Rebeliones ecuatoriana y chilena:
Lucha y huelga de masas del siglo XXI


Por Guayú De Falkón
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El tsunami social creado por la explosión del volcán de ira acumulada por la inclemente, despiadada e intensa explotación y represión humana de las élites del siglo XXI, hizo saltar por los aires los barrotes de la cárcel de esclavos en 2 países latinoamericanos. Tras la caída del muro de Berlín, la explotación se incrementó al incorporar la tecnología digital a la producción económica, entre otros, a la robotización, Internet, TICs, biotecnología, mercados y servicios financieros en línea, vigilancia, represión y cibernética de control social. El brutal peso de la explotación digital hizo que los pueblos de Ecuador y Chile, normalizados por la economía neoliberal, rompieran la matrix del control social. Hoy escapan de sus esclavistas con creativas rebeliones inaugurando nuevas rutas de libertad.

La gestación de la lucha y huelga de masas

Mientras las corporaciones transnacionales y la oligarquía financiera, empresarial y burocrática estatal, apretaban el torniquete para exprimir todavía más a los pueblos de Ecuador y Chile, en este último, un "oasis" emblemático de la normalidad económica neoliberal, el modelo de país de mercado vendido como ejemplo en todo el mundo estalló. Gigantescas rebeliones sociales, inimaginables para los tanques pensantes de la apropiación global de la plusvalía del trabajo humano, quitaron el velo que cubría la miseria y precariedad de ecuatorianos y chilenos. Esta espantosa realidad social fue y continúa siendo encubierta por los medios de comunicación corporativos.

Millones de hombres y mujeres de todas las clases sociales, en su mayoría profesionales, trabajadores, campesinos, pueblos aborígenes, comerciantes, artesanos, pobres y precarios, decidieron protestar unidos en bloque. Para esta tarea, todos juntos a la vez, sin caudillos, sin organizaciones políticas e ideológicas, ni tampoco vanguardias iluminadas, se autoconvocaron y salieron a sacudirse los mecanismos de control de las élites. Tomaron las calles de sus respectivos países dispuestos a luchar, sufrir lesiones, torturas y hasta la muerte enfrentando la represión. El pueblo chileno muestra estar decidido a no detenerse hasta triunfar o morir.

En ambos pueblos se activó lo que a principios del siglo XX la activista política alemana Rosa Luxemburgo, identificó como lucha y huelga de masas. Definida como una fuerza social subterránea no visible, la cual con el transcurso de los años se va acumulando y desplazando en el interior de las sociedades, creciendo hora tras hora al acumular los conflictos y problemas sociales no resueltos. Su masa y movimiento crecen en tal magnitud que, solo basta una muerte accidental o injusticia social cualquiera, para desatar toda esa fuerza contenida con la potencia destructora de un volcán o tsunami, arrasando todo a su paso.

Ruptura de la matrix de control social

La potencia de la ira acumulada durante décadas rompió los mecanismos de dominación de la población ecuatoriana y chilena. Este movimiento social masivo e intensivo tiene la capacidad de derribar dictaduras, gobiernos autoritarios y acabar con la polarización binaria y multipolarización de la sociedad, políticas cibernéticas de control social que mantienen permanentemente enfrentados a los ciudadanos.

La lucha y huelga de masas acaba con la política clásica de control de masas de las democracias liberales conservadoras y progresistas, donde se polariza la sociedad en forma binaria (2 bandos enfrentados) o multipolariza (varios bandos enfrentados entre sí). Perversas políticas de control social para dividirla, confundirla y hacerla enfrentarse hasta caotizarla. Con esto se persiguen diferentes objetivos, entre ellos: domesticarla, someterla, y al final esclavizarla para saquear sin obstáculos la riqueza social estatal, pública y privada de una nación. Cuando los pueblos resisten la polarización, las élites no dudan en recurrir a la dictadura abierta y gobiernos autoritarios o democraduras.

Cambios en la dirección y accionar de los pueblos

La sinergia creada por la fuerza de la acción y lucha múltiple de millones de ecuatorianos y chilenos, dejó con la boca abierta y mudos a más de un centenar de gurúes políticos de todos los colores. Ambos pueblos, sin intermediarios políticos al acecho esperando hipotecar y vender su futuro negociando con las élites, tomaron las calles dispuestos a conquistar y defender sus derechos. Lenin Moreno y Sebastián Piñera, dos aborrecibles lacayos esclavizadores de sus pueblos, aturdidos, hoy no dejan de reprimir; mas retroceden en el intento de imponer sus paquetes de políticas alineadas al FMI y las corporaciones transnacionales. Ceden obligados por la presión y exigencias de la potente lucha y huelga de masas ecuatoriana y chilena.

Esta vez, las organizaciones políticas de izquierda y derecha tradicionales, entidades que durante más de un siglo lideraron las demandas de los pueblos, durante las últimas décadas fueron reemplazadas para ejercer esa función por los medios de comunicación. Dejaron de protagonizar la negociación de las soluciones vendidas por los discursos propagandistas de las élites. Los partidos políticos perdieron gran parte de su poder de influencia ante unos pueblos cada vez mejor informados. Ahora, organizados y articulados en sus luchas en tiempo real, los pueblos disponen de medios de comunicación alternativos locales y centenares de sitios web, blogs y redes sociales libres para aprender, crear, enseñar e informarse.

