EL MOMENTO CRÍTICO DE LA PRIMERA REVOLUCIÓN DEL SIGLO XX1

Por Guayú De Falkón
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"El corazón del socialismo desde abajo es su afirmación de que el socialismo solamente puede ser realizado a través de la autoemancipación de las masas activas en movimiento, llegando a él, libremente con sus propias manos, movilizadas "desde abajo" en una lucha para hacerse cargo de su propio destino, como actores (no simplemente como sujetos pacientes) de esta etapa de la historia"

Hal Draper  

Un discurso de derecha sembrado en el cerebro de la izquierda

No es cómodo para quien vive en el interior del volcán de la revolución bolivariana y lleva a cuestas toda una vida de alegrías, sinsabores y amarguras acompañando las luchas populares, exhibir de manera pública una descarnada crítica.   No por el hecho de hacerla pública o no poder hacerla llegar de manera directa a instituciones, partidos políticos, movimientos sociales o dirigentes políticos y comunitarios, sino porque se ha sembrado en el pensamiento colectivo del movimiento político popular que realizar dicho acto es lo más parecido a una traición, delación o complicidad con el enemigo de clase.    Hacer pública una crítica política sin contemplación ni dar tregua a las miserias humanas, demanda a quien se atreve a realizarla, sostener innumerables debates y discusiones duras y difíciles de sustentar, debido a la cantidad de improperios y el cúmulo de índices y miradas acusadoras que se dirigen contra quien cuestiona los procedimientos establecidos a priori por el, hasta ese momento,  sagrado liderazgo político; pero, muy a pesar de todo ello, el ser humano es un ser social, ello significa que es la sociedad quien modela o construye a los hombres y mujeres desde la esfera de  lo público, mucho más en un mundo donde el modelaje de la sociedad lo realizan, de facto, los medios de comunicación social a través del lenguaje audiovisual y la manipulación del goce estético.  Si la crítica no es pública, ésta carece de efecto transformador alguno, salvo raras y escasísimas excepciones.  Y nuestra dirigencia política bolivariana, en gran medida hace caso omiso de toda crítica, se la pasa por bola a cada instante; sobretodo si la misma nace del movimiento social o popular.  Por lo tanto, estamos más que seguros de la inexistencia de argumentos válidos que nos amedrenten o silencien.  Mucho menos nos intimidará el viejo y trillado discurso que niega la crítica y la denuncia de las anomalías en las filas de la revolución bolivariana para "no hacerle el juego al enemigo". 

El nuevo camino revolucionario un ejemplo para enfrentar al capital y las transnacionales

Los resultados de la batalla política y económica librada por la inteligencia colectiva (general intellect), de la comunidad GNU/Linux del software libre, contra las transnacionales del software privado encabezadas por Microsoft y Bill Gates, demuestran de manera práctica la posibilidad real de derrotar a las transnacionales y al capital global si existe un plan de batalla, capacidades profesionales y habilidades y destrezas suficientes, la organización apropiada a la tarea a realizar, un inventario de recursos de inversión y la disposición general de hombres y mujeres para llevarlo adelante.  Hoy no es del todo necesario encapucharse para realizar nuestro plan de lucha y triunfar.  La discusión abierta y en red para solucionar problemas, corregir errores, potenciar aciertos, vigilar y proteger los proyectos, como también denunciar al enemigo y abortar el trabajo de zapa de los 5ta columnas a lo interno, es un nuevo y eficaz camino para derrotar en esta época a las transnacionales y el capital.  La Comunidad GNU/linux ha propinado al capital mundial y a las transnacionales la mayor derrota política y económica de los últimos tiempos.  Su victoria es el mayor triunfo contra la explotación global de los pueblos que luchan por su autoafirmación, emancipación y la construcción de una sociedad postcapitalista.  El triunfo de la comunidad GNU/linux representa no sólo el camino nuevo para combatir a los enemigos de los pueblos, sino que representa a las futuras instituciones, a la futura producción material y trabajo social organizado.  Es en sí la muestra concreta que un mundo nuevo es algo más que posible, algo que comienza a tornarse concreto  La comunidad GNU/linux y otras similares día a día lo están demostrando.  Su existencia, su sustentabilidad y sus productos son la primera manifestación de ese mundo nuevo que con anhelo y pasión comienza a construir la sociedad humana.

Un discurso para ayudar a los enemigos

Retomando el tema inicial, y una vez que conocemos nuevos caminos revolucionarios para confrontar a los enemigos de los pueblos, tenemos que señalar que el discurso "no hay que hacerle el juego al enemigo" es un discurso reaccionario, totalitario y en alguna medida facistoide; porque es un discurso chantajista a intimidador, un discurso que la derecha grabó en la “conciencia” de una izquierda construida desde las academias y universidades a imagen y semejanza de la oligarquía y el gran capital. Es el discurso de una izquierda construida, guiada y protegida por la derecha para servir a la derecha.  Un discurso que alude a una seudo seguridad que en lugar de proteger la revolución y los revolucionarios, protege la discrecionalidad y jerarquía totalitaria de la dirigencia de los partidos políticos de la democracia representativa que impiden la crítica, las discusiones, el debate de argumentos y las propuestas e iniciativas de la base, secuestrando las organizaciones políticas y sociales populares al cercenar la promoción de nuevos discursos y liderazgos. Creer en la conseja “no hay que hacerle el juego al enemigo” es hacerle el juego al enemigo, es trabajar para el enemigo mismo.  Es el discurso reaccionario que durante décadas llevó a los revolucionarios y a las luchas de los pueblos por callejones sin salida, conduciendo a todos a la aceptación ciega y sin discusión de lo establecido a priori por una jerarquía política suplantadora de la opinión decisiones e intereses de las bases, justificando estas acciones con centenares de cuentos y novelas; entre ellas: "vivimos una situación delicada", "hay peligro de golpe", "no debemos hacerlo ahora porque restamos aliados", "aún no es el momento oportuno", "hay que dejarlo así porque necesitamos votos" y el bla, bla, bla que por décadas llenó de frustración y rebajó la moral de la lucha social y de l@s luchador@s populares.

En las luchas revolucionarias latinoamericanas el discurso "no hay que hacerle el juego al enemigo", por décadas, ha impactado de manera negativa a los revolucionarios y sus organizaciones, siendo ello una de las causas para que pequeños pícaros se convirtieran a lo largo del tiempo en depredadores y explotadores de los mismos revolucionarios.  Es también causante de que pequeñas deficiencias y problemas orgánicos derivaran en sectas y mafias políticas, las cuales arrasaron con las organizaciones revolucionarias y movimientos sociales, acabando con todos los esfuerzos y conquistas de las luchas de los pueblos. 

¿Un discurso político similar a un Agujero Negro?

Hoy, en un mundo lleno de canales y medios de comunicación, el arma del enemigo es la desinformación sistemática y recursiva.   Aquí no vamos a contribuir con ella, engañando a quienes lleguen estas líneas para "no hacerle el juego al enemigo", porque no vamos a ayudar a la oligarquía y al imperio a conducir al pueblo bolivariano y sus organizaciones sociales hacia el abismo, ni tampoco lo dejaremos a merced de la fuerza de atracción de los agujeros negros "revolucionarios" que constituyen una plaga en todo el continente latinoamericano, plaga no muy diferente a la terrible enfermedad de la lepra que apareció durante el medioevo. Una plaga peligrosa para todo hombre o mujer en estado de rebeldía revolucionaria.  

<>Quienes por desconocimiento o ignorancia se acercan al campo gravitacional de estos Agujeros Negros "revolucionarios", son succionados y quedan atrapados en su interior perdiendo la luz de sus ideas y pasando el resto de sus vidas caminando en círculos a hasta agotar toda actividad útil, víctimas al final de sí mismos.  Estos agujeros negros “revolucionarios” hacen más daño a la revolución y los pueblos que la misma oligarquía o los cipayos del imperio, porque se sustentan en el infinito reciclaje de una arrogante, profunda y religiosa ignorancia.  Impotentes se afirman y reafirman hasta consumirse en su totalidad, es decir, hasta el día de su muerte.  Y ninguna crítica privada hará cambiar el movimiento de estos Agujeros Negro "revolucionarios".  Nada ni nadie detendrá su incesante actividad de autoconsumo.  Intentarlo, lo más probable es que la fuerza de su campo gravitacional nos atraiga hacia su interior quedando atrapados en él hasta fallecer.  El discurso político intimidador "no hay que hacerle el juego al enemigo" es parte de la fuerza de atracción que pertenece al campo gravitacional de los Agujeros Negros "revolucionarios".  Es el discurso enemigo en la boca del pueblo enseñado por sus enemigos.

