EL MOMENTO CRÍTICO DE LA PRIMERA REVOLUCIÓN DEL SIGLO XX1
Por Guayú De Falkón
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"El corazón del socialismo desde abajo es su afirmación de que el socialismo solamente puede ser realizado a través de la autoemancipación de las masas activas en movimiento, llegando a él, libremente con sus propias manos, movilizadas "desde abajo" en una lucha para hacerse cargo de su propio destino, como actores (no simplemente como sujetos pacientes) de esta etapa de la historia"
Hal Draper
Un discurso de derecha sembrado en el cerebro de la izquierda
No es cómodo para quien vive en el interior del volcán de la revolución bolivariana y lleva a cuestas toda una vida de alegrías, sinsabores y amarguras acompañando las luchas populares, exhibir de manera pública una descarnada crítica. No por el hecho de hacerla pública o no poder hacerla llegar de manera directa a instituciones, partidos políticos, movimientos sociales o dirigentes políticos y comunitarios, sino porque se ha sembrado en el pensamiento colectivo del movimiento político popular que realizar dicho acto es lo más parecido a una traición, delación o complicidad con el enemigo de clase. Hacer pública una crítica política sin contemplación ni dar tregua a las miserias humanas, demanda a quien se atreve a realizarla, sostener innumerables debates y discusiones duras y difíciles de sustentar, debido a la cantidad de improperios y el cúmulo de índices y miradas acusadoras que se dirigen contra quien cuestiona los procedimientos establecidos a priori por el, hasta ese momento, sagrado liderazgo político; pero, muy a pesar de todo ello, el ser humano es un ser social, ello significa que es la sociedad quien modela o construye a los hombres y mujeres desde la esfera de lo público, mucho más en un mundo donde el modelaje de la sociedad lo realizan, de facto, los medios de comunicación social a través del lenguaje audiovisual y la manipulación del goce estético. Si la crítica no es pública, ésta carece de efecto transformador alguno, salvo raras y escasísimas excepciones. Y nuestra dirigencia política bolivariana, en gran medida hace caso omiso de toda crítica, se la pasa por bola a cada instante; sobretodo si la misma nace del movimiento social o popular. Por lo tanto, estamos más que seguros de la inexistencia de argumentos válidos que nos amedrenten o silencien. Mucho menos nos intimidará el viejo y trillado discurso que niega la crítica y la denuncia de las anomalías en las filas de la revolución bolivariana para "no hacerle el juego al enemigo".
El nuevo camino revolucionario un ejemplo para enfrentar al capital y las transnacionales
Los resultados de la batalla política y económica librada por la inteligencia colectiva (general intellect), de la comunidad GNU/Linux del software libre, contra las transnacionales del software privado encabezadas por Microsoft y Bill Gates, demuestran de manera práctica la posibilidad real de derrotar a las transnacionales y al capital global si existe un plan de batalla, capacidades profesionales y habilidades y destrezas suficientes, la organización apropiada a la tarea a realizar, un inventario de recursos de inversión y la disposición general de hombres y mujeres para llevarlo adelante. Hoy no es del todo necesario encapucharse para realizar nuestro plan de lucha y triunfar. La discusión abierta y en red para solucionar problemas, corregir errores, potenciar aciertos, vigilar y proteger los proyectos, como también denunciar al enemigo y abortar el trabajo de zapa de los 5ta columnas a lo interno, es un nuevo y eficaz camino para derrotar en esta época a las transnacionales y el capital. La Comunidad GNU/linux ha propinado al capital mundial y a las transnacionales la mayor derrota política y económica de los últimos tiempos. Su victoria es el mayor triunfo contra la explotación global de los pueblos que luchan por su autoafirmación, emancipación y la construcción de una sociedad postcapitalista. El triunfo de la comunidad GNU/linux representa no sólo el camino nuevo para combatir a los enemigos de los pueblos, sino que representa a las futuras instituciones, a la futura producción material y trabajo social organizado. Es en sí la muestra concreta que un mundo nuevo es algo más que posible, algo que comienza a tornarse concreto La comunidad GNU/linux y otras similares día a día lo están demostrando. Su existencia, su sustentabilidad y sus productos son la primera manifestación de ese mundo nuevo que con anhelo y pasión comienza a construir la sociedad humana.
Retomando el tema inicial, y una vez que conocemos nuevos caminos revolucionarios para confrontar a los enemigos de los pueblos, tenemos que señalar que el discurso "no hay que hacerle el juego al enemigo" es un discurso reaccionario, totalitario y en alguna medida facistoide; porque es un discurso chantajista a intimidador, un discurso que la derecha grabó en la “conciencia” de una izquierda construida desde las academias y universidades a imagen y semejanza de la oligarquía y el gran capital. Es el discurso de una izquierda construida, guiada y protegida por la derecha para servir a la derecha. Un discurso que alude a una seudo seguridad que en lugar de proteger la revolución y los revolucionarios, protege la discrecionalidad y jerarquía totalitaria de la dirigencia de los partidos políticos de la democracia representativa que impiden la crítica, las discusiones, el debate de argumentos y las propuestas e iniciativas de la base, secuestrando las organizaciones políticas y sociales populares al cercenar la promoción de nuevos discursos y liderazgos. Creer en la conseja “no hay que hacerle el juego al enemigo” es hacerle el juego al enemigo, es trabajar para el enemigo mismo. Es el discurso reaccionario que durante décadas llevó a los revolucionarios y a las luchas de los pueblos por callejones sin salida, conduciendo a todos a la aceptación ciega y sin discusión de lo establecido a priori por una jerarquía política suplantadora de la opinión decisiones e intereses de las bases, justificando estas acciones con centenares de cuentos y novelas; entre ellas: "vivimos una situación delicada", "hay peligro de golpe", "no debemos hacerlo ahora porque restamos aliados", "aún no es el momento oportuno", "hay que dejarlo así porque necesitamos votos" y el bla, bla, bla que por décadas llenó de frustración y rebajó la moral de la lucha social y de l@s luchador@s populares.
En las luchas revolucionarias latinoamericanas el discurso "no hay que hacerle el juego al enemigo", por décadas, ha impactado de manera negativa a los revolucionarios y sus organizaciones, siendo ello una de las causas para que pequeños pícaros se convirtieran a lo largo del tiempo en depredadores y explotadores de los mismos revolucionarios. Es también causante de que pequeñas deficiencias y problemas orgánicos derivaran en sectas y mafias políticas, las cuales arrasaron con las organizaciones revolucionarias y movimientos sociales, acabando con todos los esfuerzos y conquistas de las luchas de los pueblos.
