Es el momento de la lucha universal por la Patria Humana

Por Guayú De Falkón
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Hay que iniciar las acciones que permitan subvertir la democracia formal y acelerar la democracia participativa local y nacional hacia la democracia participativa universal.

Los acelerados y atropellados cambios políticos propuestos por el imperio y sus lacayos para reformar a su arbitrio la ONU, el Consejo de Seguridad y demás instituciones internacionales, es el próximo gran golpe que se proponen dar los poderosos del capital transnacional contra la democracia, contra la sociedad civil, y sobre todo, contra los pueblos de los países pobres y dependientes arrollados por siglos de expoliación y explotación del capitalismo mundial.  La arremetida profunda y brutal del fascismo del capital neoliberal global es un signo del estado de desorganización, desbandada y minusvalía política en que se encuentran las mayorías y las víctimas de todo el mundo frente al proyecto plutocrático del  capital.  

La lucha de los pueblos contra el capital tras doscientos años de batallas libradas, nunca como ahora había estado tan huérfana de ideas, dirección y organizaciones que la condujeran a enfrentar, contener y derrotar las oligarquías explotadoras.  Y esta situación de indefensión hay que revertirla en una carrera contra reloj, con un gran despliegue de planes y proyectos de combate, y con el empleo de mucho esfuerzo, creatividad, organización, direcciones horizontales, de mando gobernado y jerárquicas, trabajo y luchas, muchas luchas; pero no luchas viscerales ni románticas en busca del liderazgo espectáculo, sino luchas con perfiles victoriosos, potentes, responsables y universales contra la enajenación y explotación del capital, contra la represión, dominación y el saqueo imperial.

El objetivo último de este movimiento universal de los pueblos es abatir al capital transnacional, derrotar la red global de las empresas transnacionales del neoliberalismo.  La tarea principal en esta fase de la lucha universal de los pueblos es la confrontación múltiple y universal a la organización financiera, política, económica y cultural de la plutocracia fascista global y sus lacayos, las oligarquías nacionales.  Esta lucha universal de los pueblos constituye un impostergable asunto de supervivencia. Tiene que ser una lucha sostenida e inteligente, llena de la fortaleza de millones de ideas creativas de múltiples dimensiones dirigidas por el conocimiento universal organizado de las mayorías.  La lucha universal de los pueblos es, quizás, la única y última alternativa para la obtención de justicia social para las mayorías, porque el capital global que ya tiene casi dos décadas de impune ventaja en su avanzada hacia la instalación del fascismo plutocrático global, destruyendo pueblos y civilizaciones a discreción con escasa oposición, se apresta a clavar la estocada final a la mayoría de la humanidad.

La lucha universal de las mayorías contra la explotación, dominación y expoliación del capital global transnacional, está obligada a dejar de ser una lucha reactiva e impotente como lo es hoy, para pasar a constituirse en una lucha subversiva transformadora de potencia universal.  La lucha universal de los pueblos tiene que constituirse en la más potente arma de las mayorías para acabar con la injusticia reinante y transformar de manera simultánea toda la sociedad humana.

De lo anterior se desprende que se hace imperativa para los pueblos una universal toma de conciencia. Ha llegado el momento de realizar movilizaciones, paros, demandas, reclamos y luchas transnacionales y universales, todas organizadas bajo un plan de lucha general que pudiera ser convocado bajo la consigna democracia universal contra la explotación del capital global imperial, consigna que podría guiar la lucha de los pueblos hacia el establecimiento de un gobierno democrático universal.  La justicia social para las mayorías exige la creación de instituciones internacionales o universales democráticas y participativas, con responsables electos por voto universal directo y secreto de toda la sociedad humana, regulados por la contraloría social universal de los pueblos.  La democracia universal tenemos que conquistarla, entre otras tantas, bajo consignas tales como: Un ser humano un voto; Empleos, ingresos monetarios y servicios básicos un derecho humano universal para todos; Democracia participativa universal para conquistar la paz.

Los poderosos del planeta agrupados en el Consejo de Seguridad de la ONU se aprestan a destruir países y sociedades a su libre antojo.  Hoy, pretenden legalizar las invasiones y guerras preventivas y elevar a la Asamblea de Naciones Unidas las ONGs creadas por la CIA y el neoliberalismo, para así aumentar la votación a su favor y llenar el vacío de los países que se proponen destruir señalados como estados fallidos, estados terroristas, estados no constructivos y estados antidemocráticos; además de intentar secuestrar las instituciones internacionales que aún no controlan del todo y crear otras que aseguren la esclavitud eterna de la sociedad humana al capital global.

La lucha universal de los pueblos para cambiar el actual escenario de terror y pesar que descarga sobre las mayorías el capital global, tiene la obligación de asumir la reunión universal del conjunto de conflictos, demandas y reivindicaciones de los pueblos de todo el planeta de manera simultánea e ininterrumpida contra la oligarquía política, cultural, financiera y económica global.  

El movimiento del capital global que a través de la guerra contra el terrorismo tomó de facto el control de la ONU, no es otra cosa que una acción de anticipación inteligente del capitalismo ante el previsible y esperado escenario de una violenta reacción universal de los pueblos contra el desempleo, el hambre, la miseria y la explotación galopante de los explotadores globales y la represión brutal del imperio.  La plutocracia del capital global trata por todos los medios de impedir la lucha universal de los pueblos con crímenes y represiones policiales selectivas y masivas, con invasiones militares, con la baja de los salarios y el aumento de la inflación y el desempleo que genera la represión económica global, y con el terrorismo mediático más una campaña de desinformación masiva permanente.

Ante este bestial panorama real, es tiempo de tomar conciencia que no se podrá transformar la situación ni tampoco derrotar al capital global con luchas locales, nacionales o regionales sin que las mismas formen parte de la lucha universal organizada de las mayorías.  Se ha hecho presente el momento de comenzar las múltiples batallas locales, nacionales, regionales y universales que señalarán el rumbo de la lucha global de los pueblos hacia su objetivo final: la democracia universal.

Es tiempo en que hombres y mujeres comencemos a caminar el sendero que nos conducirá a la realización de la revolución social universal, el camino hacia la construcción de la patria humana, hacia una democracia participativa universal.  Las batallas generales contra las transnacionales pasan por las batallas organizadas por la creación de puestos de trabajo y por un salario suficiente de valor universal, por nuevas y mejores condiciones laborales, por leyes de trabajo universales, por viviendas para todos, por un sistema electoral universal guiado por el lema un ser humano un voto, por el acceso a la educación y salud universal, por un ingreso económico y una cuota de servicios suficientes y de valor equitativo universal para todos los seres humanos como derecho humano; en fin, una revolución social universal por un@s seres human@s just@s, étic@s y estétic@s.

Caracas 26 de Mayo de 2004

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