La irrepetible historia

Si Karl Marx pudiera ver con sus propios ojos a los "marxistas" y escuchara lo que dicen de él y sus ideas, se estremecería de compasión e impotencia debido al profundo amor que siempre demostró sentir por el ser humano.  El mismo diría que sus ideas no son la doctrina de una religión y en esta época no son ideas revolucionarias ni mucho menos de vanguardia. También diría que el comunismo que propuso a la humanidad como salida a sus problemas no es nada establecido a priori, sino un plan general que conduciría el movimiento que anularía el estado de cosas actual para sacar al hombre de la explotación y enajenación en la que se encuentra, la única meta definida de lo que propuso como comunismo.  Señalaría, además, que todo aquello realizado en nombre del comunismo fue una caricatura.  Tenebrosa en algunos casos.  El mismo diría que la mayoría sus supuestos y propuestas teóricas están superadas; por lo tanto  ¡hay que desecharlos!  Y terminaría diciendo que sería una pérdida de tiempo u ociosidad aprender a leer con la mayor parte de sus escritos.  La mayoría de los marxistas desconoce que Marx, en vida, en una entrevista reconoce que a lo sumo 4 o 5 de sus trabajos transcenderían.  Y estos no son precisamente los trabajos reproducidos, recomendados, editados y reeditados por los “marxistas” la burguesía y sus “academias” a lo largo de un siglo y medio.

La encrucijada de la revolución bolivariana

Tras una gran cantidad de batallas libradas por el pueblo venezolano en su confrontación con el  imperio y la oligarquía, luego de haber derrotado en la OEA (triunfo electoral) a la Doctrina Monroe de los EE.UU. las fuerzas bolivarianas tropiezan con mayores dificultades cada día que pasa.  Mientras el gobierno del Presidente Chávez denuncia la existencia de un complot en marcha para asesinarlo y se toman medidas extremas para conjurar el peligro, las divisiones de avanzada del imperio, hasta ahora, en repliegue y estacionadas a discreción al interior de Venezuela, comienzan su reorganización y puesta en marcha para atentar contra la revolución bolivariana y el pueblo venezolano, una vez más.  

Luego de contundentes triunfos políticos y económicos sobre la oligarquía y el imperio, aún la revolución bolivariana no ha logrado consolidar al interior del país una extensiva y perdurable gobernabilidad.   A la autoridad gubernamental le es difícil obtener un control local eficiente a fin de conseguir el respiro y la tranquilidad apropiada, para prepararnos a enfrentar la agresión de los EE.UU. con una más que relativa seguridad interna, agresión que el gobierno bolivariano asegura que se realizará con una invasión.

Como sucede en todas las revoluciones, el movimiento transformador impulsa un conjunto de acciones que ponen en movimiento a la mayoría de las fuerzas sociales, económicas, políticas, culturales y militares, fuerzas que en medio del reacomodo a los cambios que ocurren en las superestructuras del Estado y en la sociedad, se enfrentan unas a otras por el control del poder político, económico, cultural y militar combatiendo sin cuartel; unos combaten por la entrada en vigencia de lo nuevo y la captura del poder, y otros combaten por la defensa de lo viejo y del poder.  Como es lógico esperar, el éxito de la revolución dependerá tanto de la condición material, conocimientos, cualidades, habilidades y destrezas de las fuerzas transformadoras, de la resistencia de las fuerzas reaccionarias a los cambios propuestos y de las condiciones materiales presentes; es decir, dependerá también de la existencia del suficiente desarrollo de las fuerzas productivas internas del país capaz de sustentar y llevar a cabo hasta lo último las transformaciones revolucionarias. 

La pregunta de las diez mil lochas

Desde 1999 hasta el 2005 se han llevado a cabo una gran cantidad de batallas contra la oligarquía y el imperio, la mayoría de ellas se han ganado; pero a pesar de los contundentes triunfos sobre los enemigos internos y externos, no se ha consolidado de manera suficiente lo conquistado y parte de ello ha sido recuperado por los enemigos de la revolución.  La dirigencia política prefirió seguir avanzando sin consolidar los triunfos.  Se abandonaron a su suerte importantes espacios sin intentar defenderlos luego de haberlos conquistado con el fragor del combate del pueblo.  Esta es una de las situaciones que ha hecho que se enrarezca el clima político al interior de  las fuerzas del cambio, generando una pregunta que hoy es común a gran cantidad de líderes populares emergentes, quienes junto a miles de sujetos de pueblo, atraídos por los beneficios de las políticas sociales y el discurso confrontador y redentor de los pobres del Presidente Chávez, han puesto la gruesa cuotaparte de sangre sudor y lágrimas sin encontrarse ubicados en lugar alguno de toma de decisiones, depositando su fe ciega en el liderazgo de Hugo Chávez.  La interrogante que invade el ambiente es ¿por qué luego de la contundente derrota militar propinada al fascismo y el imperio el 13 de abril del 2002, haber derrotado el paro petrolero de noviembre de 2002, haber ganado las primeras batallas contra la política neoliberal a través de las Misiones cuyas acciones sociales tienen un impacto de trascendencia universal, más las nueve (9) derrotas electorales que se le han propinado a los enemigos de la revolución bolivariana, y a pesar de estadísticas que presentan al Presidente Chávez con alrededor de un 70% de respaldo popular, se ha hecho cada vez más cuesta arriba continuar avanzando a situaciones trascendentales y significativas de mejoría de las condiciones materiales y sociales del pueblo para dar contenido concreto a los máximos postulados constitucionales?

Esta pregunta que atraviesa todas las conversaciones y discusiones que hoy se dan en el seno del pueblo bolivariano, dan origen a clásicas preguntas que emergen en el momento crítico que viven todas las revoluciones, momento donde la reacción contraataca incluyendo a la 5ta columna.  ¿Quienes son los amigos y quienes son los enemigos del pueblo?  Una vez atendidas estas dos interrogantes y luego de los correspondientes análisis, argumentos y respuestas a las polémicas por ella desatadas, surgen las otras dos clásicas preguntas ¿qué hacer? y ¿por dónde empezar?  Las últimas dos preguntas surgen de los análisis populares que señalan la inexistencia de una organización política que dirija la totalidad de las fuerzas del cambio y sustente un discurso teórico que de respuestas y cobijo a los revolucionarios y sus aspiraciones.

En Venezuela, hace mucho tiempo que la mayoría del pueblo conoce quienes son sus amigos y quienes son sus enemigos inmediatos; pero no sucede así con una gran parte del gobierno de solidaridad con el pueblo que dirige el Presidente Chávez, un gobierno que en muchas ocasiones  realiza alianzas y asume como aliados y amigos a muchos de los enemigos empedernidos del pueblo.  Una gran cantidad de depredadores, estafadores, corruptos, explotadores y represores ocupan puestos de poder en diversos organismos del Estado.  Otros, son beneficiados por créditos para sus empresas o reciben financiamientos para proyectos personales por su "contribución" con el poder gubernamental o con los grupos de poder partidista.

Un software cultural obsoleto y neoliberal que no contribuye al avance de la revolución

Uno de los grandes escollos que no se ha podido resolver es el control de la gobernabilidad, algo de suma importancia en medio de las transformaciones que se realizan en las superestructuras del Estado, gobernabilidad aceitosa y resbaladiza que a menudo se escapa al control del gobierno y de manera repentina comenzamos todos a vivir en el borde del caos.   Si bien es cierto que el imperio nunca cesará en sus intenciones de derrocar el gobierno, no es menos cierto que por los movimientos gubernamentales que se dan para impedirlo, algunas veces da la impresión que el gobierno bolivariano o alguien con poder dentro de el quisiera su derrocamiento.  Esa es una de las imágenes que genera la falta de una potente y estratégica política comunicacional e informativa para combatir al imperio y la oligarquía, dificultad que hasta ahora no ha tenido solución, a pesar de los esfuerzos que algunos realizan, de la inversión que se lleva a cabo en los medios de comunicación del Estado y el incremento de la propaganda gubernamental.  

El principal obstáculo de la comunicación e información de la revolución bolivariana lo constituye el conjunto de sujetos que tienen a cargo la misión de resolver el problema, llenos de los contenidos de la academia neoliberal, de la cultura puntofijista, de las prácticas perversas de la academia pública y privada venezolana y de un software cultural profesional incompleto y obsoleto.  El funcionariado burocrático profesional actual, en gran medida, está repleto de un contenido cultural dependiente y neoliberal.  Hasta ahora en sus funciones ha sido eficiente para realizar propaganda entre las filas propias, en las filas de los convencidos y confesos bolivarianos y revolucionarios; pero no ha sido igual de eficiente con los no convencidos y no confesos bolivarianos, mucho menos con quienes no aceptan la manipulación y el espectáculo y/o show político que a ratos vende el gobierno, tan igual de manipulador como los discursos mediáticos de la reacción.  La defensa mediática contra el ataque del imperio y la oligarquía no puede realizarse con discursos maniqueos ni tampoco con pura propaganda y un aumento de la desinformación. 

Para muestra de la afirmación anterior sólo basta un botón.  En lo concerniente a la guerra de información, el equipo comunicacional de la revolución bolivariana es una fácil presa de la contra inteligencia del imperio y la oligarquía, porque los contenidos significativos sobre la profesión que le dejaron los currículos de la academia y universidades donde se graduaron, pertenecen al software de la dominación, al software cultural y científico elaborado por los centros de planificación de la metrópolis imperial, para la "enseñanza" (amaestramiento animal) en las academias y universidades de la subordinación eterna del sur marginal a los edictos del norte industrializado.