Hoy, en un mundo lleno de canales y medios de comunicación, el arma del enemigo es la desinformación sistemática y recursiva. Aquí no vamos a contribuir con ella, engañando a quienes lleguen estas líneas para "no hacerle el juego al enemigo", porque no vamos a ayudar a la oligarquía y al imperio a conducir al pueblo bolivariano y sus organizaciones sociales hacia el abismo, ni tampoco lo dejaremos a merced de la fuerza de atracción de los agujeros negros "revolucionarios" que constituyen una plaga en todo el continente latinoamericano, plaga no muy diferente a la terrible enfermedad de la lepra que apareció durante el medioevo. Una plaga peligrosa para todo hombre o mujer en estado de rebeldía revolucionaria.
La irrepetible historia
Si Karl Marx pudiera ver con sus propios ojos a los "marxistas" y escuchara lo que dicen de él y sus ideas, se estremecería de compasión e impotencia debido al profundo amor que siempre demostró sentir por el ser humano. El mismo diría que sus ideas no son la doctrina de una religión y en esta época no son ideas revolucionarias ni mucho menos de vanguardia. También diría que el comunismo que propuso a la humanidad como salida a sus problemas no es nada establecido a priori, sino un plan general que conduciría el movimiento que anularía el estado de cosas actual para sacar al hombre de la explotación y enajenación en la que se encuentra, la única meta definida de lo que propuso como comunismo. Señalaría, además, que todo aquello realizado en nombre del comunismo fue una caricatura. Tenebrosa en algunos casos. El mismo diría que la mayoría sus supuestos y propuestas teóricas están superadas; por lo tanto ¡hay que desecharlos! Y terminaría diciendo que sería una pérdida de tiempo u ociosidad aprender a leer con la mayor parte de sus escritos. La mayoría de los marxistas desconoce que Marx, en vida, en una entrevista reconoce que a lo sumo 4 o 5 de sus trabajos transcenderían. Y estos no son precisamente los trabajos reproducidos, recomendados, editados y reeditados por los “marxistas” la burguesía y sus “academias” a lo largo de un siglo y medio.
La encrucijada de la revolución bolivariana
Tras una gran cantidad de batallas libradas por el pueblo venezolano en su confrontación con el imperio y la oligarquía, luego de haber derrotado en la OEA (triunfo electoral) a la Doctrina Monroe de los EE.UU. las fuerzas bolivarianas tropiezan con mayores dificultades cada día que pasa. Mientras el gobierno del Presidente Chávez denuncia la existencia de un complot en marcha para asesinarlo y se toman medidas extremas para conjurar el peligro, las divisiones de avanzada del imperio, hasta ahora, en repliegue y estacionadas a discreción al interior de Venezuela, comienzan su reorganización y puesta en marcha para atentar contra la revolución bolivariana y el pueblo venezolano, una vez más.
Luego de contundentes triunfos políticos y económicos sobre la oligarquía y el imperio, aún la revolución bolivariana no ha logrado consolidar al interior del país una extensiva y perdurable gobernabilidad. A la autoridad gubernamental le es difícil obtener un control local eficiente a fin de conseguir el respiro y la tranquilidad apropiada, para prepararnos a enfrentar la agresión de los EE.UU. con una más que relativa seguridad interna, agresión que el gobierno bolivariano asegura que se realizará con una invasión.
Como sucede en todas las revoluciones, el movimiento transformador impulsa un conjunto de acciones que ponen en movimiento a la mayoría de las fuerzas sociales, económicas, políticas, culturales y militares, fuerzas que en medio del reacomodo a los cambios que ocurren en las superestructuras del Estado y en la sociedad, se enfrentan unas a otras por el control del poder político, económico, cultural y militar combatiendo sin cuartel; unos combaten por la entrada en vigencia de lo nuevo y la captura del poder, y otros combaten por la defensa de lo viejo y del poder. Como es lógico esperar, el éxito de la revolución dependerá tanto de la condición material, conocimientos, cualidades, habilidades y destrezas de las fuerzas transformadoras, de la resistencia de las fuerzas reaccionarias a los cambios propuestos y de las condiciones materiales presentes; es decir, dependerá también de la existencia del suficiente desarrollo de las fuerzas productivas internas del país capaz de sustentar y llevar a cabo hasta lo último las transformaciones revolucionarias.
La pregunta de las diez mil lochas
Desde 1999 hasta el 2005 se han llevado a cabo una gran cantidad de batallas contra la oligarquía y el imperio, la mayoría de ellas se han ganado; pero a pesar de los contundentes triunfos sobre los enemigos internos y externos, no se ha consolidado de manera suficiente lo conquistado y parte de ello ha sido recuperado por los enemigos de la revolución. La dirigencia política prefirió seguir avanzando sin consolidar los triunfos. Se abandonaron a su suerte importantes espacios sin intentar defenderlos luego de haberlos conquistado con el fragor del combate del pueblo. Esta es una de las situaciones que ha hecho que se enrarezca el clima político al interior de las fuerzas del cambio, generando una pregunta que hoy es común a gran cantidad de líderes populares emergentes, quienes junto a miles de sujetos de pueblo, atraídos por los beneficios de las políticas sociales y el discurso confrontador y redentor de los pobres del Presidente Chávez, han puesto la gruesa cuotaparte de sangre sudor y lágrimas sin encontrarse ubicados en lugar alguno de toma de decisiones, depositando su fe ciega en el liderazgo de Hugo Chávez. La interrogante que invade el ambiente es ¿por qué luego de la contundente derrota militar propinada al fascismo y el imperio el 13 de abril del 2002, haber derrotado el paro petrolero de noviembre de 2002, haber ganado las primeras batallas contra la política neoliberal a través de las Misiones cuyas acciones sociales tienen un impacto de trascendencia universal, más las nueve (9) derrotas electorales que se le han propinado a los enemigos de la revolución bolivariana, y a pesar de estadísticas que presentan al Presidente Chávez con alrededor de un 70% de respaldo popular, se ha hecho cada vez más cuesta arriba continuar avanzando a situaciones trascendentales y significativas de mejoría de las condiciones materiales y sociales del pueblo para dar contenido concreto a los máximos postulados constitucionales?
Esta pregunta que atraviesa todas las conversaciones y discusiones que hoy se dan en el seno del pueblo bolivariano, dan origen a clásicas preguntas que emergen en el momento crítico que viven todas las revoluciones, momento donde la reacción contraataca incluyendo a la 5ta columna. ¿Quienes son los amigos y quienes son los enemigos del pueblo? Una vez atendidas estas dos interrogantes y luego de los correspondientes análisis, argumentos y respuestas a las polémicas por ella desatadas, surgen las otras dos clásicas preguntas ¿qué hacer? y ¿por dónde empezar? Las últimas dos preguntas surgen de los análisis populares que señalan la inexistencia de una organización política que dirija la totalidad de las fuerzas del cambio y sustente un discurso teórico que de respuestas y cobijo a los revolucionarios y sus aspiraciones.
