PDVSA EN BLANCO Y NEGRO
su historia, resultados y el ataque”meritocrático” contra Venezuela
Por Guayú De Falkón
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La autonomía financiera y administrativa de PDVSA diseñada a la medida de las transnacionales, fue usada por los “meritócratas” para construir un Estado paralelo ilegal, dentro del territorio del Estado nación que ocupa la República Bolivariana de Venezuela, al servicio de intereses nacionales e internacionales que, se propusieron destruir la nación venezolana para capturar sus recursos petroleros, rematar la propia PDVSA y quebrar la OPEP con la salida de Venezuela.
El objetivo supremo de este bloqueo naval y ataque al corazón de la economía nacional realizado por la “meritocracia” de PDVSA es:
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Impedir la producción y exportación de crudos y derivados al bloquear puertos y aduanas.
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Paralizar la producción y distribución interna de combustibles y gas, para detener la producción industrial y todas las actividades que necesitan de esta energía.
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A la par que se intentó paralizar el SENIAT para agravar la situación de los pagos del Estado, para sumarlo al boicot que realiza la banca a la recaudación de impuestos y aranceles.
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Ante esta criminal agresión en la que participan “ilustres” venezolanos, y una vez confirmada la existencia de un Golpe de Estado petrolero con participación de intereses transnacionales para derrocar al gobierno constitucional, destruir a Venezuela y apoderarse del petróleo, en atención a la Ley de Seguridad y Defensa, al artículo 326 de la Constitución que reza “...la seguridad de la Nación se fundamenta en la corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil...” y al artículo 328 que señala que la Fuerza Armada Nacional está “...organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional, de acuerdo con esta Constitución y la Ley. ...” el alto mando militar tomó la decisión de confrontar la agresión a la Nación venezolana en estricto cumplimiento de su deber y los mandatos constitucionales.
Desde hace 21 días, la FAN confronta a los agresores internos y sus aliados externos, al lado del gobierno y la mayoría del pueblo, para derrotar de una vez por todas la traición, la conspiración y el sabotaje del Estado ilegal paralelo de los terroristas “meritócratas” de PDVSA y sus patrones y asociados transnacionales.
A tres semanas de confrontar la guerra petrolera de agresión contra el Estado de la República Bolivariana de Venezuela, la situación se presenta en los siguientes términos:
- Reducción de la extracción de petróleo en un 94%
- Pérdida momentánea de la exportación petrolera
- Paralización de los ingresos de divisas
- Escasez de combustibles, gas y derivados de petróleo para el consumo interno
- Destrucción del patrimonio público por actos de sabotaje
- Quiebra y ruina de miles de pequeños y medianos empresarios y comerciantes, sometidos paralización forzada
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Maltrato y sometimiento a la población con el uso indiscriminado de terror psicológico mediático para crear pánico y caos social
- Deterioro macroeconómico del crecimiento sostenido que traía el Producto Interno Bruto (PIB)
- Alteración de los planes económicos para el primer trimestre del 2003
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Afectación del financiamiento del presupuesto fiscal del año 2003
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Recorte y redimensión de los planes de inversión social, como consecuencia de la disminución de ingresos fiscales, al bajar la producción económica nacional privada y pública
La paralización de la industria petrolera se realizó con:
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El sabotaje microelectrónico y computacional, contra las instalaciones petroleras de producción, refinación, distribución y exportación, realizado por la gerencia ?meritocrática?
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El bloqueo naval de PDV Marina, la cúpula de la marina mercante nacional, compañías navieras nacionales, aseguradoras marítimas, y los transportes y remolcadores de armadores y navieras privadas nacionales y extranjeras contratadas por PDVSA como operadores
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La negativa de embarcar petróleo por clientes transnacionales como Exxon, Mobil, Shell, BPAmoco y otros bajo supuestos de inseguridad que con su ayuda intentaron desatar en los puertos de atraque y embarque
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La campaña terrorista de las aseguradoras marítimas, vinculadas a la agresión contra Venezuela, que dejaron sin protección a las embarcaciones que atracaran en puertos venezolanos, aludiendo a peligros de terrorismo interno
El terrorismo físico y psicológico aplicado a los trabajadores y familiares de las distintas nóminas que no se plegaron al paro. Con desinformaciones y amenazas terroristas al personal, los meritócratas paralizaron la refinería El Palito.
