Un VI Poder para la República Bolivariana de Venezuela

Por Guayú de Falkón
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En la historia de la humanidad las nuevas formas, maneras y herramientas construidas por el hombre, que le han proporcionado utilidad, nunca han sido dejadas de lado para usar formas, maneras y utensilios viejos. Los sucesos del 11 de Abril mostraron la más extrema forma de utilización de los medios de comunicación: La de organizadores sociales masivos para fines perversos. Esto, nos lleva a la conclusión de que éstos, nunca más serán lo que fueron, medios para la información, el entretenimiento y la educación. Quien posee un medio de comunicación, aunque no se lo proponga, lo usará en función de su organización, beneficio propio o de sus comunicadores. Lograr que los medios de comunicación vuelvan atrás implica utilizar cuantiosos recursos y mucho trabajo para controlarlos; la ética y moral a emplear en ello tendría limites y valores difusos, subjetivos, interesados de una u otra forma.

La sociedad de hoy no puede vivir sin los medios de comunicación, éstos forman parte del consumo social y a la vez, son las mejores herramientas para la transmitir la información y la educación contemporánea (la Tv. es el mejor maestro de la escuela posmoderna); pero al margen de esto, las circunstancias que transitamos hacen imperioso que el poder de la comunicación, nacido del proceso de la producción de bienes y servicios de la empresa privada, que ejerce enorme influencia en la sociedad otorgando todo su enorme poder a sus propietarios, como lo es en el caso de Venezuela, donde son usados inclementemente en busca de beneficios de todo tipo, al margen de lo económico que es su justificación, y a espaldas de las necesidades, intereses y fines que persigue la mayoría de la sociedad, se ponga bajo el control social.

La República Bolivariana de Venezuela es un proceso de transformaciones sociales que dispone de mecanismos de adecuación a la dinámica económica, social y política. Llegó la hora de impedir que a nuestro pueblo y a otros pueblos les sucedan hechos como los del 11 de Abril.. Para evitarlo, se hace imperioso la conformación de un VI PODER del Estado: El PODER COMUNICACIONAL.

Su misión: administrar en nombre de la sociedad todo lo referente a las comunicaciones. Tendrá que contar con recursos incluidos en el Presupuesto General de Gastos de la Nación para asegurar su independencia. Los operadores de los medios tendrán que ser heterogéneos. Los de alcance nacional tendrán que pasar a manos de comunidades organizadas universitarias, trabajadores de la comunicación y afines, Asamblea Nacional y demás poderes públicos, comunidades religiosas diversas, comunidades científicas, comunidades artísticas y culturales, federaciones de trabajadores, empresarios, estudiantes, productores agrícolas, en fin, a toda comunidad organizada nacionalmente. En las regiones, otorgarlos a las asociaciones de vecinos, a las redes sociales, a los círculos bolivarianos y a las comunidades organizadas en general. En el plano local, los medios deberán ser entregados a cualquier comunidad o organización social que desee hacerlo: liceos, ecologistas, artistas, vecinos, deportistas, etc.

Los reglamentos y las formas definitivas para este proyecto desde hoy tenemos que empezar a discutirlo. Este nuevo Poder Público, subvertirá el control del Poder Comunicacional nacido de la producción industrial durante el proceso capitalista, ese que hoy disfruta la empresa privada y lo ejerce en nombre del derecho. Ejercer un poder que afecta lo público necesita legitimidad, mucho más aún si este puede atentar contra el Estado y la misma sociedad. El ejemplo que vivió la República Bolivariana de Venezuela muestra que el proceso de transformaciones requiere poner en cintura a este Poder Comunicacional. La comunicación de masas no puede seguir siendo ejercido por la empresa privada invocando el derecho a la propiedad privada. No estamos a principios del siglo xx sino en el tercer milenio. Su uso privado perverso hoy genera consecuencias sociales universales graves. Estamos en época de cambios, realicemos cambios revolucionarios. A impulsar en Venezuela y en todo el mundo la democratización universal de los medios de comunicación. A construir el Poder Comunicacional

Caracas 14 de Abril de 2002

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