¿Una nueva meritocracia en PDVSA?
Raros y extraños cambios están operando al interior de la revolución bolivariana. Desde hace un tiempo para acá, se ha cercenado el espacio mediático oficial a la mayoría los más connotados críticos e investigadores revolucionarios sobre la cuestión petrolera, como también se ha hecho lo mismo con los ecologistas y defensores de los derechos de las etnias aborígenes. Los patriotas del pueblo bolivariano, los mayores defensores de la industria petrolera, aquellos venzolanos de a pie que dejaron el cuero y la sangre rescatando PDVSA de las garras de la meritocracia fascista y el imperio, han sido casi borrados del mapa laboral de la industria petrolera por "decisión" de una nueva meritocracia, esta vez con perfil "revolucionario", elevada al poder.
Prueba de lo anterior es el secuestro del discurso petrolero. Antes del paro de noviembre el discurso sobre el petróleo había que sacarlo a la calle, había que hacerlo "popular" para arrebatarlo a la meritocracia. Así lo exigía la necesidad de lograr la participación del pueblo en el rescate de PDVSA; por lo tanto, tenían que dejar de ser secretos los problemas de la industria petrolera nacional para pasar a ser de “dominio” público. Y hoy, a dos años de existencia de la "nueva" PDVSA, el discurso petrolero de la nueva élite ordena dejar la industria y su futuro a los "nuevos" gerentes de la revolución, dejarla en manos de los nuevos "especialistas" (meritócratas rojos), todos revolucionarios; o sea, en la nueva clase petrolera elevada al poder. En adelante el pueblo deberá apoyar las Misiones que financia PDVSA y dedicarse de lleno a defender al ministro de los ataques de la oligarquía y el imperio. La nueva gerencia petrolera invirtió la vieja conseja popular. Hoy, lo que es bueno para el pavo ya no es bueno para la pava.
¿Comunicación e información o impotentes armas mediáticas?
Hace tres (3) años propusimos que se hiciera un inventario de medios y recursos de comunicación e información en poder del Estado para elaborar con ellos un plan y una estrategia comunicacional e informativa, algo que hoy recién se anuncia que se pondrá en marcha. No se puede combatir al imperio sin las armas de la comunicación. Los medios de comunicación social y la industria de la comunicación son las nuevas y más potentes armas de guerra contemporáneas.
Una revolución sin potentes medios de comunicación e información y sin una industria nacional de la comunicación que los sustente, es una revolución desarmada, tan desarmada como una revolución sin fusiles ni cañones en el siglo XX.
Una estrategia comunicacional e informativa revolucionaria no es ni una campaña permanente de propaganda ni tampoco la formación de equipos de agitación que la realicen, el tipo de cambio operado en la comunicación e información bolivariana en relación con el 11 de abril de 2002. Hoy tenemos mayor cantidad de propaganda oficial que información y comunicación revolucionaria.
Si la Academia Militar de la FAN no incluye en el glosario de términos militares de la revolución bolivariana a los medios de comunicación como las más potentes armas de guerra contemporáneas, no tendremos oportunidad alguna de resistir y triunfar en las batallas futuras, ni mucho menos ganar la guerra al imperio; porque el discurso mediático y los medios e instrumentos de la comunicación social, son en el campo de batalla de la audiencia pública universal las principales armas de combate contemporáneas.
Para superar las dificultades y deficiencias en ese terreno, lo que menos tenemos es tiempo. Resistir y ganar la guerra comunicacional e informativa al imperio requiere: Primero, preparar los sujetos que tendrán a cargo la batalla comunicacional, comunicadores sociales, técnicos, ingenieros, empresarios y gerentes que se harán cargo de la industria de la comunicación e información nacional; para ello se necesita el desplazamiento de las transnacionales del sector comunicacional como política de seguridad nacional. Segundo, sacar los presupuestos de gastos en comunicación e información de los ministerios y entes del Estado, concentrándolos para sustentar toda la comunicación e información de la revolución bolivariana, libre de corrupción; está última, una perversa práctica que sólo sirve al imperio, a la reacción y al Estado dominador. La discrecionalidad y perversión en el manejo de los presupuestos de gastos de las partidas de comunicación e información en el Estado, es una de las grandes fuentes de corrupción de la administración pública, y a la vez, es responsable de gran parte del estado errático y caótico de las comunicaciones y sistemas de información y difusión bolivarianas. Tercero, incorporar a la revolución bolivariana nuevos y más potentes medios de comunicación Estatal, públicos, privados y comunitarios de verdad; estos últimos, medios de comunicación comunitarios que acaben con los parapetos que encubren empresas privadas o proyectos personales, y acaben también con aquellos convertidos en juguetes comunicacionales para jóvenes caprichosos e instrumentos de terapia para locutores tímidos, periodistas frustrados y productores fracasados.
Todo esto se requiere hoy ¡mañana será demasiado tarde! La revolución bolivariana cuenta con suficientes recursos económicos para emprender ese esfuerzo. De otro modo, cada día que transcurra será mucho más difícil lograr la gobernabilidad de la vida nacional. Se requiere gran diversidad de medios de comunicación, revistas, periódicos, publicaciones literarias y artísticas, programas de radio y Tv. nacionales y regionales. Todo esto, sólo el Estado revolucionario puede garantizarlo; de no hacerlo, la inestabilidad que genera la comunicación del imperio y la oligarquía producirán miles de millones de dólares en pérdidas, una vez más, y lo conquistado de nuevo se perderá. Lo sucedido durante del paro petrolero no tiene que volver a repetirse porque se puede evitar. ¿Acaso no ha sido suficiente haber perdido miles de millones de dólares que jamás se recuperarán durante el paro sostenido y convocado por los medios de comunicación privados nacionales e internacionales? Existen en las arcas de la revolución bolivariana recursos más que suficientes para contratar en cualquier lugar del planeta los sujetos con el conocimiento y capacidades que la tarea exige; inclusive, muchos de ellos revolucionarios u partidarios o solidarios del proyecto bolivariano. Adquirir la solución definitiva en el tiempo necesario para que sea eficiente y eficaz, es en gran parte una decisión política que no cuenta con mucho espacio de tiempo oportuno, una decisión política que en el gobierno bolivariano hasta ahora, nadie, sin excepción, parece dispuesto a tomar.
