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Federico Engels
Resumen: El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre
El trabajo es la fuente de toda riqueza, afirman los especialistas en Economía
política.
Lo es, en efecto, a la par que la naturaleza, proveedora de los
materiales que él convierte en riqueza. Pero el trabajo es muchísimo más que
eso. Es la condición básica y fundamental de toda la vida humana. Y lo es en
tal grado que, hasta cierto punto, debemos decir que el trabajo ha creado al
propio hombre.
Hace muchos centenares de miles de años, en una época, aún no establecida
definitivamente, de aquel período del desarrollo de la Tierra que los geólogos
denominan terciario, probablemente a fines de este período, vivía en algún
lugar de la zona tropical - quizás en un extenso continente hoy desaparecido
en las profundidades del Océano Indico- una raza de monos antropomorfos
extraordinariamente desarrollada. Darwin nos ha dado una descripción
aproximada de estos antepasados nuestros.
Estaban totalmente cubiertos de
pelo, tenían barba, orejas puntiagudas, vivían en los árboles y formaban
manadas.
Es de suponer que como consecuencia directa de su género de vida, por el que
las manos, al trepar, tenían que desempeñar funciones distintas a las de los
pies, estos monos se fueron acostumbrando a prescindir de ellas al caminar por
el suelo y empezaron
a adoptar más y más una posición erecta. Fue el paso decisivo para el tránsito
del mono al hombre.
Todos los monos antropomorfos que existen hoy día pueden permanecer en
posición erecta y caminar apoyándose únicamente en sus pies; pero lo hacen
sólo en caso de extrema necesidad y, además, con suma torpeza. Caminan
habitualmente en actitud semierecta, y su marcha incluye el uso de las manos.
La mayoría de estos monos apoyan en el suelo los nudillos y, encogiendo las
piernas, hacen avanzar el cuerpo por entre sus largos brazos, como un cojo que
camina con muletas.
En general, aún hoy podemos observar entre los monos todas
las formas de transición entre la marcha a cuatro patas y la marcha en
posición erecta. Pero para ninguno de ellos ésta última ha pasado de ser un
recurso circunstancial.
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