La lucha y huelga de masas ecuatoriana y chilena, autoguiadas y autoconvocadas están en pleno desarrollo. Las élites de ambos países, desconcertadas, reaccionan ante la sorpresa rebelde con una brutal represión policial y militar combinada: masiva, selectiva y aleatoria, empleando para lograr sus fines represivos todas las instituciones del Estado. Lo centros del poder global también sorprendidos, reactivaron sus propagandistas mediáticos estelares en estado de reposo, con la misión de trasladar a un lugar discursivo vulgar las rebeliones de chilenos y ecuatorianos. Se intenta conducirlas a su normalización, para luego reducirlas al espacio de dominio del control social.

¿Cómo enfrentar el poder del siglo XXI?

En este siglo los pueblos enfrentan a la nueva expresión del poder dominante. Este poder está bajo el control de bandas de élites integradas por profesionales diversos, especialistas prácticos y un conjunto de operadores pragmáticos. Todos inmorales y corruptos. Estas bandas han capturado la totalidad o la mayor parte de las instituciones políticas, económicas, culturales, jurídicas, policiales y militares del Estado nacional latinoamericano; además, funcionan articuladas con bandas de la delincuencia común.

El Estado como macro estructura de la nación se encuentra sometido a un proceso acelerado de disolución y destrucción. Es en este contexto político y social donde los pueblos de Ecuador y Chile en esta hora libran sus batallas en las calles de ciudades, pueblos y barrios por la conquista de sus derechos y espacios de libertad para reproducir sus vidas. Derrotar a las élites del siglo XXI requiere desplegar mucha creatividad, nuevas formas de acción y organización, más la construcción de múltiples subversivas herramientas de liberación: hardware y software libre, criptografía, redes p2p y un arsenal de accesorios, aplicaciones y programas para móviles, tablets y PCs.

Trabajadores de la ciudad y el campo, profesionales, organizaciones de genero, pueblos indígenas, ecologistas, comunicadores alternativos, artistas, artesanos, discapacitados, sindicatos, gremios, cooperativas y asociaciones diversas, todos unidos en la acción ejercen una sólida dirección colectiva dinámica. Allí está ausente la perversa práctica conspirativa de los siniestros Petit Comité, cofradías mafiosas creadas al interior de las organizaciones políticas del siglo XX por dirigentes corruptos.

La dirección de la organización en los nuevos tiempos, es un espacio social articulador de todas las luchas y batallas simultáneas libradas por cada uno de sus integrantes. Es la columna que soporta el peso de la conducción de las múltiples acciones de los pueblos de Ecuador y Chile. Permite un accionar seguro en pos de los objetivos de lucha para defender y conquistar los derechos de todos; y al mismo tiempo, posibilita enfrentar en mejores condiciones a las élites corporativas privadas y estatales, en las calles y al interior de las instituciones de la nación.

El nuevo camino hacia la libertad y democracia abierto por las rebeliones de Ecuador y Chile está listo para ser transitado. Los pueblos de todo el mundo celebran con gran alegría ambas insurgencias contra el poder, interpretándolas como una nueva ruta a utilizar para saldar reclamos de pueblos cansados de soportar penurias, sacrificios e injusticias. Eternos problemas y carencias ocultados por sistemáticas políticas mediáticas de desinformación, confusión, alienación, alineación, dominación y explotación; políticas de control social usadas por gobiernos al servicio de las oligarquías y corporaciones transnacionales.

Momento de la acción conjunta universal de los pueblos

Hoy, estos 2 ejemplos de lucha social de dimensiones nunca vistas, amenazan convertirse en una epidemia universal antioligárquica. Causan pánico a las élites. Encendieron las alarmas entre los saqueadores de pueblos de todo el mundo. Este es el momento de presionar todos juntos de manera simultánea a las élites corporativas del planeta. Seguir los ejemplos de Ecuador y Chile, luchando en las calles de las ciudades, pueblos y barrios de cada país al mismo tiempo, se obtendrán las mejoras sociales, políticas y económicas que necesitan y reclaman las mayorías.

Quienes tenemos el compromiso de impulsar y acompañar a lo largo de nuestra vida todo proceso de transformación social, estamos obligados a apoyar y difundir el ejemplo de estas luchas por doquier. Accionando desde ahora por este nuevo camino de liberación podríamos ver en corto tiempo su confirmación práctica. Quizás la mejor reafirmación de la validez del camino emergente, sea ver expresadas la alegría, bienestar y libertad, junto con mejoras económicas y sociales, reflejadas en los rostros del pueblo ecuatoriano y chileno; o en cualquier otro pueblo que se rebele porque decidió ajustar cuentas con sus explotadores y dominadores.

No podemos optar entre vencer o morir ¡¡Necesario es vencer!!!
¡¡Viva la lucha y huelga de masas de los pueblos de Ecuador y Chile!!!
¡¡Insurjamos juntos abriendo creativos senderos emergentes de liberación!!!
¡¡A cuidarnos de la derecha y la izquierda que ésta cooptó y formó en el Estado burgués!!!

Caracas, 11 de noviembre de 2019

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