Formalidad y discrecionalidad jurídica
En este terreno la revolución bolivariana hace agua por todos lados. Los postulados neocontractuales o procedimientos formales del derecho que sustentan la justicia y ética neoliberal, despedazan a diario los postulados de justicia constitucionales que propone la revolución bolivariana. A seis años de la llegada del gobierno bolivariano, continúan siendo los más pobres los negros e indígenas, los más explotados o expoliados y las mayores víctimas del sistema judicial y policial de la revolución bolivariana. El problema de la injusticia y la complicidad política con ella, es de tal magnitud, que masacres policiales evidentes y documentadas ocurridas en varios estados del país, corren el riesgo de quedar impunes por el negociado político que realizan los victimarios amparados en la sociedad de cómplices del contubernio entre la clase política y la clase económica que tiene colonizado todo el Estado. Todos amparados por la contrarrevolucionaria conseja política que reza "no hay que hacerle el juego al enemigo"; aunque ello signifique proteger monstruos. La complicidad de parte de los poderes políticos con los involucrados en los hechos de asesinatos policiales masivos en varios estados llega a una magnitud tal, que para restar valor a la comisión de la Asamblea Nacional que investigó los desmanes de la policía de un gobernador de un partido de gobierno, el Presidente de la Asamblea Nacional y miembro del principal partido de gobierno, creó sin autoridad legal, una ilegal comisión para filtrar los resultados de la legítima comisión investigadora de las denuncias juramentada por la cámara, cuyos resultados preliminares condenan al gobernador investigado y a su policía por asesinatos masivos y brutalidad policíaca.
El abandono de la mayor víctima de la explotación: los presos
La reivindicación de las mayores víctimas de la IV República, los presos, continúa en mora. La intención del legislador bolivariano de hacer leyes retroactivas, concepción reaccionaria del derecho defendida y argumentada por abogados que sienten como revolucionario la puesta en vigencia de la Ley del Talión; o sea, el regreso de la Administración de Justicia al irracional y arcaico estado de reacción cuasi animal de la especie humana: “Ojo por ojo y diente por diente”; algo que por ahora se detuvo en sus perversas intenciones por la presión de los presos y sus familias. Por cierto, presos que se matan unos a otros con armas de fuego y granadas de guerra, armas comunes en todas las cárceles del país, armas no comunes en las demás cárceles del mundo. La revolución en el sistema penitenciario recién se comienza a perfilar y manifiesta algunas señales de cambio; aunque débiles aún para impedir el dantesco escenario cotidiano de muertes y violencia en las cárceles venezolanas. El discurso de la inseguridad, hasta ahora sirve más para realizar compras de equipos y vehículos que enriquecen a transnacionales, comerciantes, empresarios y funcionarios corruptos; pero no sirve para mejorar la situación de la víctimas de la inseguridad, donde las primeras víctimas son los presos.
La inseguridad del empleo, la inseguridad de un salario, sueldo o ingresos monetarios satisfactorios, la inseguridad de la existencia de artículos de primera necesidad a precios no especulativos -especulación que no ha detenido La Misión Mercal sino que crece paralela a ésta-, la inseguridad de un sistema de justicia y policial ético y justo, la inseguridad de la vivienda que aumenta con el cambio climático y los deslaves que derriban viviendas populares a granel, la inseguridad de la seguridad social, la inseguridad laboral e indefensión de los trabajadores que deviene de la inexistencia de una nueva ley del trabajo que a seis años de revolución bolivariana no pasa de ser un discurso, son los principales responsables de la opción por la delincuencia que le queda a los más pobres y más explotados de la sociedad venezolana. Y la responsabilidad de que la inseguridad en muchos campos continúe igual y se incremente, recae en gran medida sobre el poder legislativo; en especial sobre la mayoría, sobre el bloque del "cambio", por su incapacidad y/o complicidad en la demora para resolver la situación de una ley antineoliberal para los trabajadores. Las transnacionales y el neoliberalismo hacen con el empleo y los trabajadores lo que le da la gana, explotando de manera salvaje a todos los venezolanos en la narices de la revolución bolivariana, protegidos por el tinglado legal de la IV República, una burocracia pública que hace la vista gorda ante la explotación y los abusos del capital, la complicidad de una dirigencia sindical de larga data lacaya, como también de la incapacidad y falta de ideas del “nuevo” movimiento sindical, nacido eunuco y con bisagras en las rodillas para reverenciarse ante el poder estatal y los explotadores privados.
El holograma de la moral pública
La Contraloría General de la República, la Fiscalía Pública y el Defensor del Pueblo que conforman el Poder Moral, es lo más parecido a una entelequia o una abstracción. Son más propaganda que un hecho revolucionario. La conducta ética de sus funcionarios no constituyen la regla sino que son cualidades de escasos y excepcionales funcionarios. La corrupción campea a lo largo y ancho de la administración pública del poder moral. Las policías u organismos judiciales continúan llenos de delincuentes de cuello blanco, a los que se le han sumado los nuevos de cuello rojo. La tarea de educación en la Constitución y las Leyes a cargo del Poder Moral, labor que debería hacerse en todo el sistema de enseñanza de manera obligatoria, es un saludo a la bandera. El papel del Poder Moral en la revolución bolivariana es tan gris como el del poder judicial. Ambos poderes públicos son primos hermanos, son los grandes pilares que aún soportan la resistencia de una no despreciable porción, viva y con buena salud, de la IV República. Contrarias a la historia y enseñanzas de todas las revoluciones, estas instituciones respetan los títulos y jerarquías establecidos a priori sin exigir la demostración de los saberes cualidades y capacidades de cada quien, en el terreno, en la praxis, respetando el protocolo tradición y herencia de un ejercicio profesional público corrupto en su mayoría. Es así como la mayor parte del funcionariado de estos dos poderes públicos continúan al servicio del capital, la oligarquía y las transnacionales.
A pesar de las miles y miles de togas y birretes que exhiben el Poder Judicial y el Poder Moral juntos, son los "profesionales" del "Derecho" los primeros corruptos y los grandes corruptores de la sociedad venezolana. Todos con "excelentes credenciales académicas" emitidas por unas podridas y corruptas universidades públicas y privadas, instituciones desconocidas en su vida interna por la sociedad, la gran víctima de la academia y sus productos. Si nuestra afirmación no fuera así ¿cómo se explica que exista tanta corrupción en el Poder Judicial y el Poder Moral, donde aún el libre mercado determina el precio de muchas sentencias y se da la mano con las sentencias clientelares de los afectos o apadrinados del sistema político y económico, situación que significa para la mayoría de la población venezolana, o sea para los pobres y explotados, "la maldición de todo aquel que no posea dinero para comprarla"?