Un cúmulo de comentarios y significativos reclamos de la población chavista ha generado la decisión de reemplazar el logotipo y la imagen gráfica de Venezolana de Televisión Canal 8, conocida hasta ahora por el símbolo de VTV.  Los entretelones de la puja de los televidentes o usuarios con la dirección del canal ya dejan luces acerca de lo que está sucediendo en este caso concreto.  Un problema que en apariencia se presenta como algo sólo estético, una discusión sobre formas y gustos, encubre detrás de su nuevo logotipo e imagen gráfica un problema de fondo de suma gravedad para la revolución.  El nuevo logotipo en cuestión y la nueva imagen gráfica del canal representan una puñalada trapera a la revolución bolivariana, un tiro por la espalda al pueblo bolivariano. 

En otros tiempos, esta acción hubiera sido considerada traición, activando el paredón de la revolución para los responsables; pero en la revolución bolivariana, donde la impunidad hace estragos, éstos se harán merecedores por su osadía, como mínimo a una embajada, si la gerencia del canal del Estado tuviera que ser removida porque la actual dinámica, en pleno desarrollo, se torne amenazante para quienes controlan el poder de la comunicación bolivariana o ponga en peligro el control social que mantiene la burocracia pública sobre la audiencia  chavista.

Una huella de culpabilidad

En un programa de la TV nacional realizado no para satisfacer la opinión general del pueblo televidente o usuario del canal, que reclama explicaciones y un debate sobre tal decisión, sino porque ante la negativa aceptación de los cambios operados por el público televidente o usuario, en su mayoría bolivariano, llevaron al canal al equipo de creadores de la nueva imagen de VTV para que lo vendieran al público (bien tarde porque la casa arde), para que se defendieran.  Los argumentos de la defensa más importantes expresados por los creadores de la nueva imagen y logotipo del canal, ante una crítica de tres objeciones realizada por un artista dibujante y creador gráfico que le ha puesto su sello a la imágenes de la revolución bolivariana y quien de manera sorprendente el equipo en pleno dijo no conocer ( algo por demás extraño cuando sus imágenes inundan la revolución desde autoadhesivas, afiches, publicaciones de CONATEL, pancartas, diarios murales, cartelones y telones de fondo de grandes eventos políticos hasta los paquetes de arroz, leche, pastas, caraotas, etc., etc., que vende la corporación CASA a través de MERCAL), dejaron al descubierto en qué medida el modelaje social neoliberal realizado a través de las universidades y demás academias públicas y privadas, sobre todo en el manejo y control del discurso estético, atraviesa toda la revolución bolivariana.

Noam Chomsky analiza en uno de sus artículos la situación en que se encuentran los profesionales de la comunicación e industrias conexas.  Según esta autoridad en el tema mediático, éstos están incapacitados para descubrir o darse cuenta que han sido manipulados o modelados (nosotros preferimos decir amaestrados) por falsos e interesados argumentos comunicacionales, técnicos, artísticos, sociales, políticos y "científicos", para que den sustento social desde sus roles de símbolos mediáticos al discurso oligárquico e imperial del momento, porque estos profesionales de manera automática, ante cualquier crítica, argumentan que ellos "hacen y dicen lo correcto".  Y tienen "razón" legal.   Lo que saben hacer lo aprendieron en las universidades y academias; por lo tanto, ellos hacen lo que hay que hacer.   De ahí que lo correcto para ellos es comunicar e informar sobre los argumentos y el discurso de moda enseñados por los diferentes currículos académicos (propaganda "académica").  Esto lo hacen ellos de manera natural.

La estética es en esta época el principal vehículo cultural de dominación de los pueblos.  Se enseña a los pueblos a través de la estética que gocen su explotación.  En la estética viaja encapuchado un discurso social diseñado para el sometimiento y explotación por el capital y las transnacionales de las audiencias mediáticas.  Dicho de manera más directa en palabras de Hugo Chávez, la estética en el neoliberalismo es el disfraz del discurso social diseñado para engañar y someter a los pueblos a la agresión del imperio y a la explotación salvaje del demonio del capitalismo.

¡A confesión de las partes relevo de pruebas!

El líder del grupo de creadores que realizó el logotipo de VTV, bastante parecido al logotipo del principal canal del terrorismo mediático Globovisión, argumentó que la V que  identificaba al canal del Estado era el símbolo de lo viejo, de la IV República, y eso había que cambiarlo por símbolos nuevos.  Igualó la crítica que el público les hacía durante el programa con las viejas ideas y concepciones que la revolución bolivariana tenía que cambiar o eliminar.  Éste, sin mencionarlo, indujo que VTV era un símbolo reaccionario.  Como la revolución implica el reemplazo de lo viejo por lo nuevo había que acabar con el viejo símbolo VTV.   

Lo que impresiona de la defensa de su trabajo gráfico hecho para el canal del Estado, es el desparpajo con que lanza sin pensarlo dos veces un argumento tautológico para justificar el producto.  Y lo expresa con una seguridad que deja con la boca abierta a cualquier lego en la materia sobre el problema de fondo puesto en entre dicho por sus axiomáticas afirmaciones.  Semejante barbaridad es conmensurable, por sus resultados y consecuencias, con las palabras del líder fascista de la Falange Española José Antonio Primo de Rivera cuando decía que la guerra era necesaria porque la guerra es progreso. Entonces ¿qué podrían importar los muertos de la república española a manos de Franco? ¿qué puede importar la desmoralización de un pueblo al que le borran la memoria colectiva cuando destruyen sus símbolos?

Si nos dejamos llevar por los argumentos que esgrime el equipo que realizó el nuevo logotipo de Venezolana de Televisión, tendríamos que estar de acuerdo con que Bush, Blair, Aznar y Berlussconi tenían razón para cometer las atrocidades culturales que realizan las tropas del imperio al invadir Agfanistán e Irak; porque borrar y hacer desaparecer una propiedad colectiva de la revolución bolivariana y del pueblo revolucionario que se levantó el 13 de abril de 2002, es lo mismo que destruir bibliotecas, museos y los símbolos del mundo islámico.  Y nos preguntamos ¿cuál es la diferencia entre esta acción de la revolución bolivariana con las realizadas por el antes mencionado cuarteto de criminales globales en Agfanistán e Irak.  Ninguna.  ¿Y ahora?  se hará lo mismo que hizo Bush luego que se descubrió la falsedad de todos los argumentos para invadir a Irak, es decir, se seguirá adelante como si nada hubiera pasado o no tuviera importancia, como si el símbolo de VTV fuera una barajita.  !Por favor no me j...n!

Aquí es donde se hace necesaria una vigilancia inteligente de la revolución, sus logros y perspectivas.  Es aquí donde todo el pueblo revolucionario necesita reflexionar y polemizar sobre el tema.  VTV, Venezolana de Televisión Canal 8, es el trofeo de guerra del pueblo bolivariano conquistado al imperio y la oligarquía el 13 de abril de 2002.  VTV representa en el espectro mediático mundial el primer trofeo de la guerra revolucionaria del Siglo XXI de los pueblos del mundo contra el imperialismo y el capital. 

VTV fue la primera conquista de significación trascendental del pueblo bolivariano en la tensa jornada del 13 de Abril de 2002, donde millones de hombres y mujeres, jóvenes y niños, mayores y ancianos se lanzaron a las calles y cuarteles de todo el país para rescatar al presidente y al gobierno de la revolución bolivariana.  Y eso no es cualquier barajita que se puede botar a la basura cuando le da la gana a cualquier equipo de esnobistas estéticos o burócratas públicos.

¿Estarán los directivos del canal del Estado presos de la burocracia ministerial, amordazados y atados de pies y manos que no se opusieron a tal barbaridad? ¿tendrán sus software cultural repletos del amaestramiento neoliberal inmerso en el discurso académico e intelectual diseñado por la élite del imperio y la oligarquía que los ha hecho aceptar de manera pasiva ese hecho? ¿Será que la directora del canal, a quién todos conocemos, está sometida por la burocracia bolivariana y nada pudo hacer para impedir el sacrilegio?  ¿será una trampa puesta a la directora del canal por el chavismo sin Chávez para sacarla de allí y continuar restando posiciones a los revolucionarios dentro del gobierno?  Porque nos resistimos a pensar que para la directora del canal 8, quien participó en el rescate de VTV el 13 de abril de 2002, ese suceso fuera un día de picnic y llegó a Los Ruices por accidente.  También nos es muy difícil pensar que por haber tenido un rol protagónico en el rescate de VTV considere tener derechos privilegiados para hacer y deshacer con el canal; o quizás lo más inverosímil pensar para nosotros, que de representante de las organizaciones populares se elevó al poder y pasó a formar parte de la clase política que hoy coloniza el Estado en nombre de la revolución bolivariana.  

Un ejemplo ético para comparar

Que diferencia entre la posición de avestruz de la junta directiva de VTV, guardianes del principal discurso audiovisual de la revolución bolivariana, con la posición de Carlos Ochoa, gerente de un canal privado no bolivariano, quien ante la represión contra los trabajadores de la Junta directiva de Meridiamo Televisión por organizar un sindicato, paró las transmisiones, presentó el conflicto y los trabajadores al público o usuario de ese canal de TV, y sorprendiendo a moros y cristianos, en vivo y en directo, se pasó al lado de los trabajadores.  Su ética lo llevó a cruzar la raya que demarca la injusticia del poder empresarial y se pasó al lado de los explotados sacando el conflicto a la calle. ¡Cosas veredes Sancho!

