaban (c. 968-969), o las golosinas que elaboraban las monjas (c. 1334-1337), los vestidos y cosméticos de las mujeres (c. 1205-1206), los oficios: "...fízose corredera de las que venden joyas..." (c. 937),y hasta los utensilios caseros (c. 1174-1175).
El engarce concreto de la obra en una sociedad en que conviven tres castas -cristianos, moros y judíos- posibilita también el conocimiento de ciertas costumbres hebreas y musulmanas: la mención, por ejemplo, de la fidelidad de los judíos a su Pascua de pan ácimo y de otras comidas judías (ej.: "...piden las adefinas..." -c. 781-), o la descripción de los instrumentos que sirven y los que no para cantares arábigos (c. 1513-1517), son una muestra.

Mester De Clerecía - la métrica-
"...compúselo también para dar a algunos lección y muestra de metrificar y de rimar y de trovar..."
Aunque este género venía agotándose desde hacía tiempo, hay sobradas marcas del mismo en el LBA. A primera vista, la más notable es la métrica. A excepción de los pasajes en prosa y algunos versos de arte menor, la mayor parte del libro está escrito en cuaderna vía, versificación propia del Mester de Clerecía.
Juan Ruiz utiliza otros recursos del mismo género, como por ejemplo las fuentes, pero los reelabora de una manera muy personal. Asimismo, los enxiemplos, las citas de autoridad y de las Sagradas Escrituras, se encuentran presentes en la obra.

Mester De Juglaría - Juglares y Peregrinos-
En el punto anterior, se ha visto que el LBA fue compuesto en gran parte de acuerdo a la métrica y ciertas marcas estilísticas del Mester de Clerecía. Sin embargo, el mismo autor declara en el texto haber usado la forma del Mester de Juglaría:
"...por vos dar solaz a todos, fablévos en juglaría..." (c. 1633) Otro rasgo que identifica al texto con el género mencionado es el peregrinar del protagonista (que recuerda los viajes del Cid). Por ejemplo: la descripción del viaje a las sierras, en el episodio de las serranas.

Dice María Rosa Lida al respecto:
"...toda España está en él [Libro de Buen Amor], desde Vizcaya hasta Andalucía..."
Otros recursos usados en el mester de Juglaría, como las apelaciones al público, evocan el estilo del género mencionado.
Por último, puede leerse en el episodio de Carnal y Cuaresma (c. 1067-1314), una batalla digna del Mester de Juglaría.





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Género Lírico - el arte menor-

Hay, en el LBA, poesías líricas, sagradas y profanas. Se observa allí diversidad de temas y de formas métricas.
Al comienzo, a continuación de una invocación en verso pidiendo la ayuda de Dios para la empresa que va a emprender, hace un homenaje en forma de dos composiciones líricas -sagradas-: los Gozos de Santa María (c. 20-32).
Más adelante, en ocasión de un viaje a la sierra y del encuentro con unas vaqueras, otra composición de género lírico aparece en el texto -esta vez profano-: son las cantigas de serranas (c. 959-971, 987-992, 997-1005, 1022-1042).
Enseguida, terminado el episodio con las cuatro mujeres, ofrece nuevas cantigas, esta vez en honor a la Virgen y a la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo –sagradas-.
Retoma por última vez el citado género en las coplas 1635-1728: nuevamente Gozos de Santa María, cantigas de loores a la madre de Dios , cantar de los escolares , cantiga de los clérigos de Talavera , y el Cantar de ciegos.

Sátira Y Humor - el temperamento del autor-

El humor, presente a lo largo del libro, se encuentra en pasajes caricaturescos, como la descripción de las serranas (c.1010-1021) y en inocentes sátiras, como el elogio de las mujeres menudas (c.1606-1617). La fábula de Don Pitas Payas (c.474-484) es otro ejemplo de humor en la obra.
Satiriza también contra el poder del dinero y el vicio de los clérigos en la fábula sobre "el poder que da el dinero" (c. 490-527) o, en otros versos: "...por dinero faze / ome quanto’l plase / cosa es provada..." (c.1042)
Así como lo didáctico atraviesa todo el texto, de la misma forma el humor, y sobre todo la satirización de distintos temas, está presente en el LBA. Esta satirización raya por momentos lo sacrílego, y lo sería, de no ser porque Juan Ruiz advierte desde el comienzo del libro acerca del doble sentido que debe darse a su lectura.
El humor, la parodia y la sátira son rasgos característicos de la literatura de los goliardos, poetas y clérigos mendicantes de los siglos XII y XIII que se burlaban de la hipocresía de ciertos dignatarios de la Iglesia y proponían el placer como respuesta a la fugacidad de la vida.

Enxiemplo - Fábulas y cuentos-

A la manera de su contemporáneo Don Juan Manuel, este género es ampliamente usado para los fines didácticos que el Arcipreste se propone.
Ruiz abreva en las fuentes que tan bien conoce, tomando fábulas y cuentos de la más diversa procedencia (orientales, franceses, etc.). Los cuentos aparecen agrupados en forma arbitraria, para ilustrar y sacar conclusiones sobre la aventura amorosa contada anteriormente. Ocho fábulas sobre el amor y los pecados capitales y nueve de las conversaciones de Trotaconventos con Doña Galosa, son algunos ejemplos de la presencia del género en el LBA.

Alegorías - el buen entendimiento-

El uso de las alegorías, frecuente en el Mester de Clerecía, tiene también un destacado lugar en varios episodios del LBA.
El propio autor alude a ellas, cuando advierte al lector en el prólogo que, de lo escrito, puede escoger lo que le convenga, ya sea pecador o de buen entendimiento.
"...de buen entendimiento que se quiera salvar, escogerá y obrarlo ha..."
La parodia épica de la Batalla de Don Carnal y Doña Cuaresma, tiene el mismo carácter alegórico, introduciendo aquí el tono de poema burlesco.
María Rosa Lida de Malkiel ha visto en los personajes de Don Melón y Doña Endrina, dos alegorías: Don Melón, como símbolo de aquello cuyo éxito depende del azar. Endrina, ciruela silvestre, como símbolo del honor femenino.
Aunque ampliamente discutido por distintos críticos de la obra, la cárcel a la cual hace alusión el Arcipreste (c. 1-2), puede ser también una alegoría.



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