La realidad negativa que representa el poder judicial para la sociedad es sólo conmensurable en idénticos términos con los ingenieros, economistas, administradores y contadores públicos que participaron en el paro petrolero y perdieron su empleo en PDVSA. La mayor expresión de la sinergia de los profesionales egresados de las universidades nacionales públicas y privadas ha sido negativa para el país y el futuro inmediato de la población. Cerrar todas las academias para repensarlas y construir una nueva universidad nacional sería una profilaxis social necesaria y beneficiosa para la revolución bolivariana y toda la sociedad. Las universidades en su conjunto son la primera división que sustenta la invasión imperial que se realizó hace tiempo; una invasión que exige la movilización nacional para efectuar su inmediato desalojo, tarea que la revolución bolivariana no ha realizado y ni siquiera planteado.
¿Desalojar la invasión o resistirla?
La invasión externa para la que se prepara la Reserva Nacional, en nuestra opinión y a nuestro juicio, el imperio la realizará sólo si ello le permite distraer a los pueblos de los demás países mientras se privatizan empresas públicas, se firman acuerdos antinacionales de sumisión a la Doctrina Monroe, se oligopolizan los organismos internacionales, se establece la apertura de mercados nacionales a las transnacionales imperiales, se estrangulan las economías dependientes con la venta al imperio de leyes constituciones y países enteros por élites nacionales corruptas. Esto es lo que ha estado sucediendo desde hace cuatro años encubierto por la cortina de humo distractiva de la invasión de Afganistán e Irak, con total desconocimiento de los pueblos entrañados y aterrados por las campañas mediáticas y la cortina de humo hertziano de las emisiones de ondas de radio y las imágenes de los rayos catódicos. La invasión física de los marines estadounidenses a Venezuela se hará sólo si la revolución bolivariana prende en el resto del continente y amenaza con un incendio social general a Latinoamérica, algo que cada día que pasa se torna cuesta arriba, una tarea que exige grandes esfuerzos.
Para la agresión del imperio a lo interno, este cuenta con varias divisiones de su avanzada instaladas en el territorio nacional desde hace décadas e intactas, las cuales pueden ser activadas en cualquier momento si no son desalojadas de sus espacios y posiciones lo antes posible. Por ello, lo primero que hay que hacer, y ahora, es organizar un ejército nacional para arremeter contra ellas y desalojarlas del país de manera definitiva. Desalojarlos de las universidades, medios de comunicación social, de las instituciones policiales y militares, de los organismos públicos, de las iglesias, desalojarlos de las leyes y de la Constitución Bolivariana donde tienen espacios conquistados a traición del pueblo venezolano durante el proceso constituyente. Para esta confrontación se requiere el concurso de eso que el Presidente Chávez ha llamado la Guardia Territorial. O sea, todo el pueblo organizado dispuesto a combatir y defender la revolución; pero, combatir por la revolución del pueblo bolivariano, no la de los burócratas y la de viejos explotadores nacionales, sino combatir por la revolución de nosotros. Sin el pueblo movilizado en su conjunto, las divisiones de avanzada del imperio enclavadas por décadas en el territorio nacional nunca serán derrotadas ni desalojadas; porque si esto no lo hacemos nunca seremos libres ni soberanos aunque lo declaremos todos los días a cada instante. A seis (6) años de revolución bolivariana las divisiones de avanzada del imperio en su mayoría están al acecho, listas para atacar en cualquier momento al pueblo venezolano desde sus viejas y consolidadas posiciones.
Justicia neocontractual neoliberal o postmoderna
El porte neoliberal del sistema judicial de la revolución bolivariana exhibió de cuerpo entero sus postulados, en una decisión del Tribunal Supremo de Justicia que dejó fuera del ejercicio al derecho de casación a todos los pobres; o sea, excluyó del ejercicio de ese derecho a la inmensa mayoría del país. El más alto tribunal de la revolución bolivariana decidió que la casación tendría lugar sólo si la sentencia a impugnar superaba una suma de dinero establecida a priori por este organismo. El TSJ puso precio al derecho a la casación, decidiendo de facto que los pobres no tienen derecho a recurrir a ella porque las demandas entre éstos no tienen la cuantía monetaria de las demandas del empresariado y la oligarquía, los clientes privilegiados del sistema de justicia neoliberal que mantiene en pie la revolución bolivariana. Una Administración de Justicia que tiene como símbolo a la dama ciega, imagen de mujer "no vidente" que cuando emite el veredicto su “conciencia”y "juicio" sólo ve a los pobres y explotados frente a ella. Prostituida “dama ciega” a la que le llegó la hora de su reemplazo, quizás por una pareja o familia; pero esta vez de videntes que no sólo vean y miren con los dos ojos bien abiertos, sino que también miren con los ojos de la razón.
Y el corolario de la ineficiencia, ineficacia e inutilidad del sistema de administración de justicia y del Poder Moral en la revolución bolivariana, lo corrobora la cuasi inexistencia o escuálidas demandas judiciales de parte del defensor del pueblo, fiscal público y procuradora de la nación en contra del financiamiento externo a los cipayos y las ONG´s para atentar contra la república, un hecho delictivo contra la nación público y notorio de intromisión extranjera en los asuntos internos de la República Bolivariana de Venezuela, declarado por la propia NED y por congresistas estadounidenses de visita en la propia Asamblea Nacional. Hasta ahora las instituciones encargadas de proteger el Estado revolucionario hacen muy poco para poner fin a tal felonía. Ningún abogado de la República ha demandado a los fomentadores de la inestabilidad y la conspiración contra el gobierno y la revolución bolivariana, a pesar de una ley penal vigente que data del año 1915, instrumento legal suficiente para enjuiciar y encarcelar a los conspiradores por traición y contener la descarada intromisión de la NED y el Departamento de Estado de los EE.UU. en Venezuela.
Mientras concebíamos este trabajo y lo redactábamos, la fiscalía pública demandó por conspiración contra la forma política de Venezuela a los dirigentes de SUMATE, una ONG financiada por la NED al igual que a otras similares en 79 países más, siendo beneficiados por el tribunal de la causa para ser juzgados en libertad; es decir, con el suficiente espacio de libertad para que sigan conspirando y haciéndole propaganda al imperio, mas cuando los delitos de traición y conspiración contra la nación, delitos penados con cárcel en el código pena vigente, están confirmados de manera flagrante. SUMATE no es la única ONG que ha recibido fondos extranjeros para conspirar contra la República Bolivariana de Venezuela. Son varia ONG´s que han hecho campañas de desestabilización con fondos de la NED: La campaña contra el decreto 1011 "con mis hijos no", “el firmazo”, etc., cuyo financiamiento externo está documentado y nadie los ha demandado, como tampoco se ha hecho con los dueños de los medios de comunicación terroristas, con los dirigentes de la fallecida Coordinadora Democrática, ni tampoco con los asesinos de más de cien (100) dirigentes campesinos, crímenes hasta ahora impunes.
