El TERROR EN LA UC
Una práctica cotidiana de la cultura política de sus élites

Por Guayú De Falkón
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El chantaje político terrorista es un método ordinario de la violencia que ejerce la burocracia universitaria sobre la comunidad ucista para introducir elementos que le permitan controlar y dirigir los procesos de crisis interna y externa a la que se ve sometida. Desde hace años las elites dirigentes se han caracterizado por el control que tienen sobre el movimiento estudiantil. Rectores, vicerrectores, decanos, directores, docentes y la dirigencia estudiantil de las últimas décadas se han encargado de idiotizar y conducir el estudiantado a ninguna parte. Aprovechando el desconcertado movimiento en círculos del movimiento estudiantil, consolidaron bastardos intereses, implantados por encima de las necesidades, la confianza y las esperanzas depositadas por la sociedad en las universidades públicas, soportando el millardario gasto que consume la educación superior en su supuesto beneficio. Y esto ¡es completamente falso!

La inversión en las universidades públicas se realiza únicamente para beneficiar unos clanes burocráticos que consolidaron una red nacional de estafas académicas contra la sociedad venezolana. Están gerenciadas por los Atilas burocráticos universitarios y el CNU; este organismo es el máximo rector de la idiotización, expoliación y fraude masivo que, contra la población venezolana, lleva adelante una "Educación Superior Universitaria" Pública, secuestrada durante más de 40 años por un puñado de depredadores en perjuicio de todos.

Una pregunta de cualquier niño desnuda la farsa de educación superior que tenemos. Si en las aulas se habla de ciencia, los profesores hablan de ciencia y dicen que enseñan ciencia, se leen libros de ciencia, y la universidad es dirigida por la ciencia y financiada para el desarrollo de la ciencia ¿por qué de la UC y sus similares no salen científicos? En nombre de la ciencia, por la ciencia y dirigidas por científicos sociales, matemáticos, químicos, físicos, antropólogos, sociólogos, historiadores, etc, las universidades públicas han gastado presupuestos millardarios en dólares, y hasta ahora: los únicos inventos científicos desarrollados en Venezuela son, la vacuna contra la lepra y la orimulsión. Inventos realizados fuera del ámbito de los "hombres de ciencia universitarios", quienes consumen miles de millones de bolívares por año con el cuento de la universidad pública popular y gratuita.

El más grande fraude de cuello blanco contra la nación venezolana lo cometen las universidades públicas; y en la UC lo dirigen dos grupos de clanes: los Atilas de FACES, con su base ideológica y material instalada contra la pertinencia social de FACES e idiotizando a su comunidad; y por el bando contrario, los clanes de los Atilas de Ingeniería, FACE, Medicina y Derecho. Existe un tercer grupo que no llega a clan porque que nunca ha tenido el poder total en la UC, pero si ha sido beneficiario de recompensas por favores realizados a favor de ambos clanes según la ocasión, impulsando protestas violentas durante las crisis presupuestarias o agitando e inclinando la balanza durante las rebatiñas de parcelas de poder en períodos de elecciones. Este grupo lleva la etiqueta de "izquierda". Además, dentro de los que se etiquetan de "izquierda" o "progresistas", hay grupos armados que son contratados por los Atilas para su protección; lo que se traduce en la defensa violenta del derecho a la usurpación de la UC y sus similares universidades públicas.

Fragmentados y reducidos en algunos casos a ghetos litúrgicos la mayoría de "la izquierda", hasta ahora no ha podido reflexionar de manera racional su situación, reciclan irracionalmente discursos y métodos de acción desfasados y sin argumentos para dar respuestas a los problemas que presenta la realidad contemporánea. Tal como los clanes burocráticos, poseen una gran incapacidad de producir conocimientos para adecuar la Educación Superior al tiempo actual. Esto los ha convertido en movimientos anárquicos, religiosos y a veces reaccionarios, no por su discurso, el que habla de pertinencia social, democracia popular, derechos humanos y protección del medio ambiente; sino por su práctica. No es su discurso e ideas racionales las que se imponen al colectivo por medio de la discusión y el debate, sino su violencia; la que a veces llega al chantaje, amenaza, terror y sometimiento armado.

Esta práctica del matonaje y guapetón de barrio instalada en la UC y sus similares, es la más potente producción cultural de las "academias" públicas, y es lo que impide instalar en ellas un proceso de transformación política y académica civilizado. Esta práctica de bandas armadas fue instaurada en las universidades por AD y COPEY. Así consolidaron su poder los clanes universitarios del puntofijismo. Y hoy tratan de impedir la consolidación de la V República. Su acumulación de poder no se diferencia en nada de la acumulación originaria del capital. La realizaron a sangre y fuego, contra las esperanzas de la sociedad: los estudiantes. Estos, han sido víctimas de los exámenes, el cierre de residencias y la eliminación de becas, la operación colchón, palizas, el "extravío" de notas por control de estudios, la "pérdida" de notas por los profesores y otras perversas prácticas instaladas en un tabique discursivo maquillado de universidad, con el que han estafado por más de 40 años al país sin cuestionamientos y de acuerdo a la "Ley".