La historia
Desde los tiempos de Juan Vicente Gómez, los gobiernos permanentemente reclamaron a las concesionarias petroleras mayor participación del Estado, en el reparto del beneficio de un negocio que se lleva a cabo, basado en la existencia de un bien propiedad de la nación que se encuentra bajo el subsuelo de su territorio. La lucha de los gobiernos por una mayor participación del Estado en los beneficios de la explotación petrolera, ha sido una constante a lo largo del siglo XX. Los acontecimientos que vivimos este final de 2002, parecen indicar que a esta disputa le llegó el momento de la batalla final. Así lo demuestran, el intento de destrucción de la nación venezolana que lleva adelante el negocio petrolero de los “meritócratas” de PDVSA, por una parte; y por la otra, la confrontación a ese intento de destruir la nación venezolana, que realizan el gobierno y la FAN de la República Bolivariana de Venezuela apoyados por la movilización de la mayoría del pueblo; mayoría que apoya y defiende la Constitución de 1999 y el proceso de cambios en marcha.
1.- . Durante la crisis petrolera de 1973, en plena guerra fría, los intereses energéticos de occidente encabezados por los EEUU e Inglaterra, comprobaron su extrema dependencia del petróleo para sostener su desarrollo económico; y a la vez, dejaron al descubierto su gran debilidad estratégica para enfrentar un bloqueo mayor de suministros de hidrocarburos como represalia política en el futuro. Con la URRS como rival militar y protectora de los países árabes, los EE.UU. no podían aplicar la Ley del Garrote indiscriminadamente como lo hacen hoy; en aquellos años, hacerlo era imposible.
2.- Ante el despertar del nacionalismo político árabe y el miedo a su expansión al resto de los países de la OPEP, donde participa Venezuela, las grandes transnacionales petroleras que no son dueñas de yacimientos de hidrocarburos, sino que poseen tan solo concesiones para operar, decidieron preparar un cóctel de veneno nacionalizador para enfrentar ese posible peligro: ofrecieron a Venezuela cambiar las condiciones en que se encontraban desde hacía medio siglo, entregando bajo condiciones por ellas establecidas la operación a la nación.
3.- La operación de la industria petrolera no se le entregó a la CVP, Corporación Venezolana del Petróleo, sino que se crearon cuatro operadoras nacionales, las que contrataron la asesoría de las cuatro concesionarias transnacionales que cedieron su concesión de operación a Venezuela. Maraven contrató con la Shell, Llanoven con la Mobil, Meneven con la Gulf y Lagoven con la Exxon. El negocio petrolero que pasó a ser “operado” directamente por Venezuela, en el mismo instante de la firma del traspaso a la nación, se repartió entre las cuatro antiguas concesionarias ahora nacionalizadas. La nacionalización petrolera de Carlos Andrés Pérez, fue una nacionalización cuyos verdaderos beneficiarios fueron las transnacionales. Al poco tiempo de realizada, cuando se le comenzaron a ver los perfiles transnacionales a esa “nacionalización”, el fundador de la OPEP, Juan Pablo Pérez Alfonso, declaró que había sido “una nacionalización chucuta”.
4.- Las transnacionales se aseguraron el control de la producción y los negocios petroleros con su oferta autonacionalizadora, mediante cuatro condiciones para ceder la operación:
- El artículo 5 de la ley de nacionalización petrolera, que les garantizó el regreso en el futuro para operar bajo la figura de empresas mixtas.
- Se reservaron los derechos de la “asesoría técnica” de las nuevas operadoras nacionales; todas creadas a la imagen y semejanza de cada antigua transnacional concesionaria operadora, ahora asesora.
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Como pago a su “asesoría técnica” exigieron un porcentaje de cada barril extraído, refinado y exportado por la nación, por espacio de 8 años, adquiriendo así el control de todo el negocio petrolero venezolano
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Trasladaron sus modelos gerenciales a las nuevas operadoras nacionales, llenando los contenidos gerenciales de las operadoras nacionales con los aprendizajes de una gerencia expoliadora antinacional.