El estado de las palancas fundamentales de la revolución bolivariana
Es precisamente aquí donde la revolución bolivariana se juega su prestigio universal liberadora y transformadora, y es también aquí donde el pueblo venezolano se juega gran parte de su oportunidad emancipadora de no cambiar de manera radical la situación existente. La educación y el trabajo, las palancas fundamentales para construir el Estado de Derecho y de Justicia Social señalado en la Constitución, siguen presos de los intereses neoliberales y oligárquicos.
La alfabetización en la educación escolar
La educación de la revolución bolivariana tiene como tarea elevar la formación del ciudadano a las exigencias del mundo contemporáneo. Esto significa superar la barrera no sólo del analfabetismo lectoescritor, sino que está obligada a superar el analfabetismo informacional y construir un sistema de formación educativa satisfactoria, para que el ciudadano del siglo XXI adquiera las herramientas y conocimientos que requiera a lo largo de su vida, para producir al final, una sociedad sustentada por un ciudadano ético, justo, solidario, creador, capaz, no subordinado y estético. Un ciudadano que acepte y reconozca las desigualdades entre los seres humanos, un ciudadano que produzca todo lo que pueda y sea capaz de hacer, y tome de la producción social todo lo que necesite luego de satisfechas las necesidades básicas de todos: alimentación, actividad productiva, vivienda, salud, educación, recreación, estética y servicios.
A principios del siglo XX, un diputado y dirigente obrero socialista del sur del continente latinoamericano, Luis Emilio Recabarren, en su condición de parlamentario popular señalaba que en Chile a 100 años de la independencia de España "...Haber aprendido a leer y a escribir pésimamente, como pasa con la generalidad del pueblo que vive en el extremo, opuesto de la comodidad, no significa en verdad el más leve átomo de progreso". (Ricos y Pobres, 03/09/1910) Si para Recabarren el que los pobres y explotados fueran alfabetizados en una sociedad que en el año de 1910 vivía similar a la Venezuela de 1976 significaba casi nada, no hay que ser un experto del PNUD o matemático para deducir que cien (100) años más tarde, en una sociedad mucho más compleja y numerosa, con muchas más exigencias y necesidades, aprender a leer y escribir significa bastante menos que hace 100 años. En términos de Luis Emilio Recabarren, aprender a leer y escribir hoy para el pueblo explotado sería mucho menos que casi nada; mucho menos que "el más leve átomo de progreso". Esto, con total independencia de la satisfacción que sientan y lo que expresen sobre el hecho los propios alfabetizados, y por encima del discurso de la propaganda que sobre el hecho en sí y sus resultados se realicen.
La alfabetización sólo es de significación para los ciudadanos y un país, cuando el resto de los aprendizajes de la educación es posible obtenerlos y sustentarlos a lo largo del tiempo; mucho más cuando en esta época los conocimientos adquiridos tienen una corta vigencia, tanto por la producción continua y superación permanente de los saberes y especialidades, como por la presión artificial que sobre los hombres y mujeres ejerce una sociedad de consumo que obliga a cambiarlo todo cuando el mercado así lo determina.
A lo anterior tenemos que añadir que los contenidos del conocimiento en esta época no se adquieren en su mayor significado a través de la lectoescritura. Hoy, para aprender, el lenguaje audiovisual es muy superior al lenguaje lectoescritor. Holywood lo ha demostrado desde hace más de medio siglo a través del cine, y ello ha sido confirmado la televisión. Desde Holywood se ha educado, enseñado o amaestrado al planeta entero en los intereses del imperio y el capital, por encima de todos los sistemas educativos nacionales y sus enseñanzas lectoescritoras, las cuales han resultado impotentes para oponerse a la potencia del lenguaje audiovisual.
Modelaje educativo dominador
El conjunto de profesionales de la educación son portadores cerebrales del software educativo del imperio y la dominación oligárquica. La crítica a los caducos y antinacionales contenidos de la educación y la construcción de otros nuevos, sufrió un duro revés al vencer la propuesta de educación dominadora bajo el rótulo de Estado Docente, modelo educativo que aplastó la propuesta que venía impulsándose desde abajo bajo la consigna gobierno escolar, junto con echar al pote de la basura burocrática la mayoría de las propuestas de la Constituyente Educativa, una organización popular que a través de un proceso participativo dio a luz el proyecto del nonato gobierno escolar, proceso donde la población docente comprometida con las transformaciones en marcha, dejó su carne y sangre en ininterminables debates y discusiones a lo largo y ancho del país, durante un prolongado período de tiempo, cuyos costos asumió cada quien con la finalidad de aportar al país una propuesta educativa para la revolución bolivariana y el ciudadano del siglo XXI. Ese esfuerzo colectivo de los docentes fue enterrado por las políticas educativas que llevó adelante el Ministro Aristóbulo Istúriz, quien sin compasión con la miseria, en nombre de la burocracia del Estado Dominador, le rezó "paz a sus restos".
El símbolo universitario bolivariano
La situación de la educación superior no es muy diferente a la primaria y básica, la Universidad Bolivariana de Venezuela, creada para ser el símbolo educativo de la revolución, ha transitado por un mar de tempestades que la ha llevado a una situación no muy distinta del resto del sistema educativo nacional. Y es natural que así sea. Los sujetos que forman parte del componente docente y administrativo vienen de las demás universidades y fueron formados por la academia de la subordinación y la dependencia en continuo y pleno desarrollo. El despliegue de habilidades y destrezas para crear sistemas educativos nunca fue labor de ellos. En su mayoría fueron contestatarios, luchadores contra la opresión y discriminación social que luego de egresar de las "universidades" nacionales realizaron prácticas docentes, administrativas y gerencia educativa de escasa o nula práctica transformadora real. Su praxis la realizaron en el marco político y educativo existente en la IV República.
A todo lo anterior se suma la falta de comprensión y claridad de la Asamblea Nacional sobre la necesidad de una nueva ley de universidades que se conecte con la revolución bolivariana. Y la ausencia de interés de parte de la Asamblea Nacional en el tema, desmiente el compromiso de este Poder Público con la Constitución Nacional y sus principios fundamentales. Para la Asamblea Nacional la educación no es la principal palanca para la construcción del Estado de Derecho y de Justicia Social, por los hechos; porque por los discursos, todos sus miembros se rasgan las vestiduras.