Los clanes del poder burocrático universitario han graduado y certificado estudios académicos a sus lacayos de manera criminal. Ingresan sus acólitos a las universidades con certificaciones de ejercicio profesional (pasantías) falsas, emitidas por sus negocios de estafas académicas relacionados externos e internos. Se conceden unos a otros títulos de pregrado y postgrado sin ningún valor real, excepto llenar el requisito exigido por la norma establecida en el Estado por los propios asaltantes, para instalarse a depredar el país con la certificación y el aval de la academia de la usurpación construida por ellos mismos. Por 40 años han saqueado sin control los recursos de todos los venezolanos. Protegidos por la autonomía universitaria, los clanes del poder burocrático llevan a cabo un enorme fraude masivo que se comete a diario contra las necesidades, la confianza y las esperanzas de Venezuela.

La denuncia aparecida en los medios de la existencia de amenazas de muerte por medio de Internet al rector y al Consejo Universitario de la UC, es una denuncia que da risa. Es conocido por todos el estado de pánico que se vive en la UC y demás universidades públicas debido a los acontecimientos de la UCV. Desde EE.UU. el rector prohibió la salida de autobuses hacia Caracas, impidiendo la solidaridad de los estudiantes de la UC con el movimiento estudiantil de la UCV. La paranoia llegó a tal punto, que se aumentó la vigilancia, el control y el tránsito de personas en el rectorado.

Se dice que la amenaza la realizó por E-mail un movimiento bolivariano de la Facultad de Educación de la UC. Esa posibilidad no se puede descartar, pero como una auto amenaza, porque el clan del rector y los demás son sujetos de sospecha de haber montado el circo. Las amenazas de terror son una práctica cotidiana implantada en la UC por los grupos de poder burocrático a los que pertenece el mismo rector. Esta práctica común modelada por los jefes de los clanes es: El auto atentado, el auto desprestigio y el auto victimización, llevados adelante cueste lo que cueste y destruya lo que destruya, ético, moral o material.

Raspar miles de estudiantes en estadísticas, método, lógica y matemáticas para realizar negocios millonarios con los cursos de reparación realizados por los grupos de poder burocráticos que dirigen esa política, es la violencia del terrorismo académico instalado en la UC. Instalar un régimen de ingreso racial y excluyente de los sectores sociales más necesitados de educación superior, es violencia y terror. Impedir a un alumno graduarse extraviándole las notas de semestres aprobados, es violencia y terror. Aplicar a una muchacha la operación colchón por un cupo, un "examen de gracia" o una revisión de exámenes, es violencia y terror. Aprobar un régimen de evaluación y permanencia contra los estudiantes cuando se necesita instalarlo contra los clanes dirigidos por el Atila rector y sus Atilas competidores, es violencia y terror. Las quemas de carros, robos, atracos, terror telefónico, golpizas, mensajes anónimos y otros, son muestras cotidianas del terror desplegado por el poder depredador en la UC y sus similares públicas.

Esta práctica llevada adelante en la UC resta crédito a la supuesta amenaza de muerte contra el rector y el Consejo Universitario; más aún, si está precedida de una campaña de rumores y resistencia a los cambios promovida por la vieja elite de la IV República a la que pertenecen los clanes burocráticos universitarios, opuestos por encima de sus discursos, a las transformaciones que lleva adelante el Estado con la Constitución Bolivariana de Venezuela. Los clanes del poder burocrático universitario de la IV República que lidera en la UC el Atila de FACES, se oponen fervientemente a la pérdida de sus poderes, negando los espacios que necesita la V República. Los aullidos que lanza por los medios de comunicación el poder burocrático universitario depredador, tienen olor a cortina de humo, al terror del auto atentados que realizan los que se apropiaron de la UC en beneficio de sus intereses. La mayoría de los atentados, desprestigios e insultos masivos desplegados en contra de la autoridad universitaria, llevan el sello de autor de los mismos jefes de los clanes. Son los Atilas "atentando" contra los Atilas mismos. Las víctimas de esa política desplegada por años han sido los estudiantes y la sociedad venezolana que, en masa fueron víctimas del discurso de esas campañas de desestabilización permanente, fragmentando los movimientos estudiantiles y deteniendo los cambios que, en el interior de la UC y demás universidades públicas, intenta producir una minoría conciente.

El pánico colectivo se ha desatado entre los clanes burocráticos depredadores de las universidades públicas. Un movimiento estudiantil con un discurso contra el poder de los clanes entró a la escena política universitaria. ¿Asistimos al despertar del movimiento estudiantil o es sólo una acción refleja de su estado moribundo? El tiempo y los estudiantes nos darán las respuestas. ¿Perros que ladran? ¿Gritos de dolor o de cambio? Amanecerá y veremos...

Valencia,  2001

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