¿Por qué criticar al dictador Pedro Carmona el breve por hacer desaparecer el símbolo de Bolívar de la imagen gráfica del Palacio de Miraflores durante la dictadura de abril si hoy se hace lo mismo con el símbolo de VTV?  ¡Que vigencia tienen en estos momentos las clásicas interrogantes del momento crítico que viven todas las revoluciones sociales!  ¿quienes son los amigos y quienes son los enemigos del pueblo? ¿qué hacer? ¿por dónde empezar?

Y otra pregunta de las diez mil lochas ¿Dónde está la misión cultura? ¿no es acaso este un problema cultural de primera importancia para la revolución bolivariana? ¿Tendrán catarro sus máxim@s representantes que su voz no se escucha? ¿Existe la misión cultura? ¿A quién sirve?

El significado de los símbolos populares

La diferencia, señores estetas y burócratas públicos, estriba en que: los símbolos de un pueblo o de una nación son emblemas, son trofeos culturales, son símbolos sagrados únicos e irrepetibles; por tanto, no son modificables ni desechables a capricho personal o grupal sino sólo por la decisión colectiva de los pueblos; mucho menos cuando la revolución bolivariana es el símbolo del tránsito de la democracia representativa que suplanta y omite la voluntad de los pueblos, por la democracia participativa que considera la opinión y voluntad de los pueblos en la toma de decisiones.

¿Qué cantidad de pueblo aprobó el cambio del símbolo de VTV?  La minoría profesional de la clase media, o mejor dicho, la minoría de la media clase profesional explotada y enajenada por la estética al servicio de la oligarquía y el imperio, sector social minoritario que no se batió en las calles ni ha puesto los muertos como lo ha hecho el pueblo llano, pueblo que se reconoce junto con la revolución bolivariana en el símbolo de VTV arrojado al pote de la basura burocrática.

La VTV de Venezolana de Televisión no es sólo el símbolo con el cual se reconoce a la revolución bolivariana en Venezuela, VTV es también es el símbolo con que reconocen a la revolución bolivariana las audiencias mediáticas de todo el planeta. Eliminarlo es confundir, entrañar y restar poder de reafirmación revolucionaria al pueblo bolivariano, y a la vez, hacer lo mismo con los demás pueblos de todo el mundo; es restar apoyo y solidaridad del pueblo al gobierno y restar apoyo y solidaridad de los pueblos del mundo a la revolución bolivariana.  ¡Es disminuir el respaldo a Chávez y socavar las bases de su gobierno!  Es cruzar la raya a la inversa de Carlos Ochoa.  Es pasarse del lado de la revolución y los explotados al lado del imperio y los explotadores.

Directoras y directores en pleno del canal del Estado, el pueblo revolucionario bolivariano tiene la última palabra. Este pueblo hace tiempo que despertó. Si sólo pusieran un poco de atención, podrían escuchar lo fuerte que doblan las campanas por ustedes.

¿Una nueva meritocracia en PDVSA?

Raros y extraños cambios están operando al interior de la revolución bolivariana.  Desde hace un tiempo para acá, se ha cercenado el espacio mediático oficial a la mayoría los más connotados críticos e investigadores revolucionarios sobre la cuestión petrolera, como también se ha hecho lo mismo con los ecologistas y defensores de los derechos de las etnias aborígenes.  Los patriotas del pueblo bolivariano, los mayores defensores de la industria petrolera, aquellos venzolanos de a pie que dejaron el cuero y la sangre rescatando PDVSA de las garras de la meritocracia fascista y el imperio, han sido casi borrados del mapa laboral de la industria petrolera por "decisión" de una nueva meritocracia, esta vez con perfil "revolucionario", elevada al poder.

Prueba de lo anterior es el secuestro del discurso petrolero.  Antes del paro de noviembre el discurso sobre el petróleo había que sacarlo a la calle, había que hacerlo "popular" para arrebatarlo a la meritocracia.  Así lo exigía la necesidad de lograr la participación del pueblo en el rescate de PDVSA; por lo tanto, tenían que dejar de ser secretos los problemas de la industria petrolera nacional para pasar a ser de “dominio” público.  Y hoy, a dos años de existencia de la "nueva" PDVSA, el discurso petrolero de la nueva élite ordena dejar la industria y su futuro a los "nuevos" gerentes de la revolución, dejarla en manos de los nuevos "especialistas" (meritócratas rojos), todos revolucionarios; o sea, en la nueva clase petrolera elevada al poder.  En adelante el pueblo deberá apoyar las Misiones que financia PDVSA y dedicarse de lleno a defender al ministro de los ataques de la oligarquía y el imperio.  La nueva gerencia petrolera invirtió la vieja conseja popular.  Hoy, lo que es bueno para el pavo ya no es bueno para la pava.

¿Comunicación e información o impotentes armas mediáticas?

Hace tres (3) años propusimos que se hiciera un inventario de medios y recursos de comunicación e información en poder del Estado para elaborar con ellos un plan y una estrategia comunicacional e informativa, algo que hoy recién se anuncia que se pondrá en marcha.  No se puede combatir al imperio sin las armas de la comunicación.  Los medios de comunicación social y la industria de la comunicación son las nuevas y más potentes armas de guerra contemporáneas. 

Una revolución sin potentes medios de comunicación e información y sin una industria nacional de la comunicación que los sustente, es una revolución desarmada, tan desarmada como una revolución sin fusiles ni cañones en el siglo XX.

Una estrategia comunicacional e informativa revolucionaria no es ni una campaña permanente de propaganda ni tampoco la formación de equipos de agitación que la realicen, el tipo de cambio operado en la comunicación e información bolivariana en relación con el 11 de abril de 2002.   Hoy tenemos mayor cantidad de propaganda oficial que información y comunicación revolucionaria. 

Si la Academia Militar de la FAN no incluye en el glosario de términos militares de la revolución bolivariana a los medios de comunicación como las más potentes armas de guerra contemporáneas, no tendremos oportunidad alguna de resistir y triunfar en las batallas futuras, ni mucho menos ganar la guerra al imperio; porque el discurso mediático y los medios e instrumentos de la comunicación social, son en el campo de batalla de la audiencia pública universal las principales armas de combate contemporáneas.

Para superar las dificultades y deficiencias en ese terreno, lo que menos tenemos es tiempo.  Resistir y ganar la guerra comunicacional e informativa al imperio requiere: Primero, preparar los sujetos que tendrán a cargo la batalla comunicacional, comunicadores sociales, técnicos, ingenieros, empresarios y gerentes que se harán cargo de la industria de la comunicación e información nacional; para ello se necesita el desplazamiento de las transnacionales del sector comunicacional como política de seguridad nacional.  Segundo, sacar los presupuestos de gastos en comunicación e información de los ministerios y entes del Estado, concentrándolos para sustentar toda la comunicación e información de la revolución bolivariana, libre de corrupción; está última, una perversa práctica que sólo sirve al imperio, a la reacción y al Estado dominador.  La discrecionalidad y perversión en el manejo de los presupuestos de gastos de las partidas de comunicación e información en el Estado, es una de las grandes fuentes de corrupción de la administración pública, y a la vez, es responsable de gran parte del estado errático y caótico de las comunicaciones y sistemas de información y difusión bolivarianas. Tercero, incorporar a la revolución bolivariana nuevos y más potentes medios de comunicación Estatal, públicos, privados y comunitarios de verdad; estos últimos, medios de comunicación comunitarios que acaben con los parapetos que encubren empresas privadas o proyectos personales, y acaben también con aquellos convertidos en juguetes comunicacionales para jóvenes caprichosos e instrumentos de terapia para locutores tímidos, periodistas frustrados y productores fracasados.

Todo esto se requiere hoy ¡mañana será demasiado tarde!  La revolución bolivariana cuenta con suficientes recursos económicos para emprender ese esfuerzo.  De otro modo, cada día que transcurra será mucho más difícil lograr la gobernabilidad de la vida nacional.  Se requiere gran diversidad de medios de comunicación, revistas, periódicos, publicaciones literarias y artísticas, programas de radio y Tv. nacionales y regionales.  Todo esto, sólo el Estado revolucionario puede garantizarlo; de no hacerlo, la inestabilidad que genera la comunicación del imperio y la oligarquía producirán miles de millones de dólares en pérdidas, una vez más, y lo conquistado de nuevo se perderá.  Lo sucedido durante del paro petrolero no tiene que volver a repetirse  porque se puede evitar.  ¿Acaso no ha sido suficiente haber perdido miles de millones de dólares que jamás se recuperarán durante el paro sostenido y convocado por los medios de comunicación privados nacionales e internacionales?  Existen en las arcas de la revolución bolivariana recursos más que suficientes para contratar en cualquier lugar del planeta los sujetos con el conocimiento y capacidades que la tarea exige; inclusive, muchos de ellos revolucionarios u partidarios o solidarios del proyecto bolivariano.  Adquirir la solución definitiva en el tiempo necesario para que sea eficiente y eficaz, es en gran parte una decisión política que no cuenta con mucho espacio de tiempo oportuno, una decisión política que en el gobierno bolivariano hasta ahora, nadie, sin excepción, parece dispuesto a tomar.