Los críticos de la decisión de crear una nueva universidad para los pobres o excluidos, afirman que se hubiera ganado mucho más si la revolución bolivariana hubiera luchado por conquistar las universidades nacionales y desalojar a sus colonizadores y secuestradores, en lugar de abrir una universidad para el pueblo excluido y mantener, sin cambios, el mega multimillonario presupuesto universitario público que paga el Estado de la V República para generar recursos humanos al servicio de la oligarquía, las transnacionales y el condado de Miami.
La irracionalidad educativa y las prioridades de las especialidades seleccionadas en la Universidad Bolivariana de Venezuela UBV para la formación de profesionales, es algo que no terminamos de comprender, algo que nos cuesta creer, o mejor dicho, nos resulta difícil aceptar que sea real. El discurso del Presidente Chávez, quién en privado ha dicho considerarse el Rector espiritual de la UBV por ser ésta una iniciativa suya, ha reclamado la carencia de profesionales en todas las esferas públicas que trabajen para la revolución. Pero la escogencia de especialidades hechas por los estudiantes sigue la misma senda que modeló la IV República. Las aulas de los Programas de Formación de Grado de Estudios Jurídicos están rebasadas de alumnos, o sea, repletas de estudiantes que quieren ejercer la abogacía, lo que significa que desean pertenecer al poder judicial o trabajar para su sistema y realizarse en el ámbito laboral de mayores oportunidades de movilización social. Porque a menos que nos lo prueben, dudamos que la escogencia del Derecho sea para ejercer como fiscal público o defensor del pueblo, y menos creemos que sea para asesorar cooperativas, comunidades u organizaciones de defensa de los derechos humanos. Los profesionales más corruptos son los que ejercen el "Derecho", son los corruptores del poder judicial y del sistema policial; además son los responsables de gran parte de la perversión continua de la sociedad venezolana. Y estos alumnos provienen de los liceos de la revolución bolivariana, han sido educados (moldeados) por la revolución. Son producto de la revolución; pero no son el producto cultural de la democracia participativa expresada en la Constitución, sino que en su mayoría son el producto educativo neoliberal que resiste las transformaciones propuestas a la sociedad venezolana y atraviesa la revolución bolivariana.
Asesores neoliberales para la Misión Vuelvan Caras
La paradoja es que mientras las carreras de mayor demanda social en el conjunto de universidades públicas y privadas son comunicación social, medicina, odontología, derecho, arquitectura y economía, carreras secuestradas por las élites privadas en todas las universidades nacionales públicas y privadas, en la UBV, la satisfacción de la necesidad de profesionales en el área de la economía de la revolución bolivariana sigue esperando por la aparición de un santo que la convierta en un milagro. Es aquí donde el discurso revolucionario emancipador, integrador y latinoamericanista del gobierno bolivariano choca con la realidad oligárquica y neoliberal de muchos de los hechos concretos.
De acuerdo con lo que expresa el gobierno, la Misión Vuelvan Caras es la respuesta de la revolución bolivariana al capitalismo neoliberal -es lo que se intenta o se nos presenta como tal-, y a esta Misión se le han destinado gran cantidad de recursos económicos para sacar adelante el proyecto cooperativo que impulsa el gobierno nacional; mas no será fácil el futuro inmediato de los lanceros y sus cooperativas, porque los profesionales que asesorarán los próximos 5 años a la revolución bolivariana y las nuevas instituciones económicas estatales y comunitarias serán ¡Los economistas neoliberales! Los postulados neoliberales asesorarán la revolución bolivariana. Lo harán los economistas que egresan del conjunto de universidades públicas y privadas, como también los especializados en los centros de propaganda neoliberal del imperio CEDICE e IESA, hasta ahora, todos modelados con un software cultural saturado por el racionalismo mercantil y las prácticas del darwinismo social contenido en el currículo de todas las facultades de ciencias económicas y sociales de las universidades venezolanas. La revolución bolivariana, por los hechos, no por el discurso, ha decidido que la economía popular no requiere economistas bolivarianos, revolucionarios, o por lo menos no neoliberales, porque quienes saben de economía son los neoliberales; o peor aún, alguien en el gobierno parece haber decidido que como la economía neoliberal domina el planeta, su "conocimiento" es irresistible y es inútil oponerse a ella. De allí la decisión para que la UBV no perdiera el tiempo en diseñar un programa de formación de grado en economía o ciencias económicas.
Enajenación revolucionaria y consignas reaccionarias
Una gran cantidad de bolivarianos vive la revolución por radio y TV enajenados por la propaganda comunicacional de la revolución bolivariana. En la práctica real, estos son unos consumidores de argumentos y modelos comunicacionales, consumidores de programas de noticias y opinión; pero no viven la revolución real de carne y hueso. Para ellos Venezuela "cambió para siempre" porque viven subjetivamente la consigna. Se tragaron, o mejor dicho, consumieron la propaganda oficial; excepto que formen parte de la élite nueva, para quienes de manera efectiva cambió su situación. Muchos jerarcas y dirigentes políticos tienen satisfechas hace tiempo sus máximas aspiraciones revolucionarias: casas y carros nuevos, casa o apartamento en la playa o en Miami, fincas para visitar el fin de semana en familia y quitarse el strees de la revolución y los reclamos de la chusma, negocios, tiempo para disfrutar vacaciones con su familia, acciones en clubes privados, remuneraciones elevadas, respeto público, conquista y colonización de espacios de poder burocrático, bandas de subordinados y lacayos, protección policial y vigilancia privada. A estos personajes responde la consigna de la propaganda oficial que reza ahora Venezuela es de "todos (ellos)" , porque los representa y pertenece. La colonizaron. Por ahora, esta no es una consigna del pueblo.
