(1865-1936)
Rudyard Kipling nació el 30 de diciembre de 1865 en Bombay
(India) y a la edad de 6 años fue a estudiar a Inglaterra.
Vivió durante cinco años en un hogar social de Southsea, de los
que conservó amargos recuerdos que describió en el relato La
oveja negra.
En 1882 regresó a la India. Allí trabajó en la Civil and
Military Gazette de Lahore hasta 1889, dedicándose a escribir
relatos.
En 1886 publicó versos satíricos sobre la vida civil y militar
en los cuarteles de la India colonial: Cancioncillas del
departamento (1886) y los Cuentos de las colinas (1887). En los
años siguientes afianzó su fama literaria con seis historias
sobre la vida de los ingleses en la India, publicadas entre 1888
y 1889.
Viajó a Asia y a los Estados Unidos. Allí se casó con Caroline
Balestier en 1892 y se estableció en Vermont por poco tiempo. En
1903 fijó su residencia en Inglaterra.
En 1907 le otorgaron el Premio Nóbel de Literatura, siendo el
primer escritor inglés que obtuvo este galardón.
Falleció en Londres el 18 de enero de 1936.
Si
" Si puedes mantener intacta tu firmeza
cuando todos vacilan a tu alrededor
Si cuando todos dudan, fías en tu valor
y al mismo tiempo sabes exaltar su flaqueza
Si sabes esperar y a tu afán poner brida
O blanco de mentiras esgrimir la verdad
O siendo odiado, al odio no le das cabida
y ni ensalzas tu juicio ni ostentas tu bondad
Si sueñas, pero el sueño no se vuelve tu rey
Si piensas y el pensar no mengua tus ardores
Si el triunfo y el desastre no te imponen su ley
y los tratas lo mismo como dos impostores.
Si puedes soportan que tu frase sincera
sea trampa de necios en boca de malvados.
O mirar hecha trizas tu adora quimera
y tornar a forjarla con útiles mellados.
Si todas tu ganancias poniendo en un montón
las arriesgas osado en un golpe de azar
y las pierdes, y luego con bravo corazón
sin hablar de tus perdidas, vuelves a comenzar.
Si puedes mantener en la ruda pelea
alerta el pensamiento y el músculo tirante
para emplearlo cuando en ti todo flaquea
menos la voluntad que te dice adelante.
Si entre la turba das a la virtud abrigo
Si no pueden herirte ni amigo ni enemigo
Si marchando con reyes del orgullo has triunfado
Si eres bueno con todos pero no demasiado
Y si puedes llenar el preciso minuto
en sesenta segundos de un esfuerzo supremo
tuya es la tierra y todo lo que en ella habita
y lo que es más serás hombre hijo mío.... "
EL
LIBRO DE LAS TIERRAS VÍRGENES
Prólogo del Autor
Numerosas son las consultas a especialistas generosos que exige
una obra como la presente, y el autor faltaría, a todas luces,
al deber que le impone el modo como aquéllas han sido
contestadas, si dejara aquí de hacer constar su gratitud para
que tenga la mayor publicidad posible.
Debo dar gracias, en primer término, al sabio y distinguido
Bahadur Shah, elefante destinado a la conducción de bagajes, que
lleva el número 174 en el libro de registro oficial de la India,
el cual, junto con su amable hermana Pudmini, suministró con la
mayor galantería la historia de "Toomai el de los
elefantes" y buena parte de la información contenida en
"Los servidores de Su Majestad". Las aventuras de
Mowgli fueron recogidas, en varias épocas y lugares, de multitud
de fuentes, sobre las cuales desean los interesados que se guarde
el más estricto incógnito. Sin embargo, a tanta distancia, el
autor se considera en libertad para dar las gracias, también, a
un caballero indio de los de vieja cepa, a un apreciable
habitante de las más altas lomas de Jakko, por su persuasiva
aunque algo mordaz crítica de los rasgos típicos de su raza:
los presbipitecos (Género de mamíferos cuadrúmanos cuya
especie típica vive en Sumatra. N. del T.), Sahi, sabio
diligentísimo y hábil, miembro de una disuelta manada que
vagaba por las tierras de Seeonee, y un artista conocidísimo en
la mayor parte de las ferias locales de la India meridional donde
atrae a toda la juventud y a cuanto hay de bello y culto en
muchas aldeas, bailando, puesto el bozal, con su amo, han
contribuido también a este libro con valiosísimos datos acerca
de diversas gentes, maneras y costumbres. De éstos se ha usado
abundantemente en las narraciones tituladas: "¡Al tigre!
¡Al tigre!", "La caza de Kaa" y "Los
hermanos de Mowgli".
Deber de gratitud es igualmente para el autor el confesar que el
cuento "'Rikki-tikki-tavi" es, en sus líneas
generales, el mismo que le relató uno de los principales
erpetólogos de la India septentrional, atrevido e independiente
investigador que, resuelto "no a vivir, sino a saber",
sacrificó su vida al estudio incesante de la Thanatofidia
oriental. Una feliz casualidad permitió al autor, viajando a
bordo del Emperatriz de la India, ser útil a uno de sus
compañeros de viaje.
Quienes leyeren el cuento "La foca blanca" podrán
juzgar por sí mismos si no es éste un espléndido pago a sus
pobres servicios.