Formalidad y discrecionalidad jurídica

En este terreno la revolución bolivariana hace agua por todos lados. Los postulados neocontractuales o procedimientos formales del derecho que sustentan la justicia y ética neoliberal, despedazan a diario los postulados de justicia constitucionales que propone la revolución bolivariana.  A seis años de la llegada del gobierno bolivariano, continúan siendo los más pobres los negros e indígenas, los más explotados o expoliados y las mayores víctimas del sistema judicial y policial de la revolución bolivariana.  El problema de la injusticia y la complicidad política con ella, es de tal magnitud, que masacres policiales evidentes y documentadas ocurridas en varios estados del país, corren el riesgo de quedar impunes por el negociado político que realizan los victimarios amparados en la sociedad de cómplices del contubernio entre la clase política y la clase económica que tiene colonizado todo el Estado.  Todos amparados por la contrarrevolucionaria conseja política que reza "no hay que hacerle el juego al enemigo"; aunque ello signifique proteger monstruos.  La complicidad de parte de los poderes políticos con los involucrados en los hechos de asesinatos policiales masivos en varios estados llega a una magnitud tal, que para restar valor a la comisión de la Asamblea Nacional que investigó los desmanes de la policía de un gobernador de un partido de gobierno, el Presidente de la Asamblea Nacional y miembro del principal partido de gobierno, creó sin autoridad legal, una ilegal comisión para filtrar los resultados de la legítima comisión investigadora de las denuncias juramentada por la cámara, cuyos resultados preliminares condenan al gobernador investigado y a su policía por asesinatos masivos y brutalidad policíaca.

El abandono de la mayor víctima de la explotación: los presos

La reivindicación de las mayores víctimas de la IV República, los presos, continúa en mora.  La intención del legislador bolivariano de hacer leyes retroactivas, concepción reaccionaria del derecho defendida y argumentada por abogados que sienten como revolucionario la puesta en vigencia de la Ley del Talión; o sea, el regreso de la Administración de Justicia al irracional y arcaico estado de reacción cuasi animal de la especie humana: “Ojo por ojo y diente por diente”; algo que por ahora se detuvo en sus perversas intenciones por la presión de los presos y sus familias.  Por cierto, presos que se matan unos a otros con armas de fuego y granadas de guerra, armas comunes en todas las cárceles del país, armas no comunes en las demás cárceles del mundo.  La revolución en el sistema penitenciario recién se comienza a perfilar y manifiesta algunas señales de cambio; aunque débiles aún para impedir el dantesco escenario cotidiano de muertes y violencia en las cárceles venezolanas.   El discurso de la inseguridad, hasta ahora sirve más para realizar compras de equipos y vehículos que enriquecen a transnacionales, comerciantes, empresarios y funcionarios corruptos; pero no sirve para mejorar la situación de la víctimas de la inseguridad, donde las primeras víctimas son los presos. 

La inseguridad del empleo, la inseguridad de un salario, sueldo o ingresos monetarios satisfactorios, la inseguridad de la existencia de artículos de primera necesidad a precios no especulativos -especulación que no ha detenido La Misión Mercal sino que crece paralela a ésta-, la inseguridad de un sistema de justicia y policial ético y justo, la inseguridad de la vivienda que aumenta con el cambio climático y los deslaves que derriban viviendas populares a granel, la inseguridad de la seguridad social, la inseguridad laboral e indefensión de los trabajadores que deviene de la inexistencia de una nueva ley del trabajo que a seis años de revolución bolivariana no pasa de ser un discurso, son los principales responsables de la opción por la delincuencia que le queda a los más pobres y más explotados de la sociedad venezolana.  Y la responsabilidad de que la inseguridad en muchos campos continúe igual y se incremente, recae en gran medida sobre el poder legislativo; en especial sobre la mayoría, sobre el bloque del "cambio", por su incapacidad y/o complicidad en la demora para resolver la situación de una ley antineoliberal para los trabajadores.  Las transnacionales y el neoliberalismo hacen con el empleo y los trabajadores lo que le da la gana, explotando de manera salvaje a todos los venezolanos en la narices de la revolución bolivariana, protegidos por el tinglado legal de la IV República, una burocracia pública que hace la vista gorda ante la explotación y los abusos del capital, la complicidad de una dirigencia sindical de larga data lacaya, como también de la incapacidad y falta de ideas del “nuevo” movimiento sindical, nacido eunuco y con bisagras en las rodillas para reverenciarse ante el poder estatal y los explotadores privados.

El holograma de la moral pública

La Contraloría General de la República, la Fiscalía Pública y el Defensor del Pueblo que conforman el Poder Moral, es lo más parecido a una entelequia o una abstracción.  Son más propaganda que un hecho revolucionario. La conducta ética de sus funcionarios no constituyen la regla sino que son cualidades de escasos y excepcionales funcionarios.  La corrupción campea a lo largo y ancho de la administración pública del poder moral.  Las policías u organismos judiciales continúan llenos de delincuentes de cuello blanco, a los que se le han sumado los nuevos de cuello rojo.  La tarea de educación en la Constitución y las Leyes a cargo del Poder Moral, labor que debería hacerse en todo el sistema de enseñanza de manera obligatoria, es un saludo a la bandera.  El papel del Poder Moral en la revolución bolivariana es tan gris como el del poder judicial.  Ambos poderes públicos son primos hermanos, son los grandes pilares que aún soportan la resistencia de una no despreciable porción, viva y con buena salud, de la IV República.  Contrarias a la historia y enseñanzas de todas las revoluciones,  estas instituciones respetan los títulos y jerarquías establecidos a priori sin exigir la demostración de los saberes cualidades y capacidades de cada quien, en el terreno, en la praxis, respetando el protocolo tradición y herencia de un ejercicio profesional público corrupto en su mayoría.  Es así como la mayor parte del funcionariado de estos dos poderes públicos continúan  al servicio del capital, la oligarquía y las transnacionales.

A pesar de las miles y miles de togas y birretes que  exhiben el Poder Judicial y el Poder Moral juntos, son los "profesionales" del "Derecho" los primeros corruptos y los grandes corruptores de la sociedad venezolana.  Todos con "excelentes credenciales académicas" emitidas por unas podridas y corruptas universidades públicas y privadas, instituciones desconocidas en su vida interna por la sociedad, la gran víctima de la academia y sus productos.  Si nuestra afirmación no fuera así  ¿cómo se explica que exista tanta corrupción en el Poder Judicial y el Poder Moral, donde aún el libre mercado determina el precio de muchas sentencias y se da la mano con las sentencias clientelares de los afectos o apadrinados del sistema político y económico, situación que significa para la mayoría de la población venezolana, o sea para los pobres y explotados, "la maldición de todo aquel que no posea dinero para comprarla"?

La realidad negativa que representa el poder judicial para la sociedad es sólo conmensurable en idénticos términos con los ingenieros, economistas, administradores y contadores públicos que participaron en el paro petrolero y perdieron su empleo en PDVSA.   La mayor expresión de la sinergia de los profesionales egresados de las universidades nacionales públicas y privadas ha sido negativa para el país y el futuro inmediato de la población.  Cerrar todas las academias para repensarlas y construir una nueva universidad nacional sería una profilaxis social necesaria y beneficiosa para la revolución bolivariana y toda la sociedad.  Las universidades en su conjunto son la primera división que sustenta la invasión imperial que se realizó hace tiempo; una invasión que exige la movilización nacional para efectuar su inmediato desalojo, tarea que la revolución bolivariana no ha realizado y ni siquiera planteado. 

¿Desalojar la invasión o resistirla?

La invasión externa para la que se prepara la Reserva Nacional, en nuestra opinión y a nuestro juicio, el imperio la realizará sólo si ello le permite distraer a los pueblos de los demás países mientras se privatizan empresas públicas, se firman acuerdos antinacionales de sumisión a la Doctrina Monroe, se oligopolizan los organismos internacionales, se establece la apertura de mercados nacionales a las transnacionales  imperiales, se estrangulan las economías dependientes con la venta al imperio de leyes constituciones y países enteros por élites nacionales corruptas.  Esto es lo que ha estado sucediendo desde hace cuatro años encubierto por la cortina de humo distractiva de la invasión de Afganistán e Irak, con total desconocimiento de los pueblos entrañados y aterrados por las campañas mediáticas y la cortina de humo hertziano de las emisiones de ondas de radio y las imágenes de los rayos catódicos.   La invasión física de los marines estadounidenses a Venezuela se hará sólo si la revolución bolivariana prende en el resto del continente y amenaza con un incendio social general a Latinoamérica, algo que cada día que pasa se torna cuesta arriba, una tarea que exige grandes esfuerzos.

Para la agresión del imperio a lo interno, este cuenta con varias divisiones de su avanzada instaladas en el territorio nacional desde hace décadas e intactas, las cuales pueden ser activadas en cualquier momento si no son desalojadas de sus espacios y posiciones lo antes posible.   Por ello, lo primero que hay que hacer, y ahora, es organizar un ejército nacional para arremeter contra ellas y desalojarlas del país de manera definitiva.  Desalojarlos de las universidades, medios de comunicación social, de las instituciones policiales y militares, de los organismos públicos, de las iglesias, desalojarlos de las leyes y de la Constitución Bolivariana donde tienen espacios conquistados a traición del pueblo venezolano durante el proceso constituyente.  Para esta confrontación se requiere el concurso de eso que el Presidente Chávez ha llamado la Guardia Territorial.  O sea, todo el pueblo organizado dispuesto a combatir y defender la revolución; pero, combatir por la revolución del pueblo bolivariano, no la de los burócratas y la de viejos explotadores nacionales, sino combatir por la revolución de nosotros.  Sin el pueblo movilizado en su conjunto, las divisiones de avanzada del imperio enclavadas por décadas en el territorio nacional nunca serán derrotadas ni desalojadas; porque si esto no lo hacemos nunca seremos libres ni soberanos aunque lo declaremos todos los días a cada instante.  A seis (6) años de revolución bolivariana las divisiones de avanzada del imperio en su mayoría están al acecho, listas para atacar en cualquier momento al pueblo venezolano desde sus viejas y consolidadas posiciones.