La consigna más acertada de todas, la que no es propaganda y por lo tanto, la más acertada, y a la vez, la más canalla con la revolución y los esfuerzos de quienes han dejado el cuero y la sangre en las batallas libradas hasta ahora, es la que dice: El país ha recobrado la normalidad.. Una frase cretina. Un descaro que no tiene nombre. Porque no se refiere a normalidad que vive una sociedad en tiempos revolucionarios. Dicho de otra manera, la consigna no tiene nada que ver con la incertidumbre, las propuestas, debates, discusiones, tensiones, conflictos y caos que pertenecen a la normalidad de la vida de toda revolución. ¡No! No es a esto a lo que se refiere la consigna, sino todo lo contrario. Se refiere al regreso de la normalidad de la vida social de la IV República, al regreso de la conformidad y resignación del ciudadano llamada “paz social”, al regreso del consenso o negociación (reparto de cuotas de todo tipo para resolver el conflicto); Las juergas o bacanales de las élites; Los remates de caballos el juego de loterías y el envilecimiento masivo en el juego de azar como una esperanza para calmar la desesperación de la población ante su pobreza económica y la inflación; El aumento de la prostitución el robo y el atraco como alternativa de empleo; La corrupción pública, la matraca, el abuso, la represión policial, la indiferencia de la dirigencia política y la burocracia pública ante los problemas de la población; Los negociados de las élites del poder y la justicia oligárquica.; y pare usted de contar. Y lo más triste, el retorno del masivo emborrachamiento con alcohol de hombres, mujeres y jóvenes los fines de semana en todos los barrios, una “pertinente” cuota de alcohol semanal para paliar la depresión que causa la diaria e interminable explotación. Una escena semanal dantesca en todos los barrios de Caracas y el resto del país; una imagen o escenario común a todos los barrios de los países explotados por el capitalismo salvaje y sometidos a la dominación de las oligarquías y el imperio.
En momentos en que se requiere más que nunca el concurso popular para defender, consolidar y avanzar en la participación política popular, esta disminuye de manera significativa por el agotamiento y decepción de gran parte de los sujetos morales de la revolución. Las elecciones de octubre de 2004 son una demostración fáctica de lo que aquí afirmamos. Todas las justificaciones y discursos acerca de la merma en la participación del pueblo revolucionario en la contienda electoral pasada son sólo unos vulgares y pueriles argumentos. No conforme con la reacción popular en las elecciones pasadas ante el secuestro de los puestos de elección pública por las élites y grupos de poder partidista, la élite de la dirigencia bolivariana prepara el terreno para justificar los magros resultados del regreso a la normalidad de la vida nacional, ante la inminente y anunciada nueva abstención de votantes por una nueva inconformidad con la escogencia de los candidatos realizada por la dirigencia política bolivariana. La dedocracia está preparando de manera anticipada el escenario público para justificar una mayor merma de votantes en las elecciones de Juntas Parroquiales y Concejales, las elecciones de las autoridades del poder público más cercano a las comunidades. Los argumentos que esgrime hoy la dirigencia bolivariana son: "históricamente (la merma) ha sido así", "existe una abstención estructural", "el pueblo no le da mayor importancia a las elecciones de representantes a los poderes locales y municipales", "en todo el mundo es igual", "así pasa en toda América Latina", "las estadísticas así lo demuestran", etc., etc.
Lo que olvidan estos dirigentes, portavoces y propagandistas gubernamentales, es que estamos en tiempos de revolución. Y la revolución cuando es verdadera y transformadora cuenta con la mayor participación del pueblo. ¿No es esto así? Además no sólo estamos en tiempos de revolución nacional sino en tiempos de revolución antiimperialista, bolivariana y latinoamericana. Estamos confrontando al imperio, el verdadero gran enemigo de los pueblos. Lo que significa en términos sociales agitación, intranquilidad, incertidumbre, debates, polémicas públicas, enfrentamientos, tensión permanente, caos social, pérdida de la gobernabilidad, caída y surgimiento de instituciones, emergencia de nuevos discursos políticos y liderazgos, destierro de la vieja cultura nacional.
Lo que nos inquieta, es que no es la normalidad descrita en el párrafo anterior la que vivimos desde hace un tiempo para acá, sino todo lo contrario. En eso estamos de acuerdo con la consigna de la propaganda gubernamental, el país ha regresado a la normalidad (cuartarepublicana). ¡Los burócratas del gobierno bolivariano con sus acciones y políticas contrarrevolucionarias están haciendo que la gente abandone la revolución y regrese a sus casas!
Mensaje a García
Señor presidente y señor vicepresidente, el país está regresando a la normalidad de la IV República. El gobierno que ustedes dirigen tiene el completo control de los resortes que movilizan a la mayoría del pueblo bolivariano. Ustedes mediatizaron al pueblo y a la revolución. Ustedes tienen, por ahora, el control mediático de la revolución bolivariana. Por lo tanto, en ustedes recae, en primer lugar, la tarea de sacar al país de la normalidad cuartarepublicana y ponerlo en el camino de la normalidad revolucionaria de la V República, porque fueron ustedes con sus acciones los que lo mandaron a encerrarse en sus casas y abandonar gran parte de las tareas de la revolución; no con los discursos, casi todos incendiarios, humanistas y progresistas, sino con las acciones del gobierno, como resultado último de las políticas. Si al pueblo no lo sacamos de inmediato de sus casas, más temprano que tarde se desatarán las tormentas sociales que emergen de la rabia e impotencia de pueblos frustrados y engañados por las élites. Porque nada ni nadie impedirá la brutal explotación del pueblo ante la arremetida salvaje del imperio y la oligarquía, quienes esperan el momento en que el pueblo abandone por completo las calles para arremeter. La flama de la llama transformadora que alumbra el camino de una esperanza bolivariana para Latinoamérica, todavía tiene lumbre suficiente, muy a pesar de los vientos que soplan para apagarla desde el norte, desde el este caraqueño y desde el centro del Estado y sectores del gobierno. Eviten que esa llama que alumbra al pueblo bolivariano un camino de esperanzas se apague, porque se apagará quizás para siempre. Tengan en cuenta que si eso ocurre, primero se apagará para ustedes y luego para el pueblo, para todos nosotros.
En la historia de América latina están las enseñanzas de la Unidad Popular (La UP )
Este es el momento en que tienen que tomar la iniciativa todos los revolucionarios. Este es un nuevo momento crítico medular que vive la primera revolución del siglo XXI, donde la tarea principal de los revolucionarios es sacar al pueblo de sus casas y tomar las calles de todo el país. Es el momento de la elevación del nivel político del pueblo. Es el momento de las polémicas, los debates y las discusiones sobre todos los temas sin dejar ninguno por discutir, ni uno solo. No pueden haber temas sagrados o tabúes, ni tampoco temas sólo para especialistas del gobierno o intelectuales del status político. Las discusiones hay que llevarlas a todos los lugares de reunión y circulación públicos, plazas, avenidas, transportes, mercados, comederos, sitios de estudio, lugares de trabajo y de vivienda. Este momento más que el tiempo de la propaganda es el tiempo de la comunicación e información revolucionaria, es el tiempo de la organización política y social del pueblo, el tiempo de la educación política del pueblo bolivariano revolucionario. Este es el momento para organizar y movilizar a la Guardia Territorial; o sea, alistar a todo el pueblo venezolano para desalojar de una vez por todas la invasión imperial de todos los lugares que ocupa con total impunidad y criminal protección.
Caracas 23 de Julio de 2005