Literatura Cristiana

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Poemas Cristianos

Amado Nervo Y Calderón de La Barca


¡Oh Cristo!

«Ya no hay un dolor humano que no sea mi dolor;
ya ningunos ojos lloran, ya ningún alma se angustia
sin que yo me angustie y llore;
ya mi corazón es lámpara fiel de todas las vigilias,
¡oh Cristo!

»En vano busco en los hondos escondrijos de mi ser
para encontrar algún odio: nadie puede herirme ya
sino de piedad y amor. Todos son yo, yo soy todos,
¡oh Cristo!

»¡Qué importan males o bienes! Para mí todos son bienes.
El rosal no tiene espinas: para mí sólo da rosas.
¿Rosas de Pasión? ¡Qué importa! Rosas de celeste esencia,
purpúreas como la sangre que vertiste por nosotros,
¡oh Cristo!»

Amado Nervo


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Cristo en Poemas

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¿Qué quieres?
(Calderon de la Barca)

¿Qué quiero, mi Jesús?...Quiero quererte,
quiero cuanto hay en mí del todo darte
sin tener más placer que el agradarte,
sin tener más temor que el ofenderte.

Quiero olvidarlo todo y conocerte,
quiero dejarlo todo por buscarte,
quiero perderlo todo por hallarte,
quiero ignorarlo todo por saberte.

Quiero, amable JESUS, abismarme
en ese dulce hueco de tu herida,
y en sus divinas llamas abrasarme.
Quiero, por fin, en Tí transfigurarme,
morir a mí, para vivir tu vida,
perderme en Tí, JESUS, y no encontrarme.










Rafael y una nueva oportunidad

Hace mucho, los niños veían y hablaban con los ángeles; pero ellos dejaron de presentarse, estaban molestos con la sordera y el aislamiento de los humanos.

Un día, Rafael estaba volando en una nube, a los otros ángeles le dieron pena los adultos, y preguntaron:

—¿Rafael, y si hablamos con los hombres? Vamos a decir algunas realidades, ellos van a volver a creer.

—¡Están equivocados! —Dijo Rafael, que era bastante gruñón.

—¿Y si les damos un poco de fe? Hagamos un milagro con rosas y lágrimas de sangre; nosotros, lo aseguramos, nos verán. Pero deberás olvidar a los incrédulos ¿Eh?

—No —dijo, Rafael. Preparó una imagen ficticia, mientras los demás ángeles vieron.

—Si, ya sabemos, ahora empiezan a debatir sobre falsos profetas.

Rafael les hizo comprender. El hombre sigue desconfiando de Dios, no está preparado para creer, sigue pensando en sus guerras y malicias.

—Propongo algo diferente. Los autorizo a volver a dialogar con los bebés —dijo, Rafael.

Se fueron a sus nubes, buscando cada uno al niño elegido, decidiendo un lindo cuento, al que iban agregando a cada rato nuevas metas, para lograr esta vez, abrir los corazones desde temprana edad, y que cada niño desee en forma natural, ser solidario con el otro.

de Graciela Kiriadre


Salvada
" Una mujer en Nigeria “

La salvaron las palabras
la salvaron las firmas
la salvaron las mujeres más bellas,
los rezos,
las súplicas,
los llantos,
los deseos,
los pedidos;
la salvaron los diarios,
los periodistas,
los programas de televisión,
las radios;
la salvaron los internautas,
las miles de cartas enviadas,
los carteles, los afiches;
la salvaron los extranjeros,
los turistas,
los nacionalistas, los comunistas, los conservadores, los altruistas;
además, la salvaron los jueces.


Jueces, hombres de ley,
jueces que deben luchar por justicia,
por libertad;
con honra,
con sensibilidad,
inteligencia,
misericordia,
perdón;
con humildad, solidaridad, amor.

Mujer, que ha vuelto a la vida.
Mujer, madre, hermana, hija;
mujer, que ha tenido mil lágrimas
hoy ha vuelto a la vida.

de Graciela Kiriadre
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