5.- Desde 1975 hasta el año 2002, el manejo de PDVSA por los “meritocráticos”, puestos allí como los Caballos de Troya de las concesionarias extranjeras transnacionales, dejó como saldo de sus políticas luego de la “nacionalización”, la reversión total de los resultados del negocio petrolero en contra del Estado venezolano:
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Eliminación de las cátedras de ingeniería petrolera de la enseñanza Universitaria
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Eliminación de la cátedra de economía petrolera de las facultades de ciencias económicas y sociales, para someter a la población venezolana a la más completa ignorancia en materia petrolera
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Eliminación del ministerio de minas e hidrocarburos y con ello, la desaparición de los instrumentos legales, los organismos y las técnicas de seguimiento, control y fiscalización de la producción petrolera
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Eliminación paulatina y continua de la regalía petrolera que pasó del 30% al 1%
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Relanzamiento de las concesionarias extranjeras con groseros privilegios, aludiendo “inversiones riesgosas”, nombre dado a las estafas técnicas realizadas por la “meritocracia” contra PDVSA; como la realizada con la Zona Petrolera de Pedernales, que como por arte de magia, comenzaron a extraerse 200.000 barriles por día de petróleo liviano de un abandonado “campo marginal”, adjudicado mediante la apertura petrolera del gobierno de Terminator Caldera, en una “transparente y televisada licitación” pública, que se vendió a los televidentes como un gran negocio de atracción de inversiones extranjeras. Un saqueo con agavillamiento realizado por el propio Luis Giusti en las propias narices del honesto Presidente Rafael Caldera.
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La participación fiscal del Estado venezolano en los beneficios del negocio petrolero, disminuyó de 76 dólares de cada 100 producidos en 1976, a 14 dólares de cada 100 en 1998, llegando con todo y el incremento de más 100% de aumento que tuvieron los precios (muy por encima de los cálculos esperados por los “meritócratas”, producto de la política del Presidente Chávez), apenas elevó entre 17 y 20 dólares de cada 100 dólares producidos entre el 2001 y 2002, aportando al fisco a duras penas unos diez mil millones de dólares anuales en este lapso, mientras la factura petrolera llegó alrededor de los cien mil millones de dólares.
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Los costos por contratos “outsourcing”, suministros de servicios y negocios realizados por terceros para PDVSA, se elevaron durante la generación de la Gestión Maraven instalada por Giusti, de 9 millones de dólares en 1993 a 1.775 millones de dólares en 1999
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Durante el período de 1992 a 1998, la inversión de PDVSA en EEUU aumentó en 3.500 millones de dólares, en el mismo lapso, se vendió al sistema refinador de la industria, petróleo a un descuento de 1,18 dólares por debajo del precio aconsejado por el modelo estadístico, cuya suma total de descuentos por volúmenes de venta suman 4.500 millones de dólares. Lo que demuestra que el crecimiento de los activos en los EE.UU. fue financiado por la propia PDVSA
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La “ingeniería financiera” para evadir impuestos al fisco nacional, se realiza como una constante, porque las refinerías adquiridas en los EE.UU. eran chatarras en bancarrota. Su compra se realizó para fugar divisas de PDVSA hacia el exterior, fuera del alcance de los controles y la participación fiscal del Estado venezolano. Se gastan al año centenares de millones de dólares en mantenimiento de esas obsoletas refinerías; y más aún, se les vende petróleo hasta con 4 dólares de descuento para que sus libros contables no marquen rojo , e impedir que las autoridades de los EE.UU. las declaren en quiebra.
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De la estafa continuada contra Venezuela a través de la “internacionalización” petrolera, realizada por los meritócratas de PDVSA en los EE.UU., se benefician directamente 200.000 estadounidenses que deben sus empleos a esta serie de negocios chimbos que los meritócratas mantienen en perjuicio de la nación venezolana, para su propio beneficio y los de las transnacionales y sus cómplices criollos.
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Durante diez años, desde 1990 hasta el 2000, la “internacionalización” de PDVSA, ha dejado 20 refinerías, 17.000 estaciones gasolineras, 3 oleoductos que atraviesan los EE.UU., depósitos y almacenes, etc., un centenar de empresas residenciadas en paraísos fiscales para evadir impuestos y 200.000 empleados en los EE.UU
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La inversión requerida para sostener la internacionalización de PDVSA en los EE.UU., subió de una inversión de 6.000 millones de dólares en 1990 a casi los 27.000 millones de dólares en el 2000. La mayor utilidad obtenida por los eficientes meritócratas terroristas de PDVSA, fue de 638millones de dólares en el 2001. ¡Una “ganancia” poco mayor del 2% de utilidad anual, en el mejor año de ejercicio de la política de “internacionalización” de los “meritócratas”! IRRISORIA UTILIDAD QUE NO CUBRE EL MONTO DE LOS DESCUENTOS QUE CONCEDE PDVSA A LAS REFINERÍAS COMPRADAS EN EL EXTRANJERO, QUE FUE DE DOS MIL MILLONES DE DOLARES A LAS DE EE.UU. EN EL 2001
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La cifra anterior muestra cómo los “meritócratas” han manejado a su antojo, como costos en los EE.UU. durante el año 2001, casi 27.000 millones de dólares entre toda la red de negocios que tejieron para estafar de manera continuada a Venezuela
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Lo anterior es la razón que explica el ataque al corazón de la economía de Venezuela y el intento de asfixiar la República; aún a costa de la muerte de miles de compatriotas. ¡Para conservar ese negociado de casi 27.000 millones de dólares de inversión manejados en un solo año, sólo en los EE.UU., a discreción y sin ningún control, cualquier grupo de desalmados delincuentes habituales, tal como lo son los terroristas “meritócratas”, están dispuestos a asesinar a cientos de miles de personas si pueden y se les permite hacerlo! En Venezuela, durante 21 días continuos, los terroristas meritócratas agrupados en las sectas “Gente de Petróleo” y Unapetrol, han estado intentando destruir el país y asesinar a sus habitantes a como de lugar.