Justicia neocontractual neoliberal o postmoderna

El porte neoliberal del sistema judicial de la revolución bolivariana exhibió de cuerpo entero sus postulados, en una decisión del Tribunal Supremo de Justicia que dejó fuera del ejercicio al derecho de casación a todos los pobres; o sea, excluyó del ejercicio de ese derecho a la inmensa mayoría del país.  El más alto tribunal de la revolución bolivariana decidió que la casación tendría lugar sólo si la sentencia a impugnar superaba una suma de dinero establecida a priori por este organismo.  El TSJ puso precio al derecho a la casación, decidiendo de facto que los pobres no tienen derecho a recurrir a ella porque las demandas entre éstos no tienen la cuantía monetaria de las demandas del empresariado y la oligarquía, los clientes privilegiados del sistema de justicia neoliberal que mantiene en pie la revolución bolivariana.  Una Administración de Justicia que tiene como símbolo a la dama ciega, imagen de mujer "no vidente" que cuando emite el veredicto su “conciencia”y "juicio" sólo ve a los pobres y explotados frente a ella.    Prostituida “dama ciega” a la que le llegó la hora de su reemplazo, quizás por una pareja o familia; pero esta vez de videntes que no sólo vean y miren con los dos ojos bien abiertos, sino que también miren con los ojos de la razón.

Y el corolario de la ineficiencia, ineficacia e inutilidad del sistema de administración de justicia y del Poder Moral en la revolución bolivariana, lo corrobora la cuasi inexistencia o escuálidas demandas judiciales de parte del defensor del pueblo, fiscal público y procuradora de la nación en contra del financiamiento externo a los cipayos y las ONG´s para atentar contra la república, un hecho delictivo contra la nación público y notorio de intromisión extranjera en los asuntos internos de la República Bolivariana de Venezuela, declarado por la propia NED y por congresistas estadounidenses de visita en la propia Asamblea Nacional.  Hasta ahora las instituciones encargadas de proteger el Estado revolucionario hacen muy poco para poner fin a tal felonía.  Ningún abogado de la República ha demandado a los  fomentadores de la inestabilidad y la conspiración contra el gobierno y la revolución bolivariana, a pesar de una ley penal vigente que data del año 1915, instrumento legal suficiente para enjuiciar y encarcelar a los conspiradores por traición y contener la descarada intromisión de la NED y el Departamento de Estado de los EE.UU. en Venezuela.  

Mientras concebíamos este trabajo y lo redactábamos, la fiscalía pública demandó por conspiración contra la forma política de Venezuela a los dirigentes de SUMATE, una ONG financiada por la NED al igual que a otras similares en 79 países más, siendo beneficiados por el tribunal de la causa para ser juzgados en libertad; es decir, con el suficiente espacio de libertad para que sigan conspirando y haciéndole propaganda al imperio, mas cuando los delitos de traición y conspiración contra la nación, delitos penados con cárcel en el código pena vigente, están confirmados de manera flagrante.  SUMATE no es la única ONG que ha recibido fondos extranjeros para conspirar contra la República Bolivariana de Venezuela.  Son varia ONG´s que han hecho campañas de desestabilización con fondos de la NED: La campaña contra el decreto 1011 "con mis hijos no", “el firmazo”, etc., cuyo financiamiento externo está documentado y nadie los ha demandado, como tampoco se ha hecho con los dueños de los medios de comunicación terroristas, con los dirigentes de la fallecida Coordinadora Democrática, ni tampoco con los asesinos de más de cien (100) dirigentes campesinos, crímenes hasta ahora impunes.

El estado de las palancas fundamentales de la revolución bolivariana

Es precisamente aquí donde la revolución bolivariana se juega su prestigio universal liberadora y transformadora, y es también aquí donde el pueblo venezolano se juega gran parte de su oportunidad emancipadora de no cambiar de manera radical la situación existente.  La educación y el trabajo, las palancas fundamentales para construir el Estado de Derecho y de Justicia Social señalado en la Constitución, siguen presos de los intereses neoliberales y oligárquicos. 

La alfabetización en la educación escolar

La educación de la revolución bolivariana tiene como tarea elevar la formación del ciudadano a las exigencias del mundo contemporáneo.  Esto significa superar la barrera no sólo del analfabetismo lectoescritor, sino que está obligada a superar el analfabetismo informacional y construir un sistema de formación educativa satisfactoria, para que el ciudadano del siglo XXI adquiera las herramientas y conocimientos que requiera a lo largo de su vida, para producir al final, una sociedad sustentada por un ciudadano ético, justo, solidario, creador, capaz, no subordinado y estético.  Un ciudadano que acepte y reconozca las desigualdades entre los seres humanos, un ciudadano que produzca todo lo que pueda y sea capaz de hacer, y tome de la producción social todo lo que necesite luego de satisfechas las necesidades básicas de todos: alimentación, actividad productiva, vivienda, salud, educación, recreación, estética y servicios.

A principios del siglo XX, un diputado y dirigente obrero socialista del sur del continente latinoamericano, Luis Emilio Recabarren, en su condición de parlamentario popular señalaba que en Chile a 100 años de la independencia de España "...Haber aprendido a leer y a escribir pésimamente, como pasa con la generalidad del pueblo que vive en el extremo, opuesto de la comodidad, no significa en verdad el más leve átomo de progreso". (Ricos y Pobres, 03/09/1910)   Si para Recabarren el que los pobres y explotados fueran alfabetizados en una sociedad que en el año de 1910 vivía similar a la Venezuela de 1976 significaba casi nada, no hay que ser un experto del PNUD o matemático para deducir que cien (100) años más tarde, en una sociedad mucho más compleja y numerosa, con muchas más exigencias y necesidades, aprender a leer y escribir significa bastante menos que hace 100 años.  En términos de Luis Emilio Recabarren, aprender a leer y escribir hoy para el pueblo explotado sería mucho menos que casi nada; mucho menos que "el más leve átomo de progreso".  Esto, con total independencia de la satisfacción que sientan y lo que expresen sobre el hecho los propios alfabetizados, y por encima del discurso de la propaganda que sobre el hecho en sí y sus resultados se realicen. 

La alfabetización sólo es de significación para los ciudadanos y un país, cuando el resto de los aprendizajes de la educación es posible obtenerlos y sustentarlos a lo largo del tiempo; mucho más cuando en esta época los conocimientos adquiridos tienen una corta vigencia, tanto por la producción continua y superación permanente de los saberes y especialidades, como por la presión artificial que sobre los hombres y mujeres ejerce una sociedad de consumo que obliga a cambiarlo todo cuando el mercado así lo determina.

A lo anterior tenemos que añadir que los contenidos del conocimiento en esta época no se adquieren en su mayor significado a través de la lectoescritura.  Hoy, para aprender, el lenguaje audiovisual es muy superior al lenguaje lectoescritor.  Holywood lo ha demostrado desde hace  más de medio siglo a través del cine, y ello ha sido confirmado la televisión.  Desde Holywood se ha educado, enseñado o amaestrado al planeta entero en los intereses del imperio y el capital, por encima de todos los sistemas educativos nacionales y sus enseñanzas lectoescritoras, las cuales han resultado impotentes para oponerse a la potencia del lenguaje audiovisual.

Modelaje educativo dominador

El conjunto de profesionales de la educación son portadores cerebrales del software educativo del imperio y la dominación oligárquica.  La crítica a los caducos y antinacionales contenidos de la educación y la construcción de otros nuevos, sufrió un duro revés al vencer la propuesta de educación dominadora bajo el rótulo de Estado Docente, modelo educativo que aplastó la propuesta que venía impulsándose desde abajo bajo la consigna gobierno escolar, junto con echar al pote de la basura burocrática la mayoría de las propuestas de la Constituyente Educativa, una organización popular que a través de un proceso participativo dio a luz el proyecto del nonato gobierno escolar, proceso donde la población docente comprometida con las transformaciones en marcha, dejó su carne y sangre en ininterminables debates y discusiones a lo largo y ancho del país, durante un prolongado período de tiempo, cuyos costos asumió cada quien con la finalidad de aportar al país una propuesta educativa para la revolución bolivariana y el ciudadano del siglo XXI.  Ese esfuerzo colectivo de los docentes fue enterrado por las políticas educativas que llevó adelante el Ministro Aristóbulo Istúriz, quien sin compasión con la miseria, en nombre de la burocracia del Estado Dominador, le rezó "paz a sus restos".

El símbolo universitario bolivariano

La situación de la educación superior no es muy diferente a la primaria y básica, la Universidad Bolivariana de Venezuela, creada para ser el símbolo educativo de la revolución, ha transitado por un mar de tempestades que la ha llevado a una situación no muy distinta del resto del sistema educativo nacional. Y es natural que así sea.  Los sujetos que forman parte del componente docente y administrativo vienen de las demás universidades y fueron formados por la academia de la subordinación y la dependencia en continuo y pleno desarrollo.  El despliegue de habilidades y destrezas para crear sistemas educativos nunca fue labor de ellos.  En su mayoría fueron contestatarios, luchadores contra la opresión y discriminación social que  luego de egresar de las "universidades" nacionales realizaron prácticas docentes, administrativas y gerencia educativa de escasa o nula práctica transformadora real.   Su praxis la realizaron en el marco político y educativo existente en la IV República.

A todo lo anterior se suma la falta de comprensión y claridad de la Asamblea Nacional sobre la necesidad de una nueva ley de universidades que se conecte con la revolución bolivariana.  Y la ausencia de interés de parte de la Asamblea Nacional en el tema, desmiente el compromiso de este Poder Público con la Constitución Nacional y sus principios fundamentales.  Para la Asamblea Nacional la educación no es la principal palanca para la construcción del Estado de Derecho y de Justicia Social, por los hechos; porque por los discursos, todos sus miembros se rasgan las vestiduras.

Los críticos de la decisión de crear una nueva universidad para los pobres o excluidos, afirman que se hubiera ganado mucho más si la revolución bolivariana hubiera luchado por conquistar las universidades nacionales y desalojar a sus colonizadores y secuestradores, en lugar de abrir una universidad para el pueblo excluido y mantener, sin cambios, el mega multimillonario presupuesto universitario público que paga el Estado de la V República para generar recursos humanos al servicio de la oligarquía, las transnacionales y el condado de Miami.

La irracionalidad educativa y las prioridades de las especialidades seleccionadas en la Universidad Bolivariana de Venezuela UBV para la formación de profesionales, es algo que no terminamos de comprender, algo que nos cuesta creer, o mejor dicho, nos resulta difícil aceptar que sea real.  El discurso del Presidente Chávez, quién en privado ha dicho considerarse el Rector espiritual de la UBV por ser ésta una iniciativa suya, ha reclamado la carencia de profesionales en todas las esferas públicas que trabajen para la revolución.  Pero la escogencia de especialidades hechas por los estudiantes sigue la misma senda que modeló la IV República.  Las aulas de los Programas de Formación de Grado de Estudios Jurídicos están rebasadas de alumnos, o sea, repletas de estudiantes que quieren ejercer la abogacía, lo que significa que desean pertenecer al poder judicial o trabajar para su sistema y realizarse en el ámbito laboral de mayores oportunidades de movilización social.   Porque a menos que nos lo prueben, dudamos que la escogencia del Derecho sea para ejercer como fiscal público o defensor del pueblo, y menos creemos que sea para asesorar cooperativas, comunidades u organizaciones de defensa de los derechos humanos.  Los profesionales más corruptos son los que ejercen el "Derecho", son los corruptores del poder judicial y del sistema policial; además son los responsables de gran parte de la perversión continua de la sociedad venezolana.  Y estos alumnos provienen de los liceos de la revolución bolivariana, han sido educados (moldeados)  por la revolución.  Son producto de la revolución; pero no son el producto cultural de la democracia participativa expresada en la Constitución, sino que en su mayoría son el producto educativo neoliberal que resiste las transformaciones propuestas a la sociedad venezolana y atraviesa la revolución bolivariana.

Asesores neoliberales para la Misión Vuelvan Caras

La paradoja es que mientras las carreras de mayor demanda social en el conjunto de universidades públicas y privadas son comunicación social, medicina, odontología, derecho, arquitectura y economía, carreras secuestradas por las élites privadas en todas las universidades nacionales públicas y privadas, en la UBV, la satisfacción de la necesidad de profesionales en el área de la economía de la revolución bolivariana sigue esperando por la aparición de un santo que la convierta en un milagro.  Es aquí donde el discurso revolucionario emancipador, integrador y latinoamericanista del gobierno bolivariano choca con la realidad oligárquica y neoliberal de muchos de los hechos concretos.

De acuerdo con lo que expresa el gobierno, la Misión Vuelvan Caras es la respuesta de la revolución bolivariana al capitalismo neoliberal -es lo que se intenta o se nos presenta como tal-, y a esta Misión se le han destinado gran cantidad de recursos económicos para sacar adelante el proyecto cooperativo que impulsa el gobierno nacional; mas no será fácil el futuro inmediato de los lanceros y sus cooperativas, porque los profesionales que asesorarán los próximos 5 años a la revolución bolivariana y las nuevas instituciones económicas estatales y comunitarias serán ¡Los economistas neoliberales! Los postulados neoliberales asesorarán la revolución bolivariana.  Lo harán los economistas que egresan del conjunto de universidades públicas y privadas, como también los especializados en los centros de propaganda neoliberal del imperio CEDICE e IESA, hasta ahora, todos modelados con un software cultural saturado por el racionalismo mercantil y las prácticas del darwinismo social contenido en el currículo de todas las facultades de ciencias económicas y sociales de las universidades venezolanas.  La revolución bolivariana, por los hechos, no por el discurso, ha decidido que la economía popular no requiere economistas bolivarianos, revolucionarios, o por lo menos no neoliberales, porque quienes saben de economía son los neoliberales; o peor aún, alguien en el gobierno parece haber decidido que como la economía neoliberal domina el planeta, su "conocimiento" es irresistible y es inútil oponerse a ella.  De allí la decisión para que la UBV no perdiera el tiempo en diseñar un programa de formación de grado en economía  o ciencias económicas.

De todo esto surge otra vez la famosa pregunta de las diez mil lochas ¿dónde queda el discurso incendiario contra el neoliberalismo salvaje que predica Hugo Chávez todas las semanas en Aló Presidente?  Hay quienes piensan muy en serio que la revolución bolivariana radical es un espacio mediático temporal para la catarsis, un espacio de terapia semanal para rebajar la tensión acumulada que generan las incongruencias y paradojas de la revolución bolivariana; es decir, para calmar la contradicción permanente entre las palabras los principios constitucionales y los hechos reales concretos no virtuales, no televisivos ni radiofónicos que viven los revolucionarios bolivarianos.

También hay quienes llegan a pensar en voz alta que la revolución bolivariana es un macro show audiovisual para los marginales y desposeídos, para los enajenados de la TV y radio oligárquica hoy enajenados por la TV y radio bolivariana, un espacio para aquellos que viven la revolución dominical durante 4 o 7 horas, el espacio de tiempo radical virtual o radical mediático de la revolución bolivariana.  Fuera de allí, todo el espacio de tiempo restante de 6 días y 17 horas entre un programa de Aló Presidente y el de la semana siguiente, sería para la reconquista de la IV República, la regresión de los logros revolucionarios, la consolidación de la nueva burguesía empresarial y burguesía burocrática emergentes, y el avance del neoliberalismo.

Enajenación revolucionaria y consignas reaccionarias

Una gran cantidad de bolivarianos vive la revolución por radio y TV enajenados por la propaganda comunicacional de la revolución bolivariana.  En la práctica real, estos son unos consumidores de argumentos y modelos comunicacionales, consumidores de programas de noticias y opinión; pero no viven la revolución real de carne y hueso.  Para ellos Venezuela "cambió para siempre" porque viven subjetivamente la consigna.  Se tragaron, o mejor dicho, consumieron la propaganda oficial; excepto que formen parte de la élite nueva, para quienes de manera efectiva cambió su situación.  Muchos jerarcas y dirigentes políticos tienen satisfechas hace tiempo sus máximas aspiraciones revolucionarias: casas y carros nuevos, casa o apartamento en la playa o en Miami, fincas para visitar el fin de semana en familia y quitarse el strees de la revolución y los reclamos de la chusma, negocios, tiempo para disfrutar vacaciones con su familia, acciones en clubes privados, remuneraciones elevadas, respeto público, conquista y colonización de espacios de poder burocrático, bandas de subordinados y lacayos, protección policial y vigilancia privada.   A estos personajes responde la consigna de la propaganda oficial que reza ahora Venezuela es de "todos (ellos)" , porque los representa y pertenece.  La colonizaron.   Por ahora, esta no es una consigna del pueblo.

La consigna más acertada de todas, la que no es propaganda y por lo tanto, la más acertada, y a la vez, la más canalla con la revolución y los esfuerzos de quienes han dejado el cuero y la sangre en las batallas libradas hasta ahora, es la que dice: El país ha recobrado la normalidad..  Una frase cretina.  Un descaro que no tiene nombre.  Porque no se refiere a normalidad que vive una sociedad en tiempos revolucionarios.  Dicho de otra manera, la consigna no tiene nada que ver con la incertidumbre, las propuestas, debates, discusiones, tensiones, conflictos y caos que pertenecen a la normalidad de la vida de toda revolución.  ¡No!  No es a esto a lo que se refiere la consigna, sino todo lo contrario.  Se refiere al regreso de la normalidad de la vida social de la IV República, al regreso de la conformidad y resignación del ciudadano llamada “paz social”, al regreso del consenso o negociación (reparto de cuotas de todo tipo para resolver el conflicto); Las juergas o bacanales de las élites; Los remates de caballos el juego de loterías y el envilecimiento masivo en el juego de azar como una esperanza para calmar la desesperación de la población ante su pobreza económica y la inflación; El aumento de la prostitución el robo y el atraco como alternativa de empleo; La corrupción pública, la matraca, el abuso, la represión policial, la indiferencia de la dirigencia política y la burocracia pública ante los problemas de la población; Los negociados de las élites del poder y la justicia oligárquica.; y pare usted de contar.  Y lo más triste, el retorno del masivo emborrachamiento con alcohol de hombres, mujeres y jóvenes los fines de semana en todos los barrios, una “pertinente” cuota de alcohol semanal para paliar la depresión que causa la diaria e interminable explotación.  Una escena semanal dantesca en todos los barrios de Caracas y el resto del país; una imagen o escenario común a todos los barrios de los países explotados por el capitalismo salvaje y sometidos a la dominación de las oligarquías y el imperio.