Incorporación de los yacimientos de hidrocarburos
del Arco Andino Amazónico a las estrategias
energéticas de la geopolítica mundial
El desarrollo occidental depende cada día más del consumo de energía. La energía sobre la que está basado el crecimiento sostenido de los países industrializados se basa en el petróleo. El mayor consumidor de petróleo es EE.UU. Con un 5% de la población mundial, consume actualmente el 25% de toda la energía petrolera que se produce en el planeta. Según un informe de George W. Bush del año 2001, los EE.UU. importarán dentro de 20 años, 8 de cada 10 barriles del petróleo que consumirá. La necesidad de energía petrolera los obliga a buscarla donde esta se encuentre, al costo que consideren pagar; ya sea éste último un costo ético u moral, o un costo pagado en vidas humanas propias o ajenas.
El subsuelo de los países bolivarianos es un lago de petróleo y gas que abarca desde Bolivia hasta Trinidad. Concentra el 50% de las reservas existentes de hidrocarburos del planeta. Venezuela concentra casi el 70% de los yacimientos de hidrocarburos del Arco Andino Amazónico; y además, Venezuela es el país con mayores reservas de petróleo convencional y no convencional.
Esta realidad energética, calculada su utilidad en un dólar por barril de crudo, representa mil millones de millones de dólares que descansan bajo nuestro subsuelo, lo que nos convierte junto con los demás países bolivarianos en blanco de las estrategias de la geopolítica energética mundial. Afrontamos graves riesgos de ser arrastrados por los intereses transnacionales petroleros a dinámicas perversas; tan perversas como a las que han sido sometidas las otras dos zonas petroleras del planeta: el Medio Oriente desde hace cincuenta años con la creación del Estado de Israel, y el Asia Central desde hace dos décadas con la invasión Soviética a Afganistán y su bombardeo más tarde por los EE.UU.
La realidad de esta dinámica geopolítica nos involucra ¡nos guste o no! No depende de nuestra decisión voluntaria no involucrarnos; estamos involucrados a pesar de que no queramos.
Fuera de ese peligro externo que nos amenaza, confrontamos un peligro interno que intenta debilitarnos, para convertirnos en fáciles víctimas de la dinámica de la estrategia de la geopolítica mundial. El conflicto que vivimos lo desató un peligro interno, nacional, venezolano, que amenaza nuestra existencia como sociedad y atenta contra nuestra soberanía. Este conflicto que nos ha obligado a confrontarlo y que nosotros no desatamos ¡estamos obligados a derrotarlo!
La manera en que mejor podemos resistir los ataques de las estrategias energéticas transnacionales, es unir a todo el pueblo venezolano y a todos los pueblos latinoamericanos o bolivarianos por encima de sus diferencias. Y para enfrentar con éxito las amenazas externas, tenemos que derrotar definitivamente lo peligros de las amenazas internas; mucho más cuando pueden ser utilizadas para beneficiar a las perversas estrategias energéticas mundiales.
Se intenta crear un ambiente similar al del Medio Oriente y el Asia Central, intentando traer el caos y desatar conflagraciones internas y externas que beneficien a los intereses transnacionales de la geopolítica energética mundial. Y estos peligros externos, no lo podremos enfrentar con posibilidades de éxito sin derrotar las amenazas internas.
El plan Colombia, es una de las amenazas externas de las estrategias de la geopolítica energética mundial que intenta arrebatarnos el petróleo. Los seis mil millones de dólares invertidos en el Plan Colombia, no son para combatir a la guerrilla colombiana y al narcotráfico, sino para controlar los yacimientos petroleros de Venezuela. Se trata de hacer del Estado colombiano, un gendarme que realice en América Latina el papel que cumple el Estado de Israel en el Medio Oriente.
Caracas, 31 de diciembre de 2002
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