En momentos en que se requiere más que nunca el concurso popular para defender, consolidar y avanzar en la participación política popular, esta disminuye de manera significativa por el agotamiento y decepción de gran parte de los sujetos morales de la revolución.  Las elecciones de octubre de 2004 son una demostración fáctica de lo que aquí afirmamos.  Todas las justificaciones y discursos acerca de la merma en la participación del pueblo revolucionario en la contienda electoral pasada son sólo unos vulgares y pueriles argumentos.  No conforme con la reacción popular en las elecciones pasadas ante el secuestro de los puestos de elección pública por las élites y grupos de poder partidista, la élite de la dirigencia bolivariana prepara el terreno para justificar los magros resultados del regreso a la normalidad de la vida nacional, ante la inminente y anunciada nueva abstención de votantes por una nueva inconformidad con la escogencia de los candidatos realizada por la dirigencia política bolivariana.  La dedocracia está preparando de manera anticipada el escenario público para justificar una mayor merma de votantes en las elecciones de Juntas Parroquiales y Concejales, las elecciones de las autoridades del poder público más cercano a las comunidades.  Los argumentos que esgrime hoy la dirigencia bolivariana son: "históricamente (la merma) ha sido así", "existe una abstención estructural", "el pueblo no le da mayor importancia a las elecciones de representantes a los poderes locales y municipales", "en todo el mundo es igual", "así pasa en toda América Latina", "las estadísticas así lo demuestran", etc., etc.

Lo que olvidan estos dirigentes, portavoces y propagandistas gubernamentales, es que estamos en tiempos de revolución.  Y la revolución cuando es verdadera y transformadora cuenta con la mayor participación del pueblo.  ¿No es esto así?   Además no sólo estamos en tiempos de revolución nacional sino en tiempos de revolución antiimperialista, bolivariana y latinoamericana.  Estamos confrontando al imperio, el verdadero gran enemigo de los pueblos.  Lo que significa en términos sociales agitación, intranquilidad, incertidumbre, debates, polémicas públicas, enfrentamientos, tensión permanente, caos social, pérdida de la gobernabilidad, caída y surgimiento de instituciones, emergencia de nuevos discursos políticos y liderazgos, destierro de la vieja cultura nacional. 

 Lo que nos inquieta, es que no es la normalidad descrita en el párrafo anterior la que vivimos desde hace un tiempo para acá, sino todo lo contrario.  En eso estamos de acuerdo con la consigna de la propaganda gubernamental, el país ha regresado a la normalidad (cuartarepublicana).  ¡Los burócratas del gobierno bolivariano con sus acciones y políticas contrarrevolucionarias están haciendo que la gente abandone la revolución y regrese a sus casas!

Mensaje a García

 

Señor presidente y señor vicepresidente, el país está regresando a la normalidad de la IV República.  El gobierno que ustedes dirigen tiene el completo control de los resortes que movilizan a la mayoría del pueblo bolivariano. Ustedes mediatizaron al pueblo y a la revolución. Ustedes tienen, por ahora, el control mediático de la revolución bolivariana. Por lo tanto, en ustedes recae, en primer lugar, la tarea de sacar al país de la normalidad cuartarepublicana y ponerlo en el camino de la normalidad revolucionaria de la V República, porque fueron ustedes con sus acciones los que lo mandaron a encerrarse en sus casas y abandonar gran parte de las tareas de la revolución; no con los discursos, casi todos incendiarios, humanistas y progresistas, sino con las acciones del gobierno, como resultado último de las políticas.  Si al pueblo no lo sacamos de inmediato de sus casas, más temprano que tarde se desatarán las tormentas sociales que emergen de la rabia e impotencia de pueblos frustrados y engañados por las élites.  Porque nada ni nadie impedirá la brutal explotación del pueblo ante la arremetida salvaje del imperio y la oligarquía, quienes esperan el momento en que el pueblo abandone por completo las calles para arremeter.  La flama de la llama transformadora que alumbra el camino de una esperanza bolivariana para Latinoamérica, todavía tiene lumbre suficiente, muy a pesar de los vientos que soplan para apagarla desde el norte, desde el este caraqueño y desde el centro del Estado y sectores del gobierno.  Eviten que esa llama que alumbra al pueblo bolivariano un camino de esperanzas se apague, porque se apagará quizás para siempre.  Tengan en cuenta que si eso ocurre, primero se apagará para ustedes y luego para el pueblo, para todos nosotros.


En la historia de América latina están las enseñanzas de la Unidad Popular (La UP )

Salvador Allende y la Unidad Popular, la máxima dirigencia de la revolución chilena, en el momento crítico de las contradicciones de clase, decidieron eludir la confrontación social para para "evitarle" a los chilenos el dolor de una guerra civil.  Con esa decisión política lo único que se logró fue condenar al pueblo chileno al mayor dolor de su historia, condenarlo al genocidio, condenarlo a la carnicería fascista.  Esa decisión política sólo evitó los muertos de la burguesía y los fascistas protegiendo a sus familias bienes e intereses, y condenó a la mayoría del pueblo sus familias bienes e intereses a la vorágine del capital: condenó al pueblo chileno a la más salvaje explotación, lo condenó a la represión permanente, lo condenó a la tortura y a la muerte.  Esa errada y fatal decisión política condenó al pueblo chileno a ser víctima de la oligarquía y el imperialismo yanky hasta el día de hoy. Pinochet y la camarilla fascista todavía gobiernan Chile.  Lagos y compañia son su mampara "democrática", representan la farsa fascista, son los administradores "democráticos" del fascismo chileno y los intereses del imperio.  Lagos y sus socios políticos no son otra cosa que los encargados de garantizar que la Constitución de Chile vigente hasta el Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 que dirigió el criminal de Augusto Pinochet, Constitución por la cual el Presidente Salvador Allende ofrendó su vida, siga enterrada y olvidada por los chilenos, por los pueblos del mundo y por las víctimas del fascismo y el imperialismo estadounidense.

Toque de clarinete

 

Este es el momento en que tienen que tomar la iniciativa todos los revolucionarios.  Este es un nuevo momento crítico medular que vive la primera revolución del siglo XXI, donde la tarea principal de los revolucionarios es sacar al pueblo de sus casas y tomar las calles de todo el país.  Es el momento de la elevación del nivel político del pueblo.  Es el momento de las polémicas, los debates y las discusiones sobre todos los temas sin dejar ninguno por discutir, ni uno solo.  No pueden haber temas sagrados o tabúes, ni tampoco temas sólo para especialistas del gobierno o intelectuales del status político.  Las discusiones hay que llevarlas a todos los lugares de reunión y circulación públicos, plazas, avenidas, transportes, mercados, comederos, sitios de estudio, lugares de trabajo y de vivienda.  Este momento más que el tiempo de la propaganda es el tiempo de la comunicación e información revolucionaria, es el tiempo de la organización política y social del pueblo, el tiempo de la educación política del pueblo bolivariano revolucionario. Este es el momento para organizar y movilizar a la Guardia Territorial; o sea, alistar a todo el pueblo venezolano para desalojar de una vez por todas la invasión imperial de todos los lugares que ocupa con total impunidad y criminal protección.


Y por último, es también el momento de construir el poder popular.  Y un poder popular que se respete y haga honor a su nombre requiere de completa autonomía: Autonomía organizativa, autonomía económica y autonomía política.  Ahora bien, una autonomía de respeto, fuerte, a prueba de burócratas, lacayos y explotadores privados y públicos ¡No se puede construir con dádivas ni con bozales de arepas del Estado ni del gobierno, ni tampoco con "proyectos" financiados por organismos internacionales del status quo de la explotación mundial.!   Desde ahora, el pueblo bolivariano tendrá que financiar y proteger sus organizaciones políticas y sociales si quiere contar con un poder popular suyo de verdad.  De lo contrario, nunca participará en las reales tomas de decisiones políticas y nunca elevará a sus genuinos representantes a los poderes públicos.  Por lo tanto, es un asunto de suma urgencia construir un poder popular no sólo para defender los logros alcanzados, sino también construir un poder popular para consolidar procesos y proyectos en marcha, y construir también un poder popular para avanzar a etapas superiores de la revolución bolivariana.  Construir tres instancias de poder popular básicas y alrededor de ellas establecer una poderosa Red entre la organización política y la organización social conjunta del pueblo venezolano, para edificar con ello y desde ello, de manera definitiva, un sólido y genuino Poder Popular Bolivariano.  Edificar un poder popular de nuevo tipo, un poder popular contemporáneo: El Poder Popular del Siglo XXI.  Es el reto que tenemos.  ©

Caracas 23 de Julio de 2005

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